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Pliegues sobre lienzos
from CRISTINA GAMEZ
by Elena Gámez
Una parte importante del trabajo artístico de Cristina Gámez, y más concretamente su retórica, se nutre del pensamiento, las teorías y los conceptos de Gilles Deleuze. En su proyecto Pliegues sobre lienzo toma como punto de partida el ensayo titulado El pliegue: Leibniz y el Barroco en el que el filósofo francés utiliza el pliegue como figura metafórica y la identifica con el concepto de Barroco. El pliegue, sugiere Deleuze, no remite a una esencia sino a una función operatoria y es en él, y no en el punto, donde reside la unidad de la materia:
El Barroco […] no inventa la cosa: ya había todos los pliegues procedentes de Oriente, los pliegues griegos, romanos, románicos, góticos, clásicos,… Pero él curva y recurva los pliegues, los lleva hasta el infinito, pliegue sobre pliegue, pliegue según pliegue. El rasgo del Barroco es el pliegue que va hasta el infinito. En primer lugar, el Barroco diferencia los pliegues según dos direcciones, según dos infinitos, como si el infinito tuviera dos pisos: los repliegues de la materia y los pliegues del alma 7 .
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Gámez, como el Barroco de Deleuze, no cesa de hacer pliegues, movida por su interés en los engaños del lenguaje, la relación entre imagen-ficción e imagen-real y las ambigüedades visuales que derivan de esa relación en el terreno de la representación. El tejido siempre ha sido un terreno que le ha proporcionado múltiples posibilidades para el desarrollo de metáforas e imágenes connotativas. Así, en Pliegues sobre lienzo la artista emplea el pliegue con un carácter metafórico para establecer

A la izda.: Pliegue ii. A la dcha.: Pliegue iv. Tejido en lino, acrílico
7 Deleuze, G., El pliegue. Leibniz y el Barroco, Paidós, Barcelona, 1989, p. 11.
Pliegue en rojo. Tejido en lino y algodón, sobre tabla, acrílico
una reflexión sobre la representación pictórica y el espacio de la representación. Y lo hace a través de un ejercicio de metapintura en el que el lienzo, tejido a mano en un telar artesanal, es al mismo tiempo fondo y forma, convirtiéndose en el protagonista de sus obras plásticas. La artista hace uso de los materiales y procedimientos tecnológicos, digitales y contemporáneos a los que confronta con las técnicas más artesanales, generando de esta forma una relación y un diálogo entre lo analógico y lo digital, entre el tejido y el pixel.
En las obras plásticas que componen el proyecto Pliegues sobre lienzo trabaja con el pliegue a través del metalenguaje y reflexiona sobre la representación pictórica generando una paradoja visual: los pliegues, al estar representados en el tejido a través de la pintura o bien construidos en el propio tejido, confunden al ojo al desarrollar un juego entre la imagen-ficción y la imagen real. El espectador no tiene claro lo que está viendo. Estos engaños visuales son los engaños del lenguaje, y más concretamente, del lenguaje visual. Esta reflexión sobre la representación pictórica se articula a partir de dos cuestiones concretas. Por un lado, Gámez aborda el cuestionamiento de la jerarquía en el sistema de representación y lo hace colocando en primer plano algo que estaba en un segundo plano: los pliegues, las cortinas, los telones, los tejidos. Y, por otro, formula juegos y engaños visuales que derivan de la presencia en estas obras del pliegue como objeto y del pliegue como representación. ¿Están los pliegues presentes o están representados? ¿Objeto o representación? La presencia física y el protagonismo del tejido en obras como Pliegue en rojo (2006) confunde al espectador cuando percibe que los pliegues solo están representados y no físicamente presentes. Este juego propicia la presencia de pliegues con formas que generan diferentes lecturas y ofrecen visiones sugerentes basadas en su aparente ambigüedad y espontaneidad. El proceso de realización de las obras que componen la serie de los pliegues es siempre el mismo, como explica la propia artista:


Pliegue en Valle. Tejido en lino realizado por la autora en telar de bajo liso, sobre tabla. A la izda.: Detalle


Primero se teje el lienzo a mano, luego se saca del telar y todavía con el apresto de estar recién salido del horno, le saco fotos formando diferentes pliegues. Luego elijo las que me resulten más interesantes, monto el tejido en la tabla a modo de lienzo y pinto sobre él la foto de sus pliegues. La pintura que hago es apenas mínima. Más que pintar podría decirse que dibujo con muy poca pintura y con capas muy sutiles, dejando que el tejido absorba, a veces más que pintar parece que tiño la tela, es un proceso lento 8 .
8 C. Gámez, entrevista personal. 9 de agosto de 2019.
Pliegue Bernini. Tejido en lino realizado en telar de bajo liso por la autora, sobre tabla

Al mismo tiempo, algunos de estos pliegues citan diversos momentos de la historia del arte occidental a través de la presencia de elementos extraídos de obras pictóricas y escultóricas de artistas como Velázquez, Leonardo o Bernini, a los que Gámez dota de un nuevo significado. Retrato I (2007) aborda la representación pictórica a través de la historia de la pintura. El elemento histórico queda incorporado en esta pieza a través de la utilización de un paisaje a modo de telón de fondo para el retrato, el mismo fondo empleado por Velázquez en muchos de sus retratos.

Cuello de mujer. Tejido en lino realizado en telar de bajo liso, sobre tabla
Retrato i. Tejido en lino realizado en telar de bajo liso, sobre tabla



De la historia de la pintura barroca la artista también toma prestado otro recurso, la cortina, punto de partida de una serie anterior de la que forman parte obras como la titulada Cortina Plegada IV (2006). La cortina funciona como un telón que marca la separación entre dos espacios: el espacio de la realidad y el espacio de la ficción o espacio de la representación. De esta forma, el plano de la representación se situaría de la cortina hacia adentro. Pero Gámez quiere plantear aquí una reflexión más profunda en relación al espacio de la representación: la cortina está pintada sobre el lienzo-tejido, pero a su vez la cortina está tejida en el lienzo-tejido, siendo el fondo de esta obra el propio lienzo-tejido, que en este caso se presenta vacío. Los fondos y las cortinas en la historia de la pintura occidental, elementos secundarios situados en los márgenes en sentido literal y en sentido metafórico, toman ahora el protagonismo para construir una mirada diferente sobre ellos, pero también sobre lo representado y lo real, sobre el espacio de la representación y su relación con lo real. Gámez desplaza estos elementos ya conocidos a otros niveles de interpretación con la intención de propiciar una reflexión sobre el concepto y lo real, sobre lo representado y lo real, planteando una desestabilización de la jerarquía en el sistema de representación. Con los pliegues y las cortinas-telones la artista socava el régimen

Cortina plegada i. Tejido en lino realizado en telar de bajo liso, acrílico
Pliegue en monte. Tejido en lino realizado en telar de bajo liso, sobre tabla, acrílico

representativo y sus jerarquías entre primer plano y segundo plano, lo central y lo marginal, lo principal y lo secundario, forma y fondo, jerarquías que determinan la significación y el contenido. Por ejemplo, en obras como Pliegue en Valle (2007) y Pliegue en Monte (2007) las líneas en relieve delimitan una estructura más o menos externa, generando un juego entre lo que está presente y lo que está representado.


Exposición Pintura Canaria del siglo xx, Bratislava. Exposición Pliegues sobre lienzo, Fuerteventura. Exposición Punto quebrado. Las huellas del éxodo, Málaga.
Pliegue v. Tejido en lino realizado en telar de bajo liso, acrílico


En el terreno material también estos pliegues hacen referencia a los pliegos, las hojas, las láminas de los libros, que aluden a su vez a la cultura, al conocimiento y a la investigación. La conexión entre todas estas referencias se materializa en obras como Cuerpo-Ágora (2013). Los pliegues de esta pieza nos remiten a los pliegos de papel, a los libros y al ágora como lugar para el intercambio de conocimientos, de cultura, pero también a las tablillas que se usaban en la Antigüedad clásica para fijar todos esos conocimientos. Las referencias al cuerpo y a la cultura hecha cuerpo resultan evidentes, como lo es el módulo que se repite —el laberinto de un jardín barroco— y la forma de coraza y armadura que presenta esta obra.
