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3.4 Oficios de los muertos y heridos de acuerdo con los censos de 1876 y 1908

se conformó la dirigencia popular para las Jornadas de Mayo y un maestro artesano de la construcción ocupó un puesto destacado, como veremos en la sección de los dirigentes. Esta razón, en parte, explica su importante participación.

Gráfico 3.4 Estadísticas de los oficios de los muertos y heridos de acuerdo con los censos de 1876 y 1908

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8.599

2.260 742

0 291 2.819 1.597

18 36 28 142 141150 150 264 315 774 644 584 2.253 8111.389 984 922

Albañil Aparador Carpintero Colchonero Joyero Matancero Mecánico Panadero Pintor Sastre Zapatero Empleados

1876 1908

Fuente: Ministerio de Fomento (1915) y cuadro 3.3. Elaboración propia.

En cuanto a la independencia o dependencia laboral de los oficios de nuestras víctimas, no tenemos información. Sabemos por los oficios de la muestra recogida que muchas de ellas podían trabajar tanto para un maestro en un taller, como de manera independiente. Igualmente, es claro que los ingresos dependían de si había “encargos”, “pedidos” o contratos –el caso de los albañiles–. Sin embargo, sí existen evidencias sobre la intensa actividad reivindicativa que realizaban, pues todos contaban con un gremio y, por lo menos, con dos organizaciones que centralizaban sus reclamos sociales y laborales.

Respecto al rubro de los empleados, es el segundo grupo con más heridos, con siete miembros, de los cuales conocemos el trabajo de tres: Empresas Eléctricas, Casa Sterling y la Compañía de Teléfonos. La presencia numéricamente significativa de este sector laboral es consecuencia de la coyuntura económica que había generado una rápida expansión del sector, que los había llevado de 922 empleados en 1876 a 8.599 en 1908, esto es, un crecimiento del 833%. Pero esta expansión del sector no estaba exenta de conflictos por derechos laborales, que los habían llevado a organizarse en la Sociedad Liberal de Empleados. Esta Sociedad había participado en varias huelgas y mantenía la cercanía con los trabajadores y artesanos de los gremios y sindicatos. Su principal característica era la de ser un sector con trabajo e ingreso permanentes.

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En el caso de los sectores de transporte y comercio, tenemos a dos motoristas, un carretero y un cantinero. La de motorista era una nueva profesión que fue desplazando a los cocheros y carreteros, y estaba dedicada al manejo de los tranvías y trenes urbanos. Contaban con una fuerte organización gremial con constantes enfrentamientos con la gerencia de la empresa, y eran muy cercanos tanto al anarquismo como a las sociedades mutualistas de la Confederación de Artesanos y la Asamblea de la Sociedades Unidas. Tenían también un ingreso permanente.

En cuanto al carretero, solo hemos identificado un único caso. Era un “moreno”, chalaco, soltero de 25 años, con un oficio en extinción. Es muy probable que viviera del transporte de bienes o carga de pobres comerciantes entre Lima y el puerto. Este tipo de oficio es un buen ejemplo de trabajo de muy baja remuneración, el cual era mantenido por lo costoso de los nuevos medios de transporte de la ciudad.

En lo que se refiere al cantinero, sabemos que era de Pallasca, Áncash, indio, soltero y de 22 años. Vivía en la calle Rinconada de Santo Domingo, en un cuarto de callejón a tres cuadras de Palacio de Gobierno. Seguramente era quechua hablante y trabajaba en un espacio de socialización criollo y urbano. Cuestiona, este personaje, la existencia en Lima de una cultura criolla como contrapuesta a la andina. Posiblemente, lo criollo limeño tenga más de andino de lo que suponemos. Por último, tenemos a un estudiante de 18 años, un ama de casa y una profesión nueva que iba desplazando a herbolarios y hierbateros: el farmacéutico.

Como podemos apreciar, nuestro grupo de heridos forma parte del heterogéneo mundo laboral limeño y, si bien existen algunos elementos que los homogenizan, quizás el más importante radica en que la gran mayoría tenía acceso a un gremio y a la posibilidad de una organización donde defender sus intereses. Un segundo rasgo es que no encontramos heridos que pertenezcan al denominado sector “propietario” u oligárquico. Ni siquiera encontramos al sector de los profesionales, salvo por el farmacéutico que representa un caso excepcional por ser el que más se le acerca. Pero también es cierto que este mundo laboral era sumamente jerarquizado y podemos hallar bajo la denominación de sastre o zapatero a alguien que vivía con bienestar o en situación de pobreza. Para aproximarnos a una mejor definición de nuestros heridos, veamos las calles donde vivían y en cuánto estaban valorizadas.

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