Los hechos: las jornadas de mayo
1.2 Las jornadas cívicas de mayo8 El 4 de mayo de 1912, el diario El Comercio publicó en su edición vespertina una entrevista a Guillermo Billinghurst. En ella, este viejo pierolista sostiene lo siguiente: “continuamente recibo, de toda la República, cartas y telegramas expresándome el deseo que lance mi candidatura”. “Esa actitud espontánea me obliga a tomar una resolución. Debo, pues, tomarla en armonía con los deseos e intereses del país”9. En efecto, una oleada de apoyo a la candidatura de Guillermo Billinghurst se gestó de manera rápida y espontánea, frente a unas elecciones que se presentaban como una reiteración de los triunfos del civilismo. En pocos días Billinghurst se convirtió en el candidato de una gran fuerza popular, cuya emergencia pocos se explicaban. Veamos el proceso. Durante los primeros días de mayo, en fábricas y talleres de trabajadores afiliados a la Confederación de Artesanos y Asamblea de las Sociedades Unidas, se formaron clubes políticos que impulsaban la candidatura del ex demócrata y relativamente reciente alcalde de Lima Guillermo Billinghurst. En pocos días, la opinión pública dio muestras de un decidido apoyo, se multiplicaron los clubes, las calles de Lima comenzaron a habituarse al paso de los billinghuristas vivando a su candidato, y hasta la heterogénea oposición política al régimen se sumó a este esfuerzo. Por su parte, el Jurado Nacional de Elecciones presidido por el filósofo y miembro del Partido Civil Alejandro Deustua había dado inicio al proceso electoral, por lo menos, con dos arbitrariedades a los ojos de los partidarios de Billinghurst: la primera, el estar conformado, en su mayor parte, por miembros del Partido Civil, lo que le quitaba neutralidad a sus decisiones; y la segunda, abrir por breve plazo el registro de electores para el acto del sufragio y con un estricto control del mismo, buscando la menor cantidad de opositores al régimen dentro de los electores. Ante el arbitrario manejo del aparato electoral en beneficio de los intereses del Partido Civil, la exigencia del espontáneo y masivo movimiento que respaldaba a Billinghurst se orientó a 8. Para realizar la reconstrucción cronológica de los sucesos del paro general de 1912 hemos utilizado, en primer término, los informes de la Subprefectura e Intendencia de Lima que se encuentran en el Archivo General de la Nación; y, en segundo lugar, se ha compulsado las diferentes versiones que sobre los hechos publicaron El Comercio, La Prensa, La Crónica, La Opinión Nacional, El Diario y Variedades. 9. Ver: El Comercio. 4 de mayo de 1912. ET. p. 1.
31