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por Esteban Cabrera, Facundo Piai, Gonzalo Figueroa y Daniel Vaerla / Página
pensar un pais con justicia social
Rumbo al 7D La ley que nos parió
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Alumnos de la Escuela Popular de Medios Comuntarios con Carolina Rojo (docente) - Sergio Tagle, Radio Nacional Córdoba
Sancionada hace tres años, la ley de Servicios de Comunicación Audiovisual recién comenzará a regir en todo su alcance el 7 de diciembre. Los alumnos de la Escuela Popular de Medios comunitarios del Centro Miguel Angel Mozé preparan un trabajo final sobre los obstáculos y desafíos de la nueva norma. A continuación, un anticipo de ese informe audiovisual.
por Esteban Cabrera,
Facundo Piai, Gonzalo Figueroa y Daniel Varela *
Desde octubre de 2009, la Argentina cuenta con un nuevo marco legal para regular las comunicaciones en todo el país: la ley 26.522 de Servicios de Comunicación Audiovisual. Entre idas y venidas, hoy se encuentra en plena vigencia. O casi…
La ley enfrenta actualmente desafíos muy importantes, que tienen que ver con su definitiva implementación y aplicación. ¿Cuáles son estos desafíos? Para poder responder, antes vayamos un poquito más atrás y nos preguntemos: ¿Por qué tenemos esta ley?
La respuesta a esta pregunta tiene que ver con un proceso político histórico que se inició en 2003 y que significó para la Argentina un cambio en las coordenadas por las que veníamos transitando desde la última dictadura militar.
En la historia que precede a 2003, todo estaba concentrado: el poder, la riqueza y la cultura -y en particular, en el plano cultural, los medios masivos de comunicación-. La concentración en estos tres sentidos fue herencia de la implementación sucesiva de políticas neoliberales desde el año 1976.
En los años ‘90, el proceso de concentración y liberalización económica tuvo como actores principales a los medios vinculados con el poder económico (cuando eran los mismos dueños) y con el poder político. Así, el poder económico-mediático, estratégico en la producción de un discurso social generador de consensos, acompañó desde un rol activo el proceso neoliberal.
Entre otros efectos, el neoliberalismo produjo la fragmentación del tejido social, la individualización del sujeto político, la desestructuración de toda organización popular y el desprestigio de la política. Fueron procesos que tuvieron como desenlace una profunda crisis económica e institucional que estalló en los acontecimientos de diciembre de 2001.
Sergio Tagle, Radio Nacional Córdo-
ba: “En la década del ‘90, se hizo a través de la economía y la cultura –los medios- lo que entre el ‘76 y ‘83 se había hecho a través de las armas. Esta desestructuración de todo tipo de organización social y política, y la disolución de toda la cultura política, en el período de dictadura fue resuelta a través del exterminio físico de los sujetos. En los ‘90 se retoma el programa del ‘76, pero al disciplinamiento o reingeniería social se la realiza por medio de la economía, la cultura y los medios. (…) En el 2003, se trataba de iniciar un proceso de reconstrucción nacional. Era una reconstrucción democrática en contra de lo que dice la oposición liberal neoconservadora. Las instituciones y el poder político deben descansar en las autoridades elegidas para tal fin; ni el poder económico ni el poder mediático tienen legitimidad democrática. Son poderes fácticos o corporativos. En

Judith Gerbaldo y Mario Farías (FM Sur) - Marco Galán (FM La Ranchada)
2003, el poder mediático como expresión ideológica y cultural del poder económico se volcó a la oposición. No se trataba de una crítica del periodista independiente; era una oposición política. (…) Posterior a 2008, la ley de medios, realiza esta doble tarea: democratizar y dar la lucha cultural a favor de un proceso pos neoliberal. Si es de liberación o no, es demasiado temprano para afirmarlo (…) Lo que antes era hegemónico ya está empezando a dejar de serlo. Clarín ya no es sinónimo de verdad. Hubo una educación ciudadana de los públicos. El lector, el oyente, el televidente… está precavido. No cree más en la inocencia o la neutralidad de los mensajes. Podrá leer Clarín o ver TN, pero tiene la autonomía necesaria para votar lo que votó en octubre. Los sectores populares tienen autonomía para decidir soberanamente”.
Mario Farías, radio comunitaria FM Sur (Cecopal) y Farco: “Es un paso
muy importante, porque el Congreso de la Nación la sancionó con amplia mayoría en las dos cámaras. Fue una victoria de las organizaciones populares y de todos los que nos animamos a plantear el derecho a la comunicación como un derecho humano. Es la ley más democrática de las últimas décadas en la Argentina. El tránsito desde la sanción de la ley hasta que sea plenamente aplicada, va a llevar tiempo. La ley habla de diversidad, pluralidad, contenidos educativos y habla de un rol que el Estado prácticamente había abandonado, dejando librado al sector comercial el uso y la explotación de la radio y la televisión, que las había convertido en un elemento mercantil. Era indispensable una ley de medios para democratizar la comunicación y a su vez distribuir mejor la riqueza. (…) Si se tomó como la ley contra Clarín, tenemos razones para pensar que sí, porque queremos que Clarín deje de tener 250 licencias. Que tenga diez como fija la ley. Pero también queremos que los otros grupos, los de Vila, Hadad, Cristóbal López, Telefé también cumplan con la ley (…) En Córdoba, Cadena 3 recibe anualmente una cantidad de dinero importantísima en publicidad oficial y además el gobernador casi habla únicamente con Cadena 3. Cadena 3 tiene entre 18 y 20 radios que son de su propiedad –algunas son repetidoras- y va a tener que desprenderse de unas diez radios. Además, tampoco va a poder hacer lo que hace hoy, al centralizar la transmisión desde Córdoba con un corresponsal que una vez por día tira una noticia desde otra provincia, porque está prohibido por la ley. En las que le queden, deberá tener producción local”.
Las voces de los excluidos
Una verdadera ley de medios de la democracia debía en primer lugar garantizar el acceso a quienes hasta entonces habían estado excluidos. Y por otra parte, revertir el proceso de concentración empresarial. Para lograr ese cometido, se convocó al conjunto de actores sociales que históricamente habían bregado por una comunicación democrática.
Judith Gerbaldo, FM Sur y Coalición por una Radiodifusión Democrática:
“Desde Farco (Foro Argentino de Radios Comunitarias) nació la iniciativa de convocar a distintos referentes de organizaciones sociales, de universidades, de centros de formación, de espacios de capacitación, de gremios de la comunicación, de trabajadores de prensa, docentes y medios comunitarios para que llegaran a algún acuerdo respecto de cómo tener una nueva ley, qué tendría que tener, cuáles son los aspectos centrales. Entonces, entre el año 2004 y 2005, nacen los famosos 21 puntos por una Radiodifusión Democrática, que ponían el acento en aquello que nos faltaba y aquello que nos sobraba en términos de comunicación. Primero en tratar de tener una ley de la democracia; una ley que superara el decreto ley 22.285 que regulaba las comunicaciones en el país y había sido sancionado durante la dictadura. (…) Para las radios comunitarias, que se sancionara la nueva ley de medios 26.522, es la habilitación de la palabra pública para los sectores populares que tienen y gestionan medios sociales. También es un proceso de la invisibilización a la presencia, del no reconocimiento a la legalidad, de la legitimidad social a la legitimidad legal. Porque la nueva ley no sólo reconoce la existencia de un movimiento riquísimo y cuantioso en términos de radio y televisión, sino que habilita para nuevas convocatorias y para que ocupemos el 33 por ciento del espectro como medios de gestión social. Ahora seguimos en la lucha por poder implementarla y para que algunos estatutos de la ley efectivamente se apliquen”.
pensar un pais con justicia social
Marco Galán, radio comunitaria FM La Ranchada (mutual Carlos Mugi-
ca): “Estaba vigente la ley de la dictadura y con un artículo claro y contundente, el 45, que decía taxativamente que quienes podían acceder a una licencia de radiodifusión eran personas físicas o personas jurídicas de carácter comercial, con lo cual las personas jurídicas sin fines de lucro, en nuestro caso una mutual que prestaba asesoramiento técnico y hacía comunicación popular no tenía ninguna posibilidad. Y los distintos intentos de reforma de la ley iban cayendo en saco roto. (…) Podríamos haber tenido una gran organización popular, pero si no hubiera habido voluntad política de un gobierno no hubiéramos podido avanzar en esta dirección. (…) Como desafío, creemos que la comunicación no es algo reservado para profesionales, sino un derecho humano básico. Además de que (la ley) sea una fuente de trabajo y que se democratice el espectro de medios en la Argentina, hay que democratizar las formas de producción de la comunicación. (…) Nosotros planteamos propuestas de inclusión de diferentes sectores en la producción y participación de la radio. Apostamos a que un compañero pueda trabajar desde otro lugar y otro concepto y defina cuál es la noticia en su barrio; que no es el tema de seguridad que instalan los medios hegemónicos, sino que pasan otras cosas en los barrios populares”.
Contra el monopolio de la prensa escrita

Miguel Aponte (El Avión Negro - Centro Mozé), Nahuel Nieto (Prensa JP Descamisados), Pablo Heredia (Falta Envido - Kapiango)
La prensa gráfica, considerada a través de la historia como un adalid de la democracia republicana, está obviamente exenta de los alcances de la ley de Servicios de Comunicación Audiovisual. Sin embargo, los entrevistados coinciden en que la ley 26.522 beneficia de manera indirecta a la prensa escrita, al problematizar el rol de los medios de difusión y su mensaje hegemónico.
En este sentido, la pluralidad de mensajes mediáticos de diverso color y tenor y la concientización del público, además del combate al monopolio a través de la ley que declara de interés público la fabricación, distribución y comercialización de papel de diarios, representan una oportunidad para la creación y sostenimiento de nuevos proyectos gráficos.
Miguel Apontes, editor responsable de El Avión Negro (Centro Miguel
Angel Mozé): “El Avión Negro surgió en 2009 porque veníamos notando que en Córdoba no había una publicación que pusiera en debate ciertos temas, sumado al momento político. Recordemos el conflicto de 2008 con las patronales agrarias y las dificultades que tuvo el gobierno para dar respuesta a eso por la mala comunicación que hubo, y cómo se notó el monopolio y la propiedad concentrada de los medios de comunicación. Desde un trabajo militante y humilde, nos planteamos hacer una revista que reflejara un punto de vista sin complejos. No salíamos a defender las supuestas libertad de expresión y objetividad. Lo hacíamos desde un lugar muy definido en términos políticos: defender un proyecto nacional, un gobierno, apoyar a ciertas medidas que se venían dando, e impulsar nuevas transformaciones. Es también una herramienta para ampliar la base social y el espíritu crítico”.
Nahuel Nieto, La Voz Miente (JP Des-
* Escuela Popular de Medios Comunitarios del Centro de Estudios Miguel Angel Mozé.
camisados): “En Córdoba, hay que decir las cosas por su nombre. Acá nadie habla de que La Voz del Interior y Día a Día son Clarín, que Radio Mitre es Clarín y Cadena 3 actúa en consonancia con Clarín. A veces, nos quedamos en la cómoda de criticar que ‘Clarín miente’, pero no hablamos de La Voz, que su hegemonía en Córdoba es más grande que lo que pasa en Buenos Aires. Nuestra apuesta es destapar esto y que la gente participe, que no pase como en los medios que solamente recibe, sino que nos devuelva sus opiniones, buenas o malas, pero que opine. (…) Nos abocamos a dos vías importantes de acción: por un lado, la militancia 2.0, las redes sociales y nuestra página; y la acción en la calle, a través de intervenciones urbanas, para que las vea todo el que pase por ahí”.
Pablo Heredia, director de Falta En-
vido (Kapiango): “La revista se propone como espacio de reflexión de esa masa crítica juvenil. Es una revista política donde claramente hay una orientación de sostén crítico y proyección del proyecto nacional y popular que encarna Cristina Fernández de Kirchner. (…) Como peronistas, nos interesa pensar, cuestionar y buscar el poder. Por lo tanto, nuestro espacio de reflexión apunta a eso. En Córdoba, tenemos una tradición gorila bien marcada y Falta Envido sale al cruce de eso. (…) Uno habla con los vecinos, que a lo mejor no son kirchneristas ni nada, y saben que ‘Clarín miente’, pero con respecto a La Voz del Interior no. Mucha gente ni siquiera sabe que pertenece a Clarín, y entonces, desde hace años, no lo llaman La Voz del Interior sino ‘el diario’ de Córdoba. Una tarea de concientización de esta revista, y otras muchas que andan dando vueltas por ahí, es mostrar cómo trabajan la noticia y cómo trabajan a los lectores”.