los discursos
por Luis Rodeiro
de octubre
En medio de la alegría que produce saber que seguimos avanzando, que hemos logrado una vez más, como ha sido tradición en la historia del movimiento nacional y popular en general y en el peronismo no claudicante en particular, ampliar los derechos ciudadanos, con el voto optativo para los jóvenes entre 16 y 18 años. Un paso adelante, de pleno contenido democrático, que busca mayor participación en las decisiones, a través del voto universal que tanto costó conquistar, que tanto costó ampliar con la incorporación plena de las mujeres y ahora de los jóvenes. Sin embargo, quiero detenerme en este análisis en los discursos de la oposición que día a día se vuelven más ininteligibles, a la luz de las conductas. Los discursos de Octubre, en este mes precisamente nuestro. Parecen recitados en la puerta de la Torre de Babel, donde la confusión de lenguas era la moneda corriente que impedía avanzar en su construcción. Palabras vacías, sin memoria ni carnadura. Pero en muchos casos, sin inocencia, con intenciones aviesas. Los dueños de los medios con posición
32
dominante, en esta parte del mundo que construye una alternativa propia al neoliberalismo, reunidos en la Sociedad Interamericana de Prensa, denuncian la presión autoritaria contra la “prensa libre” en nuestra patria, cuando ya es evidente, notorio, que sólo defienden intereses económicos empresarios. ¿Quién en Argentina, en esta Argentina populista y profundamente democrática, ha dejado de decir algo, desde críticas a diatribas, pasando por la calumnia y la tergiversación de la realidad? ¿Desde que sótano clandestino hablan Clarín, La Nación, TN? ¿Lanata, Castro, Bonelli, Majul, Rossi, etc. trasmiten desde Uruguay? ¿Acotto, Rossi, Livitnof, Sachetto, Fantini, escriben en tinta limón, desde algún country clandestino? La Voz del Interior, el 22 de octubre, en cabeza de página anuncia-denuncia, que antes del esperado 7D, se incrementará la “presión” contra los medios y la justicia. ¿Qué es presión para el Clarín cordobés? ¿Movilizarse por el cumplimiento de una ley aprobada por amplia mayoría del parlamento hace tres años? ¿Denunciar la manipulación de la Justicia por parte del
monopolio con la tramposa designación de jueces subrogantes? Hay varios discursos, en estos últimos días de octubre, que discurren entre la mentira, la hipocresía y la desesperación, ante la solidez de un proyecto popular. Moyano que recita un discurso donde afirma que el gobierno ha traicionado las banderas populares, que hace todo lo contrario de Perón y Evita y de inmediato se refugia en los pechos y los brazos pálidos de Macri y en los afilados garfios del Momo Venegas, expresiones cabales del neoliberalismo político y sindical si los hay. Lanata que llega al grado mayor de hijoputez, en un informe mentiroso sobre el compañero D´Elía, tergiversando sin escrúpulos declaraciones del militante popular en un medio televisivo. El inefable Aguad, que descaradamente niega su firma en el acta, donde antes de la orden de Magnetto, elogiaba a los candidatos a ser designados jueces, sin rubor alguno y después de la orden de Magnetto, los denosta. Muchos discursos, cada uno más nefasto y más mentiroso.