Memorias de una década de injusta prisión
En el 2002 se produce la persecución directa en contra del Partido. Secuestraron a nuestros líderes para hacerles callar, a Arrom y Martí. Nunca nos hemos cansado de denunciar todos estos atropellos, inclusive organizamos marchas para repudiar con coraje el hecho ocurrido. Desde el 2004, después de la imputación nuestra, decían que teníamos una organización delictiva, que nunca se probó desde los organismos del Estado. La razón era callarnos ante los invasores. Hoy estamos presos por nuestra coherencia, por nuestra ideología, por denunciar injusticias.
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