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Agustín Acosta

Me encantaba tomar la leche recién ordeñada por mamá. Tiene un sabor único la leche recién ordeñada. Siempre vuelvo a ese lugar de mi niñez, es de lo más hermoso que tengo. Todos los días juntaba frutas de los árboles que rodeaban nuestra casa. Me trepaba a los árboles de naranja, mandarina y mango. Montones de árboles nos rodeaban. El sol se partía entre las ramas y las hojas. Y al final del día no faltaba la rueda de chistes de mis hermanos mayores. Qué tierra cálida la nuestra, qué fácil es quererla.

Desde niño soñaba con ser locutor de radio. Extender la palabra. Ese fue un sueño cumplido. Fui locutor de radio durante 10 años en diferentes lugares. La radio nos transporta con la imaginación generada y estimulada con las palabras, los sonidos, la música.

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Quiero seguir luchando por mis sueños, por mis ideales de cambio fuera de esta prisión. Estando en libertad me gustaría ayudar a cambiar la conciencia de la sociedad, organizarme con todos aquellos que deseen vivir una sociedad distinta a la que vivimos hoy.

Tengo 44 años. Soy paraguayo, nací en el seno de una familia campesina a 176 km. de la capital, al Este, en la ciudad de Caaguazú. Mi padre fue Epifanio Acosta Ojeda, oriundo de Caacupé. Mi madre fue Toribia González también de Caacupé. Mi padre durante la dictadura fue dirigente de base del Partido del dictador, se formó en la lucha contra la insurgencia. Somos una familia numerosa: tengo 9 hermanos, de entre los nueve una sola hermana. Yo soy el décimo. No tuve la oportunidad de terminar mis estudios secundarios por razones económicas, mi padre no podía seguir costeando nuestros estudios.

A los 19 años, en 1991, por primera vez fui parte de una organización para jóvenes, fue en el campo religioso, el Movimiento Juvenil Franciscano, en donde me formé para líder grupal y en donde permanentemente discutíamos la realidad nacional.

En 1992, a los 20 años, conocí a dos seminaristas que se fueron a formar a Brasil y luego vinieron a trabajar con nosotros. Vinieron muy influenciados por la Teología de la Liberación, muy difundida en Brasil. Junto a estos dos seminaristas organizamos un encuentro para jóvenes en la Semana Santa, ahí conocí a Osmar Martínez que en ese entonces trabajaba en la Pastoral Social Juvenil. Ese mismo año, a fines de noviembre, me invitan a formar parte de una misión pastoral ahí conocí a la hermana religiosa Francisca Andino. Me tocó la oportunidad de llegar por primera vez a un asentamiento campesino en ocupación, en donde teníamos que predicar durante 7 días. Esa fue una de las experiencias que más me conmovió. Experimenté la impotencia frente a tanta injusticia que veía ante mí. Este hecho me dejó marcado. En ese lugar estaba el reflejo de la realidad paraguaya, niños desnudos sin nada que comer, no tenían vivienda, no tenían cama. No había camino, solo selva y agua alrededor, porque estaba ubicado en medio de un lago artificial de la represa de Acaray.

Durante los días que estuve en ese lugar no dejaba de asombrarme la pobreza en que vivía esta gente y la impotencia de no poder hacer nada por ellos, me causó tanto dolor. Sentí tanta indignación hacia las autoridades de mi país.

Después, a mi regreso le comenté mi experiencia a Don José del Rosario Martínez, un ex miembro de las Ligas Agrarias Cristianas, quien fue brutalmente torturado en la dictadura. Él me explicó cómo funciona la sociedad. Gustoso acepté escucharlo, aprender de él. Me comentó de la existencia de un grupo político que estaba surgiendo en la capital en donde tenía también contactos la hermana Francisca Andino.

En febrero de 1993 participé de un curso en la capital donde conocí a Juan Arrom y Anuncio Martí, ellos se encargaban de la formación junto a Bernardo Coronel. En ese entonces se trabajaba solo en la capital, cuando aún era Corriente Patria Libre.

Ese mismo año comencé a trabajar con el Frente Estudiantil junto a Camilo Soarez, Rocío Casco y otros. Al mismo tiempo seguí trabajando con el Movimiento Juvenil Religioso.

A fines de octubre y comienzo de noviembre se realiza el congreso fundacional del Movimiento Patria Libre donde participé activamente desde el sector juvenil estudiantil, llegando a formar parte de la conducción regional de mi departamento a los 21 años.

Al año siguiente, 1994, se organizaba una de las movilizaciones más grandes después de la dictadura. Todas las organizaciones populares llegaban unidas movilizando aproximadamente cuarenta mil personas a la capital. El movimiento decidió que todos debíamos participar desde el Frente

Trabajo que estábamos desarrollando el campesinado, los barrios y el sector estudiantil y juvenil. Me tocó una activa participación en toda la marcha, junto a los principales referentes del departamento de las organizaciones campesinas.

Este mismo año se produce nuevamente una movilización nacional el 2 de mayo, con cortes de ruta en varios puntos del país. Me tocó conducir el acto en pleno corte de ruta. En aquella lucha resultó muerto un compañero joven de San Pedro, Sebastián Larrosa, en manos de la policía nacional.

Todas estas situaciones me comprometían más en la lucha por la liberación, el corte de ruta se realizó en Caaguazú. Participé activamente con la hermana religiosa Francisca Andino. Con ella y una compañera del sector estudiantil, Sonia López, conducimos el acto. Trabajábamos juntos en el Frente Juvenil dentro del Movimiento Patria Libre.

A finales de ese año fui electo coordinador nacional de la Juventud Franciscana (JUFRA), esto me permitió recorrer todo el país trabajando en la formación de los jóvenes desde la teología de la liberación. Al mismo tiempo iba asumiendo una postura política más firme en la tarea de formación.

En enero de 1995, a los 23 años, iniciaba mi experiencia como conductor de un programa radial en una radio de mediana cobertura, la FM Centenario de la ciudad de Caaguazú. Esto me permitió generar mis propios ingresos para la tarea que venía desarrollando en el campo popular. Este mismo mes de enero asumía el cargo de Coordinador Nacional de la Juventud Franciscana.

En el mes de octubre de 1995 participé de un encuentro latinoamericano de juventudes franciscanas en Chile que fue muy importante en mi proceso de formación, sobre todo por el intercambio de experiencias de lucha de jóvenes de toda Latinoamérica. Toda esta entrega me lleva a un roce con mi padre en el seno de mi familia, generando un alejamiento. Tomé la decisión de mudarme de mi casa a otra ciudad, ejerciendo la profesión de conductor de programas radiales. Representaba una dificultad a la hora de asumir las tareas que venía desarrollando en el campo popular, ya que la organización no contaba con los medios para ayudarme en esos momentos difíciles que me tocaba enfrentar.

Como consecuencia, me alejé también de las actividades desde enero de 1996 y dediqué mi tiempo completo a la radio.

En el 2001 retomé las actividades del movimiento Patria Libre, alejándome un poco más de las actividades dentro de la radio, no totalmente, sino dedicándole menos tiempo para poder activar nuevamente en el campo popular. Inicié un trabajo en los barrios de la ciudad de Caaguazú en la tarea de formación popular en horas de la noche, dos veces por semana, una

experiencia muy rica que me fortaleció bastante para comprometerme con ganas nuevamente en la tarea de construcción de la herramienta política.

En enero del 2002 fueron secuestrados y torturados Juan Arrom y Anuncio Martí. Esto generó una nueva coyuntura dentro del movimiento Patria Libre. En ese momento me encontraba viviendo en Vaquería, trabajando en una radio comunitaria generando debate permanente sobre temas relacionados a la realidad nacional.

En marzo de ese año participé activamente en la Conferencia Nacional del Movimiento Patria Libre donde se decidió la constitución del Partido Patria Libre.

Trabajamos desde ese momento para lograr dicho objetivo. Me incorporé a la Dirección Regional de Caaguazú para la campaña de afiliación. Concretamos el objetivo de afiliar a 14 mil personas para el mes de octubre. Me comprometía como miembro fundador del Partido Patria Libre, acompañando a los principales dirigentes al Tribunal Superior de Justicia Electoral de la Capital, Juan Arrom, Anuncio Martí, Osmar Martínez y varios otros. Fui candidato a la Junta Departamental para las elecciones generales del 2003. Asumimos con todo coraje el desafío que teníamos.

Dentro de las tareas que me tocó desempeñar desde el 2002, puedo decir que asumí la tarea de construir un espacio de discusión con referentes ex miembros de la Federación Nacional Campesina, para conformar una organización gremial reivindicativa que después de muchos debates se pudo concretar en febrero del 2004 en la ciudad de Caaguazú. Formé parte de la conducción nacional en el área de la formación política e ideológica, tarea que venía desarrollando en estos últimos tiempos dentro del Movimiento Agrario y Popular, del cual soy miembro fundador.

Participé activamente en los cortes de ruta en septiembre del 2004 en la conducción de la movilización dentro del Frente Departamental de Lucha por la Vida y la Soberanía durante 5 días en Caaguazú.

Ese mismo año, en noviembre, integré otras jornadas de lucha en los cortes de ruta que nuevamente persistieron durante varios días con fuerte represión por parte de los organismos de seguridad.

Desde enero del 2005 se inicia una feroz persecución contra los dirigentes del Partido. La Fiscalía General del Estado nos acusa de ser responsables del secuestro de la hija del ex Presidente de la República, Raúl Cubas.

Asumí la tarea que me designan los compañeros del Partido de ser vocero de la organización ante la prensa, tarea que desempeñé a la altura de mis posibilidades defendiendo públicamente las actividades que el Partido venía desarrollando.

Todas estas situaciones me han valido para estar hoy acusado de ser dirigente del Partido Patria Libre, porque he asumido con valentía la tarea revolucionaria de enfrentar la farsa y la infamia que ha creado la Fiscalía Paraguaya para hacer desaparecer al Partido Patria Libre.

Soy Agustín Acosta González. Estoy muy orgulloso de mi origen campesino. Hemos dejado de vivir arrodillados ante el feroz enemigo que tenemos en frente. Aprendí que la libertad no se compra ni se negocia, se conquista en cada acto, en cada gesto que nos haga más humanos.