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EDITORIAL

Estar a la altura

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Los militantes que en Córdoba apoyamos al proyecto nacional, que nos reivindicamos parte del movimiento peronista aún sin participar de la “institucionalidad” del justicialismo pero apostando fuerte porque el Frente para La Victoria contenga a todos, incluido, claro, al justicialismo, tuvimos un año 2011 bastante complicado.

El FpV no presentó lista en las elecciones provinciales ni en las municipales, porque fracasaron los acuerdos en esas dos instancias. En las elecciones generales, la tracción de Cristina Fernández como cabeza de lista obligó a Unión por Córdoba (Partido Justicialista y otras fuerzas) a bajarse de la contienda, tras la dura derrota en las primarias abiertas.

El 23 de octubre Cristina arrasó en todo el país con un histórico 54 por ciento y en Córdoba, por primera vez, el FpV alcanzó el triunfo con el 37,34 por ciento.

Ahora, ¿de quién son los votos? ¿Es posible afirmar que el triunfo fue consecuencia de una construcción política paciente, trabajosa, de un espacio amplio del campo popular que adhiere a las políticas nacionales con pretensiones de trasladarlas a la provincia?

Más bien, todo indica que el triunfo obedeció a la excluyente figura de Cristina y su extraordinario liderazgo político. Todo indica, entonces, que la tarea por delante será ciclópea y deberemos comprometernos con todas nuestras fuerzas y convicciones, todas y cada una de las fuerzas políticas que venimos apoyando el proyecto nacional y popular.

Desde la Corriente Peronista lo planteamos claramente el 7 de octubre, en nuestro gran acto de lanzamiento en Luz y Fuerza. “En Córdoba hace falta una cuota de audacia de los dirigentes y militantes”, dijimos ese día. También observamos el silencio de ese amplio espacio que se dice “kirchnerista” frente a las declaraciones del por entonces electo intendente Ramón Mestre, que anunciaba sin tapujos que venía por la restauración neoliberal en Córdoba.

Hoy, a tres meses de su asunción, ya dio los primeros pasos del desguace en la Municipalidad, avanzando sobre las empresas públicas CRESE y TAMSE. Y el silencio se mantiene.

Igualmente, alertamos sobre “el pudor” de muchos a la hora de señalar la hegemonía comunicacional en Córdoba y apuntar con nombre y apellido al Grupo Clarín como propietario de un conglomerado de medios (La Voz del Interior, Día a Día, Radio Mitre y Canal 12, entre otros), que por su influencia ostenta una posición claramente dominante junto a Cadena 3. Hoy, vemos cómo han operado estos medios para crear las condiciones en la sociedad cordobesa -todo muy parecido a la década del ‘90- para que sin ningún tropiezo se apliquen recetas claramente neoliberales, en las antípodas de lo que propone el Gobierno nacional.

No vamos a renunciar a nuestra propuesta de unidad del campo popular. No vamos a cesar en nuestro llamado a conformar un frente político que no sólo contenga a todas las fuerzas que bregamos por la consolidación y profundización de este proyecto, sino también a la construcción de una alternativa política con vocación de disputar el poder en la provincia.

Y no vamos a dejar de contribuir -de la forma en que lo sabemos hacer, con mucho trabajo militante- a sumar al peronismo, persuadiendo a quienes desde algún progresismo de consignas se muestran todavía refractarios al movimiento que fundó el general Juan Domingo Perón. Es nuestro compromiso, también, no excluir al movimiento obrero organizado, histórico pilar del peronismo en el poder y fundamental a la hora de llevar adelante las transformaciones que nuestro pueblo reclama.

Y en este camino por el desembarco definitivo del proyecto nacional en Córdoba, rompiendo con el paradigma neoliberal que desde 1983 los sucesivos gobiernos democráticos contribuyeron a instalar como sentido común en esta provincia, tampoco eludiremos ningún tema pendiente. Pondremos, como siempre lo hizo el peronismo, todo en cuestión, con la política siempre adelante, como nos enseñó el entrañable compañero Néstor Kirchner.

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