
3 minute read
Página
editorial 17 de octubre
Al peronismo no le faltan símbolos, representaciones, mártires ni mitos. Cada 17 de octubre, desde 1945 a nuestros días, nos remite, indefectiblemente, a la democracia misma, al pueblo en las calles que ya no pide permiso para su participación activa en la vida democrática. Y esto a pesar de la perseverancia de los poderosos de ayer y de hoy por presentar a este movimiento fundado por el general Juan Domingo Perón como una fuerza autoritaria, en una disputa por la hegemonía que por momentos se manifiesta con la mayor crudeza. La vieja e identificable oligarquía, hoy expresada de manera más difusa y diversificada, no tolera ceder un ápice de sus privilegios y resiste el avance del proceso de transformación en ciernes. Resiste apelando a un abanico de herramientas, todas por igual desestabilizadoras. El 7 de diciembre, fecha en que deberá entrar en plena vigencia la Ley de Servicios Audiovisuales de Comunicación, con la obligación de las corporaciones de la comunicación –en particular el Grupo Clarín- de adecuarse a la norma, es decir desinvertir, puso a la corporación mediática como mascarón de proa de la embestida restauradora; en estos últimos días hemos asistido a una sucesión de acciones que, en algunos casos, aventaron fantasmas del pasado. Los llamados por redes sociales (alentados, claro, por los medios hegemónicos) para repudiar al gobierno (cacerolazos), que movilizaron a sectores de clase media y media alta, con un listado de reivindicaciones difícil de traducir en propuestas políticas concretas, más un reclamo de corte sindical en fuerzas de seguridad, que puso luz sobre ciertas irregularidades en la liquidación de sueldos, intereses de abogados y jueces y su industria del “amparo”, con la oportunidad nunca eludida por la reacción para generar caos en un sector tan sensible a nuestra historia política reciente, son apenas dos manifestaciones producidas con un evidente sentido y deben hacernos tomar consciencia de cuántos escollos deberá afrontar este proceso a medida que se consolida y, en consecuencia, se profundiza. De nada valdrá reaccionar con actos reflejo buscando responder cada provocación. En cambio, se impone retomar la iniciativa política, como la gran virtud de este proceso iniciado en 2003 y manifiesta en medidas hacia adelante adoptadas por el gobierno nacional frente a cada situación de conflicto, enfrentándolo y avanzando. En esto, los militantes también tenemos mucho para aportar: generando permanentemente nuevos datos y allanando el camino a Cristina. La fecha que se avecina, y todo cuanto representa, es propicia para reflexionar sobre lo que está en juego y la tarea de los militantes populares. El 17 de octubre significa, entre tantas cosas, la incorporación de vastos sectores de nuestro pueblo a la participación política, rompiendo la lógica de un rol ceñido a cierta elite dirigente, visibilizando de esta manera el gran conflicto de la Argentina: la injusticia social. Esta bisagra en la historia se recrea por estos días en el país y en Córdoba, cuando se plantea la disputa del sentido del peronismo para una resignificación de la gesta del 17 de octubre, usurpada por quienes impusieron una impronta neoliberal al justicialismo. Con ese impulso, asumiendo el desafío histórico, nos aprestamos a celebrar el “Día de la Lealtad Peronista”. Convencidos de nuestra responsabilidad como fuerza política, estamos seguros de poder contribuir humildemente a la conformación de un espacio de unidad que, con todos sus matices, pueda presentarse ante el pueblo de Córdoba como alternativa al neoliberalismo conservador hegemónico desde la recuperación democrática. Por otra parte, el proceso de integración de nuestros países se vio fortalecido con los datos llegados de Venezuela: el triunfo del presidente Hugo Chávez en las últimas elecciones representa un claro mensaje a quienes desde las derechas regionales apostaron a la interrupción del proceso de integración. El camino solitario de nuestros pueblos solo conducirá a nuevas formas de subordinación frente a los países centrales; el proceso hacia un “nuevo umbral de poder”, implicará la consolidación del bloque regional con el eje Argentina – Brasil – Venezuela, para superar la dependencia y el atraso de los pueblos Suramericanos. No es menor la empresa a la que con convicción nos sumamos. “Unidos y Organizados” es llamada esta Mesa por mandato de nuestra conductora estratégica, donde confluyen todas las expresiones políticas identificadas con el Proyecto Nacional y Popular.
Advertisement
Para pasar de la inclusión a la justicia social, profundizando el modelo con más trabajo, producción y reindustrializando el país, el “Día de la Lealtad Peronista” manifestaremos, entonces, nuestra lealtad a la compañera presidenta Cristina Fernández de Kirchner y a este proyecto iniciado en 2003.