Cultura Jorge Coscia en el Centro Mozé
“LA HISTORIA LA GANAN LOS QUE LA CUENTAN”
El Secretario de Cultura de la Nación presentó en el Centro Miguel Ángel Mozé la re-edición de “Historia de la Nación Latinoamericana”, la clásica obra de Jorge Abelardo Ramos, editada por primera vez en 1968. Participaron también el vicepresidente del Instituto Nacional de Revisionismo Histórico Argentino e Iberoamericano Manuel Dorrego, Víctor Ramos, el miembro por Córdoba de dicho Instituto, Enzo Regali y la Directora Nacional de Acción Federal, María Elena Troncoso. por Miguel Apontes Fotografía Nahuel Nieto Un Secretario de Estado en el barrio San Martín El local de calle Brandsen está repleto. Ansiosos por escuchar al Secretario de Cultura, alguien adelanta sus impresiones: “Aguinis no hubiera jamás visitado un Centro de Estudios, en un barrio de Córdoba, para hablar de cultura; esto el nuevo clima de época”. La reflexión remitía al Secretario de Cultura en épocas de Alfonsín, Marcos Aguinis. Jorge Coscia, distendido, se apresta a iniciar la charla con un guiño a esta ciudad: “Más de una vez me preguntaron si yo había estado en el Cordobazo. Pero no estuve, aunque sí puedo decir que entré a la política de la mano del Cordobazo”. Hablar de historia es inevitable; y es que fuimos convocados para la presentación de un libro de Jorge Abelardo Ramos: “No
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sabemos quien fue el autor de esta frase; la cita la trajo Hernán Brienza. Tomando eso de ‘la historia la cuentan los que ganan’, la frase, que desconocemos su autor, es ‘la historia la ganan los que la cuentan’. Esta premisa se confirma con un relato como el de Jorge Abelardo Ramos y su Historia de la Nación Latinoamericana (…) yo diría que el largo proceso que transformó a las colonias españolas, sus pocos virreynatos, en más de veinte repúblicas, formadas en torno a los intereses concentrados de las oligarquías comerciales, agroexportadoras, de los terratenientes, que con distinto nombre fueron denominados en distintos lugares de esta Patria Grande, alrededor de esas fuerzas aliadas al imperio británico, uno podría decir como Ramos muy bien lo explica en este libro, que la victoria, la independencia de América de España, significó también la derrota del sueño de Bolívar”.
Ayacucho y el precio de la independencia
La historia oficial, la que nos contaron en los libros de texto de la escuela primaria y secundaria, buscó la representación de las naciones latinoamericanas y no está exenta de manipulaciones. Coscia pone en cuestión, incluso, el relato construido en torno a una batalla ícono de la independencia suramericana. “Se pagó un alto precio por la independencia que se concreta en la batalla de Ayacucho, donde, diríamos, que cuando se ganaba esa batalla en paralelo se iba produciendo la balcanización de la región. En Ayacucho pelearon soldados de todos los países latinoamericanos. Se pusieron en marcha, entonces, las fuerzas centrífugas que se disparaban por el interés mezquino de las oligarquías comerciales en Buenos Aires, cuyo líder político cuando todavía no existía la oligarquía ganadera, era sin duda Bernardino Rivadavia, las oligarquías ligadas al estaño en Bolivia, al cobre en Brasil, los cafetaleros de Brasil, los algodoneros de otros lugares. Tenemos a Rivadavia, a Santander (Francisco