ENUMA Por: Juan Felipe Yusti, 12°
Al sur de Enuma, si una persona se asomaba por lo mĂĄs alto de las torres de la vacĂa iglesia, podĂa ver un conjunto de sombras nadando en OGFKQ FGN ECNQT FG NC VCTFG UK UG ĹżLCDC GP GNNCU veĂa cĂłmo las formas perdĂan su ambigĂźedad, sobrepasando las ilusiones creadas por el calor y mostrĂĄndose como una tropa de soldados. Hombres y muchachos, no mĂĄs de 500, unos a pie, otros acurrucados en carrozas empujadas por caballos, cargando las Remingtons en sus hombros o en sus manos. Cubiertos por descoloridos mantos azules, manchados con polvo y pintados con sangre en patrones errĂĄticos, con la bandera de la repĂşblica volando sobre sus caDG\CU 'PECDG\CPFQ GUVC ĹżNC FG RQDTGVQPGU UG veĂa al coronel, guiaba a sus hombres montado en su corcel marrĂłn, los llevaba hacia Enuma. Entrando al pueblo, lo que menos los sorprendiĂł fue el abandono, ya estaban acostumbrados a ello; no lo veĂan como una rareza sino como efecto de la guerra. Las casas solitarias y vacĂas a causa de los trasteos o de los robos; las plazas sin espĂritu; en el ambiente el Ăşnico sonido que escuchaban era el rĂtmico compĂĄs de sus botas contra la tierra, todo esto se habĂa convertido en casualidades; otro pueblo fantasma no diferente al anterior.
eso el corcel marrĂłn del coronel estaba cubierto de rojo, y su jinete... camino al piso. Hombres de uniforme blanco salieron del silencio de la plaza, descendiendo con espadas y DC[QPGVCU CEQORCĂŒCFQU RQT NC OĂ•UKEC FG TKĆ€GU y el crescendo de un caùón. -â€œÂĄFormaciĂłn! ÂĄFormaciĂłn!â€?, gritaba el coronel, mientras lo levantaban sus hombres y disparaba su pistola. Pero su voz era consumida RQT NC DQEC FG NQU TKĆ€GU CRNCUVCFC GP NQU EGTTQjos, mezclada con la pĂłlvora y luego disparada; ĹżPCNOGPVG UWU RCNCDTCU EQPXGTVKFCU GP JWOQ ahogaban a mĂĄs soldados. *PUM* *PUM* Todo se desgarraba mientras seguĂa la batalla, todo tĂtulo, toda idea, todo rango se perdĂa mientras la locura continuaba. Hombre, padre, hijo, raso, teniente, coronel o niĂąo, no existĂan, solo el blanco y el azul. “AYUDA, ayuda, ayuda, ayudaâ€? *PUM* Dispararon hasta que se acabaron las balas, de ahĂ se peleĂł a machete y a navaja; cuando esVCU RGTFKGTQP UW ĹżNQ UG HWGTQP C RWĂŒQ EWGTRQ C cuerpo, terminaron quebrados y cansados.
Cuando hubo silencio, en medio de un mar de muertos se izaba la bandera, siendo lentamen#N NNGICT C NC RNC\C EQP NQU TKĆ€GU ICPCPFQ RGUQ te acariciada por el viento de la tarde. No mĂĄs y con los caballos al punto del cansancio, todos caĂąones ni armas, solo el suave sonido del aire se quedaron mirando al coronel; ojos azules, golpeando contra la madera. verdes, grises, negros, hasta morados, todos esperaban la orden de su comandante. La orden Algo se empezĂł a mover en el mar, algo sapara poder tirar sus armas, uniformes y orgullo caba su mano, algo sacaba la cabeza, algo se al piso, necesitaban descansar. Todos seguĂan escabullĂa entre el teniente con su cara abollada mirando al coronel. CediĂł ante la presiĂłn y dio y el corcel que quedĂł con miedo dibujado en sus ojos. Era el coronel. Agarrado a sus Ăşltimos la orden. suspiros, araĂąando y desgarrando su camino enAntes de poder dar la seĂąal, se escuchĂł un true- tre los cuerpos, negĂĄndose a morir, suspirando RQT ĹżP EWCPFQ UW ECDG\C NC VQEQ GN UQN no El alivio que sintiĂł fue pasajero, pues se en*PUM* y despuĂŠs un choque entre carne y metal, con contrĂł rodeado de azul y blanco manchado con
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