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A sólo Dios el Honor y la Gloria
Post Mortum
A sólo Dios el Honor y la Gloria Hermanas Misioneras de Santa Teresita del Niño Jesús Hermana beata Pastora Lina Giraldo Giraldo. (Hermana Julia del Santísimo).
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Señor, mi corazón no es ambicioso, ni mis ojos altaneros; no pretendo grandezas que superan mi capacidad; sino que acallo y modero mis deseos, como un niño en brazos de su madre. Espere Israel en el Señor ahora y por siempre. (Sal. 130)
La hermana Pastora Lina es una auténtica guatapense de principios familiares y cristianos propios del siglo pasado en que la disciplina personal era virtud, las capacidades eran convertidas en dones, voluntad y fe iban de mano con el espíritu. Humildad, bondad y servicio eran santos hábitos que en estos tiempos son poco comunes. Nuestra hermana religiosa falleció en Medellín el pasado 28 de febrero a punto de llegar a los 95 años de edad. Hija de Ricardo y Pastora Emilia, mayor entre ocho hermanos, nacida el 21 de junio de 1925. El documento compartido por la Congregación a la que por tantos años perteneció, en sus honras fúnebres, expone: “nuestra hermana Pastora Lina libró los momentos más decisivos de existencia para encontrar lo que tanto buscó: ver el Amor de su vida sin el velo de esta envoltura mortal, y poder contemplar a Dios cara a cara, como lo vio el patriarca Moisés, y comenzar a vivir en la ternura, a tener paz, la luz y hallar el santo reposo de la eternidad, dejando los dolores de una larga enfermedad que la llevó por el sendero de la pasión para llegar por fin a la resurrección”. Con el ingreso al convento de las “Misioneras Contemplativas del Santísimo”, en Santa Rosa de Osos, diciembre de 1948, entra en la vida religiosa y recibe de la comunidad el nombre de Julia del Santísimo, al disolverse dicha Congregación, pasa a la Congregación de Hnas. Misioneras de Santa Teresita del Niño Jesús siendo ya profesa en votos perpetuos desde 1967 cuando hace su primera profesión. Hace sus votos perpetuos en Santa Rosa de Osos en 1969. “La existencia de la Hna. Pastora Lina fue una vida centrada en la confianza de un padre amoroso, un vivir la infancia espiritual con realismo, porque espera siempre que Dios nuestro padre le salga al encuentro a través de las personas, acontecimientos, enfermedad y salud. Desea como su patrona Santa Teresita ´permanecer pequeña´ para estar ´en brazos de Jesús´. Vive en actitud filial de humildad y de mansedumbre invitada por Cristo (Mt. 11,29). Refleja siempre una exquisita sensibilidad religiosa, las cosas grandes y la fama, no perturban su espíritu. Su deseo está centrado en la absoluta confianza en Dios, aceptando sumisa la voluntad del creador”. Gozó de estimación profunda de toda su familia a pesar de la distancia y la exigencia de su compromiso religioso; así mismo, del aprecio infinito de la Congregación, quienes reconocen en ella su devoción, dedicación al estudio de La Palabra, observante, su puntualidad y diligencia en cumplimiento de los compromisos; su vida íntegra y “las virtudes propias de la congregación”. Balbucía con frecuencia: “Tú, Dios mío, eres mi esperanza y mi confianza, Señor desde mi

juventud. En el vientre materno ya me apoyaba en ti, en el seno, Tú me sostenías” (Sal. 70,5-6). Declara el escrito: “esto hace que su alma y persona muestre un ser especial, una religiosa misionera observante y santa”. El texto leído en sus honras fúnebres expresa además: Al estilo del Instituto al que perteneció, llevó vida consagrada, camino a la santidad. Aceptó con paz y amor las limitaciones propias de la enfermedad llevando con amor la cruz de cada día. Porte digno, modales delicados y prudencia. Fiel a su compromiso, de obediencia activa, castidad por el amor por su único Esposo y pobreza comprometida. Se dedicó con pasión a los niños, jóvenes, catequistas, familias, enfermos, indígenas, ancianos, campesinos compartiendo con todos ellos el amor recibido de su Padre como lo hace una madre con sus hijos. Fue testimonio de sí misma en el trabajo, entregándose sin medida para ayudar a los demás. Puso al servicio de su comunidad sus dones y talentos, su creatividad y esmero. Su vida espiritual con sentido sobrenatural. Pronta, De izq a der. Oneida Espinosa, Hna Pastora activa, sumisa. De relaciones Lina y Laura Magdalena Giraldo (prima) confiables, respetuosa, sincera, leal. En su vida comunitaria, delicada, servicial y caritativa. Siempre supo aceptar a las hermanas con su forma de ser y pensar. Sus aportes fueron grandes a la construcción de la vida familiar, al buen hábito de perdonar, acoger y brindar ayuda con amor fraterno. El mejor trato con compañeras, empeladas y personas con quienes se relacionaba. Su excelente estado de ánimo frente a las dificultades la caracterizó por su alegría como por su apacible ambiente, dedicada al apostolado. El texto expuesto por la comunidad después de su muerte, cuenta pedazos de su vida y de las bondades de su servicio religiosomisionero como de las demostraciones de aprecio por la institución y reglas de la Congregación, estudio y acogida a la normatividad, la valoración de toda esta historia, “fiel en su observancia, muestra equilibrio en el uso de los medios de comunicación social y en el amor a la familia”. Misionera tres períodos en San José de la Montaña, tres en Caracolí, dos en Yarumal, dos en San Jerónimo, además en Nechí y en San Rafael Antioquia. En Luruaco Atlántico, Labateca Norte de Santander, Casa de la Salud La Serrana como enferma y finalmente en Villa María. La Congregación agradece, la fraterna compañía de los hermanos de la familia MAB, y miembros de la familia Giraldo Giraldo, amigos y conocidos por el don de la hermana Pastora Lina, a la amada Congregación y a hermanas de comunidades locales y desde la distancia “que acompañan con oración y cariño”. También la Comunidad de Villa María, enfermeras y médicos que solícitamente atendieron su salud, al personal de apoyo por los generosos y oportunos cuidados; a todos por su testimonio fraterno y de cercanía como hermanos de Cristo. Mensaje de la Congregación con que despiden a la religiosa: Hna. Pastora Lina: desde el cielo alcanza a todos los miembros de la Congragación y de la familia MAB: “Que nuestro corazón no sea, ambicioso, que sepamos acallar y moderar nuestros deseos, como un niño en brazos de su madre”, imitando Aquel “que es manos y humilde de corazón” (Mt 11,29). Pide al Padre celestial abundantes Vocaciones Religiosas y Sacerdotales para ayudar al establecimiento del Reino en este momento tan necesitado de la presencia de Cristo en medio de su pueblo. Casa de la salud, Villa María, Medellín, 29 de febrero de 2020.