Periodico El Zocalo 118

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“El conocimiento es poder”. Francis Bacón

Huellas de Patriarca

Rubén Salazar Giraldo La familia y pertenencias de don Rubén se reconocerán por el esmero no solamente como las orientaba sino y sobre todo por la disciplina al trabajo y tesón con que las conseguía. Hombre ejemplar, recto en el cumplimiento de la palabra, servidor con gusto al amigo, al vecino. Por siempre estará en la memoria de quienes le conocimos, de quienes compartimos pedazos de su historia por ciertas características exclusivas de él, como el “arte del buen conversar”. El gusto con que contaba sus experiencias de vida, la gracia de su lenguaje y el manejo de las palabras alegres y divertidas con espíritu de bondad en medio de mucho humor. El tiempo se iba volando cuando uno se sentaba a escuchar la manera como moldeaba sus negocios, el trato que le daba a la gente y el delicado uso de las palabras. Hablando de la palabra, cuando la empeñaba en un negocio, contrato o compromiso, la cumplía como una escritura y gustaba que la gente fuese igual de pulcra en esto, como él mismo lo hacía. Lo distinguió el entusiasmo para el trabajo, en lo que era incansable, junto con el espíritu de ahorro fueron lemas inconfundibles de su vida. Fue un fiel seguidor de los principios solidarios del cooperativismo y por eso, asociado muy activo de la Cooperativa León III de Guatapé. La casita en que vivió los más de sus años en la vereda La Peña, es hoy un ejemplo silencioso de la bondad de sus espacios, de esa arquitectura rural-colonial por su diseño y colores. Los huertos poblados de frutales, cerca de las chambranas y corredores entablados. A pocos pasos están los encerraderos para animales de corral. Un poco más allá, el platanal, los maizales, los cultivos de corto tiempo y más allá los poteros con las vacas y las bestias. Pero esa memorable casa va camino a la decadencia desde que los años y

Octubre 2020

un gran ejemplo de vida. Rubén de Jesús Salazar Giraldo, nació en 1917, hijo de María del Carmen y Guillermo, último de siete hermanos: Mercedes, Rosario, Magdalena, Juan, Emilio y Joaquín. Para referirse a que era el menor de los hermanos decía “yo soy el raspa-perol de la familia”. Comentaba que no terminó segundo de primaria en la escuela de El Chilco, vereda de El peñol. Se describe a sí mismo como un niño loco, herrero, avispado, ahorrador. El tío Rosendo con su madre, le rompieron la alcancía para conocer sus ahorros y comprobar que le podían vender la primera tierrita, como él mismo confirmó cuando dijo “me rompieron la alcancía antes de tiempo”. Hombre de mil oficios: agricultor, minero, arriero, aserrador, jornalero, panelero de estancia, cogedor de café, ganadero, negociante. Arriaba polines de comino para el tren, desde Puerto Nare a las bodegas de La Cristalina. Minero en Segovia para la Frontino Gold. Anduvo por los departamentos de El Valle, Quindío, Tolima. De Calarcá vino en ocho días sobre un muleto que recibió como liquidación en una finca cafetera. Se casó a la edad de 31 años con Judith Arbeláez, tuvieron dos hijas, Rubery y Oneida (Estella), enviudó a los cuatro años y en 1953 se casó con Rosaura Ramírez con quien tuvieron a Guillermo, Rubén, Otoniel, Judith, Ismelda, Norelba, Martha, y Gloria. En 2017 la familia se reunió para celebrarle los cien años de vida, para reconocerle tantas bondades y enseñanzas y fue también la oportunidad para escucharle infinitas historias bien contadas, con la gracia y el don de sus narraciones. Don Rubén falleció el pasado 17 de junio en el encerramiento que ha ocasionado esta pandemia del Coronavirus y por lo mismo se nos fue en una soledad casi glacial para quienes le conocimos, lo mismo que la de la mayoría de nuestros coterráneos que han pasado a la eternidad durante casi todo este año en confinamiento. Razones fuertes para compartir estas notas de afecto y agradecimiento por la presencia de don Rubén y como un reconocimiento para su familia y allegados que sólo ellos saben cómo han pasado esta situación acompañando y atendiendo los últimos días de este, muy recordado Patriarca. Paz en su tumba.

Que la Provincia huela a campo

los achaques le obligaran a venirse a vivir al pueblo. Su hoja de vida está llena de gracia, de fe en Dios y del ejercicio de buenas prácticas como ciudadano, como esposo, padre, abuelo y bisabuelo. La gente de Guatapé lo recuerda con mucho cariño también porque era hombre de muchos amigos y de servicio, enamorado de la vida familiar y de los suyos. Es de entender, después de su deceso que fueron 103 años bien vividos para ejemplo de toda su descendencia y de quienes le conocimos y le seguimos considerando

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La Provincia del Agua, Bosques y El Turismo realizó la Junta Provincial el pasado 29 de septiembre en su sede principal en el municipio de Marinilla. En este espacio, los 12 alcaldes conocieron los proyectos y programas que emprende su director Yeison Valderrama Buriticá. Que la Provincia Huela a Campo ha sido la consigna con la cual se están logrando generar proyectos para beneficiar el campo, proyectos del Sistema General de Regalías y la cofinanciación de EPM, ISAGEN y los Municipios. Son dos grandes logros para la ruralidad que pronto inician su intervención. Fortalecimiento de procesos productivos agropecuarios, +Campo +Sostenible.


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