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Carta de los Seis. Penal de devoto, 12 septiembre de 2006

CARTA DE LOS SEIS

Penal de Devoto, Buenos Aires, 12 septiembre de 2006

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Somos los 6 presos políticos paraguayos. Desde la cárcel de Devoto nos dirigimos a los compañeros y compañeras del mundo para hacer libre nuestro pensamiento.

Paraguay ha venido sufriendo desde 1954 al gobierno de un solo Partido, el Colorado. Este partido político ha hegemonizado el poder político, militar y económico sometiendo al pueblo a la miseria, con la exclusión de la mayoría de la población paraguaya, principalmente campesina. Este sector está postergado en todas sus necesidades básicas, la falta de tierra, salud, educación, asistencia técnica, comunicación, vivienda digna, trabajo.

Esta situación de saqueo y miseria fue agravada por la represión sistemática que fuera instalada por la dictadura de Stroessner con la aplicación del Plan Cóndor3: torturas a dirigentes campesinos, trabajadores y estudiantes generando unos 30 mil desaparecidos, 300 mil detenidos torturados y cientos de líderes exiliados. Macabro plan que se extendió de forma abierta hasta 1989.

Con la salida de Stroessner del poder, la caída del dictador, se inicia una nueva etapa de gobierno del Partido Colorado. Siempre con la ayuda de los E.E.U.U., ahora con discurso democrático los allegados de la dictadura toman las riendas del país.

Se fue Stroessner, pero quedó su entorno para seguir manejando el país con las mafias que financian las campañas electorales del Partido Colorado, a través del tráfico de armas, de drogas, del comercio ilegal.

Es en este contexto que se han venido desarrollando las luchas populares, encabezadas históricamente por el campesinado, sumando ya 150 compañeros asesinados desde que se fue Stroessner, y miles de dirigentes torturados en las comisarías. Víctimas de la injusticia social por la falta de tierra, los pequeños productores suman ya unos 350 mil sin tierras en todo el país. Se les explota pagando sumas injustas, miserables, por los productos de la agricultura.

Paraguay hoy es considerado prioridad por el Comando Sur del Gobierno de Estados Unidos, dado el acceso a riquísimas fuentes de energía que le

3 Plan de coordinación de operaciones entre los servicios de inteligencia de las dictaduras que gobernaban Argentina, Chile, Uruguay, Brasil, Paraguay y Bolivia, en coordinación directa con Estados Unidos. La operación consistía en el intercambio de información entre los países involucrados sobre supuestos subversivos y eliminar a enemigos políticos para instalar políticas neoliberales. Fue llevada a cabo entre 1970 y 1980, en el marco de la Guerra Fría. Según datos hallados en los Archivos del Terror fueron asesinadas 50.000 personas, 30.000 desaparecidas y 400.000 encarceladas.

ofrece nuestro territorio en forma alternativa para el futuro, desde la biodiversidad y el agua hasta los cultivos de soja. Estos recursos pueden llegar a sustituir parcialmente al petróleo como fuente de energía.

Esta situación es determinante para la política de Comercio y Seguridad diseñada por la Casa Blanca como sustituto de la Doctrina de Seguridad Nacional. En este marco, Paraguay ha venido viviendo una abierta persecución a los líderes sociales y políticos, la que se agudizó desde el 2002 con el secuestro y tortura de los dirigentes del Partido Patria Libre. Ellos fueron secuestrados y torturados por organismos de seguridad del Estado (policía, militares, fiscalía) en una persecución política e ideológica con prácticas de terrorismo de Estado.

Con la llegada de Duarte Frutos al poder se agudizaron las políticas neoliberales y mayor ha sido la persecución a las organizaciones con un fuerte respaldo de los E.E.U.U. Hoy día Paraguay vive la militarización interna focalizada en las áreas rurales por el ascenso de los movimientos campesinos y grupos de izquierda. Los militares fueron autorizados por decreto a actuar en tareas de seguridad interna, en colaboración con la policía, en lugares estratégicos. Su presencia es más fuerte donde se encuentran organizaciones campesinas, encarnando la desaparición total del Estado de Derecho.

Se han sumado además, las Comisiones de Seguridad Ciudadana, integradas por miembros del Partido Colorado y delincuentes, convirtiéndose en cuerpos paralelos de seguridad, verdaderos grupos paramilitares armados por el Estado, con la tarea de eliminar en forma selectiva a los líderes de las organizaciones campesinas4. El 11 de julio pasado le ha tocado al compañero Luís Martínez de San Pedro. El año pasado fueron asesinados los compañeros Ángel Cristaldo y Leoncio Torres en Vaquería.

Por su parte la Fiscalía ha procesado a más de 2.000 dirigentes de diferentes organizaciones en una abierta criminalización de las luchas populares en Paraguay. Es por denunciar estas atrocidades que hoy estamos detenidos, acusados de un delito que no hemos cometido.

4 El 27 de agosto del año 2003, el entonces presidente Duarte Frutos dictó el Decreto 167 «Por el cual se dispone la tarea conjunta de los miembros de la Policía Nacional y las Fuerzas Armadas de la Nación, con la finalidad de garantizar la seguridad interna» aprobando la actuación conjunta de fuerzas policiales y militares en tareas de Seguridad Interior. Las Fuerzas Armadas pasan a tener intervención directa en la represión de las luchas sociales, actúan junto a la Policía Nacional en desalojos de ocupaciones campesinas y en la vigilancia de sembradíos de soja, entre otras actividades de “seguridad”.

Como parte de esa política se instalan Destacamentos Militares a lo largo del territorio, sobre todo en zonas de conflicto social. En el mismo año, a través de un decreto del Ministerio del Interior se crean oficialmente las Comisiones de Seguridad Ciudadana (CSC), popularmente conocidas como “Comisiones Garrote”. Este decreto vino a legalizar la existencia de estructuras represivas privadas, fuerzas parapoliciales que ya actuaban sobre todo en zonas rurales. Estas organizaciones paraestatales son una parte importante en la política represiva hacia sectores en lucha. En el caso del campesinado, cometieron al menos el 38% de los asesinatos de líderes campesinos ocurridos desde 1989 con absoluta impunidad.

Estas son las razones de nuestra lucha. 25 % de los campesinos viven en la indigencia. 20 % de los campesinos son expulsados de sus tierras por la pobreza y la extensión de la frontera de la soja. 600.000 niños desnutridos. 1.700.000 desocupados. 350.000 campesinos sin tierra. 2.200.000 pobres. 1.000.000 de paraguayos en Buenos Aires.

Estas son las razones de nuestra rebeldía. Luchamos por un Paraguay libre, independiente y socialista.

Agustín Acosta González Simeón Bordón Salinas Arístides Vera Silguero Roque Rodríguez Torales, Basiliano Cardozo Jiménez Gustavo Lezcano Espínola