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Una reflexión sobre la celebración y la identidad

Cultura

Una reflexión sobre la celebración y la identidad

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Por: FRANK DAVID ZULUAGA AGUDELO Consejero Departamental de Cultura Especialista en Gestión Cultural Licenciado en Música

En el sentido del desarrollo comunitario siempre se han tenido opciones y acuerdos en cuanto a espacios - tanto en referencia al tiempo como en la apropiación de lugares específicos - en los que se reproduce la identidad colectiva, lo cual cimenta los rasgos característicos que se traducen en términos de “cultura popular” que a su vez celebran la identidad; características que (hoy más que nunca) se encuentran inmersas en las dinámicas de los cambios sociales y tecnológicos, los cuales que se adhieren también al desenvolvimiento comunitario de cada territorio siendo parte de esta nueva realidad que vivimos. Estos espacios para la celebración y el festejo se establecen como factor importantísimo para los pueblos, en los que lejos de constituir expresiones anquilosadas y programáticamente invariables, van mutando al desarrollo de procesos en los que a través de expresiones artísticas y sociales se generan aportes desde la operatividad a la tan buscada identidad, y por extensión, al sentido de propia valía para cada uno de los pueblos, así como también, en el pensamiento del sujeto que como individuo aporta desde su carácter a la construcción social vinculada, convirtiendo las múltiples identidades en una idea de identidad más global, la cual a su vez marca el símbolo de representación del pueblo. La fiesta entonces, como manifestación del sentir conjunto, atraviesa y traspasa ideologías, prácticas políticas y valores individuales; esto, a partir de que lo manifestado es parte de una cultura popular, la cual busca y exalta la tradición, pero a su vez suma las perspectivas de nuevas ciudadanías e ideales que contribuyen en la riqueza del valor simbólico del referente conjunto de personas, de allí la búsqueda por deconstruir las nociones preconcebidas y buscar el encuentro con otros grupos y sus intereses. En virtud de lo anterior, en una fiesta comunitaria se deben establecer momentos; momentos para permitir el abordaje de la memoria colectiva, de la identidad, del sentimiento de lo tradicional, de la

FELICITACIONES Jennifer Correa Sepúlveda Nutricionista dietista de la U de A Título Magister en Innovación de Alimentos Otorgado por Universidad la Salle El día 5 de junio de 2020

participación de todos los grupos poblacionales, de la exaltación de la diversidad, del espacio para nuevos imaginarios, de la festividad, del valor de la conmemoración, y sobre todo de asegurar espacios para el estudio, no evaluando únicamente, sino celebrando las percepciones del contexto en que se desarrolló la conmemoración festiva. Es allí, en los espacios para la reflexión en donde realmente ocurre el cambio, ya que desde dicho espacio introspectivo se generan los diseños documentados de las transformaciones sociales, mutando de posibles incursiones improvisadas o sin planeación a la conciencia colectiva en la toma de decisiones con acceso de los involucrados, definiendo lo que merece y debe ser festejado. Sin duda alguna, formar parte de una comunidad es a su vez una acción y un sentimiento. La comunidad se reafirma a través del poder de la celebración, en la cual se establecen lazos “de intereses y tradiciones que se reúnen y adquieren conciencia de su unidad” (Durkheim, E.). A partir de allí, la búsqueda por la integración, que como individuos sociales deseamos encontrar. Por otro lado, ocurre en ocasiones, que las percepciones sobre los impactos sociales y culturales de lo que se celebra es subestimado, casi como un adorno, por ello, en el marco de la festividad dar cabida a los proyectos que se referencian como dinamizadores en el fortalecimiento de lazos sociales son los rasgos específicos más importantes, sean estos proyectos o acciones de sectores que puedan parecer tan disímiles como la salud, la educación, el comercio, la economía e incluso la política, allí, la tarea de los líderes culturales, porque es allí donde están los rudimentos para la generación no solo de nuevo conocimiento, sino la ganancia en peso, potencia y presencia de los sueños pasados al tangible de contexto impactado. En consonancia con lo anterior, podemos decir entonces que el papel de la cultura en la celebración como parte de la dimensión social es directa y sustantiva, no hablando únicamente de lo obvio, como la representación de las expresiones artísticas, los discursos, la gastronomía, etc, sino, en términos de participación, de disfrute, pero también en la traducción de los impactos transformadores que debemos velar por incluir en la celebración para nuestra comunidad, en el entender que más allá de lo mediático deben existir otras fibras para tocar que provoquen cambios en el sentido y apropiación local de identidad.

FELICITACIONES Jerónimo Idárraga Hoyos Título Tecnólogo en Guianza Turística Otorgado por SENA El día 5 de septiembre de 2020

“Desdeñando todo lo demás, un hombre sabio debe esforzarse por conocer al Ser, pues no hay conocimiento más elevado o que reporte más satisfacción que el conocimiento de su ser”. Baird T. Spalding

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