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Por: Reyna Domínguez / Fotografía: Israel Hernández
ASOCIACIÓN AL FANNÁN
Por: Gabriela L. Harfush / Fotografía: Ana Rangel
BAITNA
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U
na tarde sumamente agradable y llena de cálidos momentos se vivieron presencialmente y por zoom, el pasado 6 de abril en el salón Baalbek de Centro Libanés A.C., durante el conversatorio con los tres hermanos Beleki y nuestro director del Comité de Enlace con Asociaciones Libanesas, Jorge Serio Canaán, las asociaciones hermanas invitadas para esta ocasión fueron la Asociación Mexicano Libanés de Caballeros, Al Furzán A.C., con su presidente, Alberto Campo, así como la Asociación Mexicano Libanesa de Contadores Públicos Al Muhasib A.C., con su presidente Alfonso Velázquez Chéquer. Julio Beleki, el mayor de los hermanos, abrió la sesión, compartiendo sus vivencias desde pequeño y cómo fue desarrollando el espíritu emprendedor, el cual él y sus hermanos han forjado a través de 24 años en su proyecto de vida y profesión.
A través de su conversación le pregunté a Julio cómo comenzó este sueño, y entonces compartió cómo sus padres fueron dándole a él y sus hermanos, el valor de lo que significa el trabajo, la disciplina, el orden, la pasión y el amor, recordándole cómo había llegado su abuelo, Pedro Beleki Maklohuf, durante la gran migración de libaneses hacia Veracruz, donde abrió una fábrica de lácteos, y posteriormente se trasladó a la Ciudad de México, cómo tuvo que adaptarse al nuevo mundo al que llegó; desde ese día, él y su descendencia, emprendieron con una estructura administrativa de primer nivel. Así, llevándonos a sus recuerdos, Julio nos fue narrando cómo desde muy pequeño su papá lo llevaba de viaje a lugares tan lejanos como a Japón, Corea del Sur y China, por el negocio que el señor Pedro Beleki Díaz había emprendido: una cadena de locales de videojuegos y a pesar de
su cansancio y sueño, al día siguiente de regresar tenía que ir a la escuela con tareas realizadas y no dejar en absoluto los estudios para continuar asumiendo responsabilidades y tomar una directriz. De esta forma, su padre fue llevándolo de la mano con tan sólo 17 años de edad y así abriría su primera empresa de minidonas (Beleki Minidonuts Co.), con la que desarrolla doscientas franquicias en México y Centroamérica. La urdimbre se iba tejiendo, porque Julio va viendo que su hermano José, el de en medio, también iba interesándose en el negocio, con estudios en administración de empresas y en diseño de interiores en la Universitá di Roma, es cofundador y parte del área creativa de este negocio. La “alfombra mágica” estaba por llegar a su fin, pues el más pequeño de