Pensando en todos, se hizo grande
Entrevista a Luis Britos, Director de Negocios & Relationship del Centro Universitario de Idiomas.
Empezó como profesor de inglés, pero se animó a pensar distinto, a soñar con una enseñanza más accesible y abarcativa. La generosidad de la idea y el trabajo arduo en su conquista, convirtió a su empresa en el centro de estudios de idiomas más grande de toda América Latina, el CUI. ¿Cómo nació el CUI? El Centro Universitario de Idiomas nació en el seno de la UBA, hace 28 años atrás. Comenzó como un laboratorio de idiomas (su Razón Social todavía hace referencia a esos inicios), centrado inicialmente en la enseñanza del inglés, pero las ideas de su fundador, Roberto Villarruel, impulsaron aquel taller de una manera exponencial. Hoy día ofrecemos 25 idiomas, tenemos 10 sedes, más de 400 empleados entre personal 12
PROASIA Marzo / Abril 2020
administrativo y académico, y superamos los 40.000 alumnos formados anualmente entre sedes y empresas. Contamos con uno de los sistemas más modernos e inteligentes de enseñanza online. Hacemos cursos en nuestras sedes, in company, workshop presenciales y virtuales, inmersiones en todos los idiomas en Argentina, organización de estudios de idiomas en el exterior y de español para extranjeros aquí, incluyendo todos los servicios de relocation necesarios. Brindamos certificaciones en los distintos idiomas de los centros de certificación más importantes del mundo y homologados por el Marco Común de Referencia Europeo. ¿Cuáles fueron esas ideas que impulsaron este crecimiento? Durante muchas décadas la
enseñanza privada del idioma inglés fue bastante elitista, muy pocos podían darse ese lujo. El fundador del CUI soñó con acercar esa posibilidad a todas las clases sociales. No importaba si era un alto ejecutivo o un obrero de la construcción, desde el punto de vista económico, tenía que ser accesible e inclusivo. Pero el mayor desafío era cultural: cómo quebrar una idea académica y utilitaria de la adquisición de una segunda lengua. Entonces la enseñanza de idiomas pasó a ser la punta de lanza de una inmersión cultural. Y cuando ya no se estudia sólo para conseguir un mejor trabajo, si no para acercarse a otras idiosincrasias, el inglés fue sólo uno más de los idiomas, y nos abrimos a otras lenguas tradicionales, no tradicionales y originarias. Tal vez puedan sonar románticas aquellas ideas primigenias, pero cuando lo