Argentina frente al nuevo escenario Los dilemas económicos de las pandemias Ante una situación pandémica los gobiernos deben optar básicamente por dos enfoques. Un acercamiento sanitario de la pandemia, privilegiando la salud, o un enfoque económico, priorizando el nivel de actividad económica. Eso es en el corto plazo. En el mediano o largo plazo no existe ningún tipo de trade off (disyuntiva) porque lo que es bueno para la salud, es bueno para el stock de capital humano de un país, por lo tanto, es bueno para la economía. Pero en el corto plazo es cierto que mientas más restrictivo soy en una cuarentena, más impacto en el corto plazo genero a la economía. Es una decisión de políticas económica y sanitaria de cada Estado. Lo primero a tener en cuenta es que las pandemias generan problemas de “shock de oferta”. La mayoría de las crisis económicas mundiales son “shocks de demanda”. Por ejemplo, 6
PROASIA Mayo / Junio 2020
la famosa Crisis del 30 fue un shock de demanda. La Crisis Financiera del 2008, también. Cada 10 shocks económicos, 9 son de demanda y 1 es de oferta. Entre estos últimos deberíamos enmarcar, por ejemplo, a la Crisis del Petróleo. Un shock de oferta implica una retracción muy fuerte de algunos de los factores de la producción, que naturalmente son el capital o el trabajo. En el caso actual, el factor de la producción que se retrae inicialmente es el trabajo, porque la gente se queda en su casa, no va a trabajar, no produce. Instantáneamente se derrumban las ventas, pero es un shock que tiene origen en la oferta y no en la demanda. Es importante resaltar esta diferencia, porque el tratamiento para superar un shock de oferta, es muy diferente al necesario para sortear un shock de demanda. En este shock de oferta, la mayoría de los países, Argentina incluida, eligieron priorizar la salud. Mientas
el aislamiento social tiene efecto sanitario, en materia económica se recurre a la política fiscal. Esta claramente puede ayudar con paquetes de salvataje, pero se requiere hacerlo con precisión de cirujano, conteniendo a los sectores vulnerables de manera muy selectiva. Lo que se buscará, en el corto plazo, es “inmunodeprimir” el sistema económico. Pues no puedo promover la producción de las PYMES, si les estoy pidiendo a los trabajadores que se queden en sus casas. Tampoco puedo generar grandes estímulos para el consumo de la gente, si le estoy pidiendo que no vaya a los shopping. Sólo me queda la opción de sedar el sistema económico. El debate, entonces, es una cuestión de grado: ¿cuándo y por cuánto tiempo debo aplastar la economía? ¿Cuál es la respuesta óptima frente a una pandemia?