propiedad privada. Se pensó que un Estado acaparador era necesario y el resultado deja mucho que desear. Ambientes nocivos como los generados en el pasado, ahuyentaron la inversión, propiciaron la elusión y desalentaron la iniciativa privada. Durante ese tiempo en el que la falta de confianza, división y persecución entre ecuatorianos primó, muchos ecuatorianos e inversionistas optaron por mantener sus recursos fuera del Ecuador. Para corregir esa distorsión, esta ley procura incentivar la transparencia y la inversión en el país. No se trata de una amnistía tributaria por cuanto se requiere que los sujetos pasivos transparenten su situación tributaria a través de una declaración y consecuente pago de impuestos sobre esa declaración. Se requiere promover la repatriación e inversión de dichos activos de tal manera que se genere un círculo virtuoso a partir de la aplicación del régimen temporal. Este mecanismo permitirá la inyección de recursos en la economía, con el consecuente impacto en la inversión y el empleo. La riqueza se crea generando estabilidad, reconociendo que se debe propiciar un ecosistema de inversión, y que la generación de confianza es sine qua non para incrementar la oferta de empleo. El dinero se recupera, pero el tiempo perdido, no. Durante demasiado tiempo, se planteó la idea de que era necesario dotar al Estado de la capacidad para acaparar e imponer una visión única de desarrollo. Este proyecto de ley rompe con ese paradigma al permitir que quienes deseen transparentar su situación tributaria, vuelvan a confiar en el Ecuador e inviertan en el país. d. ACERCA DE LA NECESIDAD DE REFORMAS EN VARIOS CUERPOS LEGALES 1)
Reformas al Código del Trabajo.
Si bien este proyecto de ley no afecta ningún derecho adquirido ni régimen laboral previsto en el Código del Trabajo, se requieren ciertas reformas específicas, particularmente, eliminar los “topes” a las utilidades impuestos por gobiernos pasados, así como el hecho de que tras cierto tiempo las utilidades consignadas ante las Autoridades deban pasar al Estado, lo cual resulta injusto, pues son de los trabajadores independientemente del tiempo transcurrido para su cobro. 2)
Reformas necesarias a la Ley Orgánica de Régimen Tributario Interno.
La normativa que regula cada uno de los impuestos a nivel nacional ha sufrido más de una quincena de reformas en los últimos 14 años, lo que ha llevado a un régimen tributario complejo y desordenado, con oportunidades para algunos y castigos para muchos. Un régimen tributario tan complejo favorece a quienes pueden costear expertos y asesores, a la vez que castiga a quienes recién comienzan. Un régimen fiscal tan complejo necesariamente tiene agujeros por los que se escapan algunos a la vez que se caen otros.
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