do inalterable hasta nuestros días, siendo actualmente comercializado por casi todas las confiterías de la ciudad. Cuentan que las yemas tostadas surgieron hace unos 60 o 70 años en respuesta al exceso de yemas sobrantes de la elaboración de otras especialidades. Es así como la búsqueda de su aprovechamiento se tradujo en ensayos que dieron lugar a la receta con la que se elabora este dulce de excepcionales características.
La secular tradición repostera bañezana ofrece múltiples y dulces tentaciones. Fotografía Duncan.
PATRIMONIO MUSEOS MUSEO DE LA ALUBIA En una antigua nave de Renfe, sede del Consejo Regulador de la IGP Alubia de La Bañeza – León, y reflejo de la importancia de este cultivo en la comarca desde el siglo XVI, se puede visitar el Museo de la Alubia. Destaca la entrada al museo, que recrea el exterior de una típica casa de labranza leonesa. Ya en el interior se expone una colección de aperos, utilizados para el cultivo de esta leguminosa en el siglo pasado, junto a una exposición de fotografías en la que podemos ver su uso por los agricultores durante las labores agrícolas. La muestra se completa con maquetas de aperos en miniatura y una exposición de alubias procedentes de toda España, destacando las variedades que se cultivan en la provincia de León y, especialmente, las amparadas por el consejo regulador de la Alubia La Bañeza - León: pinta, canela, plancheta y riñón. Acceso al Museo de la Alubia. Fotografía Duncan.
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LA BAÑEZA
Si añadimos unas yemas de La Bañeza como postre a unas alubias y unas ancas de rana y acompañamos el café con unos imperiales, podremos disfrutar de un menú completamente bañezano al que únicamente le faltaría un buen vino, como los que también se elaboran en la zona, y alguna de las múltiples variedades de panes artesanos, de cualquiera de las panaderías de la ciudad o su comarca, para redondear un perfecto menú con ingredientes cien por cien locales.
