La guerra de las imaginaciones En las últimas décadas el animé y el manga se han extendido por todo el mundo como consumos culturales frecuentes estableciendo una lógica propia y un imaginario muy particular, que pareciera haber conquistado las inquietudes de las nuevas generaciones. Con producciones dirigidas a los grupos de espectadores más diversos, es interesante explorar el recorrido de la animación japonesa anterior a la síntesis estética que hoy conocemos. Podemos marcar un período clásico, que va desde los inicios hasta el final de la 2° Guerra, un período medio que se extiende desde los años de la ocupación norteamericana hasta el período de vanguardias de mediados de los 60’s y un tercer período que va desde medidos de los 60’s hasta las grandes producciones de los 80’s. En esta oportunidad hablaremos de los comienzos de la animación japonesa, su período clásico. Anime, nacionalismo, imaginario expansionista y propaganda bélica en la era showa (1926-1945) Si los Estados Unidos fueron los abanderados de la cultura pop y los primeros en darse cuenta del potencial de las industrias culturales para crear imaginarios, realidades y cosmovisiones; el Japón moderno y expan40
PROASIA Mayo / Junio 2020
sionista le siguió de cerca los pasos. En los años de la Segunda Guerra los superhéroes de las principales editoriales de comic norteamericano se embarcaron en una lucha sin cuartel contra el eje, generando un imaginario triunfalista mucho antes de que el país ingresase formalmente en el conflicto bélico. Asimismo, todos los estudios
de animación norteamericana se dieron a la creación de cortos ideologizados y de propaganda, desde Disney con su reversión de Los tres cerditos o Educación para la muerte hasta la Warner de las Looney tunes. La finalidad de estos: vender bonos de guerra. Para ese entonces Japón ya estaba adentrado en su propia historia de la animación,