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laborales de Lima en 1910

a la estacionalidad y dificultades en llegar al lugar de beneficio, la tendencia es ascendente. Por su lado, el precio de la ración de alimentos de la Escuela Correccional de Varones tiene la característica de ser una cifra agregada ya que, seguramente, algunos de sus componentes fueron cambiando para adecuarse a lo presupuestado. Esta práctica generó una dinámica de permanente reajuste del menú hacia los productos de mejores precios –cosa que cualquiera hace en un contexto de alza–, y que revela con mayor veracidad la tendencia al incremento del costo de vida de la coyuntura.

Al momento de las Jornadas de Mayo de 1912, las tres observaciones estadísticas que hemos realizado revelan que se vivía un proceso de expansión económica que estaba generando el incremento del costo de vida. Pero, ¿cuál era la situación de un trabajador frente a esta coyuntura? Las estadísticas para 1912 establecen que una ración en 1912 de la Escuela Correccional cuesta, en promedio25, 46,48 centavos. En cuanto a los jornales promedio26 del operario en Lima, estos eran muy variables y respondían, sobre todo en los talleres, a una rígida jerarquía. Los resumimos en el cuadro 2.6.

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Cuadro 2.6 Estructura jerárquica e ingresos de acuerdo con los diversos centros laborales de Lima en 1910

Centro laboral Trabajador

Jornal (soles) % Ingreso/ración Mínimo Máximo Mínimo Máximo

Taller artesanal Peón, aprendiz 1 2 46,48% 23,24% Taller artesanal Peón mayor, 1er ayudante 2 4 23,24% 11,62% Taller artesanal Maestro, maestro principal 2,5 7 18,59% 6,64% Fábrica Obrero 1,5 3 30,99% 15,49% Fábrica Obrera 0,7 2 66,40% 23,24% Hacienda Jornalero rural 0,8 1,2 58,10% 38,73%

Fuente: Paulet (1910). Elaboración propia.

Para los trabajadores con menores ingresos –peones y aprendices de taller, obrera fabril y jornalero rural–, alimentarse implicaba, en el peor de los casos, invertir entre el 66,4 y 46,4%; y, en el mejor, entre 38,7 y 23,2% de su jornal diario.

25. Ver el anexo 6, donde hemos reproducido de manera resumida el informe de las autoridades sobre los precios para la ración de la Correccional. 26. Ver el anexo 7.

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Pero, ¿por qué suben los precios? Al respecto, en 1908, un observador desde el sector oligárquico como Francisco Tudela señala que:

Nada ha contribuido, sin duda, al encarecimiento de la vida entre nosotros como la sustitución que se ha venido haciendo en los fundos de los valles inmediatos a nuestras ciudades, de aquellos cultivos, por otros destinados a producir artículos de exportación (1908: 11).

Mientras que en 1919 otro observador de los hechos, Manuel Caracciolo Lévano, dirigente anarcosindicalista de la Federación de Obreros panaderos “Estrella del Perú”, señalaba, sobre la década que estaba finalizando:

La carestía de la vida se debe, entre otras cosas, a la mala administración municipal, al monopolio o acaparamiento de los artículos de consumo que hacen los llamados ABASTECEDORES [sic] y a la urbanización de terrenos de sembrío en los alrededores de Lima; como también al cambio que los hacendados y pequeños propietarios hacen de sus sementeras, prefiriendo el algodón por ser más lucrativo (Tejada 1988: 325).

Pero lo que opinan nuestros observadores es solo una parte del problema. De hecho, nuestra reinserción al mercado mundial con una diversificada exportación cambió la orientación de la producción rural e incrementó la liquidez. No obstante, el crecimiento industrial y la “modernidad” también tuvieron sus costos expresados en impuestos al consumo, incremento de los precios, nuevos patrones de consumo y los bajos salarios (John 1975, vol. II: 121-122)27 .

A modo de conclusión, es claro que a inicios del siglo XX el aumento de la población de Lima estuvo acompañado de epidemias periódicas, altos niveles de mortalidad y el deterioro de las condiciones de vida. Paralelamente, la ciudad comenzará a cambiar su rostro: la migración japonesa, unida a la china que la antecede, así como la incorporación de nuevos contingentes de peruanos del interior a la vida en transformación de la ciudad, irán adicionando nuevos personajes en sus calles y nuevas experiencias que le irán imprimiendo una nueva personalidad.

27. El encarecimiento de la vida será un tema presente reiteradas veces en las Memorias de la Municipalidad y Prefectura de Lima, entre 1890 y 1930, a través de las repetidas quejas del alto índice de vagabundaje, alcoholismo y prostitución.

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