La Voz del Silencio 2023-n25

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En el año 2000 se publicaba el Nº “0” de esta revista. Uno de nuestros hermanos compartía recientemente con nosotros imágenes de aquel ejemplar. El de este “año 23” llega a ser el Nº 25, que os presentamos. Son pues como las “bodas de plata” de estos sencillos papeles cofrades. Muchas cosas han cambiado en todo lo que nos rodea, en la forma de publicar la misma revista, nacida sin pretensiones y persistente en sencillez, en humildad. Con nuestro mayor agradecimiento para todos los que con artículos, aportaciones, colaboración generosa… la siguen haciendo posible, nuestro renovado abrazo fraterno y, lo que ningún tiempo ha de cambiar, el deseo de Paz y Bien.

LA VOZ DEL SILENCIO

Año 23, Nº 24, Abril 2023 - Dep. Legal: LE-457-2000.

Maquetación: H.A.B.G. & J.L.Hernansanz • Impresión PUNTO y SEGUIDO.

Edita: COFRADÍA DEL SANTÍSIMO CRISTO DE LA EXPIRACIÓN Y DEL SILENCIO

Comunicaciones: dirigirse al apartado de correos nº 615-24080- León

Ni La Voz del Silencio, ni la Cofradía del Santísimo Cristo de la Expiración y del Silencio se hacen responsables de los contenidos ni de las opiniones vertidas en los artículos firmados.

Prohibida la reproducción total o parcial salvo autorización expresa de la cofradía.

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SEMANA SANTA SINODAL

LUIS ÁNGEL DE LAS HERAS BERZAL, CMF

Obispo de León

También lo fue la pasada. Pero este año quiero invitaros a dar este calificativo a la Semana Santa de León siguiendo el mensaje del papa Francisco para la Cuaresma, que ha titulado “Ascesis cuaresmal, un camino sinodal”. En él nos invita a reconocer este tiempo fuerte con todas las exigencias que comporta subir a un monte elevado, retirarse a un lugar apartado, con la imagen del Tabor y la Transfiguración del Señor ante sus apóstoles Pedro, Santiago y Juan. Ellos se dejan conducir por Jesús lejos de las mediocridades y las vanidades. Lo cual exige esfuerzo, sacrificio y concentración, como ocurre en el camino sinodal que realizamos ahora, nos dice el Papa.

Las coincidencias entre el camino cuaresmal y el sinodal se dan igualmente entre la Semana Santa y este proceso eclesial en el que buscamos juntos una transformación como pueblo de la Pascua y del camino. Al final nos espera la gloria del Señor, aquella gloria que contemplan anticipadamente Pedro, Santiago y Juan. La belleza de esta visión compensa con creces las fatigas del camino. El final de una estación de penitencia, que realizáis con “esfuerzo, sacrificio y concentración”, es una buena imagen de la gloria del Dios vivo que estamos llamados a encontrar en nuestra peregrinación.

Recorremos el camino juntos los bautizados, con el objetivo de vivir “una transfiguración personal y eclesial” hacia el encuentro con el Resucitado y su Reino. La Semana Santa de León es un camino propicio para marchar sinodalmente los papones y lograr la transfiguración personal al tiempo que la eclesial. En el cartel anunciador de la Semana Santa de este año podemos intuir el itinerario de cambio personal en el papón principal, que es convocado, junto a todos los demás, ante la fachada de la Pulchra Leonina, para llevar a cabo la transformación eclesial con el resto de los diocesanos.

Sois hermanos, συνοδοί (compañeros) de camino, más allá del nombre de cada cofradía o hermandad, de sus titulares y los estandartes que os enorgullecen a cada uno. Con la mayor estima a cada penitencial, os invito a evitar cualquier asomo de rivalidad, así como actitudes alejadas del amor fraterno. Dejaos llevar por el Señor Jesús al monte de la transfiguración lejos de “vanidades y mediocridades”.

Que la Semana Santa de León, fruto del esfuerzo, sacrificio y concentración de cada papón, con la inestimable ayuda institucional, resplandezca bajo el signo de la sinodalidad. Ningún hermano ni hermana se ha de sentir caminante solitario, aislado ni marginado, ni ha de caer en la mediocridad ni en la vanidad. Confío en que todos, con actitud de penitencia, percibáis el impulso del Espíritu Santo, del mismo modo que experimentáis cómo cada imagen os eleva en volandas cuando procesionáis.

Que durante la Semana Santa profundicéis en los misterios que lleváis tan dignamente como braceros —hasta parecer que las tallas caminan y tienen vida—, de tal modo que acojáis el don de la esperanza y el amor infinitos que Dios nos entrega en la Cruz de Jesús para vivir como pueblo-sínodo de la Pascua y del camino.

Porque caminamos juntos, os deseo una fructífera Semana Santa sinodal.

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LA ESENCIA DE LA SEMANA SANTA EN LEÓN

JOSÉ ANTONIO DIEZ DÍAZ

Alcalde de León

Hace dos años, dos lejanos años, en plena pandemia, tuve el honor de participar en los actos que, con las medidas restrictivas exigidas y lógicas, organizaron las cofradías y hermandades de León. Fue una etapa terrible por lo que estábamos viviendo y que nunca olvidaremos, pero también esencial para recuperar la esencia de nuestra Semana Santa. Nos hizo, sin duda, recuperar lo mejor de lo que fuimos y marcar lo que seremos.

En nuestra memoria estarán todos los hermanos y hermanas que nos dejaron en esos meses de crisis sanitaria, pero también el sentimiento que –quizá nunca perdidovolvió a convertirse en lo más importante de nuestra celebración penitencial.

La unión, sí, la hermandad. La fe, la devoción y la penitencia marcaron absolutamente cada paso que se dio en esos meses, y recuperaron el terreno perdido ante otros valores y actos, quizá no menos importantes, pero no tan profundos.

Desde ese momento, León recuperó su verdadera Semana Santa, la que hace nuestra celebración especial ante todas las demás. La que une con la amalgama de los siglos, la imaginería, el peso de los tronos, el olor del incienso, el silencio de los pasos, las lágrimas bajo el capillo y la consciencia de que somos hoy lo que nos legaron ayer.

Quiero agradecer, de nuevo, a la Junta Mayor de Semana Santa y a cada una de las hermandades y cofradías de León por mantener intacto nuestro pasado y trabajar por el futuro de una celebración que es especial y cardinal.

Animo a todos los leoneses y leonesas a participar de ella, como cofrades o como papones de acera. Y a buscar en cada acto no sólo lo que es en sí -la belleza de sus tallas o de la música de sus bandas- sino lo que ha unido, lo que ha sumado, lo que ha vivido para llegar a ser, en esencia, algo tan especial y tan grande.

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Junta Mayor de Cofradías y Hermandades de la Semana Santa de León -con su nueva presidenta, Diana B. García Fernández-, con el Alcalde, José Antonio Diez, y el Obispo de la Diócesis de León, Luis Ángel de las Heras, en el Ayuntamiento de León. Recepción Oficial. 1/02/2023. Foto: Ayto. de León

LAPROCESIÓN VA POR DENTRO

Nuestro consiliario

Durante algunos años - ¡y no hace muchos! -, la gran preocupación de numerosos biblistas y teólogos fue su empeño en reconstruir o inventar la figura del Jesús histórico, ya que, por lo visto, el Jesús presentado y transmitido por los Evangelios no correspondía suficientemente a sus inquietudes y deseos de encontrar al ser humano con todas sus circunstancias que debería ser el Jesús de Nazaret. El Jesús, Salvador, que reclamaba para sí la misma fe que se tiene en Dios (Jn 14,1), predicado y transmitido por la fe en él, era obra de los apóstoles, discípulos y evangelistas, que, sometida a un estudio histórico – crítico, levantaba sospechas. Sospechas a la fe por haber mitificado, tal vez demasiado - según ellos -, a un hombre, del que confesando que era auténticamente hombre, habían dejado pocos elementos sobre los que basar su humanidad.

Si en verdad se quiere conocer, no la biografía completa de Jesús, que ni existe ni es posible rehacerla, pues, como nos indican los únicos que nos han dado a conocer lo que conocemos de Jesús, sus intenciones fueron “después de haber investigado diligentemente todo desde los orígenes, escribírtelo por su orden, ilustre

Teófilo, para que conozcas la solidez de las enseñanzas que has recibido (Lc 1,3s; Hch 1,1s), o como dice san Juan: “Jesús realizó en presencia de sus discípulos otras muchas señales que no están escritas en este libro. Éstas han sido escritas para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo tengáis vida en su nombre” (Jn 20,30; 21,25). Tenemos selecciones y resúmenes de lo que los testigos han oído, han visto, han contemplado, han palpado del único Jesús Dios y hombre verdadero (1 Jn 1,1-4).

Pero si insistimos, y queremos conocer de modo convincente rasgos de la humanidad de Jesús, leyendo entre líneas los evangelios, nos podemos encontrar cantidad de ellos y, algunos, sorprendentes (Mt 3,14s; 4,1-11; 8,3; 8,7; 8,26; 9,2; 9.11; 9,24.16; 12,24-30; 16,23; 26,39-46; Mc 5,2931; 6, 6; 7,5; 9,19; 9,32.33s; Lc 8,1-3; 9,41; 9, 46-48.49s.54s; Jn 6,66; 9,59; etc.).

Uno de esos rasgos lo tenemos más ampliamente desarrollado en Lc 14,25-33, pero hay que leerlo contextualizándolo y buscando las razones internas que están preocupando a Jesús e, incluso, poniéndolo en tensión, pues la propuesta que les expone a los que le siguen, sin venir a

qué, es la expresión de eso que le angustia por dentro, que nadie sabe ni conoce, y que será la piedra de tropiezo de todos aquellos que quieran ser sus discípulos. La procesión, que solamente iba por dentro, ha estallado sorpresivamente en una advertencia muy dura y terriblemente humana.

San Lucas nos indica en su evangelio en qué momento Jesús tomó la decisión de subir ya a Jerusalén: “Y sucedió que como se iban cumpliendo los días de su asunción, él se afirmó en su voluntad de ir a Jerusalén, y envió mensajeros delante de sí,…” (9,51s); en el capítulo 14,25ss san Lucas relata que “Caminaba con él mucha gente y volviéndose les dijo: ‘Si alguno viene donde mí…”.

La gente va acompañando a Jesús feliz y contenta, pensando que el Mesías irá a Jerusalén a presentarse como quién es y a tomar el gobierno. Está totalmente ajena a lo que está sucediendo. Antes del huerto de Getsemaní Jesús ha tenido otras muchas crisis, todas con el mismo tema: su muerte. Ahora ya, decidido, va a Jerusalén. Y ahí sigue en su mente: más terrible que nunca. No, no es el dolor lo que le preocupa ahora, que tampoco sabe si lo podrá soportar, sino el no tener nada, nada, nada, el despojarse de todo. Absoluta desnudez por dentro y por fuera. La renuncia a sí mismo, al ser con total consciencia, en la plenitud de sus facultades. El “árbol verde” va a ser cortado (Lc 23,31).

Quienes manejamos estos hechos con frecuencia nos parece tan normal, tan natural, tan lógico en la vida de Jesús que, sin darnos cuenta, le quitamos toda la tragedia y el dramatismo humano que tiene. La humanidad de Jesús ha saltado, pero no como una renuncia, sino como una advertencia, una fuerte llamada de atención: es lo más duro y decisivo de toda la vida; por eso lo advierte, y lo hace

doctrina, y, aunque parezca mentira y contradictorio, su muerte será la fuente de la vida.

Si alguno viene a mí queriendo ser mi discípulo, y no odia (no me prefiere) a su padre, a su madre, a su mujer, a sus hijos, a sus hermanos, a sus hermanas y hasta tu propia vida, no puede ser discípulo mío. El que no lleve su cruz y venga en pos de mí, no puede ser discípulo mío (Lc 14, 25-27). Y esto no son tonterías: hay que sentarse y planteárselo, lo mismo que el que quiere hacer una inversión fuerte y tiene que calcularlo todo bien, para no hacer el ridículo y perderlo todo sin haber conseguido nada. Y si ve que está en inferioridad de condiciones y no va a poder conseguir lo que se propone, lo mismo que el rey que quiere pelear con otro rey muy superior en fuerzas a él, si es inteligente y prudente, pide condiciones de paz, así él debe solicitar un convenio (Lc 14, 28-32). “Padre, si quieres, aparta de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya” (Lc 23, 42). Si no hay otra posibilidad, hay que tomarse la copa: “Ahora mi alta está turbada. Y ¿qué voy a decir? ¡Padre, líbrame de esta hora! Pero ¡si he llegado a esta hora para esto! Padre glorifica tu Nombre” (Jn 12, 27). “(Pedro) Vuelve la espada a la vaina. La copa que me ha dado mi Padre, ¿no la voy a beber?” (Jn 18,11).

No es normal que todo esto nos parezca normal, porque lo consideramos necesario para nuestra salvación. Para el que lo ha tenido que sufrir debió ser terrible como para gritar: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?” (Mt 27,46).

Y ese que grita así es un hombre, que es mucho más que solo un hombre, y está sufriendo su muerte.

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Fray Francisco Luzón Garrido

SALUDO DEL HERMANO MAYORDOMO JUAN JESÚS ANTOÑÓN

Hermano Mayordomo

Paz y Bien

Queridos Hermanos, me toca este año dirigirme a vosotros, como Mayordomo de nuestra Cofradía del Santísimo Cristo de la Expiración y del Silencio desde el pasado 26 de febrero, primer domingo de Cuaresma, según lo preceptuado en nuestro “Libro de Encargo”, en virtud de la propuesta acordada por la Junta de Seises el 18 de agosto de 2022 y presentada al Común de los Hermanos en el LXVI Cabildo o Junta General de Hermanos Cofrades, celebrado el 11 de septiembre del 2022, proclamándome para cumplir el mayor servicio para con la Cofradía, contando con la aprobación y nombramiento de nuestro Obispo D. Luis Ángel de las Heras Berzal, CMF.

“No debemos buscar aquí lo que no hay, ni oropel ni esplendor, ni la efímera gloria del éxito reconocido”

Espero ser merecedor de la confianza que habéis depositado en mí y espero no defraudaros. Estar a la altura de los que me precedieron y seguir su ejemplo en mantener y mejorar, si es posible, la estima que el pueblo de León tiene a nuestra pequeña Cofradía y la reputación adquirida desde su creación en 1991, basada en la sobriedad y sencillez de nuestros actos, supone una gran responsabilidad.

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“Sabemos que no estamos solos y eso nos da fuerza”

Este año volvemos a recuperar la “normalidad” perdida durante estos años aciagos por la pandemia que, aunque de forma más íntima y limitada, no nos ha impedido cumplir con nuestros actos procesionales, penitenciales y con nuestro compromiso social con los más desfavorecidos y que menos tienen. Seguiremos contando con la inestimable colaboración de la Banda de Música de la Cofradía de las Siete Palabras de Jesús en la Cruz, de la Cofradía de Nuestra Señora de las Angustias y Soledad, de los Coros de Valdefresno, Dainos y Sandoval, con el grupo “Xeitu”, la agrupación de gaitas “Agavica”, la Escuela Tradicional de Música del Ayuntamiento de León con su Grupo de Dulzainas, …

La enfermedad llevó junto al Padre a varios Hermanos, pero han sido muchos más los que se han acercado a nuestra hermandad.

“No debemos buscar hombros en propiedad porque no encontraremos sino

hombres generosos y brazos para compartir”. “Buscad hermanos a quienes socorrer, en quienes podamos encarnarnos, con los que podamos identificarnos, a los que hacer la Justicia que otros no hicieron”

La Obra Social seguirá siendo una de nuestras prioridades, a la que dedicaremos la mayor parte de nuestros recursos, tanto materiales como personales, en estos momentos nada fáciles para una mayoría, cada vez más importante, de nuestro prójimo.

Agradezco la colaboración y asesoramiento que nos proporciona la Fraternidad Capuchina, tanto material como espiritualmente, que nos acoge en las dependencias de su Convento y “nos ayuda a profundizar en la vida cristiana, los misterios pascuales y en la oración como camino hacia el Padre”.

Que el Santísimo Cristo de la Expiración y del Silencio guíe mis actos y el Cabildo me ayude en mi mandato.

Un fraternal abrazo

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FOGONAZOS DE RECUERDOS: SEMANA SANTA AÑOS 60

MARÍA GARCÍA ÁLVAREZ (*)

En la segunda mitad de los años sesenta León era una ciudad aburrida para una niña de diez o doce años. Pasadas las Navidades se abría un gran desierto de días y días como una cuenta atrás lenta e interminable hasta la Semana Santa. Los Carnavales no existían, o más bien, no se celebraban y todo el mundo esperaba con ganas la llegada de la Semana Santa.

El Domingo de Ramos siempre se estrenaba algo para ir a misa: zapatos, vestidos y, con los ramos, salíamos corriendo hacia la Plaza de Santo Domingo ansiosos de ver a la “burrita”, siempre en un domingo soleado y festivo.

El Lunes y el Martes Santo no inspiran especiales recuerdos, pero el Miércoles Santo… había un preso que, encapuchado y con paso lento, procesionaba escoltado por los hermanos de la Cofradía del Perdón. Cuando se acercaba se oía un murmullo: “Ahí va el preso”. ¿Qué habría hecho? ¿Cuántos años llevaría preso? Lo mirábamos con una mezcla de temor y respeto. En el fondo daba igual, era un preso perdonado.

El Jueves Santo ocurría algo sorprendente: un sacerdote o incluso el Sr Obispo lavaba los pies a otros sacerdotes. Un acto de humildad difícil de interpretar para una niña. Por la tarde el paso de la Sagrada Cena, del cual no se podía apartar la vista, con sus figuras impresionantes y la premonición de la muerte. Alguien entre la multitud me sacudió el brazo violentamente y, señalando a una de las figuras, dijo: “Mira, mira, el que lleva la bolsa es Judas, el traidor que vendió a Jesús por las monedas de esa bolsa.”

La tarde del Jueves Santo, recorrido de iglesias para adorar al Santísimo Sacramento. Las miles de flores junto con el vivo resplandor de las innumerables velas, que iluminaba un trasiego de fieles, dejaban y hoy en día dejarían boquiabierta a cualquier niña.

En la madrugada del Viernes Santo: “Hermanitos de Jesús, levantaos ya, levantaos que ya es hora” pregonaba la ronda de

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Proa, 21 de marzo de 1967 - pág. 4

papones que venía a buscar a nuestros vecinos: Lolín y Pines. Años después, ya emigrantes en Suiza, siempre volverían para responder a la llamada de los Hermanos del Dulce nombre de Jesús.

El Viernes Santo era el gran día: Jesús en el Huerto de los Olivos, su mirada clavada en un ángel con una expresión triste, y a la vez anhelante que encogía el alma, los Azotes a la Columna con la corona de espinas incrustada en un rostro pálido y ensangrentado y la bellísima y llorosa dolorosa que cerraba la procesión. A las tres de la tarde el Sermón de las Siete Palabras se escuchaba por los altavoces en San Marcelo y sus calles aledañas y, en casa, por la radio : “Padre, padre en tus manos encomiendo mi Espíritu”. ”En verdad te digo que mañana estarás conmigo en el Paraíso”, era la palabra favorita, quizá por el tono optimista en medio de tanto sufrimiento y dolor que, a modo de membrana envolvente convertía a los presentes en auténticos participantes en la Pasión de Cristo. Por la tarde, ya casi de noche, se celebraba el Santo Entierro y ahí estaba Jesús muerto, en su sudario, dentro de una urna de cristal con una piel descolorida y blanquecina. Así debían ser los muertos.

El Sábado Santo siempre era una especie de túnel muy oscuro. Cristo estaba muerto y no ve veía la luz. Pero ¡ah!, el Domingo de Resurrección era otra cosa: estallaba una alegría infinita que te levantaba el alma y quitaba el miedo del corazón. El Encuentro en la Catedral era lo más bonito de la Semana Santa. Todo era bullicio y algara-

bía. Todos se saludan, reían y lejos quedaba aquel silencio angustioso y premonitorio de muerte del Jueves Santo o aquella presión en el corazón del Viernes Santo al ver a Jesús sufriendo en la Cruz. La luz y la vida habían triunfado.

(*) María García Álvarez es funcionaria en excedencia de la Consejería de Educación en Madrid y escritora ocasional, leonesa

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ENCUENTRO DEL HIJO CON SU MADRE EN LA CALLE DE LA AMARGURA

HERMANO 119

La inmemorial procesión del Dainos, antaño del Santo Rosario de la Buena Muerte, tiene su esplendor por las calles de León el Domingo de Ramos, donde miles de leoneses aguardan silenciosamente a su paso, solamente roto por los acordes de música de la banda de las Siete Palabras y por el tradicional Rosario de la Buena Muerte de “Dainos, Señor, buena muerte, por tu santísima muerte”.

Aparte de ese desfile silencioso y tradicional, y del rezo a la Virgen en la plaza de Regla, en la Catedral de León, uno de los momentos más profundos y emotivos es el paso del cortejo procesional por la capilla de Santa Nonia, donde se encuentran el Dainos con la Virgen de las Lágrimas, pujada a hombros por braceras de la Cofradía de Nuestra Señora de las Angustias y Soledad, sin túnica ni capillo.

Este encuentro no muy conocido por cientos de gente, se remonta al hecho de que, en el año 1995, la Cofradía del Santo Cristo de la Expiración y el Silencio tramitó una petición a la Cofradía de Nuestra Señora de las Angustias y Soledad para organizar el Encuentro de la Santísima Virgen con su hijo en la calle de la Amargura, cuando el Dainos pasase por la capilla de Santa Nonia. La Virgen de las Lágrimas fue la que la citada Cofradía decidió sacar, y a partir de 1998 esta imagen mariana se coloca en el antiguo trono del San Juan que es pujado por parte de sus braceras.

Desde la abadía de Miguel Ángel Gil por parte de la Cofradía de Nuestra Señora de las Angustias y Soledad, y la

mayordomía de Balduino Jesús Mamés por parte de la Cofradía de la Expiración y el Silencio, se acordó hacer la reunión previa a la preparación del Encuentro, los años pares en sede franciscana y los años impares en la Casa de Hermandad de Angustias y Soledad.

Con la puerta cerrada de Santa Nonia, y según van comunicando que se va acercando el Dainos, se abre la puerta de la citada capilla y sale la Virgen de las Lágrimas con sus faroles, pujada lentamente por sus braceras situándose en la calle, enfrente de la puerta, acompañado por el guion, pendoneta y la junta de gobierno de la Cofradía de Nuestra Señora de

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DAINOS.Foto de Andrés Albizu Fernández

las Angustias y Soledad con traje, insignia y vara, colocándose en un lateral antes del paso. Las braceras mecen el paso, van pasando los hermanos de las Cofradías de la Sobarriba con sus pendones, estandartes y su tradicional música.

El coro del Dainos, compuesto por mujeres, se sitúa frente a la Virgen de las Lágrimas, en la otra acera, y según se va acercando el Dainos comienza sus cantos.

Cuando el Dainos va llegando a su altura, el viceabad de la Cofradía de advocaciones marianas, da la señal a toque de campana y toda la junta de gobierno realiza una reverencia en señal de respeto y silencio hasta que pasa el Dainos, que con otro toque de campana finaliza la reverencia.

Un miembro de la Sobarriba acerca al Seise del paso de la Lágrimas el portapaz, y se lo da a besar a la junta de gobierno y a las primeras braceras del paso, devolviéndoselo de nuevo al miembro de la Sobarriba. El mayordomo de la Cofradía de la Expiración y el Silencio, a su vez, entrega al seise del paso de las Lágrimas un ramo de flores, y éste

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lo pone encima del trono de la Virgen, continuando presidiendo el cortejo procesional, donde el Dainos continua su marcha lentamente sin parar hacia la iglesia conventual de San Francisco, que allí terminará el cortejo procesional.

Tras el paso del Dainos, a continuación, entra en la capilla de Santa Nonia, la Virgen de las Lágrimas, pujada por sus braceras, con la cara de la Virgen mirando a la calle, que se quedan meciéndola, y tras el paso lo hacen los faroles, el guion, la pendoneta y la junta de gobierno, cerrándose la puerta. A toque de golpe se abrirá de nuevo la puerta, en un silencio respetuoso y en penumbra, con una luz ténebre, entrando el hermano Cantor y el abad de la Cofradía de la Expiración y el Silencio con los muñidores, y con ellos las ofrendas de la Sobarriba, escoltadas por dos faroles, volviéndose a cerrar la puerta. Dentro de la capilla, el Abad de la Cofradía de la Expiración y el Silencio pondrá rodilla en tierra ante la imagen de la Virgen, y la junta de gobierno de la Cofradía de Nuestra Señora de las Angustias y Soledad con sus respectivas varas. Se vuelve a entregar el portapaz y

el paño purificador al Seise del paso, para que lo besen las braceras de los laterales. Asimismo, se entrega la hogaza de pan de la Sobarriba, que posteriormente se partirá en trozos y se repartirá entre braceras y junta de gobierno. Después de esto, el abad de la Cofradía de la Expiración y el Silencio dará tres golpes de vara en el suelo, para que los representantes de la citada Cofradía y de la Sobarriba den una cabezada y abandonen la capilla para incorporarse al cortejo procesional del Dainos.

A toque de llamada del Seise las braceras de la Virgen de las Lágrimas dejarán de mecer el paso y lo pondrán en tentemozos, finalizando el acto.

Un acto donde lo que se produce en la parte interior del templo no lo ve el espectador, muchos papones y paponas, pero que se debe saber para ilustración completa de todo lo que es este encuentro del Hijo con su Madre, y del grado de respeto, emoción, fondo espiritual y fe profunda que representa, siendo éste uno de los muchos momentos a celebrar, vivir, de la Semana Santa Leonesa.

DE ESE DAINOS BENDITO

HNO. HÉCTOR PRIETO RODRÍGUEZ

De ese Dainos nació un torrente lleno de paz, de ese Dainos brotó un río de Amor, que protege a la cristiandad, de ese madero Santo hay un hombre que llora por la Humanidad, por un mundo que se pierde entre tanta impunidad. De ese nazareno capuchino, los leoneses peregrinamos a pedir felicidad, por nuestras almas que comprenden, que sin ÉL no habrá caridad y amor, de ese Dainos glorioso cada Domingo de Ramos, en la anochecida legionense, procesiona un Rey que ama en plena potestad, de ese Dainos bendito, amo, siento y tendría que vivir con toda seguridad, al Señor que me trajo a la vida y reinará en su Divina Majestad.

Hermanos: sólo el Señor, puede transformar la muerte en cruz, vilipendiado por nuestros pecados, carcomido por las tribulaciones humanas y flagelado por las iniquidades del corazón de los hombres, en un camino de esperanza, perdón y fe.

No tengamos miedo de coger nuestra propia cruz, como realiza el Dainos cada domingo de Ramos, porque nuestros sinsabores serán más llevaderos y estaremos dando un testimonio de amor y caridad con todos nuestros hermanos.

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DE COFRADES, COFRADÍAS Y HERMANDADES

No soy especialista en Historia, aunque antiguamente cursábamos dos años dicha asignatura y, si no me falla mi memoria, creo recordar que las llamadas Hermandades1 nacieron antes que las Cofradías, dos términos de origen latino (Fraternidades-Hermandades y Con-fratrías). Remontándonos a la caída del Imperio Romano, recordaremos a los godos, visigodos y ostrogodos, que algo tuvieron que ver con lo que hoy, (todos los europeos), somos y tenemos. Para no entretenernos (no hay espacio), diremos que el Imperio Romano cayó en manos de los pueblos que los griegos llamaron bárbaros, (escitas y godos), debido a la presión insoportable que éstos ejercieron. Ante las migraciones que invadían cada vez más regiones del Imperio, los ciudadanos allí asentados se sintieron indefensos y abandonados; abandonados en sus pueblos y circunscripciones por sus antiguos administradores e indefensos ante los recién llegados de fuera.

Cualquier colectivo (animal/humano), que se siente amenazado, tiende a organizarse para la defensa elemental de sus vidas y posesiones. Así nacieron los primitivos

<<gremios>>, luego los <<adjuntamientos-ayuntamientos>>, más tarde las <<hermandades-fraternidades y confratrías-cofradías>>. Esto, sintetizando más de cuatro siglos y enlazando ya con la Iglesia cristiana de Constantino, que da entrada en el poder civil a las jerarquías episcopales; los jerarcas religiosos, ante la desbandada del funcionariado imperial (romano), permanecieron junto al pueblo fiel, llegando a suplir la ausencia del poder y del orden civil2. Los primeros cristianos eran un colectivo muy sencillo, en su mayoría carecían de grandes viviendas o palacios, por eso se reunían en las casas más amplias de los creyentes con posibilidades; más tarde, sus humildes lugares de culto se conocían como iglesias y éstas, cuando eran ya muy grandes, se denominaron <<basílicas>> o casas reales, donde el que presidía ya no era un rey, sino un obispo con palacio. Al poder y a lo grandioso pronto se acostumbra uno. Doy grandes pinceladas, sin mucha precisión, pero muy poco desviado de la realidad original. Eso creo.En toda la Edad Media (alta y baja), la Iglesia, (el término ecclesia hacía referencia tanto a la reunión de los creyentes como

1 COLMEIRO M., 1885, De la Constitución y del Gobierno de los Reinos de León y Castilla, 2 tomos. Edita Librería de don Ángel Calleja, Madrid. Ofrece un buen estudio sobre el clero, concejos, hermandades, etc.

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2 SANZ GARCIA Siro, “Las Obras de Misericordia, promotoras del bien en la historia”. Scriptorium Victoriense, Vol. LXIII, nº 3-4, julio-diciembre 2016 (375-387). Vitoria-Gasteiz

al lugar donde se reunían), adquirió tintes imperiales y regios, más en sus altas jerarquías, hasta el punto de que, aún hoy, decir iglesia es decir edificio de culto religioso, o referencia directa a la jerarquía clerical/eclesiástica, cuando la Iglesia debería ser la reunión de los fieles creyentes y seguidores de Jesús, el galileo del evangelio.(¡Pero, pero, pero: Sacro Imperio Romano-Germánico, tuvimos obispos gobernando territorios, como señores, hasta 1806; ¡en Andorra aún hoy!).

Así las cosas, llegamos al Concilio (concejo) de Trento (1545-1563), donde se asienta como un pedrusco la Institución que, en lugar de ser gobernada por el espíritu del Evangelio, se gobernó fundamentalmente mediante normativas copiadas del Derecho Romano; desde 1917 (Benedicto XV), hasta nuestros días, la Iglesia católica se rige de manera estricta por el llamado Código de Derecho Canónico, bajo la autoridad suprema del Romano Pontífice (sic).

¿Por qué este recorrido vertiginoso histórico de más de quince siglos? Sencillamente, para situarme o hablar un poco sobre la llamada Cofradía del Silencio y saber de dónde vienen y a dónde van esas reuniones de hermanos, Cofradías, con múltiples y variopintas denominaciones: del Santo Malvar, Jesús del Gran Poder, Minerva y Veracruz, Santo Sepulcro… y, hasta la folcrórica y laica (burlesca), de nuestro Genarín, un pobre huérfano abandonado en Izagre (1861) e ingresado en el hospicio leonés. Y subrayo lo de laica porque, en origen, todas esas hermandades eran agrupaciones de laicos que buscaban autodefenderse y mirar por sus intereses, ante los abusos de Señores, Reyes y otros intrusos que los sojuzgaban y oprimían, lo cual nada tiene que ver con el fallecimiento trági co de Genarín, de ahí mi calificación de burlesca. Ya en pleno siglo XVII y más en el XIX, con el nacimiento y pos-

terior desarrollo de los llamados sindicatos1, destinados a la protección de los derechos de los trabajadores en la era industrial, las primitivas Hermandades pasaron a depender, poco a poco, del poder religioso que impuso el cambio de estatutos, hasta convertirlas en organizaciones religiosas o pararreligiosas, incluyendo entre sus obligaciones atender necesidades caritativas, propias de las llamadas Obras Pías y Obras de Misericordia, como enterrar a los muertos (Santo Malvar2).

La cofradía del Silencio en León tiene todavía un escaso recorrido entre nosotros, 32 años de existencia en una Cofradía supone un periodo vital muy corto; está afincada en el actual convento de los PP. Franciscanos. Personalmente llama mi atención su denominación del <<Silencio>>, pienso que como signo de respeto por la muerte del Señor crucificado; pero, leyendo historias o comentarios de cofrades de la misma, su origen, que data de 1991, nació como un sincero deseo de un grupo de personas mayores por recuperar las tradiciones de la Semana Santa de sus abuelos, muchos provenientes del entorno leonés y su alfoz, con el fin de que el silencio (olvido), hoy casi masivo, no diera al traste con esa religiosidad popular que ellos vivieron tan intensamente y con tanto fervor. Bueno es dejar constancia de estos pequeños detalles que están en la base y origen de nuestras tradiciones ancestrales y más de estas con matices religiosos, poco cuidados en una sociedad civil, hoy materializada y proclive a enterrar recuerdos que ya no entiende ni quiere recordar, porque muchos jóvenes <<cofrades>> no han aprendido a valorar la importancia de la Historia, su ayer. Sin este conocimiento de las raíces del árbol genealógico de cualquier institución, se corre el grave peligro de pervertir sus fines, llegando a desvirtuar la finalidad para la

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que nació. 1 COLMEIRO M., 1885, De la Constitución y del Gobierno de los Reinos de León y Castilla, 2 tomos. Edita Librería de don Ángel Calleja, Madrid. Ofrece un buen estudio sobre el clero, concejos, hermandades, etc. 2 SANZ GARCIA Siro, “Las Obras de Misericordia, promotoras del bien en la historia”. Scriptorium Victoriense, Vol. LXIII, nº 3-4, julio-diciembre 2016 (375-387). Vitoria-Gasteiz

Hablar del silencio como valor y como signo de respeto hacia la figura central que da origen al cristianismo, Jesús de Nazaret, no deja de ser o, para mí, debería ser un tema muy serio a la hora de formar a los jóvenes y no tan jóvenes hermanos cofrades que se van enrolando en la citada Cofradía. La finalidad de pertenecer concretamente a una Cofradía no debería ser nunca ni el color o aspecto de la vestimenta/hábito, ni el hecho social de exhibirse (también encapuchado), en fotos con los amigos o familiares. Conocer el valor y el significado profundo de los símbolos y estandartes de la propia cofradía ayudarán al afiliado o afiliada a llevar durante su vida una conducta en consonancia con los significados que están en la raíz institucional, puesto que se es cofrade no solo en los días de la llamada Semana Grande de la Pasión y de la Resurrección, sino todos y cada uno de los días del año, durante la vida entera de los cofrades o hermanos de cofradía. Convertir la afiliación personal en puro postureo folclórico, sin que haya al menos una base de compromiso de respuesta vital coherente con los valores básicos que encarna la cofradía, sería poco menos que prostituir socialmente el significado y la imagen de toda la organización. Y esto, que es muy serio, deben los mayores conocerlo y deberían ser ejemplo para los más jóvenes que se van iniciando, algunos ya desde niños, por deseo y coherencia de sus padres cofrades.

En una sociedad del ruido, del alboroto, del desahogo desaforado, no resulta fácil ser coherente con el Silencio respetuoso, que no es mudez, sino acompañamiento, cercanía, apoyo, reflexión, dolor por la muerte y alegría por la resurrección; muerte y resurrección, dos conceptos de difícil comprensión y de nada fácil explicación para el común de los creyentes…, no digo ya nada para los agnósticos o los no creyentes. El silencio, la reflexión y no la verborrea, son los ingredientes que a todo ser humano mejor le ayudarán a la comprensión de conceptos poco claros o en situaciones de difícil aceptación. No conviene olvidar que hay silencios que no dicen nada, o más bien provocan ira o hilaridad; hay silencios que envenenan y silencios que sanan. ¿De verdad

los responsables de formación en la Cofradía tienen la preparación adecuada para ofrecer respuestas pertinentes a los miembros del colectivo que presiden? ¿Saben distinguir bien entre silencio y silencio? O, ¿más bien sólo se preocupan de que en la procesión nadie pierda el paso, el ritmo, a la hora de pasear sus Figuras y hacerlas bailar al son del tambor y la trompeta? Eso está bien como folclore y colorido, pero es una respuesta poco útil y muy pobre para los fines y beneficios de formación y vivencia religiosa del personal asociado y del público que asiste al espectáculo.

Yo concluiría mi reflexión afirmando que en los Sindicatos los socios pagan una cuota y esperan un auxilio en momentos de conflicto laboral o pérdida del trabajo, el resto les trae al pairo. En una Cofradía actual, como la del Silencio y en todas las demás con diferentes nombres, la cuota de los asociados es una ayuda para mantener las diferentes actividades organizadas dentro del grupo social y una aportación para alguna obra benéfica, dentro o fuera del grupo, pero el cariz religioso, en la actualidad, debería ser primordial, enseñando a todos los miembros un compromiso de coherencia humana y cristiana, sin exhibición egoísta ni egolátrica de ningún tipo, siguiendo el modelo del titular, muerto y resucitado. Para mí, la vida de entrega y servicio de Jesús, el Cristo, fue toda ella un <<grito silencioso>>: pasó haciendo el bien, perdonando hasta a sus verdugos. Mayor regalo de amor y coherencia ante tanta incoherencia, imposible. Por eso él es <<el Maestro, nuestro Maestro>>.

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JOSÉ HOLGUERA Y SU DIÁLOGO CON LA CRUZ

“Mirar un cuadro” fue el nombre de aquella serie de los años ochenta de nuestra Televisión pública cuya finalidad, se decía, era “ayudar a percibir y conocer mejor, a través de los comentarios de diferentes personajes del mundo de la cultura, el valor plástico de obras de arte”. Se decía también de este programa que “robaba la autoridad a la Academia”, cambiaba el foco de atención y lo llevaba a la calle. Cómo mirar un cuadro, una creación artística, es título de notables artículos, libros, cursos… empeño inagotable en educar para mirar, para entender, e incluso para sentir, el mensaje, lo que se presume fue intención, bajo lo que, tantas veces, no es evidente.

Inconscientemente, el espectador, el que mira, entabla un diálogo mudo con los objetos que contempla, ensamblando las caras varias del signo (significado, sentido…) a la luz de las emociones. Para el autor, el que crea, su canal de comunicación, su lenguaje y código, lo son ese método de conocimiento y de modificación de la vivencia y del mundo que se dice Arte. En ocasiones llega a intervenir en esa escena (sin darle pábilo a la enorme dificultad que encierra) quien tiene la pretensión de ser guía y glosar lo que el artista no ha querido, tal vez, ni nombrar ni decir… O sí.

Aguatinta al azufre, el lenguaje, la técnica empleada en este grabado, a través del que dialoga su autor. Sobran argumentos para darle a este modo de crear el valor que tiene, en nada menor a otros “géneros artísticos”.

Falta, eso sí, resaltar las cualidades que le corresponden y en este caso destacan sobremanera: el punteado que en la estampa muestra suave graneado, tonos de gran delicadeza, alcanzados tras el

justo tiempo de exposición del cobre a la mezcla de azufre y aceite. En cada trabajo, búsqueda de lo escondido y descubrimiento, junto al logro sobre el papel con cuerpo y alma, de las propias cualidades, las que giran bajo ese otro tórculo de la vida, del individuo que se siente satisfecho, incluso bendecido, con la dignidad del artesano, siempre reivindicada por Holguera.

Un signo, el más elemental posible, con dos simples trazos, al que se le buscan diversos antiguos referentes de vida, el que refiere al concreto cruel castigo hasta la muerte… El signo de la Cruz, al que aquel viejo catecismo, que memorizamos (y sin embargo aprendimos) en tardes frías de escuela y parroquia pequeñas, definía en su tercera entrada: “- ¿Cuál es la señal del cristiano? – La señal del cristiano es…”

Mirar la Cruz, y, si nos fuera posible, entender su significado, comprenderla. Lutero contrapuso al “teólogo de la gloria”, el que dijo en sus disputas que llama a lo malo bueno y a lo bueno malo, al “teólogo de la cruz”, del que dice “denomina a las cosas como en realidad son.” “Mirar a Cristo. Ejercicios de Fe, Esperanza y Caridad” se tituló publicación de 1989 en la que se recogían unas lecciones impartidas por el entonces prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, Joseph Ratzinger, para las que se apoyó en el trabajo de reflexión llevado a cabo por Joseph Pieper (el filósofo que, entre tanta búsqueda amorosa de la Verdad, trató del arte y la contemplación) las virtudes teologales, las que, en lengua de la calle, se dicen Creer, Esperar, Amar; la realidad para la que hemos sido llamados, y hacia la cual queremos caminar. En las primeras líneas de aquellas lecciones suyas señalaba el

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teólogo de la espiritualidad profunda, pastor y predicador, que “sólo se puede ejercitar aquello que de alguna forma ya se posee”, a lo que seguía: “puesto que la existencia cristiana no es un arte más junto a otros, sino simplemente la existencia humana vivida tal y como se debe, se podría afirmar que queremos ejercitar el arte de la vida justa. Queremos aprender el arte de las artes: la existencia humana”.

El rostro no es el rostro de las láminas./ Es áspero y judío. No lo veo/ y seguiré buscándolo hasta el día/ último de mis pasos por la tierra./ El hombre quebrantado sufre y calla…

Rezó el “agnóstico” Borges en su “Cristo en la Cruz”. En Fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz, celebrada en la Divina Liturgia Bizantina, el sucesor de Benedicto XVI recordaba el significado del Signo: “un cristianismo sin cruz se vuelve estéril”. La palabra del Papa Francisco vencía nuestros acomodados silencios:

“Nosotros proclamamos a un Mesías crucificado […], fuerza y sabiduría de Dios.

[…] El Apóstol no esconde que la cruz, a los

ojos de la sabiduría humana, representa todo lo contrario, que ella es «escándalo» y «locura» (1 Co 1,23-24). La cruz era instrumento de muerte, y sin embargo de allí ha venido la vida”.

Miro el grabado en el que se comparte con nosotros el diálogo con el Crucificado. Sé que Jose Holguera tampoco calla, que grita con dulce suavidad, desde su taller tan a pie de Santa María nuestra, que frente a la ley vieja, después de la Cruz sabemos que no hay que temer la mirada de Dios, porque “el mirar de Dios es amar.” Quien mejor nos lo enseñó tiene en nuestra tierra imagen bajo la que desde niños conocimos la Lamentación de la cual aún no entendimos cómo releer: los que pasáis por el camino, mirad y ved si hay amor como el Amor mío.

Un sentido añadido, o más de uno, puede provocar en nosotros (lo hace en mí) esa cruz que cobija entre sus brazos espacios no vacíos, pero quede ello como humilde sugerencia para que cada uno dialogue, mirando a la Cruz y raseando hacia la Resurrección.

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José Luis Holguera. Grabado al azufre Artículo publicado en la revista de la Semana Santa de León, 2023, de la Editorial MIC

Los Pueblos de la Sobarriba y compartir “El Dainos” Los Pueblos de la Sobarriba y compartir “El Dainos”

Sobarriba volverán a vivir

Sobarriba volverán a vivir

Dainos”

Dainos” en

en la ciudad de León

la ciudad de León

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BANDA SONORA PARA UNA SEMANA SANTA ROCKERA

Son muchas las bandas de rock y pop que durante años han usado la Biblia como inspiración para su música. Desde Boney M y su Rivers of Babylon, pasando por los Byrds y su Turn! Turn! Turn! o Lou Reed y su Perfect Day, la lista sería interminable. Como ya vimos en la anterior lista, músicos como Dylan o Johnny Cash se han inspirado en la vida y figura de Jesús, pero no son los únicos. En este 2023 haremos una nueva lista para una Semana Santa rockera.

Abrimos el Viernes de Dolores, pistoletazo de salida de nuestra Semana de Pasión, empezamos con un grupo de origen andaluz que mezcla elementos de la música tradicional andaluza con la electrónica o el punk. Califato 3/4 debuta en 2018 y un año después sale a la luz Puerta de la Cânne, de este álbum es la canción Crîtto de lâ Nabahâ (Cristo de las Navajas) una transgresora versión de la marcha Eternidad de la banda El Rosario de Cádiz que mezcla con el sonido electrónico y el sonido ambiente de una procesión, que nos traslada directamente a las puertas de la Iglesia del Mercado.

Sabemos que Johnny Cash fue un hombre profundamente religioso, pero quizá pocos sepan que Elvis Presley también lo fue, como curiosidad decir que “El Rey” siempre llevaba consigo una Biblia, que leyó hasta el fin de sus días. El hilo musical para este Sábado Santo será He Touch Me, tema góspel compuesto por Bill Gaither y que Elvis hizo famoso en 1972, llegando incluso a ganar un Grammy por él. Este tema además da título a uno de sus álbumes compuesto íntegramente por canciones religiosas. Ésta hace referencia a como Jesús toca nuestras vidas.

El extravagante cantante Lenny Kravitz no podía ser baja en esta lista, de hecho, se podría hacer una lista solo con canciones suyas que hablen de Cristo. El neoyorquino de ascendencia judía ha declarado en más de una ocasión su fuerte fe en Jesús y muchos de sus temas hacen referencia explícita al Nuevo Testamento como es el caso de su hit Are You Gonna Go My Way o God is love inspirado en Juan 4:8.

Empty Hands es la canción elegida para el Domingo de Ramos ya que en ella Kravitz narra

la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén días antes de ser crucificado.

El conocido milagro de Jesús andando sobre las aguas es el tema principal que inspira el tema Jesus walking on the Water de la banda Violent Femmes, tema que ameniza nuestro Lunes Santo. Esta canción le sirve a su compositor, Gordon Ganó, para arrancar una de sus tonadas de los inicios de la banda de rock americano. Lo que no se sabe con exactitud es si su compositor escribe este tema como muestra de su fe o por el contrario fue concebida de forma sarcástica.

Los Rolling Stones también han utilizado en ocasiones la Biblia como inspiración para alguna de sus obras. Prodigal Son será el hilo musical de Martes Santo. En ella “Sus Satánicas Majestades” usan la parábola del Hijo Pródigo como guía para el tema. Cierto es que no es fácil encontrar entre sus canciones referencias de carácter religioso o bíblico.

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En 1989 la banda británica Depeche Mode saca a la luz el sencillo Personal Jesus como adelanto de su disco Violator, obteniendo un gran éxito por ella. Esta exitosa canción, también versionada por Johnny Cash, será la encargada de resonar en Miércoles Santo.

Su compositor declaró que el tema fue inspirado por el libro Elvis and me de Pryscila Presley. La canción nos habla sobre ser Jesús para alguien, alguien que te da esperanza y atención, que está ahí cuando se necesita.

Los tejanos ZZ Top grabaron en 1973 la canción Jesus just letf Chicago, que será la encargada de sonar este Jueves Santo. No es de extrañar que bandas o solistas del sur de EEUU hayan escrito canciones inspiradas en la religión ya que el sur profundo destaca por las fuertes convicciones religiosas y muchos de los músicos iniciaron sus carreras en la iglesia. Esta canción está escrita al estilo de la música cristiana negra, siguiendo un estricto formato de blues. Escrita por Billy Gibbons tiene un gran sentido espiritual situando a Jesús caminando por Chicago, Nueva Orleans o el Mississippi, como una nueva venida de Cristo, esta vez a los EE.UU.

Si hay banda que más se haya inspirado en la Biblia esa es U2. Entre su discografía podemos encontrar más de 50 canciones con referencias bíblicas. Y es que de los de Dublín se ha dicho que estuvieron a punto de dejar la banda para encomendarse a Dios. U2 formará parte del Viernes Santo con su canción Until The End Of The World. Tema que simula una conversación entre Jesús y Judas, la primera estrofa en la última cena, la segunda en el Huerto de los Olivos y la última relatando del suicidio de Judas. Esta canción, compuesta por Bono, fue inspirada por un libro titulado El libro de Judas, del escritor Brenda Kennelly que cuenta la pasión de Cristo desde la posición del discípulo.

Es curioso ver cómo Los Planetas es una de las pocas bandas pop españolas que usan la religión como inspiración y es que ellos mismo se han declarado no creyentes, pero sí respetuosos con la tradición, el folclore y la propia religión. Banda granadina por exce-

lencia y los grandes influyentes del indie en nuestro país, en torno al 2007 comienzan a dar un giro a su música, fusionando su sonido con el folclore granadino.

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En su álbum una Ópera egipcia aparece una canción que será para el Sábado Santo: Virgen de la Soledad, compuesta por J. (cantante y compositor de la banda) inspirada por una saeta del flamenco Fosforito, en ella se hace alusión a la negación de Pedro. La canción es una saeta, pero eso sí, con una atmósfera “planetaria”.

Cerramos la lista en el Domingo de Pascua y este día sonará la famosa Amazing Grace, popular tema religioso cantado por un sinfín de artistas, aunque en esta ocasión sonará en la voz de Aretha Franklin, quien trasmite una gran espiritualidad y un sentimiento muy profundo y arraigado. Hija de un famoso

predicador de Detroit, creció en un ambiente religioso. Ella misma cantaba desde muy pequeña en la iglesia y pronto se convirtió en activista por los derechos civiles. Tras llegar a la cima de su carrera y convertirse en la “Reina del Soul”, decide grabar el álbum Amazing Grace en directo y en una iglesia baptista de Los Ángeles. Pese a las reticencias del sello discográfico el álbum se grabó y terminó siendo un éxito, convirtiéndose en el más vendido de la carrera de Aretha, disco íntegramente compuesto por himnos religiosos. Cabe destacar el documental del concierto, donde se puede ver a una Aretha totalmente emocionada en un ambiente de religiosidad.

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REVESTIDO DE MAJESTAD

Las túnicas bordadas de Nuestro Padre Jesús de Medinaceli “El Silencio” y de Jesús Nazareno “El Dainos”

ALEJANDRO GRANDE (Comisario de la exposición “De forma magnífica”)

Con motivo de la celebración del 33 Encuentro Nacional de Cofradías en nuestra ciudad el pasado septiembre, la Junta Mayor de Semana Santa y su comité organizador proyectó la realización de una gran exposición sobre patrimonio artístico de las cofradías y hermandades leonesas, con la intención de que fuera uno de los principales reclamos dentro de su nutrido programa de actos. Se emplearía para ello el reciente Museo Diocesano y de Semana Santa, que, por primera vez, ofrecería la totalidad de sus instalaciones y espacios con una muestra de carácter general, sirviendo a la vez, de punto de referencia para este evento nacional.

Los encargados de redactar el primer proyecto y selección de obras fueron los artistas leoneses Pablo Lanchares y Alejandro Grande, quienes plantearon bajo el lema “DE FORMA MAGNÍFICA” una muestra global y ambiciosa con un discurso claro que recogiera los hitos plásticos más relevantes de la celebración pasional leonesa. Si bien, dadas las variadas circunstancias técnicas y disposiciones de los propietarios el guion original varío, su término

real pudo ofrecer una exposición cercana a las 300 piezas en catálogo, todo ello organizado en 5 salas temáticas, viajando en un abanico temporal desde finales del siglo XVI a la actualidad. Uno de los bloques en los que se dividía el recorrido fue el dedicado a las artes suntuarias, con el título: “REVESTIDO DE MAJESTAD. VESTIDA DE SOL”. En él, por primera vez en la Semana Santa leonesa se abordaba el bordado, la orfebrería y las artes decorativas como tema, aglutinado en él objetos artísticos con pleno protagonismo.

Se pudieron contemplar, mantos, sayas, estandartes, palios, paños de difuntos, pendonetas… Destacando algunas recuperaciones históricas como el antiguo palio de cajón de la Virgen de la Soledad de Minerva y Vera Cruz, el terno eclesiástico de la Cofradía de la Piedad y ánimas del Santo Malvar, junto a otras muestras del bordado actual como la saya de La Virgen de la Soledad de la Real Hermandad de Jesús Divino Obrero o el atuendo de la Virgen de los Reyes de la Cofradía del Cristo del Gran Poder.

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En la referencia al vestir de las imágenes cristíferas se dio espacio a tres muestras con dos túnicas de Nuestro Padre Jesús de Medinaceli “El Silencio” y una de Jesús Nazareno “El Dainos”. Obras cedidas por la generosidad del Convento de San Francisco el Real, Padres Capuchinos, y de la Orden Franciscana Seglar OFS, contando con la intermediación de la Cofradía del Santo Cristo de la Expiración y del Silencio.

La presencia de estas prendas ofrecía al espectador idea de la calidad de este tipo de objetos suntuarios y sus particularidades técnicas, dando testimonio a la vez de la expresión de sus devotos; quienes, en muchos de los casos, han hecho de esas túnicas regalo de agradecimiento a la correspondiente imagen. Es por ello que el significado real de estos objetos supera lo material, encerrando en ellas valores muy trascendentes en la que la religiosidad popular adquiere gran parte de su testimonio. No es norma que la calidad de esas piezas estén al mismo nivel que la intención de quien la ofrenda, pero en el caso que nos ocupa su valor artístico es una cualidad que nos permite hacer un breve análisis.

Desde antiguo la indumentaria del sujeto se ha correspondido con un valor informativo más allá del utilitario. La estética del vestir es un lenguaje no verbal que, inmediatamente, da al otro información de quién la porta. Colores, formas, silueta, grado de decoración, tipos de tejido y compostura informan del estadio social, estado civil, riqueza, creencias, origen geográfico y hasta la pertenencia a un grupo concreto. Un argot visual mantenido por una colectividad basada en los símbolos que perdimos con el último eslabón de la sociedad de la tradición en el pasado siglo.

Este mismo mecanismo se puede trasladar a las tallas o imágenes devocionales de vestir, vestidera, de candelero o de devanadera. En cualquiera de estas modalidades se necesita del añadido de objetos textiles para completar su ser iconográfico, potenciando con ella la humanización de la misma. Tal como nosotros nos vestimos la talla también reservan para momentos especiales aquellas

indumentarias de mayor calidad. Es un comportamiento extensivo del nuestro propio, por lo que el alcance realista de la imagen de devoción es altísimo. Un hecho potenciando por la propia iglesia desde el concilio de Trento que, basándose en lo sensorial, lo efectista y lo empírico quiere potenciar la veneración de las imágenes por medio del impacto de la plástica. Una plástica que se codifica en férreos postulados que han caracterizado el arte sacro dentro de un marco estético permanente.

Gracias a este proceso se genera un efecto de simbolización de todos los objetos litúrgicos sumamente profundo, su valor se articula en función de su uso, su tiempo y el mensaje que encierran. Particularmente la túnica que sirve para revestir alcanza ser un objeto litúrgico más que se dignifica con la riqueza de los materiales, la categoría de la técnica y su intención estética. Se hace de ella un enser de gran exuberancia que ha de acompañar

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(nunca supeditar) a otro elemento de mayor significación, la talla o imagen. Es decir, se genera una suma cualitativa en la que su importancia asciende a lo simbólico, reforzando la idea de quién lo porta: la representación del hijo de Dios. Se invierte así el sentido original de la túnica del relato evangélico, con una intención muy clara, equiparar la figura de Cristo a la del emperador como sumo rey y sumo sacerdote. Jesús se reviste de majestad con el mismo código que nos permite identificarlo como tal, para hacernos entender, por medio del símbolo, la grandeza de quién vemos es a la vez verdadero dios y verdadero hombre. Una idea tan compleja explicada por el rápido camino de lo visual.

En el caso de las imágenes de Nuestro Padre Jesús de Medinaceli “El Silencio” y Jesús Nazareno “El Dainos” el atributo de sus túnicas recrean esa divergencia del relato realista de los evangelios. En la Pasión la túnica empleada para vestir a Jesús, ya condenado y azotado, era un gesto de mofa por parte de sus verdugos, ya que como “rey de los judíos” se le reviste con una clámide de color púrpura o morado, en un acto de imitación a lo regio que busca lo ofensivo, la caricatura. Es ese color lo único que mantiene unidos ambos formatos de prenda. El púrpura fue en su época un color reservado a las más altas dignidades debido a lo caro de su extracción en tintes naturales. Se sabe que púrpura fue el color del velo del templo de Jerusalén y nombrado en diversas profecías como manifestación de Dios. La primera túnica que se dispuso en la sala 4 de la muestra “DE FORMA MAGNÍFICA” fue una de las perteneciente a Nuestro padre Jesús de Medinaceli “El Silencio”, que actualmente se encuentra retirada de uso debido al estado de conservación. No por ello, impidió que se pudiera mostrar debidamente en un maniquí a semejanza de la imagen recalando en sus particularidades artísticas como el soporte, un terciopelo de seda de una gran calidad o el particular bordado en oro. La decoración se reparte en el frente, cuello, bocamangas, bajo y cola trasera, a base de cruces dobles superpuestas, cristogramas, golondrinas y

atributos de la pasión. El diseño de la misma se muestra geométrico, equilibrado y a la vez sobrio, resultando las piezas bordadas muy puras en su contorno, incluso primarias. Nada se sabe de su autoría o año de elaboración, si bien es una de las prendas que ha identificado a la devota imagen durante varias décadas. Se podría decir de ella que debido a su estética pertenece a un momento de cambio en las ideas plásticas de la Iglesia Católica, emanadas del Concilio Vaticano II a partir de 1965. Reforma con la que se buscaba una idea de un culto menos complicado y cercano. Las facturas de arte sacro en ese momento, en especial los aditamentos textiles, se vieron muy influenciados del diseño del momento, actualizándose al gusto social imperante, en busca de esa modernización del culto.

Resulta curioso que esa nueva organización estética de la Iglesia tuviera una implantación moderada en la iglesia española que ha evolucionado hasta la actualidad en una mixtura poco homogénea; muchas veces enfrentando el gusto antiguo al moderno. Casi como una muestra de ello se presenta la segunda túnica de Nuestro Padre Jesús de Medinaceli “El Silencio”. Una obra realizada en el taller de bordados de las RR. MM. Benedictinas Carbajalas (León) en 1992 por donación de Dña. Sagrario Gutiérrez y D. Andrés Fermoso. Se la conoce como la actual túnica de salida y está bordado en oro y plata sobre terciopelo con aplicaciones de tisú, lentejuelas y cordones. Las formas decorativas recuperan diseños vegetales neo barrocos, intercalando atributos de la pasión y JHS en espacios centrales con carácter de orla.

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A pesar de no presentar gran profusión decorativa (mangas, delantera y cola) todo ella se entiende dentro de un gusto general, con un sabor clásico, sin riesgo, pero efectivo. Cabe destacar que el Miércoles Santo de 2007 la imagen de Jesús de Medinaceli “El Silencio” vistió una túnica propiedad del Cristo de Medinaceli de Madrid. Con motivo de la celebración ese año en León del VII Congreso y encuentro nacional de cofradías y hermandades dedicadas a las advocaciones de Jesús Nazareno, Cautivo, Rescatado y de Medinaceli; y gracias a la generosidad de la comunidad capuchina madrileña y la archicofradía de Jesús de Medinaceli. El valor de este gesto supone la evidencia del hito devocional que la talla de Madrid supone para todo el país, de la que encontramos multitud de imágenes similares repartidas por toda la geografía. El influjo de los trinitarios primeramente y la labor devocional franciscana después consiguieron asentar un fervor generalizado en los fieles, quienes se identifican en el pasaje de Jesús Preso con gran empatía. Algo que origina una demanda muy intensa y mantenida en el tiempo de tallas, pinturas y otras representaciones artísticas a la manera del Medinaceli original copiando retrato, posición corporal, postizos como la peluca de pelo natural, la corona de espinas en material noble y muy especialmente las túnicas. Este proceso acentúa la formalización de un nuevo tipo iconográfico “per se”, identificable por todos estos elementos característicos generando en ellas

un valor de vicaría con la talla de referencia, de cercanía e incluso de intermediación. La tercera túnica que participó en la exposición es la perteneciente a Jesús Nazareno “El Dainos”; usada en cada salida procesional del Domingo de Ramos y en sus traslados extraordinarios al convento de clarisas de la ciudad. A pesar de ser la de mayor valía artística de todo su ropero, desconocemos todo de su historia material. a falta de un estudio más profundo, los testigos fotográficos de mediados del siglo XX ya la muestran como propia de la talla, siendo una costumbre trasmitida vestirla con ella en las citadas ocasiones. Es relevante la muestra de técnicas de bordado a realce en oro y plata sobe terciopelo que muestra, con puntos de tipo zetillo, media onda o ladrillo combinando con aplicaciones de tisú, canutillos, cordoncillo y lentejuelas con algún matizado en seda. Su dibujo es complejo y continuo, marcando la simetría en los centros delantero y trasero. Éstos sirven de arranque y fin al desglose vegetal de tallos, flores de la pasión, hoja de acanto, celosías y puntos que recorren el pecho, bajo, cola y mangas siendo en la visión frontal donde la obra se vuelve más intencionada; coincidiendo con el apoyo de la pierna de este nazareno caído. Protagonista es en esta zona una orla central en la que se dispone una columna, cruzados tras ellas los flagelos y la caña, atados con una soga; coronándose con un saco-monedero marcado con el 30.

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Toda ella es un canto a la Pasión de Cristo. El valor aurífero del hilo con el que se decora hace que la prenda emita su propia luz, más bien la refleja, potenciando su descripción simbólica por medio de lo vegetal; en esa idea de resurrección en cada tiempo primaveral. Es un mensaje que apoya la misión redentora de Jesús, Cristo resucitado no muere como no pueden morir unas flores realizadas en oro y plata.

En los últimos años hemos asistido a un cambio de gusto en el atavío de la imagen cristífera que ha marginado este tipo de túnicas en favor de prendas en tejidos lisos o rústicos, de colores alternativos y de nuevas formas o cortes. Influenciado por el cine y otros facto-

res de importación se ha querido expresar con ello una falsa idea de pobreza asociada a Jesús, muchas de ellas excusadas en dudosas recreaciones históricas o por efectismos en la procesión. Se podría decir que es una moda textil que niega totalmente el valor simbólico y discursivo de la túnica bordada que, en algunos casos, llega a ser contraproducente con el resto de elementos artísticos que rodean a la imagen. Al término llegan a confundir la interpretación de la talla como símbolo religioso por parte del fiel ya que elimina parte del lenguaje visual tradicionalmente empleado y que, como ya hemos dicho; no nos permite reconocer aquello que vemos como la representación de Dios y de hombre al mismo tiempo.

San Francisco de Asís en su CARTA A LOS CLÉRIGOS I ya indica de la dignidad y de calidad en los elementos a emplear durante la eucaristía:

“Por consiguiente, todos aquellos que administran tan santísimos misterios, y sobre todo quienes los administran indebidamente, consideren en su interior cuán viles son los cálices, los corporales y los manteles donde se sacrifica el cuerpo y la sangre del mismo”

[CtaCle1]

Un cuidado que podríamos extrapolar a cualquier objeto de uso religioso, nada puede caer en la aleatoriedad ni en la banalidad de un gusto pasajero. Todo lo visible tiene su porqué y mucho más todo aquello que atañe a Dios y a su imagen.

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RUTA DE RETABLOS RENACENTISTAS DEL ESTE DE LEÓN. La Pasión de Cristo

La Ruta de Retablos Renacentista del Este de León discurre desde la Tierra de Campos, hasta la Montaña Oriental Leonesa. Son diez pueblos: Vallecillo, Gordaliza del Pino, Sahagún, Joara, Celada, Valdescapa, Villaselán, Valdavida, Cistierna y Yugueros.

En cada pueblo nos encontramos con un retablo renacentista, de la escuela juniana leonesa, la llegada de Juan de Juni a León, en 1532, con un grupo de artistas de la Borgoña que trajeron a León el Renacimiento; primero en la sillería de San Marcos y los dos relieves en la iglesia de San Marcos.

Hasta ahí, sabemos que Juan de Juni marchó a Medina de Rioseco y Valladolid, pero

prestó nociones creativas a un grupo de artistas que realizaron unas grandes obras de arte, totalmente desconocidas para el público, ya que están en pueblos desconocidos y hasta ahora nadie lo había puesto en valor.

Las grandes cosechas de cereales y el mercado de la lana, con la Mesta, hacen de estos pueblos enclaves ricos y pudientes; con lo cual, pueden elegir a grandes artistas para realizar los retablos del siglo XVI, la cercanía del Monasterio de Santa María de Trianos, regido por Dominicos hace que los grandes artistas del renacimiento, realicen trabajos en el monasterio.

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JESÚS REVILLA

Es de reseñar que el retablo de Joara, es obra documentada de Cristóbal de Colmenares pintor leonés del siglo XVI, considerado uno de los “pintores analfabetos”, porque no sabía firmar; está enterrado en el Claustro de la Catedral de León.

Otros grandes pintores y escultores presentes en estos retablos, son Guillén Doncel y Juan de Angés, que dejaron su impronta tanto en el retablo de Sahagún, como en el de Valdescapa; se observa su obra así como la de Juan de Juni en el conjunto de todos los retablos.

Dentro de los diez retablos renacentistas se destaca la fluidez en las pinturas sobre tabla; con la progresión de tres grupos de pinturas: El Nacimiento del Señor, los Patronos de los Pueblos y la Pasión de Cristo. Las referencias a la Pasión de Cristo son dominantes en este repertorio creativo; nos encontramos con tal cantidad de pasajes de la Pasión que bien podíamos realizar una procesión de Viernes Santo.

Todas las tablas, parecen tener modelos equivalentes en la serie de grabados, xilográficos y caligráficos, realizados por Alberto Durero, a principios del siglo XVI, y conocidos como la Pasión pequeña y la Pasión grande.

También aparecen algunos grabados de Lucas van Leyden aunque en menor medida que los de Durero.

Para empezar, en Valdavida, nos encontramos con la Sagrada Cena; en Villaselán, Valdescapa, Sahagún y Gordaliza, con la Oración en el Huerto y el prendimiento; en Valdescapa, en Gordaliza, el Beso de Judas; en Valdescapa, Joara, Gordaliza y Vallecillo, la Flagelación de Jesús, (este último, grupo escultórico).

Siguiendo con la Pasión de Cristo, en Cistierna, Valdavida, Villaselán, Joara, Sahagún, Gordaliza y Vallecillo, nos encontramos con las tablas de Camino del Calvario, destaca en Valdescapa, la tabla de La Verónica; en Cistierna, tenemos un Calvario, Cristo en la Cruz, acompañado de la Virgen y San Juan.

El Descendimiento, está representado en Sahagún, un relieve, en el retablo procedente del Monasterio de Trianos, traído a Sahagún, con motivo de la desamortización de Mendizábal. Otra gran tabla, es la La Lamentación sobre Cristo muerto, la podemos ver, en Cistierna, Valdavida, Villaselán, Joara, Vallecillo, en Gordaliza, es un grupo escultórico, de La Lamentación sobre Cristo muerto.

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Finalizando, la Pasión de Cristo, nos encontramos el Santo Entierro, en Vallecillo y Sahagún, y la Resurrección, en Yugueros, finalizando en Gordaliza, con cuatro tablas del, Limbo, Resurrección de Cristo.

En el retablo de Celada no hay ninguna tabla con referencia a la Pasión de Cristo; pero si están representado los cuatro evangelistas y los Padres de la Iglesia. Hay una tabla poco representada en los retablos pictóricos, que es la del Ángel de la Guarda, que se representa en el tercer cuerpo del retablo.

Otra cuestión a observar son los tabernáculos o sagrarios, existentes en los retablos, el

Concilio de Trento, que impone la Eucaristía como la forma de llegar al Padre; así se destaca en Cistierna, Villaselán, Joara, Vallecillo, Valdavida, Yuguero; todavía se conservan mientras que otros desaparecieron, como en el caso de Valdescapa y Celada.

El hecho de visitar estos retablos y a los pueblos supone un reto, para luchar contra la despoblación y elevar su conocimiento popular, dado por llegar a estas obras de arte, ocultas durante años; esa ruta que ahora es un proyecto, apoyado por muchas instituciones.

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SAN FRANCISCO DE ASÍS EN LEÓN

FELIPE SANTAMARTA (Promonumenta. León)

Es una tradición fuertemente arraigada que San Francisco de Asís visitó España en el segundo trimestre del año 1213, en peregrinación a Santiago de Compostela, y regresó a Italia en 1215 para asistir al Concilio de Letrán. Se dice que al pasar por Sahagún hizo florecer un cerezo que llevaba varios años seco... Allí queda La Peregrina, una iglesia convertida en museo, como recuerdo del convento franciscano...

En León dejó una comunidad franciscana que construyó un eremitorio a las afueras de la ciudad medieval, de estilo románico, en el mismo lugar donde se edificó en el S. XVIII la magnífica iglesia actual de San Francisco en estilo neoclásico que, con muchas reformas y distintos avatares, ha llegado a nuestros días. Los restos de la primitiva iglesia fueron reutilizados, como era costumbre, y algunos aún se pueden reconocer.

Durante el S. XIX las reformas de la Catedral, tras diversas negociaciones, dieron como resultado el traslado del retablo rococó a este templo, que sustituyó al original que ahora preside la iglesia parroquial de San Pedro de Boñar.

En el segundo cuerpo de este retablo sobresale la bellísima imagen hispano-flamenca del maestro holandés Jusquin, quien intervino en la construcción de la torre sur con aguja calada, en la sillería del coro y en otras obras de la catedral de León a lo largo del S. XV.

La iglesia, que ha sido y es sede de cofradías entrañables y de marcado carácter, posee otras esculturas espléndidas, con señalada devoción popular:

- Imagen de Jesús Nazareno, de Pedro de Ávila y José de Rozas, llamada popularmente “El Dainos”, que acompaña la pro-

cesión del “Rosario de la Buena Muerte”, en la cual se canta ese estribillo.

- Cristo de la Expiración y del Silencio, del escultor vasco García Irurozqui, realizada en 1741, imagen titular de la Cofradía de la Expiración y del Silencio.

- Nuestro Señor de Medinaceli, de escultor anónimo, copia de la famosa escultura del Cristo de Medinaceli de Madrid.

- La Divina Pastora, preciosa Virgen del S. S. XIX, obra del escultor capuchino Fr. Antonio de Vera.

- San Antonio de Padua, del año 1950, obra del escultor de Santoña, afincado en León, Víctor de los Ríos.

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- San Francisco, obra del escultor valenciano Vicente Tena Fuster, realizada en 1921, para conmemorar el 7º centenario de la fundación de la Venerable Orden Terciaria franciscana (VOT). La delicada cara de esta figura está inspirada en la magnífica cabeza de San Francisco que se conserva en el Museo de León, procedente de una imagen de bastidor del “poberello de Asís”, labrada por Luis Salvador Carmona en el S. XVIII, para el convento franciscano, así como la “Virgen de la Piedad”, hoy en la parroquia de San Martín.

Se denomina “Apoteosis del seráfico padre San Francisco”. y preside el presbiterio. Tiene los brazos abiertos y extendidos en ademán de súplica y abrazo y la mirada fija en el cielo como siguiendo la senda que le indica la majestuosa Virgen del retablo. Descansa entre nimbos de nubes. A sus pies tres ángeles exhiben la Regla Seráfica de la Orden franciscana. La cruz patriarcal de Lorena con sus dos travesaños, forman cuatro brazos y unos ramos blancos de azucenas le rodean. La talla mide 2,40 m.

Impresiona por su armonía y por captar el misticismo del Santo en el semblante.

San Francisco de la Vega. En 1902 se inició la construcción de este templo de estilo neomudejar bajo la dirección de Juan Crisóstomo Torbado. Constaba de una sola nave y en 1960 se añadieron dos laterales y dos absidiolos cilíndricos para dar más capacidad por el aumento de la población del barrio. Destacan las vidrieras del presbiterio, de las paredes laterales y del trascoro con escenas de la Resurrección, de la vida de San Francisco, patrono de la parroquia y otros motivos religiosos. Fueron compuestas por Guillermo Alonso Bolinaga. El Templo tiene también esculturas de Julio del Campoy azulejos esmaltados de Daniel Zuloaga.

Dos templos, un parque, una clínica, un albergue y una docena de esculturas, algunas tan evidentes que pasan desapercibidas, como la esquinera del Convento, situada a buena altura y que mira a cuatro calles, honran en León a San Francisco, cuyo nombre significa simplemente: francesito, el santo que consideraba hermanas a todas las criaturas aunque no tuvieran vida: “hermano sol hermana luna, hermana agua, hermano lobo..., pero en el hombre hay mala levadura”.

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Fue un misionero, profeta, poeta, místico...que se encontró con el mal y le hizo frente. Amó la naturaleza, pero sobre todo a la gente pobre. Fundó una fraternidad en la que todos eran iguales, organizada de una manera democrática; “A nadie se llame prior, sino que todos sin excepción se llamen hermanos menores...” Su postura de fraternidad cósmica, puede animar nuestra solidaridad ecológica para la salvaguardia de especies de animales y plantas en peligro de extinción. Sin esta lucha nunca llegaremos a formar la familia humana que habita con respeto la hermana y madre Tierra. Es el patrono de los veterinarios, agentes forestales y de todos los ecologistas que se dedican a cuidar el medio ambiente.

Sus seguidores: Franciscanos menores, conventuales, capuchinos, seglares, franciscanas... dan testimonio de su mensaje admirable y bellísimo. También inició la costumbre popular de poner los belenes en Navidad.

Cientos de leoneses y algunas leonesas también llevan su nombre, con todas sus variantes e hipocorísticos: Paco-a, Paquito-a, Paquirri...

El origen se debe a los franciscanos, quienes se referían a nuestro “Padre de la Comunidad” en latín: Pater Comunitatis, abreviaban con la primera sílaba de ambas palabras y así nació el hipocorístico y simpático PACO.

Mi mejor amigo, desde la más tierna infancia, se llama PAQUITO.

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San Francisco de Asís, bronce original de Fray Antonio OTEIZA

De nuevo estas líneas son redactadas para recoger otro año más en la vida de la Cofradía, en nuestra propia vida. Un año en el que nos acercamos cada vez más a la normalidad que tanto esperamos tras la horrorosa pandemia de la CoViD-19.

Poco a poco, recuperamos los proyectos y actos que nos vimos obligados a congelar en el año 2020. Así, gracias a Dios, los actos que con motivo de la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo, en los que tuvimos oportunidad de participar, se desarrollaron con todo el entusiasmo de siempre pero con una buena dosis de prudencia.

De la misma manera, previamente, en marzo se pudo celebrar el Solemne Triduo a Nuestro Padre Jesús Nazareno de Medinaceli y la toma de posesión como nuevo mayordomo de la Cofradía del Hno. Juan Ignacio López Gil.

En mayo se celebró el Cabildo General de Hermanos de la Cruz de Mayo y se asistió como invitados de los Ayuntamientos del Voto, a cumplir con este ante la Virgen del Camino.

Junio comenzó con el acompañamiento a un hermano postulante en el día en que

UN AÑO EN LA COFRADÍA

recibió el sacramento de la confirmación, requisito para ingresar en nuestra confraternidad, en la Santa Iglesia Catedral de manos del Pastor Diocesano. Poco después, colaboramos con la Casa Franciscana en la organización de las eucaristías en honor a san Antonio de Padua.

Invitados por el Cabildo Catedral de León, la Cofradía asistió a la Procesión del Corpus Christi y, siete días después, en la festividad de la Infraoctava del Corpus que la Real Cofradía de Minerva y Vera-Cruz celebra por las calles del barrio de San Martín.

Entrado ya el verano, en el mes de julio, por invitación de la Orden Franciscana Seglar de Villafranca, se celebró la fiesta dedicada a san Lorenzo de Brindisi en la histórica capital del Bierzo.

Cumpliendo con nuestros estatutos, llegado el Cristo de septiembre, celebramos el Cabildo General de Hermanos en el que se elegiría al Hno. Juan Antoñón para desempeñar el mayor servicio para con la Cofradía. Además, se cantó el Ramo al Cristo y entraron en nuestra fraternidad tres nuevos hermanos.

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Sin terminar este mes y entrando en octubre, con la Casa Franciscana organizamos la novena y festividad a san Francisco de Asís que finalizó con un convite conventual invitados por la Comunidad Capuchina.

En el mes de noviembre, con los sentimientos encontrados de pena por la pérdida y la alegría porque ya se encuentran con el Padre, celebramos la eucaristía, bébora y magosto por los hermanos difuntos de la Cofradía.

En el ámbito más profano, este mismo mes, uno de nuestros vecinos y colaboradores logísticos, el Bar Río, cerraba sus puertas por jubilación. Desde aquí nuestro agradecimiento y buena suerte en esta nueva etapa. Con la vista en las Navidades, en el mes de diciembre se preparó, bendijo el Belén y cantó el Ramo de Navidad con la colaboración del Colectivo de Cultura

Aunque nunca paró, la Acción Social de la Casa Franciscana se reforzó después de ese tiempo de precauciones y la Cofradía, representada cada vez por un número mayor de hermanos, colaboró en la preparación y reparto mensual de productos de primera necesidad. Pero además, actuamos como mediadores en otras iniciativas desarrolladas por otros colectivos que ayudaron de

manera Tradicional Xeitu, la Agrupación de Gaitas Virgen del Camino (AGAVICA), Coro Gregoriano de Sandoval y el Aula de Dulzaina de la Escuela Municipal de Música Tradicional de León.

Comenzando el año 2023, la Cofradía organizó con la parroquia de san Marcelo la misa en honor a san Antonio Abad y, junto a la Asociación Protectora de Animales y Plantas de León, la posterior bendición de animales, con la colaboración del Colectivo Xeitu y el Ayuntamiento de León. El día antes, 14 de enero, la hermana Asociación San Francisco el Real organizó la hoguera, los refranes y el sorteo del gochín.

Sin finalizar el mes, los hermanos del Silencio de León y los de La Sobarriba, celebraron la festividad de santa Brígida, san Blas y santo Tirso en Villaseca, con el toque de campañas para espantar al Reñuberu y una comida de fraternidad.

significativa a la Obra social. Por ello, vaya desde aquí el agradecimiento a la Cofradía de las Siete Palabras de Jesús en la Cruz, la Cofradía del Santo Cristo del Perdón, al grupo musical Mágicos 70’s (y al Corte Inglés por la cesión de espacios), la AMPA del Colegio Público Luis Vives de León y Legumbres Luengo.

De manera similar, la campaña “Un juguete, una sonrisa” de recogida de juguetes para quienes dificultades en conseguirlos, se desarrolló a lo largo del año con la colaboración de hermanos, la AMPA del Colegio Público Luis Vives de León, la Cofradía de Nuestra Señora de las Angustias y Soledad

Y con la toma de ceniza su Miércoles y el compromiso de mayor servicio para con la Cofradía del nuevo mayordomo, finaliza este resumen. Os exhortamos, hermanos, a que amonestéis a los indisciplinados, animéis a los apocados, sostengáis a los débiles y seáis pacientes con todos.

1 Tes 5, 14.

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Domingo de Ramos

2 de abril + 19:45 hh.

INMEMORIAL PROCESIÓN DEL “DAINOS” ANTAÑO DEL “ROSARIO DE LA BUENA MUERTE”

Considerada inmemorial ya en 1734 Orden Franciscana Seglar (Fundada en León en 1214)

Martes Santo

4 de abril + 20:30 hh.

CALVARIO O TRADICIONAL VIACRUCIS LEONÉS CANTADO (Siglo XIX, 1939-1941. 1993-2023) Iglesia de San Francisco de Asís “El Real Extramuros” HH. MM. Capuchinos

Miércoles Santo

5 de abril + 20:30 hh.

SOLEMNE PROCESIÓN DEL SILENCIO (1941-2023)

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