editorial
pensar un pais con justicia social
Liderazgo indiscutido Y
-este noviembre regresó Cristina. Tras una convalecencia obligada, una licencia médica que la tuvo ausente de la escena política (aunque manteniendo una centralidad asombrosa, aún sin su presencia), la Presidenta volvió este mes, y volvió con todo. A través de un video, con un toque coloquial y totalmente descontracturada, Cristina reapareció agradeciendo a todos quienes se preocuparon por su salud; mostró regalos y obsequios recibidos en los días de reposo. El agradecimiento lo hizo extensivo a todos quienes se preocuparon por su salud, “desde el más humilde servidor hasta los jefes de Estado”. Para este regreso, nada fue improvisado, y eso está muy bien. La comunicación, uno de los puntos siempre criticados al gobierno nacional, tiene su relevancia. Por eso es que se hace inevitable observar el comportamiento de algunos medios, esos que se convirtieron en ariete de una oposición fragmentada: la línea política de un amplio abanico, bastante corrido a la derecha y que no logra unificarse, la baja, desde hace tiempo en Argentina, el Grupo Clarín. La tentación de estos medios que para todo, desde la salud presidencial hasta el informe del clima, tienen una actitud siniestra, abordando “la noticia” desde un lugar que les permita horadar la imagen del gobierno en clave indisimulablemente conspirativa, esta vez se vio en aprietos. Una Cristina espléndida, que abandonó su luto, de entrecasa, dirigiéndose a la Nación con un lenguaje llano, ameritaba, desde la conspirativa cabeza de algunos comunicadores opositores, imponer un discurso mediático que se reprodujera inmediatamente en la impresionante cadena de medios privados, la “cadena del desánimo”. “La frivolidad de Cristina”, hubiera sido el título ni bien la Presidenta exhibió el último regalo: un perrito. Pero se vieron en un brete, pues se trataba de Simón, el obsequio del hermano del fallecido presidente de Venezuela Hugo Chávez; como se sabe, lo último que buscan estos medios es exaltar al “chavismo”, sus símbolos; aun cuando se trate de un perro. El liderazgo de Cristina, a contramano de lo que algunos sugirieron durante su ausencia, nunca estuvo en duda. Por el contrario, quedó demostrado en estos días de lógica preocupación que, aún sin su presencia pública, la centralidad de su figura es inobjetable. Aunque lo más trascendente de este regreso, fue la confirmación de la capacidad política para dar golpes de timón oxigenantes que vayan en dirección de retomar con firmeza la iniciativa política, no ya para alterar el rumbo de un proyecto político que todos conocemos, sino en un claro mensaje de profundización. Un par de horas después del video, desde Casa de Gobierno el vocero presidencial, Alfredo Scoccimarro, anunció
la designación de varios funcionarios en lugares claves; las modificaciones dispuestas por la Presidenta pueden considerarse como de las más importantes en los diez años de gobierno. Tres nuevos ministros, algunos al frente de áreas por demás simbólicas, son toda una apuesta de cara al segundo tramo del mandato iniciado en 2011. Para afianzar las bases y el relanzamiento de la fuerza política en el poder, el Frente para la Victoria, con el horizonte de 2015. Jorge Capitanich, el gobernador de Chaco, designado Jefe de Gabinete, llega con una reputación que se ganó tras varios años en la gestión pública: trabajador obsesivo, cintura política para el diálogo con todos y uno de los dirigentes más fieles al gobierno nacional. Ahora convocado para ocupar un cargo de alta exposición, es un mensaje a los gobernadores peronistas que, como él, salieron victoriosos en las últimas elecciones; un lugar trascendente que atiende la demanda de protagonismo que siempre tuvo la dirigencia peronista. Axel Kicillof, nombrado al frente de Economía, es otra figura de alto perfil y experiencia en la gestión; como Capitanich, ha demostrado condiciones para el debate público, y para enfrentar con argumentación sólida los cuestionamientos y las movidas mediáticas tendientes a forzar cambios de rumbo o alentar corridas especulativas. Los cambios se completaron con el arribo al Ministerio de Agricultura de un técnico del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), un hombre de carrera en esta emblemática institución. Se trata de Carlos Casamiquela, impulsor del Plan Estratégico Agroalimentario 2020. Finalmente, al frente del Banco Central estará Juan Carlos Fábrega, otro hombre de carrera (durante 46 años se desempeñó en el Banco Nación), autodidacta carente de un currículum académico, para algunos el José Ber Gelbard del kirchnerismo. Las modificaciones se completaron con la salida de Guillermo Moreno de la Secretaría de Comercio, cargo que pasará a ocupar Augusto Costa. El anuncio, hecho con posterioridad a la designación de los nuevos ministros, volviendo al tema comunicación, confundió a los editorialistas de los medios hegemónicos. Cuando los nombramientos de los ministros, se apresuraron a hablar de “un Moreno fortalecido”; al día siguiente cambiaron abruptamente el discurso: ahora hablaron de un “Axel Kicillof que concentra poder”. Moreno, un hombre al que le tocó la dura tarea de lidiar con el poder económico concentrado, puede considerarse el funcionario más demonizado por los medios, al menos en estas tres décadas de democracia. Con nuevos bríos, con su capacidad e intuición política intactas, Cristina volvió en noviembre. MIGUEL APONTES – URIEL QUINTEROS – CRISTIAN SANSALONE