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L pasado 13 de marzo nos despedíamos del Instituto sin saber muy bien qué iba a pasar con el curso. Las noticias sobre la pandemia de coronavirus eran cada vez más inquietantes en toda España y las autoridades sanitarias pensaron que era conveniente que se interrumpieran las clases presenciales para contener la expansión de la infección, una medida que, por otra parte, se ha tomado en toda Europa. La suspensión de las clases nos apremiaba al equipo directivo a poner en marcha de manera un tanto improvisada todo un sistema de docencia por internet que no había sido probado hasta entonces. Parece como si el futuro de la docencia, tantas veces proclamado por gurús de diversa índole, hubiese irrumpido con estrépito para hacerse presente de golpe ante la perplejidad de todos los que integramos la comunidad educativa. Con mayor acierto o menos, pero sí con la mejor voluntad, todos los profesores trataron de continuar su labor pedagógica sin el vínculo presencial que hace verdaderamente mágico el proceso de enseñanzaaprendizaje desde el comienzo de los tiempos: la relación personal, directa y proactiva entre profesor y alumno. Sin embargo, la realidad dramática del maldito virus se ha impuesto y nos ha llevado a un confinamiento en casa que ha continuado en los meses siguientes hasta el punto de no poderse retomar el curso con normalidad e, incluso, amenazar nuestra tranquilidad más allá del mes de junio. Esperemos que los científicos averigüen pronto cómo vencer a este enemigo invisible que nos ha sumido en una profunda incertidumbre como hace mucho tiempo que no conocíamos. Pero el Cañada de las Eras no se ha quedado parado. Las vías que se han empleado para hacer posible el trabajo entre profesores y alumnos han sido diversas, quizás debido a esa cierta improvisación que han impuesto las circunstancias de la pandemia. No obstante, las más usadas han sido las siguientes: el sistema de Aula Abierta, Classroom y una tercera propiamente nuestra, elaborada por nuestro jefe de estudios, José Sampedro. Se trata de un repositorio de actividades, alojado en la página de nuestro instituto (www.ieseras.es), que, por cierto, ha tomado una importancia sobresaliente en estos momentos, donde los docentes podían subir los trabajos propuestos a los alumnos por cursos y materias; y estos en su casa, y gracias a los medios tecnológicos que han hecho que nuestro aislamiento no sea tan absoluto, se han responsabilizado de bajarlos, realizarlos y reenviarlos de nuevo para su corrección. Un sistema de comunicación y docencia que se ha completado con el uso masivo del correo electrónico y las videoconferencias, con el fin de superar las distancias a las que nos ha llevado el famoso covid-19. Asimismo, para que los padres estuviesen siempre bien informados, la noticia de estos trabajos se ha
El Centro informa
El coronavirus no puede con el Instituto Cañada de las Eras
ofrecido también en la página de nuestro instituto. Desde que comenzó la tercera evaluación a mediados del mes de abril, se han publicado diversos planes quincenales para los alumnos, en muchas ocasiones distinguiendo lo que debían realizar los suspensos en la 1ª y 2ª evaluación, y lo propuesto para aquellos que tenían aprobadas las asignaturas. El trabajo que se reunía en estos planes quincenales también se ha hecho llegar por correo ordinario a los alumnos sin medios tecnológicos a través del programa Teleduca, organizado en el mismo Centro a iniciativa de la Consejería de Educación. Por tanto, no es que nuestro instituto no se haya parado durante el confinamiento, sino que ha seguido manteniendo contacto con los padres y estos han tenido posibilidades de conocer el trabajo que se le ha ido enviando a sus hijos. Todo ello sin existir antecedentes de situaciones parecidas que sirviesen de modelo, ni tiempo suficiente para valorar las ventajas e inconvenientes de cada una de las decisiones tomadas y de los canales utilizados. El cierre del Centro y la distancia entre las personas ha llevado también a otras transformaciones en el funcionamiento del nuestro Cañada de las Eras. En el mes de mayo normalmente se hace la matrícula para el curso siguiente con el reparto de la documentación necesaria por Jefatura de Estudios a cada uno de sus estudiantes. En esta ocasión también se ha tenido que improvisar un sistema de matrícula a distancia que ha sido plenamente original: se ha convertido la hoja de matrícula en un documento en PDF con algunos campos modificables, aquellos que sólo incumben a los datos personales y las opciones de matrícula. Este formulario ha sido enviado a través del correo electrónico oficial de los estudiantes para su posterior devolución, cumplimentado y con los anexos pertinentes que se solicitan: seguro escolar, asociación de padres o de alumnos y un breve cuestionario sobre los medios tecnológicos disponibles en casa. Conforme ha ido llegando esta documentación a Jefatura de Estudios se ha procesado para poder organizar el curso siguiente del modo más eficaz y respetando siempre los intereses de nuestros alumnos. Es posible que el coronavirus haya limitado nuestras actividades extraescolares, impida que asistamos a clase con normalidad y deje vacíos los pasillos que en otros momentos estaban repletos de profesores y estudiantes, entre otras tantas situaciones que hasta ahora nos eran cotidianas. Pero el covid-19, ni ningún otro agente que trate de ser infeccioso, puede parar la marcha de nuestro Instituto; a lo más transformarlo para adaptarse con más energía a una nueva vida. Porque el Cañada de las Eras somos todos, profesores, personal de administración y servicios, alumnos y padres. El equipo directivo
Pandora
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