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BANDA SONORA PARA UNA SEMANA SANTA ROCKERA

PATRICIA FIDALGO GARCÍA

Son muchas las bandas de rock y pop que durante años han usado la Biblia como inspiración para su música. Desde Boney M y su Rivers of Babylon, pasando por los Byrds y su Turn! Turn! Turn! o Lou Reed y su Perfect Day, la lista sería interminable. Como ya vimos en la anterior lista, músicos como Dylan o Johnny Cash se han inspirado en la vida y figura de Jesús, pero no son los únicos. En este 2023 haremos una nueva lista para una Semana Santa rockera.

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Abrimos el Viernes de Dolores, pistoletazo de salida de nuestra Semana de Pasión, empezamos con un grupo de origen andaluz que mezcla elementos de la música tradicional andaluza con la electrónica o el punk. Califato 3/4 debuta en 2018 y un año después sale a la luz Puerta de la Cânne, de este álbum es la canción Crîtto de lâ Nabahâ (Cristo de las Navajas) una transgresora versión de la marcha Eternidad de la banda El Rosario de Cádiz que mezcla con el sonido electrónico y el sonido ambiente de una procesión, que nos traslada directamente a las puertas de la Iglesia del Mercado.

Sabemos que Johnny Cash fue un hombre profundamente religioso, pero quizá pocos sepan que Elvis Presley también lo fue, como curiosidad decir que “El Rey” siempre llevaba consigo una Biblia, que leyó hasta el fin de sus días. El hilo musical para este Sábado Santo será He Touch Me, tema góspel compuesto por Bill Gaither y que Elvis hizo famoso en 1972, llegando incluso a ganar un Grammy por él. Este tema además da título a uno de sus álbumes compuesto íntegramente por canciones religiosas. Ésta hace referencia a como Jesús toca nuestras vidas.

El extravagante cantante Lenny Kravitz no podía ser baja en esta lista, de hecho, se podría hacer una lista solo con canciones suyas que hablen de Cristo. El neoyorquino de ascendencia judía ha declarado en más de una ocasión su fuerte fe en Jesús y muchos de sus temas hacen referencia explícita al Nuevo Testamento como es el caso de su hit Are You Gonna Go My Way o God is love inspirado en Juan 4:8.

Empty Hands es la canción elegida para el Domingo de Ramos ya que en ella Kravitz narra la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén días antes de ser crucificado.

El conocido milagro de Jesús andando sobre las aguas es el tema principal que inspira el tema Jesus walking on the Water de la banda Violent Femmes, tema que ameniza nuestro Lunes Santo. Esta canción le sirve a su compositor, Gordon Ganó, para arrancar una de sus tonadas de los inicios de la banda de rock americano. Lo que no se sabe con exactitud es si su compositor escribe este tema como muestra de su fe o por el contrario fue concebida de forma sarcástica.

Los Rolling Stones también han utilizado en ocasiones la Biblia como inspiración para alguna de sus obras. Prodigal Son será el hilo musical de Martes Santo. En ella “Sus Satánicas Majestades” usan la parábola del Hijo Pródigo como guía para el tema. Cierto es que no es fácil encontrar entre sus canciones referencias de carácter religioso o bíblico.

En 1989 la banda británica Depeche Mode saca a la luz el sencillo Personal Jesus como adelanto de su disco Violator, obteniendo un gran éxito por ella. Esta exitosa canción, también versionada por Johnny Cash, será la encargada de resonar en Miércoles Santo.

Su compositor declaró que el tema fue inspirado por el libro Elvis and me de Pryscila Presley. La canción nos habla sobre ser Jesús para alguien, alguien que te da esperanza y atención, que está ahí cuando se necesita.

Los tejanos ZZ Top grabaron en 1973 la canción Jesus just letf Chicago, que será la encargada de sonar este Jueves Santo. No es de extrañar que bandas o solistas del sur de EEUU hayan escrito canciones inspiradas en la religión ya que el sur profundo destaca por las fuertes convicciones religiosas y muchos de los músicos iniciaron sus carreras en la iglesia. Esta canción está escrita al estilo de la música cristiana negra, siguiendo un estricto formato de blues. Escrita por Billy Gibbons tiene un gran sentido espiritual situando a Jesús caminando por Chicago, Nueva Orleans o el Mississippi, como una nueva venida de Cristo, esta vez a los EE.UU.

Si hay banda que más se haya inspirado en la Biblia esa es U2. Entre su discografía podemos encontrar más de 50 canciones con referencias bíblicas. Y es que de los de Dublín se ha dicho que estuvieron a punto de dejar la banda para encomendarse a Dios. U2 formará parte del Viernes Santo con su canción Until The End Of The World. Tema que simula una conversación entre Jesús y Judas, la primera estrofa en la última cena, la segunda en el Huerto de los Olivos y la última relatando del suicidio de Judas. Esta canción, compuesta por Bono, fue inspirada por un libro titulado El libro de Judas, del escritor Brenda Kennelly que cuenta la pasión de Cristo desde la posición del discípulo.

Es curioso ver cómo Los Planetas es una de las pocas bandas pop españolas que usan la religión como inspiración y es que ellos mismo se han declarado no creyentes, pero sí respetuosos con la tradición, el folclore y la propia religión. Banda granadina por exce- lencia y los grandes influyentes del indie en nuestro país, en torno al 2007 comienzan a dar un giro a su música, fusionando su sonido con el folclore granadino.

En su álbum una Ópera egipcia aparece una canción que será para el Sábado Santo: Virgen de la Soledad, compuesta por J. (cantante y compositor de la banda) inspirada por una saeta del flamenco Fosforito, en ella se hace alusión a la negación de Pedro. La canción es una saeta, pero eso sí, con una atmósfera “planetaria”.

Cerramos la lista en el Domingo de Pascua y este día sonará la famosa Amazing Grace, popular tema religioso cantado por un sinfín de artistas, aunque en esta ocasión sonará en la voz de Aretha Franklin, quien trasmite una gran espiritualidad y un sentimiento muy profundo y arraigado. Hija de un famoso predicador de Detroit, creció en un ambiente religioso. Ella misma cantaba desde muy pequeña en la iglesia y pronto se convirtió en activista por los derechos civiles. Tras llegar a la cima de su carrera y convertirse en la “Reina del Soul”, decide grabar el álbum Amazing Grace en directo y en una iglesia baptista de Los Ángeles. Pese a las reticencias del sello discográfico el álbum se grabó y terminó siendo un éxito, convirtiéndose en el más vendido de la carrera de Aretha, disco íntegramente compuesto por himnos religiosos. Cabe destacar el documental del concierto, donde se puede ver a una Aretha totalmente emocionada en un ambiente de religiosidad.

Revestido De Majestad

Las túnicas bordadas de Nuestro Padre Jesús de Medinaceli “El Silencio” y de Jesús Nazareno “El Dainos”

ALEJANDRO GRANDE (Comisario de la exposición “De forma magnífica”)

Con motivo de la celebración del 33 Encuentro Nacional de Cofradías en nuestra ciudad el pasado septiembre, la Junta Mayor de Semana Santa y su comité organizador proyectó la realización de una gran exposición sobre patrimonio artístico de las cofradías y hermandades leonesas, con la intención de que fuera uno de los principales reclamos dentro de su nutrido programa de actos. Se emplearía para ello el reciente Museo Diocesano y de Semana Santa, que, por primera vez, ofrecería la totalidad de sus instalaciones y espacios con una muestra de carácter general, sirviendo a la vez, de punto de referencia para este evento nacional.

Los encargados de redactar el primer proyecto y selección de obras fueron los artistas leoneses Pablo Lanchares y Alejandro Grande, quienes plantearon bajo el lema “DE FORMA MAGNÍFICA” una muestra global y ambiciosa con un discurso claro que recogiera los hitos plásticos más relevantes de la celebración pasional leonesa. Si bien, dadas las variadas circunstancias técnicas y disposiciones de los propietarios el guion original varío, su término real pudo ofrecer una exposición cercana a las 300 piezas en catálogo, todo ello organizado en 5 salas temáticas, viajando en un abanico temporal desde finales del siglo XVI a la actualidad. Uno de los bloques en los que se dividía el recorrido fue el dedicado a las artes suntuarias, con el título: “REVESTIDO DE MAJESTAD. VESTIDA DE SOL”. En él, por primera vez en la Semana Santa leonesa se abordaba el bordado, la orfebrería y las artes decorativas como tema, aglutinado en él objetos artísticos con pleno protagonismo.

Se pudieron contemplar, mantos, sayas, estandartes, palios, paños de difuntos, pendonetas… Destacando algunas recuperaciones históricas como el antiguo palio de cajón de la Virgen de la Soledad de Minerva y Vera Cruz, el terno eclesiástico de la Cofradía de la Piedad y ánimas del Santo Malvar, junto a otras muestras del bordado actual como la saya de La Virgen de la Soledad de la Real Hermandad de Jesús Divino Obrero o el atuendo de la Virgen de los Reyes de la Cofradía del Cristo del Gran Poder.

En la referencia al vestir de las imágenes cristíferas se dio espacio a tres muestras con dos túnicas de Nuestro Padre Jesús de Medinaceli “El Silencio” y una de Jesús Nazareno “El Dainos”. Obras cedidas por la generosidad del Convento de San Francisco el Real, Padres Capuchinos, y de la Orden Franciscana Seglar OFS, contando con la intermediación de la Cofradía del Santo Cristo de la Expiración y del Silencio.

La presencia de estas prendas ofrecía al espectador idea de la calidad de este tipo de objetos suntuarios y sus particularidades técnicas, dando testimonio a la vez de la expresión de sus devotos; quienes, en muchos de los casos, han hecho de esas túnicas regalo de agradecimiento a la correspondiente imagen. Es por ello que el significado real de estos objetos supera lo material, encerrando en ellas valores muy trascendentes en la que la religiosidad popular adquiere gran parte de su testimonio. No es norma que la calidad de esas piezas estén al mismo nivel que la intención de quien la ofrenda, pero en el caso que nos ocupa su valor artístico es una cualidad que nos permite hacer un breve análisis.

Desde antiguo la indumentaria del sujeto se ha correspondido con un valor informativo más allá del utilitario. La estética del vestir es un lenguaje no verbal que, inmediatamente, da al otro información de quién la porta. Colores, formas, silueta, grado de decoración, tipos de tejido y compostura informan del estadio social, estado civil, riqueza, creencias, origen geográfico y hasta la pertenencia a un grupo concreto. Un argot visual mantenido por una colectividad basada en los símbolos que perdimos con el último eslabón de la sociedad de la tradición en el pasado siglo.

Este mismo mecanismo se puede trasladar a las tallas o imágenes devocionales de vestir, vestidera, de candelero o de devanadera. En cualquiera de estas modalidades se necesita del añadido de objetos textiles para completar su ser iconográfico, potenciando con ella la humanización de la misma. Tal como nosotros nos vestimos la talla también reservan para momentos especiales aquellas indumentarias de mayor calidad. Es un comportamiento extensivo del nuestro propio, por lo que el alcance realista de la imagen de devoción es altísimo. Un hecho potenciando por la propia iglesia desde el concilio de Trento que, basándose en lo sensorial, lo efectista y lo empírico quiere potenciar la veneración de las imágenes por medio del impacto de la plástica. Una plástica que se codifica en férreos postulados que han caracterizado el arte sacro dentro de un marco estético permanente.

Gracias a este proceso se genera un efecto de simbolización de todos los objetos litúrgicos sumamente profundo, su valor se articula en función de su uso, su tiempo y el mensaje que encierran. Particularmente la túnica que sirve para revestir alcanza ser un objeto litúrgico más que se dignifica con la riqueza de los materiales, la categoría de la técnica y su intención estética. Se hace de ella un enser de gran exuberancia que ha de acompañar

(nunca supeditar) a otro elemento de mayor significación, la talla o imagen. Es decir, se genera una suma cualitativa en la que su importancia asciende a lo simbólico, reforzando la idea de quién lo porta: la representación del hijo de Dios. Se invierte así el sentido original de la túnica del relato evangélico, con una intención muy clara, equiparar la figura de Cristo a la del emperador como sumo rey y sumo sacerdote. Jesús se reviste de majestad con el mismo código que nos permite identificarlo como tal, para hacernos entender, por medio del símbolo, la grandeza de quién vemos es a la vez verdadero dios y verdadero hombre. Una idea tan compleja explicada por el rápido camino de lo visual.

En el caso de las imágenes de Nuestro Padre Jesús de Medinaceli “El Silencio” y Jesús Nazareno “El Dainos” el atributo de sus túnicas recrean esa divergencia del relato realista de los evangelios. En la Pasión la túnica empleada para vestir a Jesús, ya condenado y azotado, era un gesto de mofa por parte de sus verdugos, ya que como “rey de los judíos” se le reviste con una clámide de color púrpura o morado, en un acto de imitación a lo regio que busca lo ofensivo, la caricatura. Es ese color lo único que mantiene unidos ambos formatos de prenda. El púrpura fue en su época un color reservado a las más altas dignidades debido a lo caro de su extracción en tintes naturales. Se sabe que púrpura fue el color del velo del templo de Jerusalén y nombrado en diversas profecías como manifestación de Dios. La primera túnica que se dispuso en la sala 4 de la muestra “DE FORMA MAGNÍFICA” fue una de las perteneciente a Nuestro padre Jesús de Medinaceli “El Silencio”, que actualmente se encuentra retirada de uso debido al estado de conservación. No por ello, impidió que se pudiera mostrar debidamente en un maniquí a semejanza de la imagen recalando en sus particularidades artísticas como el soporte, un terciopelo de seda de una gran calidad o el particular bordado en oro. La decoración se reparte en el frente, cuello, bocamangas, bajo y cola trasera, a base de cruces dobles superpuestas, cristogramas, golondrinas y atributos de la pasión. El diseño de la misma se muestra geométrico, equilibrado y a la vez sobrio, resultando las piezas bordadas muy puras en su contorno, incluso primarias. Nada se sabe de su autoría o año de elaboración, si bien es una de las prendas que ha identificado a la devota imagen durante varias décadas. Se podría decir de ella que debido a su estética pertenece a un momento de cambio en las ideas plásticas de la Iglesia Católica, emanadas del Concilio Vaticano II a partir de 1965. Reforma con la que se buscaba una idea de un culto menos complicado y cercano. Las facturas de arte sacro en ese momento, en especial los aditamentos textiles, se vieron muy influenciados del diseño del momento, actualizándose al gusto social imperante, en busca de esa modernización del culto.

Resulta curioso que esa nueva organización estética de la Iglesia tuviera una implantación moderada en la iglesia española que ha evolucionado hasta la actualidad en una mixtura poco homogénea; muchas veces enfrentando el gusto antiguo al moderno. Casi como una muestra de ello se presenta la segunda túnica de Nuestro Padre Jesús de Medinaceli “El Silencio”. Una obra realizada en el taller de bordados de las RR. MM. Benedictinas Carbajalas (León) en 1992 por donación de Dña. Sagrario Gutiérrez y D. Andrés Fermoso. Se la conoce como la actual túnica de salida y está bordado en oro y plata sobre terciopelo con aplicaciones de tisú, lentejuelas y cordones. Las formas decorativas recuperan diseños vegetales neo barrocos, intercalando atributos de la pasión y JHS en espacios centrales con carácter de orla.

A pesar de no presentar gran profusión decorativa (mangas, delantera y cola) todo ella se entiende dentro de un gusto general, con un sabor clásico, sin riesgo, pero efectivo. Cabe destacar que el Miércoles Santo de 2007 la imagen de Jesús de Medinaceli “El Silencio” vistió una túnica propiedad del Cristo de Medinaceli de Madrid. Con motivo de la celebración ese año en León del VII Congreso y encuentro nacional de cofradías y hermandades dedicadas a las advocaciones de Jesús Nazareno, Cautivo, Rescatado y de Medinaceli; y gracias a la generosidad de la comunidad capuchina madrileña y la archicofradía de Jesús de Medinaceli. El valor de este gesto supone la evidencia del hito devocional que la talla de Madrid supone para todo el país, de la que encontramos multitud de imágenes similares repartidas por toda la geografía. El influjo de los trinitarios primeramente y la labor devocional franciscana después consiguieron asentar un fervor generalizado en los fieles, quienes se identifican en el pasaje de Jesús Preso con gran empatía. Algo que origina una demanda muy intensa y mantenida en el tiempo de tallas, pinturas y otras representaciones artísticas a la manera del Medinaceli original copiando retrato, posición corporal, postizos como la peluca de pelo natural, la corona de espinas en material noble y muy especialmente las túnicas. Este proceso acentúa la formalización de un nuevo tipo iconográfico “per se”, identificable por todos estos elementos característicos generando en ellas un valor de vicaría con la talla de referencia, de cercanía e incluso de intermediación. La tercera túnica que participó en la exposición es la perteneciente a Jesús Nazareno “El Dainos”; usada en cada salida procesional del Domingo de Ramos y en sus traslados extraordinarios al convento de clarisas de la ciudad. A pesar de ser la de mayor valía artística de todo su ropero, desconocemos todo de su historia material. a falta de un estudio más profundo, los testigos fotográficos de mediados del siglo XX ya la muestran como propia de la talla, siendo una costumbre trasmitida vestirla con ella en las citadas ocasiones. Es relevante la muestra de técnicas de bordado a realce en oro y plata sobe terciopelo que muestra, con puntos de tipo zetillo, media onda o ladrillo combinando con aplicaciones de tisú, canutillos, cordoncillo y lentejuelas con algún matizado en seda. Su dibujo es complejo y continuo, marcando la simetría en los centros delantero y trasero. Éstos sirven de arranque y fin al desglose vegetal de tallos, flores de la pasión, hoja de acanto, celosías y puntos que recorren el pecho, bajo, cola y mangas siendo en la visión frontal donde la obra se vuelve más intencionada; coincidiendo con el apoyo de la pierna de este nazareno caído. Protagonista es en esta zona una orla central en la que se dispone una columna, cruzados tras ellas los flagelos y la caña, atados con una soga; coronándose con un saco-monedero marcado con el 30.

Toda ella es un canto a la Pasión de Cristo. El valor aurífero del hilo con el que se decora hace que la prenda emita su propia luz, más bien la refleja, potenciando su descripción simbólica por medio de lo vegetal; en esa idea de resurrección en cada tiempo primaveral. Es un mensaje que apoya la misión redentora de Jesús, Cristo resucitado no muere como no pueden morir unas flores realizadas en oro y plata.

En los últimos años hemos asistido a un cambio de gusto en el atavío de la imagen cristífera que ha marginado este tipo de túnicas en favor de prendas en tejidos lisos o rústicos, de colores alternativos y de nuevas formas o cortes. Influenciado por el cine y otros facto- res de importación se ha querido expresar con ello una falsa idea de pobreza asociada a Jesús, muchas de ellas excusadas en dudosas recreaciones históricas o por efectismos en la procesión. Se podría decir que es una moda textil que niega totalmente el valor simbólico y discursivo de la túnica bordada que, en algunos casos, llega a ser contraproducente con el resto de elementos artísticos que rodean a la imagen. Al término llegan a confundir la interpretación de la talla como símbolo religioso por parte del fiel ya que elimina parte del lenguaje visual tradicionalmente empleado y que, como ya hemos dicho; no nos permite reconocer aquello que vemos como la representación de Dios y de hombre al mismo tiempo.

San Francisco de Asís en su CARTA A LOS CLÉRIGOS I ya indica de la dignidad y de calidad en los elementos a emplear durante la eucaristía:

“Por consiguiente, todos aquellos que administran tan santísimos misterios, y sobre todo quienes los administran indebidamente, consideren en su interior cuán viles son los cálices, los corporales y los manteles donde se sacrifica el cuerpo y la sangre del mismo”

[CtaCle1]

Un cuidado que podríamos extrapolar a cualquier objeto de uso religioso, nada puede caer en la aleatoriedad ni en la banalidad de un gusto pasajero. Todo lo visible tiene su porqué y mucho más todo aquello que atañe a Dios y a su imagen.

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