Entrevista a Rodolfo Rapetti, coordinador del Archivo Digital del Archiv
“La educación tecnológica por Alexis Oliva Experto en informática y software libre, Rodolfo Rapetti conduce el Archivo Digital del Archivo Nacional de la Memoria, que procesa un promedio de quince mil imágenes al día. Consciente del poder de las corporaciones informáticas, propone “resistir el lobby de Microsoft” con una política tecnológica autónoma y acusa a la ley SOPA de ser un intento de “control a través del miedo”. Para imaginar en qué medida la tarea del Archivo Digital ayuda a agilizar los tiempos de la Justicia en materia de derechos humanos, tal vez no alcance con saber que hay tres escanners trabajando a destajo para registrar cada uno un promedio de cinco mil imágenes por día, lo que ha logrado acumular un volumen de siete millones de imágenes, de las que más de la mitad corresponden a folios de expedientes judiciales relacionados con el terrorismo de Estado. Tal vez ayude a comprenderlo mejor esta anécdota que cuenta su coordinador, Rodolfo Rapetti: “Estábamos devolviendo la primera parte de una causa muy importante a un juzgado de Capital Federal. Tardamos tres meses, la informa-
ción se procesó, se organizó el sistema y se lo fuimos a colocar en red. Entonces, uno de los abogados dice: ‘Quiero hacerle al sistema… tal pregunta’. Nuestro compañero le hace la consulta, enter… y el tipo literalmente se tiró sobre el sillón y dijo: ‘Me acaba de dar en siete segundos lo que yo tardé en buscar un mes y medio a cinco horas por día’. Eso había tardado, porque si tenés que leer todas las causas para sacar los textuales del testimonio tal y son 250 cuerpos, te pasás un mes y medio leyendo y separando. En cambio, de esta manera, ponés ‘testimonial de fulano’ y bruuummm… te sale todo”.
-¿Qué significan en términos de política de Estado el Archivo de la Memoria y el Archivo Digital? -El decreto fundacional del Archivo Nacional de la Memoria (1) plantea que el Estado se hace cargo de la reconstrucción de la memoria. En función de eso, se dan directivas de no innovar sobre la información, sea papel, huesos o lo que sea que exista. Es la primera vez que el Estado nacional se hace cargo proactivamente de la reconstrucción de la memoria, porque existe un Gobierno que tiene una política clara de derechos humanos respecto al momento histórico del terrorismo de Estado.
-¿Qué implicó este momento de impulso a los derechos humanos en relación al trabajo concreto del Archivo Digital? -Nosotros teníamos cinco puestos de trabajo y un universo de información de alrededor de 800 mil folios; los legajos de la Conadep, las fuentes complementarias, las leyes reparatorias y alguna co-
sita más. Ese era nuestro universo, que de pronto iba a crecer a un ritmo impensado. Cuando me dicen que tengo que buscar todo lo que hay en el país en relación a los derechos humanos, fue un paradigma nuevo. ¿Cómo puedo medir eso? ¿Por dónde empiezo? ¿Qué hacer?
-¿Y qué hicieron? -En 2003, cuando se crea esto en la órbita de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, las cámaras federales estaban empezando a declarar inconstitucionales las leyes de obediencia debida y punto final. Entonces, la propuesta fue acompañar los juicios. Y hubo que convencer a muchos, porque a los abogados les costaba entender que podían correrse del papel para tener más eficiencia y seguridad. El primer trabajo fue digitalizar para la Cámara Federal de Rosario la causa “Feced” (2). Eso demostró que ciertas resoluciones se podían tomar mucho más rápido. Por ejemplo, a la semana de que la Cámara entregó al juzgado de instrucción una copia del trabajo que hicimos, siete militares estaban presos. Eso hizo que nos invitaran a procesar la mega causa de Tucumán, donde tuvimos mucha ayuda de los organismos de derechos humanos y la Fiscalía. Y en Córdoba estuvimos un año, en algunos momentos con tres escaners de alta velocidad. Además, ahí está la Comisión Provincial de la Memoria, que también ha digitalizado algunos materiales del Juzgado Federal Nº 3.
-¿Con qué software informático procesan la información? -Desde el 2001, contamos con el software inglés Excalibur y devolvemos la información sistematizada en un sistema de búsqueda, el Greenstone (3), un producto de libre disponibilidad, que no obliga a comprar licencia. Es full text, o sea que no se necesita articular metadatos, sino que hace un OCR (reconocimiento óptico de caracteres) y busca por contenidos. Entonces, no solamente no tengo los libracos encima y puedo guiarme por computadora, sino que además busco “Roldán” en un volumen de 300 mil folios y me dice “está acá, acá y acá”.
-¿Cómo gravitaron los cambios culturales asociados a la tecnología?
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