Edición de Junio de 2025 del Mensajero Ala Blanca

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Forjando relaciones auténticas

CHARLOTTE

CREEMOS en la Santísima Trinidad, un solo Dios que existe eternamente en tres personas: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.

Creemos en un solo Dios Padre, Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible.

Creemos en un solo Señor, Jesucristo, el Hijo unigénito de Dios, eternamente engendrado por el Padre. Todo fue creado por medio de Él y para Él. Él es Dios verdadero y hombre verdadero. Fue concebido por el poder del Espíritu Santo, y nació de la virgen María. Padeció, murió y fue sepultado, y al tercer día resucitó de entre los muertos. Ascendió a la diestra del Padre, y volverá para juzgar a los vivos y a los muertos. Su reino no tendrá fin.

Creemos en el Espíritu Santo, el Señor y Dador de la vida, quien procede eternamente del Padre. Él es Maestro, Consolador, Ayudador y Dador de los dones espirituales. Por medio de Él se aplica la obra salvífica y santificadora de Jesucristo a la vida del creyente. Él es la empoderadora presencia de Dios en la vida del cristiano y de la Iglesia. El Padre ha enviado a Su Hijo a bautizar con el Espíritu Santo. Hablar en lenguas y llevar el fruto del Espíritu son las señales neotestamentarias del ser llenos del Espíritu Santo.

Creemos que la salvación es por gracia por medio de la fe en la muerte expiatoria de Jesucristo en la cruz. Él murió en lugar nuestro. Los pecados del creyente son perdonados por el derramamiento de la sangre de Jesucristo. Creemos que hay sanidad para la mente, el cuerpo, el alma y el espíritu del creyente por medio de la sangre de Jesucristo y el poder del Espíritu Santo. Creemos en solo bautismo en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.

Creemos que la gracia de Dios trae perdón y reconciliación a los que se arrepienten, además de la santificación, la cual los capacita para vivir a la manera de Cristo. La santificación es tanto una obra definitiva de la gracia como un proceso de transformación constante en el creyente efectuada por la sangre de Jesucristo, la Palabra de Dios y el poder del Espíritu Santo.

Creemos en una Iglesia santa y universal, que se compone de todos los verdaderos creyentes en Jesucristo, la cual ofrece confraternidad y llamamiento al servicio para los hombres y las mujeres de todas las razas, naciones, culturas y lenguas. Creemos en la unidad espiritual y visible de la Iglesia.

Creemos que la Biblia —que consiste del Antiguo y el Nuevo Testamento— es la Palabra inspirada de Dios. La Biblia revela el carácter y la voluntad de Dios para la humanidad; y es suficiente para instruir en la salvación y la vida cristiana diaria. La Biblia es la regla de fe y conducta del cristiano.

Creemos que Dios reconciliará, en Cristo, todas las cosas en el cielo y en la tierra. Por lo tanto, esperamos un cielo nuevo y una tierra nueva donde mora la justicia.

Personal editorial

Editor y publicador: Tim Coalter

Editora administrativa: Marsha Robinson

Editora asistente: Hillary Ojeda

Traducción y revisión: Departamento Mundial de Lenguajes

Diseño gráfico: Charlie Scruggs

Sobre la Iglesia de Dios de la Profecía

La Iglesia de Dios de la Profecía es un vibrante cuerpo mundial de creyentes, unidos en adoración, trabajando mano a mano para compartir el amor de Dios y un mensaje de esperanza a los quebrantados de corazón. Esta organización cuenta con más de un millón de miembros y más de 10,000 ministros, que se reúnen para adorar en más de 10,000 iglesias o misiones en 135 naciones del mundo.

Los valores centrales de la Iglesia de Dios de la Profecía

• La oración

• La cosecha

• El desarrollo del liderazgo

• La mayordomía bíblica

• El servicio

Declaración de visión

Reconciliar al mundo con Cristo por medio del poder del Espíritu Santo.

Declaración de misión

La Iglesia de Dios de la Profecía será un movimiento mundial que exalte a Cristo, procure la santidad, esté lleno del Espíritu, esté abierto a todas las naciones, sea hacedor de discípulos, sea establecedor de iglesias, y sienta gran pasión por la unión cristiana.

Presbiterio general:

Tim Coalter: Obispo principal

Clayton Endecott: Eurasia y el Oriente

Medio

Benjamín Feliz: México, Centroamérica y el Caribe de habla hispana

James Kolawole: África

Clayton Martin: Islas del Caribe y del Océano Atlántico

Tim McCaleb: Asia, Australia y Oceanía

Brian Sutton: Norteamérica

Gabriel E. Vidal: Sudamérica

Crédito: La imagen que aparece en la cobertura fue tomada por el Dr. Shaun McKinley en el IIMN en Nepal, el 6 de febrero de 2025.

ARTÍCULOS

8 Homenaje a Kelly Coalter Departmento de Editorial

11 Relaciones: Se trata del amor Charlotte Adams

14 Homenaje a Betty Fisher Departmento de Editorial

16 Establecer relaciones genuinas Marie Proctor

18 La relaciones pueden abrir puertas Wallace Pratt

DEPARTAMENTOS

22 Comunicaciones Mundiales La amistad incondicional: La clave de la evangelización relacional

24 Ministerio de Mayordomía Teología de la mayordomía: Un llamado a la responsabilidad

25 Desarrollo Ministerial Acreditado Reflexiones sobre las relaciones

27 Seminario Espíritu y Vida Festividades de graduación

36 Ministerio del Patrimonio Histórico En Su presencia

EDITORIALES

4 Avanzando hacia el futuro Fred S. Fisher, padre

6 Conexiones Uruguay

30 Celebrando los 100 años IDP Union Grove

32 Celebrando los 100 años IDP Gold Valley

34 Esta es mi historia Jacob Pharr

OBISPO FRED FISHER, PADRE

El siguiente es un extracto de un saludo que el otrora supervisor general, el obispo Fred Fisher, dio en la Asamblea General de 2012 en Louisville, Kentucky. El Obispo Fisher sirvió como el cuarto supervisor general de la Iglesia de Dios de la Profecía, evangelista, supervisor estatal, presbítero general y pastor. El obispo Fisher falleció el 13 de mayo de 2024, y fue honrado en un Mensajero Ala Blanca posterior. Su esposa, Betty, falleció este año. Su tributo se encuentra en esta edición de la revista.

FUEGO Y COMUNIÓN

Los arqueólogos dicen haber descubierto evidencia, que data miles años atrás, sobre la existencia de hombres y familias que se reunían alrededor de fogatas para compartir con amistades y los unos con los otros.

No puedo corroborar la veracidad de esta historia. Pero sí puedo decir que hace más de 2,000 años atrás, en un Aposento Alto, el Señor invistió a Su iglesia con el bautismo del Espíritu Santo y lenguas como de fuego aparecieron sobre las cabezas de los allí reunidos, acompañado de un viento recio que sopló por las calles de Jerusalén hasta los umbrales del mundo. Luego de esto, 3,000 personas se unieron al número, y después 5,000 más. Esto cambió al mundo. Ellos trastornaron el mundo entero. Juntos.

Luego, a finales del siglo 19, en una remota región montañosa, un pequeño grupo de creyentes hambrientos del Señor se reunieron en la Escuela Shearer para recibir de Dios. Allí ocurrió otra visitación del fuego de Dios, y el grupo fue bautizado con el fuego del Dios. El grupo anhelaba la llenura del fuego de Dios y fue así como comenzó la Iglesia de Dios.

Este pequeño grupo de personas viajaron a caballo y en carretas tiradas por bueyes; cruzaron arroyos, ríos crecientes, atravesaron las montañas de Carolina del Norte, Tennessee y Georgia hasta llegar a Cleveland, Tennessee. Ellos no tuvieron mucha educación ni recursos financieros, pero este humilde comienzo abrió el camino para que hoy nos encontremos operando en los siete continentes, en más de 130 países alrededor del mundo.

La hermana W.F. Bryant testificó haber viajado en carreta para asistir a nuestra primera Asamblea General. Hoy día viajamos de diferentes partes del mundo –de lugares cercanos y muy lejanos–, por avión o en automóviles, para reunirnos en centros de convenciones y hoteles porque el Espíritu Santo sigue avivando el fuego de comunión en nuestro medios. Él nos está llamando como familia, para que seamos arropados por este fuego.

Pablo les escribió a los romanos diciendo, “Tengo muchos deseos de verlos para que unos a otros nos animemos con la fe que compartimos. Quiero que sepan, hermanos, que aunque hasta ahora no he podido visitarlos, muchas veces me he propuesto hacerlo, para recoger algún fruto entre ustedes. Lo primero que haré al llegar es compartir con vosotros”.

Él sabía que la comunión sería de bendición. El compañerismo es necesario. Él amonestó a los romanos, y a nosotros diciendo, “Lloren con los que lloran”. Hoy lloramos por el sufrimiento que padecen nuestros hermanos en Haití a causa de los

terremotos, por Hackleburg, Alabama que fue devastado por los tornados y también por otros lugares en el sureste que han experimentado muchas tragedias.

También nos unimos al dolor de África por la pérdida de su amado presbítero general; lloramos con los obispos que han perdido a sus amadas esposas. Sin duda, hay muchas razones por las cuales lloramos.

Pablo también nos manda a regocijarnos con aquéllos que se unieron a Tim McCaleb en reconstruir el orfanato de Haití y otros edificios. Nos regocijamos y alabamos a Dios por aquellos que comparten el evangelio. Nos regocijamos con África quien recibió un nuevo presbítero general. Nos regocijamos unos con otros.

El fuego de Dios ruge y las llamas crecen más y más. Nosotros, unidos, como familia, podemos sentir el calor del amor y la vida por doquier.

El fuego de Dios nos llama a que nos reunamos en nuestras iglesias, hogares, mercados y restaurantes para compartir los unos con los otros.

Yo necesito de usted. No puedo sin su ayuda. Comparta su amor y comunión conmigo. Acerquémonos al fuego de Dios y salgamos bien saturados para llevar el evangelio al mundo. La Iglesia de Dios de la Profecía tiene capacidad para todos. Los jóvenes y viejos danzan juntos; los del sur, norte, medio oeste, norteamericanos, latinoamericanos, europeos, caribeños, mediterráneos, rusos, africanos, asiáticos, etc., todos nos podemos sumergir en un solo fuego para ser impulsados a la comunión los unos con los otros.

William Booth, el fundador del Ejército de Salvación, escribió el cántico “Manda el fuego”, que fue traducido e interpretado por el cantautor Marco Barrientos. La cuarta estrofa dice lo siguiente:

Tu fuego hoy rogamos ver Mándalo

Que llene todo nuestro ser

Manda el fuego hoy

Con gracia para el mundo amar

Con fuerza para el mundo conquistar

En santidad siempre andar

Manda el fuego hoy

Manda el fuego

Manda el fuego

Manda el fuego

Manda el fuego hoy

CONEXIONES

Noticias de URUGUAY

Informe del retiro ministerial

MELANIE SUÁREZ Y PAMELA MOREIRA | DEPARTAMENTO NACIONAL DE COMUNICACIONES

Con gran gozo en nuestros corazones compartimos lo vivido en nuestro retiro ministerial el fin de semana del 18 al 20 de abril en el complejo Betania, departamento de Canelones, Uruguay.

El obispo nacional, Marco Antonio Benavides, convocó al ministerio nacional y líderes locales bajo el lema “Prosigo a la meta”, donde tuvimos una asistencia de 9 pastores y 47 líderes en esta actividad.

Nuestros invitados fueron el Dr. obispo Elías Rodríguez y el obispo nacional de Colombia, Juan Carlos Correa, quienes fueron usados para la gloria de Dios. El obispo Rodríguez nos enseñó durante este fin de semana bajo el tema, “El llamado al ministerio pastoral”; además de compartirnos la predicación de la Palabra de Dios la noche del viernes y el sábado, y ministramos el domingo en la mañana la “Cena del Señor y el lavatorio de pies”.

El obispo Juan Carlos Correa también fue de mucha bendición al compartirnos durante esos días bajo el tema, “El pastor, ética, integridad y convicciones”, además de predicarnos en el culto de clausura.

Estos siervos de Dios fueron usados de manera muy especial en la que cada uno de los participantes fuimos confrontados con la Palabra de Dios a través de las enseñanzas y las predicaciones. El Espíritu Santo limpió, santificó y llenó nuestras vidas con Su presencia, dándonos gran gozo, fortaleza y la esperanza de que vendrán tiempos mejores bajo Su dirección para la iglesia en nuestros país.

Todo lo vivido este fin de semana en nuestro retiro ministerial nos impulsa a seguir adelante depositando toda nuestra confianza en nuestro Dios, quien bendecirá nuestra iglesia en Uruguay.

Reflejar el corazón de Jesús HOMENAJE A

KELLY MOORE COALTER

(1959–2025)
“No puede haber fe y temor en la misma oración”.

El 2 de febrero de 2025, rodeada de su amada familia y sostenida por las oraciones de su familia global de la Iglesia de Dios de la Profecía, Kelly Moore Coalter partió tranquilamente hacia la eternidad. Su fallecimiento marcó el final de una breve, valiente y llena de gracia batalla contra el cáncer; pero su historia resonará por todas las generaciones. Resumir su vida con fechas y logros sería solo tocar la superficie. Ella fue esposa, madre, hermana, Mia (como la llamaban sus nietos cariñosamente), amiga y líder servicial cuya vida irradiaba bondad, profunda convicción espiritual y amor genuino. Vivió el lema de su vida: “Refleja el corazón de Jesús en todo lo que hagas”.

Una vida de amor y ministerio

Kelly nació en 1959 de padres Bob y Rene Moore, en Rapid City, Dakota del Sur, y creció con un corazón sensible por la gente que la rodeaba. Desde los primeros días de su matrimonio, Tim y Kelly Coalter

sirvieron en el ministerio como un equipo unificado. Desde que iniciaron en el evangelismo nacional hasta la pastoral por 28 años, y luego en el liderazgo estatal e internacional, Kelly siempre mantuvo una presencia firme, sabia y consagrada.

En 2022, cuando el obispo Coalter fue nombrado obispo principal de la Iglesia de Dios de la Profecía, la influencia de Kelly se amplió silenciosamente. Su servicio fue más allá de los títulos, aunque se desempeñó como asistente administrativa de la oficina del obispo principal, como intercesora, confidente y consejera de su esposo. Sus viajes la llevaron a Nigeria, India, las Bahamas y más allá, siempre con el mismo espíritu amable y Cristo-céntrico.

El ministerio de la presencia

Kelly tenía el don de hacer que la gente se sintiera importante. Ya sea que fuera una persona que conocía de mucho tiempo o alguien que conocía por primera vez,

“Refleja el corazón de Jesús en todo lo que hagas”.

ella tomaba tiempo para escuchar y conversar. Nunca apresuró una conversación. Su calidez no era fabricada, sino que brotaba de su corazón. También impactó muchas vidas a través de sus notas escritas a mano, sus palabras oportunas y sus oraciones compasivas. En los últimos años de vida de su madre, ella limitó su ministerio público para cuidarla, una vez más demostrando su compromiso con el amor y el servicio.

Fe en el fuego

El diagnóstico de cáncer pareció llegar sin previo aviso. Sin embargo, durante esos meses su testimonio fue aún más grande. Siempre decía: “No puede haber fe y temor en la misma oración”, y ella vivió esa verdad. Afrontó cada día con valentía y cada desafío con confianza en la soberanía de Dios. Su paz no provenía de la negación, sino de su firme certeza. Aun en su sufrimiento, fue una fuente de consuelo para los demás. Su fe no flaqueó; más bien, floreció.

Su familia, su corazón

El gozo más grande de Kelly era su hogar. Fue una esposa abnegada durante 45 años de casada con el obispo Tim Coalter; madre de Amber, Robyn y Corey; y Mia de ocho nietos muy queridos. Kelly asistió a juegos, celebró logros e inspiró palabras de vida sobre aquellos a quienes amaba. Su hermana Vickie, su familia e iglesia dan testimonio del tipo de mujer que era: no se le olvidaba los cumpleaños, se identificaba con el dolor de los demás, y nunca perdía la esperanza.

Un legado mundial

Numerosos tributos han llegado de todo el mundo. Kelly no buscaba protagonismo, pero dejó una huella

imborrable en miles de personas. Ella impactó la vida de las personas en la vida diaria –a través de comidas que compartía, sus oraciones y su oído para escuchar atentamente. El 7 de febrero, cientos de personas se reunieron en la Iglesia de Dios de la Profecía ubicada en la Peerless Road en Cleveland, Tennessee. Los pastores Darren Schalk, el obispo Duke Stone y el obispo George McLaughlin estuvieron a cargo de la celebración de la vida de Kelly. Personas de alrededor del mundo se conectaron en línea para la celebración. Fue una despedida sagrada y un llamado a continuar con su legado.

“¿Qué podría hacer del cielo un lugar más amoroso?”, preguntó el pastor Darren Schalk al inicio del servicio. “Si alguien pudiera hacerlo, sería Kelly Coalter. Ella no solo amaba a la gente; amaba todo lo que respiraba, porque aun las vacas detrás de su casa tenían nombre”.

El obispo George McLaughlin, amigo de la familia desde hace mucho tiempo, compartió un emotivo tributo centrado en las Escrituras y saturado de memorias de la vida de Kelly. “Ella era una de mis personas favoritas en el mundo. Tenía una personalidad cautivadora. Querías estar cerca de ella. Aun en sus últimos días, ministró a las personas. Un hombre que estaba en el hospital comentó que nunca nadie había orado por él, hasta que Kelly llegó”.

“Tim y Kelly no eran solo líderes”, dijo Randy Adkins, un querido amigo que ganaron durante sus 16 años de ministerio en Roanoke, Virginia. “Eran una familia. Para Kelly no habían desconocidos. En los restaurantes, se acercaba a la mesa de al lado y preguntaba qué tenían

en su plato. Tim solo agachaba la cabeza y decía: ‘Ay, Kelly…’” Todas las historias resaltan las mismas virtudes que Kelly tenía: lealtad, sinceridad y habilidad para atraer a los demás. “No buscaba protagonismo”, dijo Randy. “Se sentía cómoda tras bastidores, pero siempre hacía que la gente se sintiera importante”.

El obispo Tim Coalter fue el último en hablar en el servicio, pero no como obispo principal de la Iglesia de Dios de la Profecía, sino como esposo, padre y un hombre en duelo. Inició su participación con una historia de su nieta Grace, quien recordó que su Mia había dicho que moriría un domingo antes de las 10:00 a.m. “. . . porque quiero estar en la iglesia en el cielo”, había dicho. Y fue exactamente la hora cuando partió. Ella no era predicadora, pero predicó con su vida.

Dignamente, el servicio concluyó con una tradición familiar: el aporreo de las ollas y las cazuelas. Kelly, originaria de Dakota del Sur, donde el vecino más

cercano podría estar a kilómetros de distancia, transmitió un ritual de Año Nuevo a sus hijos y nietos. Todos los años, a medianoche, hacían sonar alegremente las ollas y las cazuelas para dar la bienvenida al Año Nuevo. Y así, ese día, la congregación contó hasta diez, y las cazuelas sonaron en señal de celebración, esta vez no por un año nuevo, sino por el comienzo de la eternidad de Kelly.

Ecos de una vida bien vivida

Kelly Moore Coalter era una mujer del reino. No solo creía en el evangelio; ella lo encarnaba. Su legado son las vidas que tocó, las oraciones que hizo y el amor que modeló. Hoy, al recordarla, somos inspirados a vivir su ejemplo –amar profundamente, escuchar atentamente, servir sin hacer ruido y creer con denuedo. Su carrera ha terminado; la nuestra continúa, no con temor, sino con la misma fe que ella tenía: fe en un Salvador que recibe a Sus hijos en casa con gozo.

Relaciones: SE TRATA DEL AMOR

Este mundo, esta vida, no es mi hogar; soy peregrina aquí. Cuando le preguntaron a Jesús: “¿Cuál es el gran mandamiento?”, firmemente respondió: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente”. Este es el primer y más importante mandamiento (Mateo 22:37, 38). Seguido, Jesús dijo que el segundo mandamiento es semejante al primero: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo” (v. 39). Estos dos decretos son tan importantes que Jesús dijo que de ellos depende toda la ley de Dios y las palabras de los profetas. Para Jesús es importante que usted y yo entendamos bien el significado de estos dos “amores”. En palabras sencillas, ame a Dios con todas sus fuerzas y ame a su prójimo como se ama a sí mismo. Los mandamientos más grandes deben basarse en

relaciones auténticas e intencionadas con Dios y con los demás.

¿Qué resultados tendríamos en el mundo si de alguna manera pudiéramos abrazar y vivir verdaderamente estos dos mandamientos? Esto parece muy sencillo. Jesús dijo que toda la ley depende de estas dos relaciones. Bastante fácil, ¿verdad? Bueno, tal vez no. Pero así como los días se vuelven en décadas tan rápido de lo que mi mente puede comprender, con cada año que pasa comprendo más y más el valor de las relaciones.

La primera iglesia que mi esposo y yo tuvimos el privilegio de pastorear estaba ubicada en el norte de

Mississippi y era un grupo precioso de personas que amaban profundamente a Jesús. Éramos muy jóvenes, enérgicos y queríamos hacer muchas cosas. Llegamos a la iglesia con todas las fuerzas del mundo. Queríamos remodelar el edificio, poner un letrero iluminado, expandir el estacionamiento, y la lista seguía y seguía. Los hermanos nos mostraron su amor a través de nuestro aprendizaje y se lanzaron con nosotros en la maravillosa aventura.

En la congregación había una preciosa pareja de casi 70 años que nos amaban y animaban constantemente. Su aliento y amabilidad hacia mí (de apenas 20 años) todavía me hace llorar. Su fidelidad al Señor, su pasión y vida de oración me impresionaron tanto que hasta el día de hoy pienso en ellos. Su amor por nosotros fue incondicional, y [recuerdo] que cuando el hermano Wilson oraba el cielo prestaba atención. Sus relaciones eran íntegras. Un día, cuando camine por las calles de oro, quiero sentarme junto al mar de cristal y decirle a esta amada pareja lo que su amor significó para mí.

Mi esposo, Billy, es el obispo administrativo de la Iglesia

de Dios de la Profecía de Georgia (EUA) y viajo con él por el estado en sus responsabilidades de ministrar y dirigir los asuntos de la iglesia. Hace un par de años, llegamos a una propiedad en el norte de Georgia donde una vez había una iglesia de la IDP, pero por años había cerrado sus puertas. Allí nos esperaba una mujer que nunca habíamos conocido. Ella tenía una cita con nosotros para firmar un acuerdo de “arrendamiento con opción a compra” de la propiedad. Sus planes era comenzar una iglesia independiente en el lugar.

Desde el saludo inicial, sentí una conexión divina. Brevemente nos compartió su maravillosa historia; había sido pastora, había trabajado en un hospital, tenía un doctorado y en ese momento era propietaria de una empresa de construcción. Sin duda, su historia era cautivadora, pero fue su espíritu y pasión por Jesús lo que nos atrajo como un imán.

Concluimos el negocio, pero mientras nos subíamos al carro, le dije a mi esposo que rompiera el contrato de arrendamiento y le preguntara si quería unirse a nuestra familia de la IDP. Realmente yo quería que la invitara a plantar esta nueva iglesia con nosotros. “¿Estás bromeando?”, me dijo mi esposo. “Pensará que estoy loco si le hago este tipo de propuesta”.

Pero el Señor nos permitió seguir teniendo contacto con ella. Él nos dio la oportunidad de asistir al servicio de apertura y nos quedamos asombrados de ver la casa llena el primer día. La invité a nuestra conferencia de mujeres en 2024 para que nos compartiera su poderoso testimonio. Luego, nuestro hijo la invitó al evento otoñal de jóvenes, Generation Unleashed, de Georgia. Durante ese evento, mi esposo pudo reunirse con ella y le dijo que considerara unirse a nuestra familia de la iglesia. Ella oró sobre la consideración durante unas semanas, y luego se reunió con su equipo de liderazgo. Cuando llegó el tiempo correcto, se acercó a nosotros y nos dio un “¡Sí!” firme. La pastora Lisa Dee y la iglesia Free to Worship son ahora parte de la familia de la IDP. Nos sorprendió y maravilló durante el servicio de apertura (mientras la gente seguía llegando) que Free to Worship es una iglesia que tiene una membresía de cien personas. No se puede subestimar el poder de las relaciones.

Debemos entender que Jesús nos dice que amemos a Dios sobre todas las cosas, mientras amamos a los demás, y luego a través del ejemplo viviremos las MEJORES NOTICIAS. No olvide que el engañador está entre nosotros, buscando distraer, destruir y desanimar estas relaciones que provienen de Dios. Seamos sobrios y no caigamos en sus trampas. Dios nos insta a alentar y a levantarnos unos a otros, pero Satanás busca distraernos con celos y avaricia, manipulando todo para que nos comparemos entre nosotros y usemos nuestras palabras para destruir el carácter de nuestro prójimo. Si Satanás está vociferando a sus oídos, está hablando mentiras y medias verdades. Ese es su lenguaje. Su plan maestro es dividir y conquistar.

¡Nuestro Señor restaura relaciones! Recientemente, mi esposo y yo tuvimos la oportunidad de restaurar una relación. Esto es más hermoso de lo que las simples palabras pueden expresar. Hace aproximadamente veinticinco años, un número de personas abandonaron nuestra iglesia incluyendo el pastor de jóvenes. Tenga en mente que la tarea del diablo es dividir y conquistar. Sin embargo, hace aproximadamente un año, el Señor comenzó a tratar con este caballero, que ese momento pastoreaba una maravillosa iglesia independiente de alrededor de 140 personas. Y como solamente el Señor sabe hacerlo, su iglesia estaba justo enfrente de la iglesia que había dejado cuando era joven. El Señor le dijo que debía ponerse en contacto con nuestra iglesia

y volver a casa. Después de varias reuniones y tiempos de oración, el Señor trajo de regreso al maravilloso grupo de seguidores de Jesús a nuestra familia. ¡El diablo divide, pero Dios multiplica!

No podemos atribuirnos el mérito de este regreso a casa. Fue Dios el que hizo todo. Él es quien pone el deseo en el corazón de los hombres para que procuren la unidad y no la división—¡y ellos escucharon! Hace unas semanas, esta iglesia unida celebró su primer servicio de regreso a casa en el edificio original recién renovado con casi 200 personas. ¡SOLO DIOS! El domingo pasado, uno de los miembros nos informó de que había tantas personas llenas del Espíritu Santo en la iglesia que perdieron la cuenta. Dios nos ha llamado, a usted y a mí, a amar como si nunca nos hemos hecho daño. Así es como Dios ama. También debemos escuchar aun cuando tengamos mucho que decir, porque así es como Dios escucha. Y de la misma manera como nuestro Padre Dios nos perdona, aprendamos a perdonar como si nunca nos han hecho daño para dar con un corazón generoso y alegre.

Si buscamos cosas justas, no las encontraremos en el evangelio. Pues, no parece justo amar profunda y desinteresadamente como se nos instruye porque seguramente no seremos correspondidos. Pero debemos amar de todos modos. No es justo ni comprensible que el Dios de toda la creación restringiera Su infinitud y viviera como un embrión en el vientre de una joven virgen durante nueve meses. No es justo que nuestro Señor dejara la grandeza de los cielos para venir a esta tierra y hacer morada entre nosotros. No es correcto ni justo que el Creador permitiera que Su creación le escupiera, maldijera, despojara de Sus vestiduras y clavara en una cruz. Las relaciones cuestan, pero valen la pena.

No nos llevaremos nada en nuestras manos de esta vida a la eterna. Todos nos iremos de aquí tal como que llegamos; sin nada. Pero Juan nos recuerda en su Evangelio que si Jesús fuere levantado, Él atraerá a todos hacia Sí mismo. Jesús es levantado cuando damos testimonio al mundo que seguimos Sus mandamientos, que amamos a Dios con todas nuestras fuerzas y que los amamos a ellos tanto como a nosotros mismos. Las relaciones son importantes.

Charlotte Adams es una mujer con muchas responsabilidades. Es la asistente administrativa de la oficina estatal de la IDP en Georgia, directora de negocios del campamento Echeconnee, directora del Ministerio de Damas y Retiros, y la editora del Georgia COGOP News. Es esposa, madre, abuela, ministra y discípula apasionada de Jesucristo.

CHARLOTTE ADAMS LIZELLA,

El 18 de abril de 2025, en Rockingham, Carolina del Norte, familiares, amigos y líderes del ministerio se reunieron para celebrar la vida y el legado de la Dra. Betty Jane Fisher, maestra, defensora, pionera y amada matriarca de la Iglesia de Dios de la Profecía. El servicio fue más que un homenaje; fue una celebración jubilosa, llena de adoración y testimonios, un reflejo de la vida que Betty Fisher vivió con intensidad, integridad y fe inquebrantable.

La vida de Betty comenzó humildemente en una zona rural de Carolina del Sur. Nació prematuramente cerca de un aserradero, pesó un kilo y sus padres adoptivos, Mamaw y Papaw Button, la alimentaron con un gotero. De esos precarios comienzos surgió una mujer de espíritu y propósito determinado.

Durante la celebración, su hija Vonnie dijo: “Era una pelirroja que tuvo éxito”, y la tenacidad de esa pelirroja la llevó desde los concursos de oratoria y las fábricas de costura hasta el ministerio mundial y honores doctorales.

Durante el servicio, se habló de una mujer que sobresalió en todos los roles: esposa, madre, líder de la iglesia, consejera y defensora de las mujeres en el ministerio. Betty Jane se casó con Fred Fisher a los dieciséis años y sirvieron juntos en el liderazgo pastoral y estatal durante más de siete décadas. Su ministerio juntos los llevó a distintos continentes, y dondequiera que iban, Betty enseñaba y animaba a los demás. “¿Quién pensaría que una joven como yo, de Richland, Carolina del Sur, llegaría a tantos lugares en los que he estado?”, decía frecuentemente. Estuvo en pequeños santuarios, grandes convenciones y Asambleas Internacionales, siempre entregando su vida por el bien del evangelio.

La historia de la hermana Fisher incluye relatos de una valentía y determinación insólita en el campo misionero –dormir en literas custodiadas por hombres con ametralladoras; tener que enseñar a un solo estudiante por tres horas porque había recorrido un largo camino para llegar hasta el lugar; y seguir adelante a pesar de las grandes dificultades. Ellos cuentan que después de un vuelo bastante largo y agotador en un pequeño avión bimotor, les dijeron: “Cuando aterrice el avión, tienen que correr lo más rápido que puedan por la pista de tierra para abordar el siguiente avión”. El obispo Fisher exclamó: “Betty, no creo que pueda. No tengo fuerzas para correr”. Ella cuadró los hombros y le dijo: “Oh, sí, podemos, Fred. Alguien en la iglesia está orando por nosotros ahora mismo, y podemos hacerlo”. Más adelante, el obispo Fisher contó: “Aterrizamos, bajamos los escalones, y cuando mis pies tocaron el suelo, el Espíritu Santo nos tomó por los brazos y nos llevó por toda la pista de tierra hasta el siguiente avión”.

La hermana Fisher corrió otras carreras con gran determinación. Una vez dijo que, si tenía que caminar por la plataforma de graduación con un bastón, lo haría –y así lo hizo, obtuvo su doctorado a los 72 años.

Las personas que asistieron a la celebración de su vida pudieron ver el humor y la humanidad de Betty Fisher: su amor por la gramática, su ojo estratégico para las ventas de liquidación, su firme creencia de que “si el Señor quiere que algo sea para ti, ahí estará cuando vuelvas”. Betty trabajó en fábricas para que su esposo e hijos pudieran ir a la universidad y a la escuela graduada antes de continuar con su propia

educación. Su voz adornó la transmisión radial de la iglesia después de suavizar su acento sureño de Carolina del Sur. Ella fue escritora, maestra, consejera, editora y compositora —influenciando de manera silenciosa a un movimiento mientras servía a la gente.

Aunque nunca tuvo credenciales ministeriales, Betty vivió un llamado que desafió los límites. Su impacto todavía continúa en las vidas de innumerables esposas de pastores, mujeres líderes y ministras a quienes defendió. Ella fue una de las primeras y más abiertas defensoras del pleno empoderamiento ministerial de las mujeres en la Iglesia de Dios de la Profecía, y el fruto de su labor es evidente hoy en día en las congregaciones dirigidas por mujeres en todo el mundo.

Su hija casi al final del servicio dijo: “Ella me leía libros; después yo leí para ella. Ella me llevaba a todas partes; luego yo la llevaba. Ella me alimentó; luego yo la alimentaba”. La sagrada simetría de sus vidas –el “círculo de la vida” como lo llamaba Vonnie– estaba llena de devoción y gracia afable. En las últimas semanas de su vida, Vonnie fue testigo del brillo del espíritu que veía en su madre aun cuando su cuerpo se debilitaba. En un momento entre la vigilia y la eternidad, su rostro se iluminó, sus brazos se abrieron de par en par y sus labios formaron un beso —un gesto inconfundible de bienvenida y alegría. “Era la típica Betty”, dijo su hija.

El servicio concluyó con adoración, júbilo y alabanza así como Betty hubiera querido. Se leyeron las Escrituras y se cantaron himnos. El liderazgo de la iglesia honró el legado de Betty, no como una nota histórica, sino como un ejemplo vivo de santidad y firme obediencia. Como mencionó uno de los oradores, ella trabajó de manera eficiente y colaborativamente en el ministerio con el obispo Fred Fisher. Donde él dirigía con presencia, ella dirigía estratégicamente. Donde él dirigía con convicción y hablaba con visión, ella reforzaba cada esfuerzo con profunda espiritualidad y cuidado práctico. Sus contribuciones –visibles e invisibles– son fundamentales para la historia de la iglesia.

En sus últimos años, Betty continuó siendo una mentora y un ejemplo de fidelidad. Fue real, transparente e inquebrantable en su amor por el pueblo de Dios. Ella era, como muchos la describían, “una fuerza de la naturaleza”. Sin embargo, su mayor fuerza era el amor —expresado en tarjetas escritas a mano, cálidos abrazos y su firme creencia en aquellos a quienes Dios llamó a servir.

Para la Iglesia de Dios de la Profecía, Betty Jane Fisher dejó un legado no solo de profundidad doctrinal y servicio incomparable, sino también de amistad verdadera y vida sacrificial. Ella colaboró con líderes, pero lo más importante es que levantó a los quebrantados, acogió a los menospreciados y despertó los corazones de aquellos que se habían cansado de hacer el bien.

Extrañaremos su belleza, su voz intensa y sus manos firmes; pero no la olvidaremos. Sus acciones la seguirán; su trabajo no fue en vano. Y teniendo en derredor una gran nube de testigos sabemos que ella está allí —sonriendo, con las manos levantadas y su voz exaltada. Bien, buena sierva y fiel; entra en el gozo de tu Señor.

Establecer relaciones genuinas:
Equipando a los creyentes con habilidades para escuchar atentamente, tener empatía y preocuparse por el bienestar de los demás.

¿Pueden coexistir el pentecostalismo y la contemplación? Esta es la pregunta que viene a mi mente cuando pienso en cómo equipar a los creyentes con habilidades que les ayuden a escuchar de manera atenta, a ser empáticos y a preocuparse por el bienestar de los demás. Otra forma de plantear esta pregunta sería: “¿Puede un creyente ser pentecostal y contemplativo a la vez?” Con entusiasmo, para mí es un ¡sí!, pero usted deberá decidir por sí mismo. Este escrito surge como resultado de mi propia experiencia como una persona pentecostal y contemplativa. Si toda la vida es espiritual, y creo que lo es, significa entonces que cada uno de nosotros transita por un camino espiritual. Sin embargo, la forma en que se desarrolla este viaje es diferente para cada uno, aunque hay tiempos en los cuales se entrelaza con otro. Cuando ocurre, tenemos la oportunidad de ver de primera mano la realidad de nuestra relación con Cristo. El trato que le damos a otras personas es un gran indicador de cómo vivimos nuestra relación con Cristo. Debemos crecer y cambiar constantemente, así también nuestra relación con Cristo.

El viaje espiritual de un creyente es un maravilloso testimonio de la fidelidad y gracia de Dios. Pero lo maravilloso no significa que el creyente estará libre de luchas o dificultades, sino todo lo contrario. La maravilla de nuestro testimonio surge a partir de las luchas y dificultades que forman parte del crecimiento espiritual y emocional. Los creyentes que caminan por este proceso se vuelven más fuertes y adaptables. También, son sensibles a las cosas espirituales y a la voz de Dios. Se mueven en unidad con el Espíritu y no andan de un lado a otro como aquellos cuyas raíces son superficiales. Sus raíces se profundizan en el latido del corazón de Dios, de donde todo en la vida comienza a ser diferente. ¿Cuál es el camino que deben recorrer los creyentes para que se desarrolle este proceso? La verdad es que no puedo enlistar pasos fáciles o una fórmula, como tampoco considero prudente decirle que haga lo que personalmente he hecho en mi vida. El camino espiritual de cada uno de nosotros es distinto en muchos aspectos; sin embargo, le puedo ofrecer un punto de partida: comenzar donde se encuentra en este momento. El presente es siempre un espacio perfecto para echar raíces profundas en el latido del corazón de Dios.

Personalmente, he encontrado distintas disciplinas espirituales que me han ayudado en mi crecimiento espiritual. Entre ellas el silencio, la quietud, la meditación, la oración centrada, la autoevaluación personal y la confesión. Otro recurso valioso para mí ha sido desarrollar una regla de vida como un marco para fomentar el crecimiento espiritual y no contemplar las disciplinas espirituales como si fueran la meta en lugar de un medio que me ayude a acercar a Dios. Otro recurso

Es en este encuentro con Dios que somos transformados e impulsados a practicar el oído atento, la empatía y a cuidar a las personas genuinamente.

valioso ha sido buscar ayuda de un mentor espiritual una vez al mes. Estas sesiones me han ayudado a escuchar atentamente a Dios y ser receptiva a Su presencia. Este tiempo divino me ha enseñado a ver a los demás y al mundo que me rodea de otra manera.

Sin duda, la salvación que encontré al principio de mi viaje espiritual fue un momento muy decisivo, pero nada cambió realmente en mí, o al menos eso parecía. No fue hasta que comencé a recibir formación espiritual que pude ser testigo de la obra y la presencia de Dios en mi vida. E incluso entonces, no me sentía preparada de guiar a otros, pero no dejé que nada obstruyera [el plan de Dios]. El mayor recurso del cual eché mano para discipular a otros fue mi propia vulnerabilidad y autenticidad. Por supuesto, no tenía idea de lo que estaba haciendo; pero mi anhelo de conocer a Dios y de ayudar a otros creyentes cuyo camino también se estaba forjando era realmente genuino.

Con el crecimiento espiritual, los desafíos son inevitables. Para mí fueron los muchos gigantes espirituales que tenía a mi alrededor, pero a la vez carecía de personas que practicaran la empatía, tuvieran oído para la voz sagrada y se preocuparan por los demás de manera genuina. En ese momento no sabía que esto era algo que necesitaba, pero en mí había un profundo deseo de conocer más. Sin embargo, no sabía “qué” era ese más. Ese deseo profundo me llevó a un enfoque más

contemplativo de mi propia espiritualidad y comenzó a filtrarse en muchas otras facetas de mi vida. Mientras más meditaba, más sentía que el Espíritu de Dios encendía algo en lo profundo de mi ser. Comencé a escuchar más y a hablar menos. También empecé a reconocer la presencia de Dios en mi propia vida, en los demás y en el mundo que me rodeaba. Era como si tuviera que aprender a ver, en lugar de qué cosas ver.

Esta nueva forma de ver me ha brindado oportunidades vivificantes para estar con Dios, y como resultado la empatía y la compasión por los demás se ha acrecentado. En este espacio contemplativo, mi [corazón] es más sensible a la obra del Espíritu. Todo mi ser es saturado de reverencia y admiración, y el glorioso amor de Dios rebosa en mi ser. Este enfoque contemplativo de la espiritualidad ha llenado la parte pentecostal en mí, y siento “como un fuego ardiente metido en mis huesos” (Jeremías 20:9), y al igual que el profeta Jeremías, no puedo retenerlo. Es en este encuentro con Dios que somos transformados e impulsados a practicar el oído atento, la empatía y a cuidar a las personas genuinamente. Es aquí donde somos testigos de la transformación que Jesús —el Cristo, nuestro Salvador resucitado— realiza en la vida de las personas. Para mí, esta combinación contemplativa con el fuego pentecostal ha sido el vehículo que me ha llevado a madurar en Cristo, a ser emocional y espiritualmente saludable, y a construir relaciones verdaderas.

Marie Proctor es ministra ordenada en la Iglesia de Dios de la Profecía. Después de laborar en el ministerio pastoral por un tiempo, recientemente fue nombrada directora espiritual de grupos pequeños e individuos. Su función anterior como pastora (2013-2024) y directora del Ministerio de Damas en Carolina del Sur (20102019), la impulsó a servir como directora espiritual de grupos pequeños desde el 2022 hasta el presente. Su pasión es dedicar tiempo con su familia y deleitarse en la serenidad y quietud que Dios le da cada día.

LAS RELACIONES

PUEDEN ABRIR PUERTAS

Mi padre fue un “extraordinario plantador de iglesias” en una época en la que no existía ningún programa ni organización moderna de plantación de iglesias. Vivió y nos enseñó a vivir siguiendo un principio relacional que repetía con frecuencia de la Santa Biblia, Proverbios 18:24: “El hombre que tiene amigos ha de mostrarse amigo; y amigo hay más unido que un hermano”. En realidad, mi padre nunca tuvo dificultad para hacer amistad con casi todo el mundo. Plantó iglesias en Alabama, Mississippi, Wisconsin, Montana y Utah; siete en total. Cada iglesia comenzó gracias a su naturaleza serena para entablar relaciones con todos en su comunidad, en el trabajo, o incluso en la carretera cuando se paraba para ayudar a alguien en apuros. Sin duda, sembró en mí este principio relacional que considero un legado para construir relaciones que me han abierto puertas en muchos lugares.

Cuando inicié en la pastoral, abracé una convicción de ganar personas para Jesucristo cada año, pero no solo por medio de las predicaciones desde el púlpito, sino ganando amigos con quienes establecer relaciones. Creí que esta vía relacional podría abrir puertas para acercar a la gente a la fe en el Señor. Pero para lograr este deseo tan apasionado, el Espíritu puso en mi mente un principio bíblico que aprendí en mi niñez y que me ayudó a desarrollar cinco elementos genuinos que ayudan a fertilizar la amistad en una relación creciente que resulte en tierra fértil para una nueva vida. Estos cinco elementos son: riesgo, amor, comodidad, confianza y fe. Veamos lo que dicen los Evangelios acerca de Jesús. Él no era un rabino común de Su tiempo. En primer lugar, Jesús no tuvo miedo de “arriesgarse” cuando estaba con la gente, sin importar su edad, género, raza, clase, estatus, resistencia o pecado. Segundo, Su “naturaleza amorosa” le abrió puertas por las que otros jamás podrían haber pasado para alcanzar a alguien. Este amor es evidente en la forma en que las madres le presentaban a sus hijos para que los tocase (Marcos 10:13). El tercer elemento es la “comodidad”; ser amigable es solo una conexión superficial con otra persona. Es importante que la gente –hombre o mujer, niño o niña–, se sienta cómoda a

nuestro alrededor. Cuando las personas se sienten cómodas, no hay renuencia, distancia o nerviosismo al estar en nuestra presencia. Jesús poseía esta naturaleza; la gente se sentía “cómoda” siempre que estaba con Él, tal fue el caso de Zaqueo en la casa y la mujer samaritana en el pozo. El cuarto factor que ayuda a construir una relación genuina es la “confianza”. Esta es una cualidad refinada a través de la cual la persona siente que puede compartir su corazón. Este elemento es importante para que las personas se acerquen a nosotros para impactar sus vidas. Cuando Jesús se postró en tierra junto a aquella adúltera culpable en su vergüenza y desesperación, ella sabía que podía confiar y creer en Él. Sin duda, construir una amistad puede convertirse en una relación transformadora. Esto nos lleva al quinto elemento: la fe en Dios. Lucas 23:39-43 nos muestra que en un microcosmos de tiempo en la cruz, el ladrón arrepentido pasó de ser un enemigo para tener una relación de fe en el Señor crucificado.

Con estos cinco elementos inspiradores sobre la importancia de las amistades que se desarrollan en relaciones de fe, a continuación les comparto cinco experiencias de mis años pastorales.

Nuestra primera misión pastoral fue en Wyoming a los veintiún años. Mi esposa y yo fuimos enviados a una congregación de ancianos muy pequeña y moribunda. Recuerdo que a unas pocas semanas de haber llegado, un joven adolescente caminaba cerca de nuestra pequeña casa móvil. Lo saludé y enseguida entablamos una conversación. Luego de un par de semanas, lo invité a jugar ping-pong en la planta baja de la iglesia. Jugábamos tres o cuatro veces por semana, pero no perdía la oportunidad de hablarle del Señor hasta que se entregó a Cristo. Durante el tiempo que estuvimos allí, observé como su vida espiritual creció de manera increíble. Pero cuando salimos de esa iglesia ya no supe más de él hasta unos años después; tenía una esposa y una familia y estaba firme su iglesia local, y era líder de jóvenes. Algunos quizás pensaron que éramos jóvenes y simplemente perdíamos el tiempo, pero me

propuse en el corazón de que este joven fuera más que un miembro; quería que fuera un discípulo sólido por el resto de su vida.

Unos años más tarde, a la edad de 25 años, estando mi esposa Judy embarazada de nuestro segundo hijo fuimos enviados a plantar una nueva iglesia en la costa central de California. No teníamos congregación, edificio, salario, ni tampoco un lugar donde vivir. Una exmiembro habló con su esposo (un no creyente) para que nos diera hospedaje, y él de mala gana nos dio lugar por un mes. El hombre tenía 35 años y nunca había visitado una iglesia en su vida. De hecho, nos dijo claramente que no quería saber nada de Jesús ni de la iglesia. Para resumir la historia, se enteró de que yo sabía conducir un tractor desde que tenía doce años. De vez en cuando me daba la oportunidad de arar los campos donde supervisaba un cultivo de lechugas; pero un día, mientras trabajábamos en el huerto de su casa, me arriesgué y le hablé de Jesús. De repente, vi como gotas de lágrimas caían en los surcos. Por primera vez, aquel hombre de 36 años lloraba y allí, de rodillas, entregó su vida a Jesús.

Luego, a los 28 años, nos enviaron a pastorear en la región pantanosa de Luisiana. [En la congregación] había una mujer con sus dos nietos que a menudo me advertía que no me acercara a su odioso esposo. El hombre era capitán de un remolcador y cazador de

caimanes. Él y su hermano tenían mala fama y todos en el lugar les tenían miedo. Pronto entendí que para poder acercarme a él tendría que ser en su entorno. Un día lo vi descargando una jaula de tortugas y me acerqué y le dije que quería acompañarlo en la caza de caimanes. Se rió y me dijo unas palabras inapropiadas. Para ser breve nuevamente, este fue el comienzo de muchos viajes por los pantanos para pescar, atrapar camarones y cazar caimanes. Ya me había ganado su confianza, así que una noche, de regreso a casa, le hablé de Jesús y lo invité a conocer a mi mejor Amigo. Se compungió y entregó su vida al Señor. El cambio que dio su vida fue increíble; dejó el alcohol, el cigarro y la pipa, y también dejó de blasfemar y empezó a llevar a su esposa y nietos a la iglesia. Se convirtió en una torre en la comunidad por su amabilidad, fe en Jesús y devoción a la iglesia.

A los 32 años, mi esposa y yo aceptamos un nuevo pastorado en Iowa. En la iglesia había una hermana muy entregada al Señor cuyo esposo había celebrado su cumpleaños número cuarenta. No era cristiano y tampoco había visitado la iglesia. Dos meses después, se enfermó de gravedad; ella me llamó y me dijo que creía que estaba muriendo pero no quería ir al hospital. Fui a su casa y lo encontré casi inconsciente con una fiebre muy alta. [Inmediatamente] ella y yo comenzamos a orar por él. Luego de un tiempo, el poder de Dios penetró aquella habitación y lo sanó al instante. Mientras yacía allí dándome las gracias por haber orado por él, le

expliqué que la misma fe para recibir sanidad también lo podía salvar. Al principio, se veía molesto, pero minutos después hizo la oración de arrepentimiento. Ese día entregó su corazón a Jesús y al domingo siguiente acudió a la iglesia. Su conversión impactó a otros, pero el cambio de comportamiento y fidelidad lo llevaron a convertirse en un gran líder.

La última historia ocurrió cuando cumplí 43 años y pastoreábamos en Arizona. Al principio, nuestra iglesia no era muy grande, pero comencé a visitar hogares en nuestra comunidad y una joven me llamó para ver si podía ir a visitar a su madre. A la noche siguiente, fui a su casa y me encontré con una habitación llena de familiares y vecinos que esperaban con curiosidad lo que iba a decirles. Llegué, comí algunos bocadillos, nos reímos juntos, y luego me arriesgué en ese ambiente a hablarle de Jesús a todos los que estaban allí —la enferma, su esposo y sus tres hijos, dos nietos y una abuela, y tres vecinos. Conmovidos por las palabras que les compartí acerca de Jesús, diez de ellos esa noche aceptaron al Señor como su Salvador. Toda la familia asistió al servicio dominical al día siguiente; pero también, más adelante, se convirtieron en los mejores

WALLACE PRATT

obreros de Cristo que he conocido. Su pasión por Jesús llevó a más de veinte personas a nuestra iglesia ese año y todos entregaron sus vidas a Cristo. Nuestra amistad continúa hasta el día de hoy.

Podría seguir contando muchas otras historias de cómo establecimos amistades que luego se convirtieron en relaciones duraderas que abrieron puertas para Jesucristo. Las amistades que se convirtieron en relaciones hicieron posible que llevara a muchos a Jesús y a dirigir equipos para plantar 45 nuevas iglesias. Así que esos cinco elementos –riesgo, amor, comodidad, confianza y fe– continúan siendo mis tarjetas de saludo para impactar a otros. El Evangelio de Marcos dice esto acerca de Jesús: “Aconteció que estando Jesús a la mesa en casa de él, muchos publicanos y pecadores estaban también a la mesa juntamente con Jesús y sus discípulos; porque había muchos que le habían seguido. Y los escribas y los fariseos, viéndole comer con los publicanos y con los pecadores, dijeron a los discípulos: ¿Qué es esto, que él come y bebe con los publicanos y pecadores? Al oír esto Jesús, les dijo: Los sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos. No he venido a llamar a justos, sino a pecadores” (2:15-17).

OBISPO REGIONAL DE IDAHO, OREGÓN, UTAH Y LA NACIÓN NAVAJO

Wallace Pratt es el obispo regional de la Iglesia de Dios de la Profecía en la región de Idaho, Oregón, Utah (Nación Navajo). Nació en una familia de la Iglesia de Dios de la Profecía y ha sido cristiano y miembro de la Iglesia desde una edad temprana. Sirve al Señor y a la Iglesia como administrador, maestro, evangelista, y pastor de los pastores de su región. Está casado con Judy Pratt y tiene dos hijas y cinco nietos.

La amistad incondicional: La clave de la evangelización relacional

Rosaria Butterfield era profesora titular de la Universidad de Syracuse, especializada en estudios feministas y teorías sobre estilos de vida alternativos. Ella criticaba abiertamente el cristianismo, y lo consideraba opresivo y anticuado. Mientras realizaba un estudio sobre la religión conservadora para un proyecto de libro, escribió un artículo de opinión crítica acerca de los Guardadores de Promesa, un movimiento cristiano dedicado a los hombres.

Ken Smith, un pastor de una iglesia local, leyó el artículo y le escribió una carta. La carta, en lugar de ser condenatoria, fue atenta y amable, y también le hizo una invitación a cenar a su casa. Tras aceptar la invitación, ella se dio cuenta de que Ken y su esposa, Floy, eran realmente personas compasivas y querían escuchar sus ideas. En lugar de confrontar su estilo de vida, dialogaron abiertamente sobre sus diferencias y mantuvieron un espíritu afable y hospitalario que impactó la vida de esta mujer de una manera significativa.

Por los próximos dos años, ella continuó reuniéndose con el pastor Ken y su esposa, para dialogar sobre la fe, la Biblia y la vida. Finalmente, ella entregó su corazón a Jesús, y dejó atrás su pasado estilo de vida. Hoy, es esposa de pastor, conferencista y autora, y defensora de la hospitalidad bíblica y el evangelismo relacional.1

Misión y método

Tim Chester, en el libro “Una comida con Jesús”, señala una frase que aparece dos veces en el libro de Lucas con respecto a Jesús. La primera se encuentra en Lucas 19:10, “Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido”. Esta frase describe la declaración de misión de Jesús. La segunda se encuentra en Lucas 7:34, y describe la estrategia de Jesús para cumplir Su misión, “Vino el Hijo del Hombre, que come y bebe…” Así lo hizo Jesús —Su método.2

Pedro tuvo que haber comprendido la fuerza impulsora de la misión y estrategia de Jesús porque frecuentemente fue testigo de ello. [En su primera carta] nos dice: “…estad siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros; teniendo buena conciencia…” (3:15, 16). [Si no observamos cuidadosamente el pasaje], fácilmente podemos pasar por alto dos puntos clave que Pedro nos enseña. En primer lugar, la frase “estar preparados para presentar defensa”, da a entender que alguien podría preguntarnos cuál es la razón de nuestra esperanza. No creo que alguien se le haya acercado a usted en una tienda o en algún otro lugar para hacerle esta pregunta: “Veo algo diferente en ti. ¿Me puedes decir por qué tienes esperanza?” Pedro claramente nos está diciendo en este verso que debemos desarrollar una relación íntima con la gente para que se den cuenta de la esperanza que tenemos en Cristo.

En segundo lugar, Pedro exhorta a proclamarlo “teniendo buena conciencia”. Siempre hay un tiempo y un lugar para confrontar a las personas con la verdad [de la Palabra], pero debemos hacerlo respetando la dignidad de cada individuo y tratándolos de una manera que refleje esa dignidad.

Creando relaciones con los no creyentes

El apóstol Pablo nos dejó un excelente ejemplo para el evangelismo relacional durante su tiempo en Atenas. En Hechos 17:16, Lucas dice: “Mientras Pablo los esperaba en Atenas, su espíritu se enardecía viendo la ciudad entregada a la idolatría”. Atenas [era una ciudad] muy arraigada en el intelectualismo y la filosofía, también abrazaba el pluralismo religioso y tenía opiniones extremadamente liberales sobre la sexualidad. Así que era muy fácil criticarla y condenarla; pero, Pablo optó por emplear una estrategia relacional cuádruple para alcanzarla. En primer lugar, los trató con respeto:

“Entonces Pablo, puesto en pie en medio del Areópago, dijo: Varones atenienses…” (verso 22a). No los trató como impíos o ignorantes, sino como semejantes. En segundo lugar, tomó tiempo para estudiar sus estilos de vida, así lo indica el verso 23: “…porque pasando y mirando…” A Pablo le interesaba saber quiénes eran y por eso observó su cultura.

En tercer lugar, encontró puntos comunes con ellos. El verso 23 dice nuevamente: “…porque pasando y mirando vuestros santuarios…” [Pablo fue cuidadoso.] En lugar de atacar a sus falsos dioses, les afirmó que tenían un corazón para las cosas espirituales. Finalmente, se dio a la tarea de estudiar y entender sus creencias. En el verso 28, citó a dos poetas griegos, Epimenides y Arato, diciendo: “Porque en él vivimos, y nos movemos, y somos; como algunos de vuestros propios poetas también han dicho: Porque linaje suyo somos”. Pablo pudo citar a sus filósofos [griegos] porque se dio a la tarea de conocer quiénes eran.

¿Quién es mi prójimo?

Para seguir el modelo de Pablo, la valentía de Pedro y el ejemplo de Jesús sobre la evangelización relacional, solo tenemos que observar la pregunta que le hicieron a Jesús en Lucas 10:29: “¿Y quién es mi prójimo?” Él respondió con la historia del buen samaritano. Con frecuencia interpretamos esa historia explicando que nuestro prójimo es cualquiera que tenga una necesidad. Pero ¿qué si Jesús hablaba del prójimo que tenemos

al lado? El modelo de cómo “[amar] a [nuestro] prójimo como a ti mismo” (Lucas 10:27) está plasmado en la exhortación de Pedro que instruye a estar preparados para presentar defensa de nuestra esperanza, en los componentes del evangelismo de Pablo con los atenienses y en el ejemplo de Jesús, cuya estrategia era comer con los perdidos.

Para desarrollar un evangelismo relacional usted no se necesita mucha creatividad, pero sí debe ser intencional. A continuación, algunas sugerencias para estimular su inspiración:

1. Invite a un vecino a cenar una vez al mes. Jesús era un experto en el evangelismo de mesa.

2. Si estudia en alguna universidad, únase a un grupo de estudiantes cristianos para organizar una sesión nocturna de estudio con café durante la semana de exámenes finales en su iglesia.

3. Frecuente el mismo negocio –supermercado, tintorería, restaurante, cafetería, etc.–, y desarrolle intencionalmente una relación con los empleados.

4. Participe de otras actividades en su comunidad y desarrolle amistades que fomenten relaciones sanas.

[Recuerde] que ser un amigo fiel no requiere mucho dinero ni mucha creatividad. Solo requiere estar en el camino para que alguien pregunte:

“¿Cuál es la razón de su esperanza?”

OBISPO ESTATAL DE CAROLINA DEL NORTE

1 Butterfield, Rosaria. (2018) The Gospel Comes with a House Key: Practicing Radically Ordinary Hospitality in Our Post Christian World. Wheaton: Crossway.

2 Comer, John Mark. 2024. Practicing The Way: Be With Jesus, Become Like Him, Do As He Did. Colorado Springs, CO: Waterbrook

TEOLOGÍA DE LA mayordomúa: Un llamado a la responsabilidad

La teología de la mayordomía nos invita a repensar nuestra relación con los bienes materiales, el medio ambiente y la vida. Este enfoque nos desafía a ver cada recurso como un regalo sagrado, confiado a nosotros, para ser administrado con sabiduría, justicia y amor.

1. El fundamento bíblico y teológico (Génesis 2:15)

Desde el mandato divino de cuidar el jardín del Edén hasta las enseñanzas de las parábolas, la Biblia nos recuerda que la propiedad terrenal es solo provisional. Cada recurso que poseemos es un obsequio divino. Esta perspectiva nos convoca a una administración responsable.

2. Mayordomía ambiental: Cuidar la creación (Salmo 24:1)

La mayordomía se extiende más allá de lo personal, abarcando la responsabilidad que tenemos con la Tierra. La explotación desmedida de sus recursos y el deterioro ambiental son contrarios al mandato divino de preservar la creación. Frente al cambio climático y al agotamiento de nuestros

ecosistemas, se hace urgente adoptar una actitud consciente y sostenible que respete y proteja el legado natural que se nos ha confiado.

3. Uso ético de los recursos económicos (1 Timoteo 6:10)

La acumulación de riquezas, sin una reflexión ética, puede derivar en materialismo y codicia. La teología de la mayordomía propone una economía basada en la solidaridad, la equidad y la justicia social. Los recursos económicos deben ser canalizados para promover el bienestar colectivo y sostener obras de misericordia.

4. Gestión del tiempo y los talentos (Efesios 5:15, 16)

Administrar bien el tiempo y los talentos, significa invertir en actividades que potencien nuestro crecimiento personal y el crecimiento de la iglesia.

La teología de la mayordomía se trata de vivir con propósito, conciencia y compromiso. Al abrazar este llamado, nos convertimos en guardianes responsables de todo lo que Dios nos ha entregado.

RICARDO HINSBIS ESPINOZA OBISPO NACIONAL DE PARAGUAY Y MIEMBRO DEL CONSEJO MUNDIAL DE MAYORDOMÍA

Reflexiones sobre las relaciones

El tema de las relaciones es uno de esos tópicos en los que muchos se sentarían a la mesa para expresar sus propias definiciones, experiencias y áreas únicas dentro de las cuales cada uno podría identificar importantes aspectos. Me imagino caminar en un aula de clase, y escuchar como cada persona aporta su definición y ver lo variado que son los puntos de discusión de cada estudiante. En mi opinión, eso es de esperarse, pues, si cada persona es única, entonces es lógico que cada relación y sus puntos de vista también lo sean. Pero luego la discusión termina en mis manos mientras que mi cerebro rebusca tratando de encontrar una palabra que defina qué son exactamente las relaciones desde mi punto de vista. Después de recopilar mis experiencias, las cosas que he aprendido y las perspectivas que he elegido para seguir adelante, llego a la conclusión de que las relaciones son una responsabilidad.

Las experiencias

Durante mi infancia tuve dificultades para entablar relaciones e interacciones con la gente. Algunas experiencias resultaron en diversas formas de dolor, y por algún tiempo creí que la solución era simplemente evitar las relaciones. Me convertí en una persona desconfiada y traté de mantener distancia de la gente. Elegí caminos que me permitieran tener éxito con la menor dependencia posible de los demás. Por un tiempo, creí que podría sobrevivir de esa manera, y así fue durante un tiempo. Pero como sucede en la mayoría de las historias en las que tratamos de hacer las cosas a nuestra manera (la manera equivocada), llegó un momento en el que era obvio que no debía ser así. La habilidad de tomar mis propias decisiones no era satisfactoria, el crecimiento se estancó y, francamente, llegó un momento en que tener un círculo tan limitado de personas fue agobiante.

DESARROLLO MINISTERIAL ACREDITADO

El aprendizaje

No fue hasta entonces que empecé a darme cuenta de que hay distintos niveles de responsabilidad en las relaciones, siendo el primero que todos tenemos la responsabilidad de crearlas. Muchas cosas solamente se pueden obtener, experimentar, sentir y aprender a través de la comunidad. Algo que tuve que aprender fue que la responsabilidad también significa seguir creando relaciones y compartir por encima del dolor. En cierta ocasión escuché una charla sobre el tema del dolor, y el orador decía que nuestro dolor es trivial comparado con el dolor por el cual pasó Jesús de manera voluntaria. Fue traicionado por Judas, negado por Pedro, y aun así, sabiendo todo, desarrolló una hermandad con ellos. El dolor significa aprender que hay una responsabilidad de reconciliarse con aquellos que causan el sufrimiento o a quienes yo haga sufrir. En la comunidad encontramos sistemas de apoyo sanos, oportunidades para compartir el corazón y ser ministrados, y a veces hasta diversión que nos alegra. [En este proceso], aprendí que había nuevos niveles de satisfacción y oportunidades de servir, y el consuelo de saber que no estaba solo.

También aprendí que tenía la responsabilidad de autocrecer. A veces observaba otras relaciones y quería exactamente algo igual, o quería ser como esas personas a las cuales observaba. Tuve que tomar responsabilidad y aceptar la persona que era, pero a la vez entender que había distintas áreas y oportunidades de crecimiento y superación personal. También tuve que trabajar en mí mismo reforzando mis puntos débiles y potenciando mis puntos fuertes. No tiene sentido fingir o ser algo que no somos, pero [tenemos la capacidad] para crecer. A través de ese crecimiento, aprendí que podía conectarme con los demás de forma más eficaz y relacionarme más fácilmente con un grupo más grande de personas. Esto no solo demostraría mi crecimiento a los demás, también fomentaría el crecimiento en ellos. Por último, aprendí que hay una responsabilidad para preservar las relaciones. Por mucho tiempo pensé erróneamente que las relaciones tenían que venir hacia mí. No buscaba hacer relaciones, ni tampoco extendía la mano para mantener lazos fuertes. Esta [actitud] resultó en relaciones pasajeras; no duraban nada porque no hacía el esfuerzo para cuidarlas. Cuando las relaciones fallan, a veces tendemos a culpar a la otra persona. El césped es más verde hasta donde uno lo riega; yo tuve que aprender a cuidar y hacer crecer las relaciones. Pero

también entendí que ninguna relación puede perdurar si la otra persona no asume su responsabilidad.

La perspectiva

La perspectiva que elegí para seguir adelante es que las relaciones son vitales [en la vida]. Me di cuenta y tomé responsabilidad de que los puntos de vista que antes tenía eran claramente equivocados, y aunque aún me falta mucho por aprender, me aferro a la responsabilidad de mejorar esas áreas. Como líder en múltiples ámbitos, reconozco que un aspecto clave para desarrollar equipos de calidad es a través de la creación de relaciones de calidad dentro de esos equipos. Por supuesto, en el lado empresarial todas las cosas deben estar alineadas; sin embargo, la verdadera confianza, el compromiso y la unidad del equipo se desarrollan dentro de las relaciones. Esto es especialmente cierto en el ministerio, que aunque existe el aspecto del “trabajo” y la lista de cosas que deben hacerse, la esencia de lo que es verdaderamente importante ocurrirá dentro de las relaciones. Es necesario entender que aunque la responsabilidad del trabajo es grande, el deber para con las personas es mucho más grande. Este deber incluye cosas como la rendición de cuentas, el estímulo, la mentoría, la intercesión y el compañerismo de calidad. Todas estas cosas pueden ocurrir a un nivel general, pero la confianza que cada uno puede ofrecer y recibir está en un nivel mucho más profundo cuando ocurre dentro de una relación de calidad.

Sé que aún tengo mucho camino por recorrer, pero abrazó la responsabilidad ante mí. Cada uno de nosotros tiene la responsabilidad de seguir avanzando, construyendo relaciones y creciendo. No siempre será agradable, y puede que todavía haya mucho que aprender con gran esfuerzo. Pero a pesar de todo, estoy agradecido por las enseñanzas que he aprendido, las experiencias que he vivido y las relaciones que he forjado.

JACOB COLEMAN

SEMINARIO

Seminario Espíritu y Vida 2025 FESTIVIDADES DE GRADUACIÓN

Cuesta creer que otro año [académico] vino y se fue, y que 17 estudiantes más han completado sus programas en el Seminario Espíritu y Vida (SEVi). El 16 de mayo de 2025 comenzó temprano, a las 8 de la mañana, con los estudiantes reunidos en el centro de capacitación ministerial (MTC, siglas en inglés) en las oficinas internacionales de la Iglesia de Dios de la Profecía. Distintos acentos de español, pizcas de inglés y muchas sonrisas llenaron el salón. Los estudiantes aprovecharon el tiempo para saludarse y tomaron asiento en preparación para el ensayo. Seguido, practicaron cómo subir a la plataforma en donde recibirían sus diplomas al siguiente día.

A las 9:00 am, nuestros invitados abordaron dos furgonetas y partimos hacia los Campos del Bosque en Murphy, Carolina del Norte. Durante el viaje, tuve la oportunidad de practicar algunas palabras en español y también de conocer algunas de las preocupaciones que tienen las personas de otras culturas fuera de los Estados Unidos. También, practiqué algunas

palabras en francés con el hijo de uno de nuestros estudiantes del SEVi que vivió dieciséis años en Quebec.

Llegamos a los Campos del Bosque alrededor de las 10:00 de la mañana, y pronto nos dirigimos a la casa de la Primera Asamblea. Todd Bagley, director de los Ministerios del Patrimonio Histórico, compartió una breve historia sobre los inicios de la Iglesia de Dios de la Profecía. Durante su [discurso] dijo que las personas que querían quemar la casa de reuniones —un lugar donde el avivamiento del Espíritu Santo estaba cambiando vidas— vivieron durante un tiempo en que quemar una iglesia era considerado tabú. Así que para evitarlo, el grupo primero derribó el edificio y luego lo quemó. [Sin lugar a duda], la fe de nuestros antecesores fue probada, pero con la ayuda de Dios perseveraron y salieron adelante. Por ello nosotros estamos aquí.

De allí continuamos nuestro camino hacia los Campos del Bosque y llegamos a la Montaña de Oración, donde A.J.

Tomlinson buscó la voluntad de Dios para su vida. Allí vimos a otros visitantes que no formaban parte de nuestro grupo y a niños que subían las escalinatas disfrutando del parque y del tiempo con sus familias. Luego, bajamos las escalinatas de la Montaña de Oración hacia el segundo piso de la casa situada al lado de la marca “Levántate y Resplandece” y el pabellón.

El [Ministerio] de Desarrollo del Liderazgo y Discipulado proporcionó los fondos para que el grupo disfrutara de una deliciosa comida de cerdo a la barbacoa, pollo, ejotes verdes, macarrones con queso, ensalada de col y panecillos. (¿Le dio hambre esto?) Luego de la comida, la directora de Admisiones del SEVi, Carimet Sidney, repartió folletos entre los estudiantes con información sobre las opciones de educación continua en el Seminario Teológico Pentecostal. Los estudiantes expresaron entusiasmo tras conocer las oportunidades y opciones que hay para cursar una maestría. Sin duda, cuanto más aprendemos, más nos damos cuenta de lo mucho que no sabemos (esta idea se le atribuye a Albert Einstein).

La siguiente aventura nos llevó hacia la Montaña de los Diez Mandamientos hasta la Cruz de Todas las Naciones. Los estudiantes y familiares aprovecharon la oportunidad para tomar fotos y buscar la bandera de su país respectivo. Cuando los estudiantes de la República Dominicana se dieron cuenta de que su bandera no estaba, una estudiante vio un agujero en el hormigón sin asta y [sin pensarlo mucho] dijo que ese era el lugar donde había estado su bandera —simplemente había desaparecido. Su sentido de humor nos hizo reír a todos.

Nuestra siguiente parada fue frente a la Biblia ubicada en la cima de la Montaña de los Diez Mandamientos. Un dron capturó una foto del grupo y un video saludando. Los más ágiles bajamos las escalinatas de los Diez Mandamientos, mientras que los demás optaron por subirse a la furgoneta para descender. Seguido, los estudiantes tuvieron la oportunidad para comprar en la tienda de regalos y luego, antes de emprender el camino de regreso a Cleveland, Tennessee, nos tomamos una foto de despedida en la entrada recién renovada de los Campos del Bosque.

Al llegar a las oficinas internacionales, fuimos recibidos por el Dr. Shaun McKinley, director ejecutivo de Comunicaciones Mundiales, y Sarah Rising, secretaria ejecutiva de Finanzas y Administración. Ellos se encargaron de darle un paseo a los estudiantes y familiares por las oficinas internacionales y las oficinas del SEVi. El obispo principal Tim Coalter y todo el personal que sirve a la Iglesia de Dios de la Profecía les dieron la bienvenida.

El 17 de mayo —el “gran día”— comenzó nuevamente en el centro de capacitación a las 8:00 a.m. Los estudiantes se reunieron en el salón Murray para ponerse sus togas de graduación, cordones de honor, birretes y borlas. El fotógrafo captó la alegría, la emoción y quizás un poco de nerviosismo de los estudiantes.

SEMINARIO ESPÍRITU Y VIDA

A las 9:50 a.m., la Junta de Directores del SEVi, la facultad docente y el personal se unieron a los estudiantes detrás de las grandes cortinas negras para desfilar al son del preludio musical de graduación. Familiares y amigos nos dieron la bienvenida a la ceremonia mientras destellos de cámaras se veían por todos lados captando imágenes de los estudiantes.

El presidente Dr. Michael Hernández nos dio la bienvenida mientras reiteraba nuevamente que el Seminario Espíritu y Vida estaba plenamente acreditado por la Asociación Transnacional de Colegios y Escuelas Cristianas (TRACS, siglas en inglés). [Seguido], cantamos nuestra nueva alma mater, “Su Espíritu da vida”, cuya letra (escrita por mí) pertenece a nuestra escuela y estudiantado.

El obispo Ebli De La Rosa recibió un premio por su legado de liderazgo en ayudar a estudiantes de la región sureste hispana que actualmente se están capacitando para servir a la Iglesia de Dios de la Profecía. Hanny Vidal recibió el premio Alumno del Año por sus esfuerzos en promover el SEVi en la República Dominicana.

Entre los estudiantes oradores estuvieron Silvia House de Florida, Francisco Carrasco Pérez de República Dominicana, y Stephen Parrish de Georgia. El obispo Dr. Shaun McKinley pronunció el discurso de graduación, recordándole a los estudiantes que la base bíblica/teológica que habían adquirido en el SEVi era muy parecida a la plataforma de lanzamiento de un cohete. La plataforma de lanzamiento no es construida para verse bonita o ser admirada. Es construida para lanzar un cohete. La formación básica adquirida en el SEVi no es simplemente para celebrarse como un logro; es una plataforma de lanzamiento para el ministerio. Como la fuerza de un cohete, debemos “lanzarnos” con lo que hemos

aprendido para servir, invertir en los demás, compartir el mensaje de Cristo y edificar el reino de Dios y la iglesia de la cual somos parte.

Con esto en mente, nos enorgullece lanzar desde la plataforma de lanzamiento a los miembros de la cuarta graduación (verano 2024-primavera 2025) del Seminario Espíritu y Vida:

Certificado de Estudios Teológicos y Ministeriales

Celina Amaya

Ruth Aquino

Mavernie Canterbury

Francisco Carrasco Pérez

José de los Santos

Alexander Feliz

Elie Fleurime

Luis García

Silvia House

William Mendoza

Micah Mojica

Amarelis del Carmen Ramírez Peña

Caridad Sidney

William Sidney

Norma Walters

Licenciatura en Estudios Teológicos y Ministeriales

Emily George

Stephen Parrish

Ahora contamos con 59 exalumnos del SEVi y una matrícula activa de 275 estudiantes. Esperamos que usted se emocione tanto como nosotros de ver lo que el futuro le depara al Seminario Espíritu y Vida. ¡Ayúdenos a correr la voz y gracias por su apoyo!

Visítenos en https://spiritandlifeseminary.org.

Iglesia de Dios de la Profecía Union Grove

MOOREVILLE, MISISIPÍ

Un siglo de luz:

La Iglesia de Dios de la Profecía en Union Grove celebra 100 años de ministerio

“Levántate, resplandece; porque ha venido tu luz, y la gloria de Jehová ha nacido sobre ti”. Isaías 60:1

Mientras la Iglesia de Dios de la Profecía en Union Grove marca este logro de un siglo, la congregación se maravilla por todo lo que el Señor ha hecho. Desde sus humildes inicios en un hogar en Mississippi hasta un ministerio boyante que se ha multiplicado a través de iglesias e instalaciones, este legado está escrito en la oración, la perseverancia y el movimiento poderoso de Dios.

Dónde comenzó todo

Los primeros capítulos de la historia de Union Grove fueron preservados, aunque no oficialmente —ya que muchos de ellos se perdieron en un fuego que hubo en el hogar de la secretaria, Mollie Parker— en la memoria de sus testigos fieles. A fines de la Primera Guerra Mundial, cuando la nación iba rumbo a la Gran Depresión, Dios plantó una semilla de avivamiento en los corazones de algunos creyentes.

Entre esos creyentes estaba Diathuller Mitchell de Red Bay, Alabama, quien recientemente había recibido el bautismo del Espíritu Santo. Su hermano, Archie Parker, había enfermado gravemente con tuberculosis. A su petición, el hermano Joe Holley y la hermana Elizabeth White fueron a orar por él. Ellos pusieron sus manos sobre Archie, y él se recuperó, viviendo por muchos años más. Eso fue la chispa del fuego [espiritual].

De los cultos de oración a un movimiento

A medida que el avivamiento llegaba a diferentes hogares —primero, al de Harve Mitchell, después al de Ollie Hopkins— muchos fueron salvos y llenos con el Espíritu Santo. La hermana Hazel Mitchell recuerda con vividez esos cultos, compartiendo que la gente se reunía para ver a los “santos rodadores” y ser testigos de milagros de sanidad. Incluso de niña, Hazel experimentó el poder sanador de Dios cuando se recuperó de una enfermedad delicada, luego de confiar en Dios.

Para el Domingo de Resurrección en 1919, la pequeña congregación había bautizado a sus primeros miembros en una laguna, organizando formalmente la iglesia en el hogar de Hopkins. [A pesar de que] ellos no tenían mucho dinero, sí tenían fe en abundancia.

Crecimiento a través de las generaciones

Entre los primeros ministros pioneros estaban Richard Moxley, Frank Smidley, Elmer Wigginton y otros, quienes sirvieron al rebaño fielmente. A medida que creció el

ministerio, la congregación se mudó de un edificio con bordes rugosos y techo de madera (donado por la familia Parker) a un santuario de mayor estabilidad que quedaba al cruzar la calle. A pesar de que un tornado devastador (1936) causó daños severos a la estructura, ésta fue reconstruida por la gracia de Dios y la determinación de la congregación. Décadas más tarde, bajo el liderazgo de pastores como Clyde Nelson, J. C. Woods, Gene Douglas y Andrew Cook, la iglesia añadió otras áreas a sus instalaciones para cumplir con las necesidades [de sus feligreses, construyendo] salones de clases, auditorios, salón de actividades, área de recreo y pabellón.

Un futuro floreciente

Bajo la guianza de los obispos James Akins y Billy Adams, la iglesia construyó un auditorio para 400 personas, salones de clases modernos, oficinas administrativas y un gimnasio. Durante el liderazgo del obispo Ryan Napalo, Union Grove siguió creciendo con las nuevas instalaciones para los jóvenes y renovaciones extensas, asegurando que el futuro de las generaciones tuviera un lugar para crecer, adorar y servir. En 2019, como parte de la celebración del centenario, la iglesia construyó un pabellón del centésimo aniversario, con ladrillos engravados que fueron contribuidos por diferentes familias como símbolo de unidad y para tener de recuerdo. Este lugar sagrado está al cruzar del santuario actual —en el mismo terreno donde estuvo la segunda iglesia.

Un legado que se extiende

Union Grove es la madre iglesia de otras congregaciones de impacto, incluyendo las iglesias Unity, Union View (ahora cerrada) y las iglesias en Tupelo y Verona. El fruto de esta última iglesia continúa dándole crecimiento al cuerpo de Cristo más allá de sus paredes.

Hoy en día, Union Grove está totalmente libre de deudas, con la capacidad de invertir libremente en el ministerio y su misión. La congregación ondea su bandera en alto —no solo en celebración del pasado, sino con fe por el futuro.

Celebrando un siglo de bendición

Al conmemorar 100 años de Union Grove, agradecemos a Dios por Su provisión, poder y presencia. El Mensajero Ala Blanca honra la fidelidad de Dios y resiliencia de Su pueblo.

Ciertamente, la luz ha venido y la gloria de Jehová sigue naciendo sobre Union Grove.

Iglesia de Dios de la Profecía Gold Valley MIDDLESEX, CAROLINA DEL NORTE

Un siglo de fidelidad:

La Iglesia de Dios de la Profecía Gold Valley celebra 100 años

Con corazones agradecidos y celebración alegre, la Iglesia de Dios de la Profecía Gold Valley en Middlesex, Carolina del Norte, marca su 100º aniversario —honrando un siglo de fe inquebrantable, comunidad de impacto y crecimiento espiritual.

La iglesia fue fundada el 1 de octubre de 1917 por Blant Brantley, comenzando con un pequeño grupo de creyentes que tenían una gran visión —llevar la esperanza del evangelio a su comunidad rural. En la década de 1950, bajo el liderazgo de D.H. McCullen, la iglesia se mudó del lugar donde se encontraba localizada a NC-231, donde continúa sirviendo como un faro de luz y amor.

En el transcurso de décadas, 24 pastores han cuidado de la congregación de este rebaño, cada cual edificando sobre el fundamento puesto por los que estuvieron antes de ellos. Hoy, el pastor Larry Whited dirige el rebaño con dedicación, visión y amor profundo por la gente de Middlesex.

Una iglesia para cada generación

Gold Valley es más que una iglesia histórica —es una comunidad boyante y multigeneracional. Bajo el cuidado de líderes y voluntarios apasionados han surgido ministerios; para ellos, la iglesia no es solo un lugar, sino un propósito.

El ministerio de niños (dirigido por Lisa Hopkins) se reúne casi todos los domingos, ofreciendo enseñanzas apropiadas para las diferentes edades, adoración alegre y experiencia prácticas. ¿La meta? Ayudar al corazón de los más jóvenes para que conozcan la Palabra de Dios y vivan Su amor. La fe no es algo que solamente se enseña —es vivida en medios de alegrías, manualidades

y versículos memorizados que retienen mucho después de acabar el día domingo.

Dirigido por el pastor de jóvenes, Lynn Cash, los jóvenes se reúnen cada domingo, de 5:30–7:00 p.m., con la misión de cultivar en ellos un hambre por amar a Dios y servir a otros. Esto no es otro pasatiempo más; es una plataforma donde descubrir la identidad que Dios nos ha dado y su propósito en la iglesia y también en la comunidad.

“Amigos de la tercera edad”, dirigido por Fan Whitley y Betty Joyner, une a los santos de mayor edad en la iglesia para confraternizar, orar y conectarnos alegremente. Ya sea para una reunión devocional, comida o para compartir historias, estas reuniones están llenas de afecto, sabiduría y risas —el vivo testimonio de fe que ha sobrepasado la prueba del tiempo.

Reflexión y regocijo

Mientras Gold Valley reflexiona en estos pasados 100 años, hay mucho que celebrar —vidas transformadas, familias restauradas, llamados descubiertos y comunidades servidas. Pero aún más, la iglesia está mirando hacia adelante, hacia un nuevo crecimiento, un discipulado más profundo y hasta más aceptación de su misión.

Con banderas alzadas en alto y corazones elevados, la Iglesia de Dios de la Profecía Gold Valley está de pie hoy como prueba de la firme fidelidad de Dios. Al comenzar otro nuevo siglo, ellos están listos; porque aquí en Middlesex, el evangelio sigue teniendo poder, el Espíritu se sigue moviendo y la luz sigue alumbrando.

ESTA ES MI HISTORIA

Herencia y legado . . . CONTINÚA

“La herencia es algo que se transmite a alguien. El legado es el impacto que uno hace en otra persona y tiene que ver con el carácter, los valores, el entendimiento espiritual y el compromiso con Cristo”.
– Dr. James Dobson

Todos hemos visto los episodios televisivos que terminan con una pantalla negra y con un letrero en color blanco que dice “Continuará”. Esto significa que sigue otra parte del mismo episodio. Por lo general, tenemos que esperar otra semana antes de ver el resto de la historia. Nuestra herencia y legado son lo mismo. Somos la generación que posee una herencia y un legado; somos parte de algo. Nosotros, la Iglesia de Dios de la Profecía, somos un “movimiento”. En otras palabras, somos parte de un movimiento que avanza hacia un destino, meta o propósito. Nuestros antecesores laboraron arduamente para que el mundo conociera a Cristo. Nuestro primer supervisor general, el obispo A.J. Tomlinson, al inicio de nuestro movimiento

dijo: “Cubriremos el mundo con la salvación y la santidad del Señor”. En 1994, la Asamblea Internacional adoptó el tema “Tornándonos a la cosecha”, y en la actualidad nuestro tema es “En la misión: Reconciliando al mundo con Cristo por medio del poder del Espíritu Santo”. [Ambos temas nos apuntan hacia nuestro compromiso con Dios.] La próxima generación, si el Señor no ha venido, tendrá su propio tema que los impulse a avanzar con el mismo ahínco que nosotros. La continuidad de este tema mostrará que todos compartimos la misma misión de los que nos han precedido. Somos parte del mismo movimiento, con la misma misión y objetivo en mente: ¡Reconciliar al mundo con Jesucristo por medio del poder de Su Espíritu!

El Dr. James Dobson define la diferencia entre herencia y legado: “La herencia es algo que se transmite a alguien. El legado es el impacto que uno hace en otra persona y tiene que ver con el carácter, los valores, el entendimiento espiritual y el compromiso con Cristo”. Nuestros antecesores nos dejaron tanto una herencia como un legado. Nos dejaron una herencia, a decir las bases y los fundamentos de nuestra fe en Cristo a través de sus escritos de la Palabra de Dios. También nos dejaron un legado a través de la determinación, el ahínco y el compromiso con el Señor y Su obra de la cual somos partícipes. Nuestros antecesores fueron verdaderos héroes de la fe, y su labor deberá continuar porque ahora es nuestra responsabilidad. [Tenemos el compromiso] de transmitir este legado y herencia a la próxima generación.

Los padres, los apóstoles, de la iglesia primitiva nos entregaron “la historia de las cosas que entre nosotros han sido ciertísimas…que desde el principio lo vieron con sus ojos, y fueron ministros de la palabra” (Lucas 1:1, 2). Lucas escribió estas palabras a Teófilo quien era parte de la siguiente generación que debía continuar con la obra de reconciliar al mundo con Cristo. Le escribió, diciendo, “después de haber investigado con diligencia todas las cosas…escribírtelas por orden… para que conozcas bien la verdad de las cosas en las cuales has sido instruido” (Lucas 1:4, 5). Pablo instruyó a muchos a lo largo del Nuevo Testamento, pero en su carta a Timoteo, le amonestó a observar toda la doctrina, enseñanza e instrucciones que había recibido de los otros apóstoles. Le dijo al joven Timoteo: “Te encarezco delante de Dios y del Señor Jesucristo, que juzgará a los vivos y a los muertos en su manifestación y en su reino, que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina… Pero tú sé sobrio en todo, soporta las aflicciones, haz obra de evangelista, cumple tu ministerio” (2 Timoteo 4:1, 2, 5). Timoteo tenía una herencia y un legado compartido de su madre Loida y su abuela Eunice; la obra de su familia se convirtió en la suya. Ahora él tenía la tarea de continuar en la fe. La fe de nuestros antecesores no nos salvará; cada uno de nosotros deberá abrazar su fe en Cristo.

Desde los primeros años de avivamiento en chozas hasta las primeras iglesias de madera, los pequeños edificios de ladrillo, los edificios de bloques de hormigón y las facilidades modernas que tenemos hoy, debemos entender que nuestra herencia y legado continúan porque compartimos la misión que una vez nuestros antecesores realizaron. No debemos fallarles; pero lo más importante, no le fallemos al Señor de la mies. Nuestro servicio a Él debe ser primordial. ¡Que nuestra herencia, nuestro legado y nuestra tarea de reconciliar al mundo con Cristo “continúe”!

EN SU PRESENCIA

MINISTROS FALLECIDOS | REPORTADO EL 1 DE JUNIO DE 2025

JOSUÉ C. JIMÉNEZ

California

23 de enero de 2025

Ministro licenciado por 59 años

LEONARD E. WAGNER

Kansas

14 de abril de 2025

Ministro licenciado por 62 años

KURTIS R. DISBROW

Maryland

6 de marzo de 2025

Ministra licenciada por 2 años

ANNIE MITCHELL

Carolina del Norte

20 de marzo de 2025

Ministra licenciada por 18 años

JAMES T. COX

Tennessee

19 de octubre de 2017

Ministro licenciado por 40 años

SHIRLEY A. VICKS

Luisiana

21 de marzo de 2025

Ministra licenciada por 46 años

REGENIA L. COLLIER

Tennessee

28 de marzo de 2025

Ministra licenciada por 37 años

BOBBIE J. HENRY

Tennessee

16 de diciembre de 2019

Ministro licenciado por 18 años

MICHAEL MCMILLAN

Wyoming

22 de abril de 2025

Ministro licenciado por 52 años

DO NE CUALQUIER CANTIDA D

El fuego que h ubo en nue s tro taller de m antenimiento c ausó daños significativos e n la estructura y hubo pérdida de equ i po s. L a pérdida to t al está estimad a en $512,000 d ólares. Después del pago del seguro, nuestra pérdid a es de $23 5,739 dólares .

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