CRISTINA GAMEZ

Page 79

Marienbad y el tiempo sin sombra El tiempo es una de las preocupaciones centrales en la obra de Gámez, el tiempo en sus diversas manifestaciones: el tiempo psicológico, el de la memoria, el tiempo del pasado, el tiempo de la imaginación. De su interés por el tiempo deriva su fascinación por El año pasado en Marienbad (1961), un film de Alain Resnais al que llega a través de las lecturas del ensayo La imagen-tiempo de Deleuze y con el que conecta a través de la danza. Y es que para Gámez El año pasado en Marienbad es una película que danza y lo es por su narración coreográfica y por la relación que puede establecerse entre la forma de narrar de la película y la forma en la que se desarrolla la danza. El film de Resnais, en opinión de Gámez, traslada al espectador al mismo estado mental al que lleva la danza cuando improvisamos, un estado que es al mismo tiempo plástico y mental, en el que pensamos de otra forma y en el que el cuerpo vehicula o traduce ese pensamiento. En El año pasado en Marienbad Resnais intenta plasmar ese espacio mental, adentrarse en el funcionamiento del pensamiento cuando se desconecta la racionalidad, transcribir con imágenes cómo funciona la mente en relación a la memoria, concebida esta como un constructo cotidiano. Y lo hace sin recurrir a las imágenes-recuerdo o a los flash-back. El cine emplea el movimiento para incorporar la percepción del tiempo y el tiempo es el elemento clave en El año pasado en Marienbad. Pero no se trata aquí del tiempo concebido como una sucesión de acontecimientos ordenados cronológicamente: es un concepto de tiempo basado en la simultaneidad y en la espacialización. El tiempo en Marienbad está determinado por el espacio y los acontecimientos y tiene su origen en el ritmo que marcan las experiencias: es la temporalidad del espacio. En Marienbad se unen pensamiento, imaginación, sueño y memoria y el tiempo no tiene sombra, como los setos triangulares de su jardín. En esta ciudad-jardín de hoteles y balnearios de aguas termales, los lugares y los espacios también se convierten en metáforas de la mente. La mansión, el hotel, con sus volutas y sus juegos de luz y penumbra, con su arquitectura, es el espacio interior, el espacio mental, como lo es también el jardín, ordenado y minimalista. El exterior, el jardín, simboliza lo racional y el orden; el interior, la mansión, representa lo barroco y lo retorcido. Los jardines pueden representar alegorías, ideas, conceptos y metáforas, pueden traducir el pensamiento de una época o las intenciones de quienes les dan forma y los crean. ¿Cómo es el jardín en Marienbad? Una voz en off, en los minutos finales de película, lo describe en estos términos: Escenas en la galería. Plotter sobre lienzo, grafito sobre lienzo, tejido realizado en telar de bajo liso, estructura de hierro

Los terrenos de la mansión eran de estilo francés, sin árboles, flores ni vegetación de ningún tipo. Grava, piedra, mármol, rectilíneo, solemne, exento de misterio. A primera vista parecía imposible perderse a lo largo de rectos senderos, entre las inmutables estatuas, las losas de granito,… 79


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.
CRISTINA GAMEZ by Elena Gámez - Issuu