



Este manual fue elaborado como parte de las actividades académicas de la materia Evaluación del Aprendizaje, que forma parte de los Programas de Maestría en Educación y Maestría en Tecnología Educativa impartidos por el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey. El desarrollo se hizo a través del esquema de comunidad de aprendizaje; la propuesta, seguimiento, evaluación y autorización estuvo a cargo de la profesora titular del curso, Dra. Katherina Edith Gallardo Córdova y la tutora de los estudiantes elaboradores, Mtra. María
El presente documento tiene el objetivo de ser una guía para el ejercicio de buenas prácticas en evaluación formativa, haciendo énfasis en los siguientes puntos: definición, planeación, instrumentación, aplicación y retroalimentación. En este contexto, se confecciona conforme a las necesidades de la institución, recopiladas de la entrevista con la directora pedagógica y dos profesoras. Se espera que el recurso creado, sea de utilidad y que a partir de la misma surjan encuentros de formación para aplicarla en el proceso de enseñanza aprendizaje.
Noviembre, 2022
Estimado Maestro: Al revisar este material no olvides, que el aprendizaje no sólo se basa en un número del 0 al 5.
“El sistema educativo nos ha hecho creer desde pequeños que lo importante es aprobar, aceptando equívocamente como sinónimo de aprender” -
El Centro Educativo Nueva Esperanza es una institución privada subvencionada, ubicada en la ciudad de Asunción, capital del Paraguay. Cuenta con 295 alumnos matriculados distribuidos en Educación Inicial y Educación Escolar Básica en el año lectivo 2022, de éstos el 10% son estudiantes con Necesidades Educativas Especiales, de los cuales en un 95% de los mismos asisten a clases presenciales, el resto recibe atención diferenciada utilizando recursos tecnológicos.
El contexto familiar es disfuncional, con un nivel socioeconómico de medio bajo, pues en su mayoría no cuentan con un empleo estable, consecuente a la falta de preparación académica básica, traduciendo en números, el 20% de ellos concluyó la educación primaria, un 40% concluyó la educación secundaria, el 20% concluyó un nivel medio superior y tan sólo un 20% de los mismos concluyó un nivel profesional.
Su plantel docente se encuentra compuesto por 12 docentes de media jornada y 11 docentes catedráticos, todos cuentan con el título habilitante para ejercer la docencia. Al menos tres veces al año se realizan capacitaciones que ayuden a la mejora de la práctica educativa, frecuentemente, evaluación es uno de los puntos tratados, sin embargo, nunca fue enfocado desde la perspectiva de la formativa. Así mismo, la autoevaluación entre pares aún es materia pendiente, pues se realiza de forma aislada. Aquí es importante destacar que el compromiso de los directivos en proveer espacios de capacitación en la constante búsqueda de encontrar alternativas viables y apropiadas que logren actualizar los conocimientos de los docentes para impactar positivamente en el desempeño académico de los estudiantes
La convivencia escolar de los colaboradores del CENE es positiva, siendo los pilares la ética, el respeto y la tolerancia entre los mismos compañeros de trabajo, los padres y los alumnos.
El maestro del CENE actúa, además, de mediador entre el encuentro de sus alumnos con el conocimiento, en el sentido de guiar y orientar la actividad constructiva de sus alumnos. Su papel es el de proporcionar el ajuste de ayuda pedagógica, asumiendo el rol de profesor constructivo y reflexivo. Aplica uno de los enfoques constructivistas es el "Enseñar a pensar y actuar sobre contenidos significativos y contextuales".
El Centro Educativo se proyecta hacia la formación de los niños, jóvenes con sólidos valores patrióticos, humanos, morales y sociales, con preparación académica de calidad en un contexto de equidad; sustentados en paradigmas socio-constructivos.
Constituirse en una institución de excelencia y prestigio en el país mediante el cumplimiento de la práctica de valores fundamentales, para el logro de la mejora continua del potencial humano.
Antes que nada, es preciso entender que calificar y evaluar no son sinónimos:
Evaluar se asocia con observar, identificar, verificar y analizar el progreso de los estudiantes en su proceso de aprendizaje, con miras al cumplimiento de los objetivos propuestos.
Calificar está relacionado a medir y puntuar habitualmente con números el desempeño, conocimiento o formación de los estudiantes.
La evaluación educativa es un proceso compuesto de una serie de actividades sistemáticas y graduales, diseñadas intencionalmente para el aprendizaje, con el fin de favorecer la construcción activa de los aprendizajes, de modo que, el estudiante adquiera conocimientos y aprenda más, a su vez evidencie el desarrollo habilidades y actitudes, permitiendo al docente reflexionar sobre su trabajo para reorientar, introducir cambios de mejora, y por consiguiente, promover aprendizajes (Córdoba, 2000; Castro, 2020).
Por lo que se refiere a la evaluación para el aprendizaje, Moreno (2016) menciona que, es cualquier evaluación que tiene como propósito suscitar el aprendizaje de los estudiantes.
En cuanto a la clasificación de la evaluación existen varios criterios: finalidad, momentos de aplicación, agente evaluador, no obstante, en este material nos centraremos en el tipo de evaluación según el momento en el cual se introduce, dando énfasis a la formativa, que ocurre durante el proceso para valorar cómo se está produciendo el proceso de aprendizaje y re orientar si fuese necesario.
Toda actividad de evaluación puede favorecer al aprendizaje, toda vez que, el resultado obtenido proporcione información para que tanto docentes como alumnos utilicen como retroalimentación para adaptar y/o modificar las actividades de enseñanza y aprendizaje, y en virtud de ello, responda mejor a las necesidades de aprendizaje de los alumnos. Si se utiliza de esa manera, dicha evaluación se convierte en FORMATIVA
Los principios esenciales (Martínez y Carrasco, 2006, como se citó en López Pastor, 2016) que se debe tener en cuenta en la conceptualización en implementación de la evaluación son:
• La evaluación es un proceso no improvisado.
• Toda evaluación implica un juicio de valor sobre la información recogida del objeto a evaluar y por consiguiente un criterio de comparación.
• El proceso evaluativo está al servicio de una toma de decisiones, es considerado un medio para un fin.
• El propósito más importante en la evaluación (debería ser) guiar y ayudar a aprender.
• Se sugiere utilizar más de un instrumento de evaluación para abarcar todos los aspectos evaluables.
• La verdadera evaluación ha de ser adecuada a las necesidades de cada sujeto y la institución.
• Los evaluadores deben rendir cuentas de su acción educativa ante los miembros afectados, por tal motivo la interacción debe ser frecuente.
• Todos estos principios encaminan hacia la adopción de un modelo de evaluación formativo centrado en el alumno.
“La evaluación no busca averiguar qué alumnos son capaces y quienes no, más bien su objetivo es apoyar el aprendizaje de los estudiantes para que sean capaces de alcanzar los objetivos de aprendizaje”
• Es parte imprescindible del proceso educativo, pues posibilita reajustar continuamente las actividades de aprendizaje, las estrategias de enseñanza y objetivos de aprendizaje (Rosales, 2000 como se citó en Gallardo, 2013).
• Permite la participación activa de los estudiantes para reflexionar sobre su desempeño, sus conocimientos y la manera de aprender en busca de mejorar para lograr mejores aprendizajes.
• Es parte integral del diseño instruccional (Sadler, 1989, como se citó en Gallardo, 2013).
• Influyen en el aprendizaje de los estudiantes.
A continuación, se expone en que consiste cada uno de estos elementos según Heritage (2007):
1. Identificación de la brecha: consiste en identificar el vacío existente entre el estado actual del aprendizaje del alumno y la meta educativa deseada. Este vacío varía de una persona a otra, la evaluación formativa debe identificar el vacío correcto para evitar que el alumno perciba como una meta inalcanzable por ser demasiado grande o por ser demasiado pequeña que no merece la pena ningún esfuerzo.
2. Retroalimentación: la evaluación formativa es elaborada para proporcionar retroalimentación, por un lado, al docente acerca los niveles de comprensión del alumno en ese momento, a su vez, comunica los pasos siguientes para lograr el aprendizaje. Por otro lado, la retroalimentación debe realizarse para guiar al alumno en sus próximos pasos; en este caso los docentes deben formalizar una retroalimentación efectiva ofreciendo
información clara, descriptiva y basada en criterios, de modo que el alumno conozca donde está ubicado en la ruta del aprendizaje y que tan distante está de la meta de aprendizaje deseada.
3. Participación del alumno: la evaluación formativa permite la mejora del aprendizaje, más aún con la participación activa de los alumnos en su propia evaluación, colaborando con sus profesores para comprender lo que han aprendido y lo que necesitan hacer para avanzar. Es en este punto donde se habla de “autoevaluación”, los alumnos reflexionan y monitorean sobre su aprendizaje, desarrollando inclusive en algunos casos autorregulación para satisfacer sus necesidades personales de aprendizaje.
4. Progresiones del aprendizaje: La evaluación formativa debe estar unida a la progresión del aprendizaje, debe estar articulada con las sub metas que lleven al logro de la meta deseada. Las progresiones del aprendizaje indican lo que debe ser aprendido y ayudan a los profesores a ubicar el estado actual del aprendizaje del estudiante.
En las páginas anteriores se deja en evidencia los grandes beneficios que pueden obtenerse en el rendimiento escolar, toda vez que forme parte del proceso de evaluación de las clases y se utilice como un instrumento para el aprendizaje. Para que eso ocurra, es necesario orientar y proveer a los docentes las herramientas de evaluación que les serán útiles para mejorar su praxis educativa.
La evaluación formativa no es un proceso aislado al proceso de clase, debe ser implementada articuladamente al desarrollo de los contenidos programáticos, por lo tanto, debe formar parte de la planificación de clase.
En ese sentido debe ser implementada por el docente en colaboración con los estudiantes con la intención de recabar información pertinente que posibilite la obtención de sus avances, dificultades y encaminarlos para solucionar durante el proceso de enseñanza aprendizaje (Pasek de Pinto y Mejía, 2017).
Según López Pastor (2016), en la planificación de actividades para la evaluación formativa se deben considerar los términos como:
a) Requisitos para la evaluación continua: Son aquellas condiciones cuyo cumplimiento da derecho a los alumnos a la evaluación formativa. No es un aspecto determinante, más sí de reflexión sobre la dinámica y consecuencias de la aplicación de la evaluación formativa. Ejemplos: asistencia a clases en un %, realización de las actividades de aprendizaje establecidas.
b) Técnicas: corresponden a las estrategias utilizadas para llevar a cabo la evaluación por ejemplo el aprendizaje basado en proyectos, en problemas, en casos, en retos, en investigación.
c) Procedimientos: son los pasos, las fases, las etapas que se deben de seguir para poder aplicar la técnica escogida, esto va de la mano con el diseño de las actividades que se aplicaran en el aula, indican a su vez cómo, quién, cuándo y con qué instrumentos se obtendrá la información.
d) Instrumentos: son las herramientas físicas que emplea el evaluador para recoger el desempeño, el avance o no hacia los objetivos fijados. Ejemplos:
cuestionarios, formularios, cuaderno de los alumnos, portafolio de evidencias, registro anecdótico, lista de cotejo, debate, ensayo, etc.
e) Resultados de aprendizaje: es lo que se espera que un estudiante puede conocer, comprender, demostrar, hacer.
El ciclo de la evaluación formativa es una serie de acciones concretas que nos permiten llevar a cabo ordenadamente el proceso de recogida de la información.
1. Comunicación efectiva de metas de aprendizaje: las metas de aprendizaje son las que figuran en los documentos curriculares o metas instituciones que salen de los proyectos educativos de la institución, frecuentemente están en términos técnicos y amplios, que difícilmente los estudiantes entiendan, por lo tanto, es necesario que como docentes hagamos el proceso de traducción de esas metas, de las expectativas acerca del aprendizaje esperado para que los estudiantes entiendan el sentido que tendrá ese aprendizaje y se enganchen para generar así una actitud positiva hacia el aprendizaje. Se sugiere hacerla en un lenguaje transparente, sencillo, claro, alineándolo al nivel de conocimiento que tengan los estudiantes de modo que lo puedan asimilar.
2. Determinación de actividades académicas: para planear las actividades se deben tener en cuenta qué procesos mentales (reglas simples, algoritmos, tácticas, macro procedimientos), motrices (imitación de movimientos, movimientos en proceso de dominio, movimientos automatizados, creación de movimientos) y/o emocionales están implicados en el logro de esa habilidad para entender el nivel de complejidad que implica enseñarlo, esto ayudará a escoger los mejores métodos para enseñar para que se produzca el aprendizaje. En este paso también, son factores influyentes la cantidad de estudiantes, la frecuencia de las clases, el tipo de contenido, el contexto, el tiempo para retroalimentar, los recursos que se necesitan o se cuentan y la tecnología inclusive.
3. Determinación de criterios de logro: serán los referentes que permitirán ir observando el avance para valorar el desempeño de los estudiantes en el cumplimiento de desarrollo de las competencias, capacidades, habilidades u objetivos en relación a los cuales se emite un juicio valorativo sobre el objeto evaluado. Deben permitir identificar qué conoce, comprende y sabe hacer el estudiante (García, 2010). Deben ser redactados en forma concreta, especifica, medibles evitando construir criterios de evaluación que solo se avoquen a los aspectos de formato.
4. Determinación del proceso de evaluación formativa por parte del profesor, del alumno y entre alumnos: si la comprensión de metas de aprendizaje por parte del estudiante se cumple, da la posibilidad de ampliar la evaluación emitida por el docente, pues, en este caso los participantes del proceso de aprendizaje (alumnos) también pueden autoevaluarse para conocer que le falta para aprender, a su vez pueden participar siendo evaluadores y co evaluadores.
5. Retroalimentación sobre los resultados obtenidos: es en este paso que cobra importancia la evaluación formativa, pues se comunica lo que se aprendió y debió aprender, se reconoce los éxitos en el proceso de aprendizaje a modo de reforzamiento y motivación de continuar trabajando para llegar al objetivo de aprendizaje o a un nivel superior.
6. Toma de decisiones para la mejora del proceso: es el momento de reflexionar acerca del camino recorrido del proceso de enseñanza aprendizaje para decidir qué debe modificarse, adaptarse, eliminarse o replantearse para reorientar las actividades, los tiempos o recursos a los fines educativos si fuese necesario.
7. Ajustar la enseñanza: posterior a la retroalimentación, el profesor debe ajustar la planificación acorde a las necesidades de aprendizaje de los alumnos para cerrar la brecha.
8. Cerrar la brecha: es el último paso de este proceso de evaluación formativa, en ella el profesor selecciona nuevas metas para encaminar a los estudiantes e ir progresando, cerrándose la brecha y se renueva el ciclo
“
Un mismo aprendizaje es posible manifestarlo por diversas vías” (López Pastor, 2016, pp 68)
Toda evaluación debe de seguir una forma o técnica para recolectar los datos, son herramientas reales y tangibles de manera ordenada utilizadas por alumnos y maestros que evalúa para sistematizar sus valoraciones sobre los diferentes aspectos” (Rodríguez e Ibarra, 2011, pp. 71 72).
El conocimiento se puede manifestar por tres vías posibles y complementarias: escrita, hablada y práctica (procedimental), por tanto, la información podemos obtener por cualquiera de esas vías, en relación a ello es conveniente entender en qué situaciones se emplean, sus dificultades e inconvenientes habituales, los requisitos necesarios y qué resultados se obtienen a través de la misma para que pueda ser incluida en la planificación y llevarla a la práctica. A su vez de se deben considerar la relación con las competencias y la manera de desarrollarse para que tenga un enfoque formativo (López Pastor, 2016).
Escoger el instrumento adecuado a la forma de expresión del conocimiento y emplearlas adecuadamente para recopilar la información y registrarlas, permitirá al docente emitir una valoración coherente que ayudará a tomar las mejores decisiones que inciden en la mejora del aprendizaje y con una retroalimentación adecuada.
En la tabla propuesta a continuación se clasifican los instrumentos de evaluación conforme a las manifestaciones del conocimiento (López Pastor, 2016, pp. 68).
Tabla 1
Tipos de instrumentos de evaluación en relación con la manifestación del conocimiento a desempeñar.
EVALUACIÓN
Base no estructurada
Orales
Escritos
Exposición de lecciones Discusiones en grupo Debates Respuestas accidentales
Base estructurada Presentación Defensa Exposición Ensayo
Abiertas de respuesta larga Abiertas de respuesta breve Objetivas sencillas (Falso/Verdadero)
Observacionales
Objetivas complejas
Selección simple Selección múltiple Elección combinada Selección de la mejor respuesta Corrección simple Corrección múltiple o compleja De ordenación Histórico temporal Espacial Causal Operativa Lógica Identificación de mapas, gráficos, etc.
Trabajos extensos Estudios de casos reales o supuestos Pruebas de ejecución Recopilación de evidencias y documentos Portafolio Carpeta
Escalas de observación Sistemas de categorías Lista de control Escalas de valoración
Fichas de observación grupal Fichas de seguimientos (individual o grupal) Fichas de co-evaluación Fichas de autoevaluación
Se sugiere tener en cuenta los siguientes criterios para seleccionar las herramientas de evaluación:
• Tipo de contenido: emplear la observación para obtener información sobre contenidos actitudinales y utilizar las pruebas escritas para valorar la adquisición y dominio de contenidos conceptuales.
• Posición en el nivel educativo: utilizar los instrumentos cualitativos con estudiantes que se están iniciando en alguna materia, en los niveles medios y superiores las pruebas pueden ser cuantitativas, sin embargo, es mejor utilizar ambos tipos de instrumentos en todo el proceso.
• Área del aprendizaje: tener en cuenta los contenidos, la finalidad, el campo de aplicación, etc. para escoger el instrumento adecuado.
• Acorde con la forma de enseñar: el desarrollo de las competencias adquiridas y desarrolladas en el curso debe corresponder al desarrollo de las competencias que aparecen en las pruebas de evaluación.
• Características del estudiante: no todos los estudiantes aprenden de la misma manera, entonces resulta útil aplicar diferentes instrumentos en un grupo conforme a las peculiaridades propias de algún estudiante.
“
Es importante el hecho de que el alumno sepa qué y cómo vamos a aprender durante el curso, y qué y cómo vamos a evaluar y que y como vamos a calificar”
(López Pastor, 2016, pp 112)
El estudiante demuestra la adquisición de competencias cuando expresa su conocimiento (comprensión, explicación, aplicación, reflexión, crítica).
López Pastor (2016) menciona que el propósito de la evaluación es lograr que los estudiantes adquieran habilidades como manejar herramientas, decidir, valorar, dirigir, coordinar, cumplir roles, todos éstos muy cercanos al futuro profesional.
Tabla 2
Estructura las competencias a desarrollar y su relación con la evaluación formativa.
Búsqueda y selección de información pertinente a valorar. Comprensión profunda de hechos vinculados en una materia. Aplicación de conocimientos adquiridos a situaciones reales.
Valoración crítica, creativa y constructiva. Síntesis de los aspectos relevantes a valorar. Expresión escrita u oral. Afrontar la incertidumbre.
Responsabilidad. Compromiso. Tomar conciencia de limitaciones y posibilidades.
Diario del profesor Útil para la evaluación cualitativa y cuantitativa, nos proporciona registro de sucesos, juicios, relatos, incluso emociones muy explícitas de las situaciones de enseñanza aprendizaje en contexto, es decir de una situación real, a través de la observación y la reflexión.
Bibliografía útil para su elaboración:
Rafael Pórtal (Septiembre 1991). El diario del profesor, un recurso para la investigación.
Díada Editorial. https://ariselaortega.files.wordpress.com/2013/11/4-porlan-rafael-eldiario del profesor.pdf
Útil para representar ideas y conceptos con palabras clave sobre un tema.
Figura 1: Mapa mental. Fuente Palacios Cano, J. (2020).
Figura 2: Mapa mental. Fuente Palacios Cano, J. (2020).
Su propósito es mostrar los aprendizajes y saberes del alumno adquiridos en un determinado tiempo, mostrado en resultados cuantitativos y cualitativos.
Autoevaluación: Propicia hacer que el aprendizaje de los alumnos sea más autónomo, responsable y analítico, alienta a los alumnos a hacer juicios de valor sobre el mismo y ayudando a que haga conciencia de su proceso de aprendizaje.
Figura 3:
Autoevaluación Fuente Colegio General Belgrano (2007)
Figura 4: Autoevaluación. Fuente Colegio General Belgrano (2007).
Evaluar el trabajo del alumno separando las partes y/o características del objeto a evaluar, que proporcionará evaluación cualitativa y cuantitativa gracias a sus características permitiendo conocer los aciertos y las áreas de una forma detallada gracias al uso de criterios.
También conocida como lista de control, lista de comprobación, lista de verificación, lista de confrontación, lista de corroboración, check list o checking list (González, V., & Sosa, K. 2020).
Relaciona hechos y tareas específicas planeadas y específicas, para estimar la presencia o ausencia de las características.
Lista de criterios y características, donde solo se evalúa la existencia (si o no) del criterio.
Instrucciones: Elija la opción que refleje el desempeño estudiantil en cada una de las características descritas.
Figura 9: Evaluación del desempeño en las presentaciones Fuente (Roxana Sierra Gonzalez, Karla
Figura 10:
Figura 11: Estructura de una lista de cotejo. Fuente (UAEH (2019).
Da un seguimiento del trabajo individual del alumno en el desarrollo del tema al tener un registro de los aprendizajes que va dominando el alumno.
Figura 13:
Lista de cotejo. Fuente Antolín, J. (2010).
La tecnología se encuentra inmersa en todo, facilitando, agilizando y personalizando un sinfín de cosas, donde la educación no es la excepción. A continuación, se muestra la Tabla periódica de aplicaciones y plataformas para los profesores que proporciona una gran variedad de opciones para aplicación como medio o instrumento de evaluación.
En la figura 15 se presenta una tabla donde se muestras unificadas las aplicaciones y que instrumentos de evaluación se puede trabajar con cada una.
Gallardo, Gil, Baltazar, García, Lázaro y Ocaña (2012) mencionan que Hattie y Timperley plantean un modelo de retroalimentación de la información que se ha recogido durante los momentos: observación, experiencias, actividades u otros posibilitando a los docentes ofrecer información sobre el desempeño de los estudiantes.
Es en la retroalimentación que se abordan los objetivos a partir de las fortalezas desarrolladas y la manera de afrontar los retos venideros.
Para que la retroalimentación sea efectiva es necesario que los docentes y estudiantes examinen los aciertos y errores, y así establecer unos compromisos que encaminen a mejorar, corregir, avanzar y continuar.
Habitualmente el maestro proporciona la retroalimentación, no obstante, existen otras maneras de realizarlo, por ejemplo, a través de libros, películas, presentaciones, periódicos, revistas, videos, mapas conceptuales, gráficas, ilustraciones, audios, etc. que apoyen o refuercen (cómo voy, hacia dónde voy y qué sigue), con el objetivo de establecer mejoras del proceso de comprensión y aprendizaje (Ramírez y Lozano, 2019).
La finalidad del modelo de retroalimentación propuesto por Hattie y Timperley (2007) es que el alumno identifique las discrepancias entre lo que entendió y lo que debió entender, cuál fue su desempeño para cumplir con el objetivo de aprendizaje, el alumno debe estar convencido de su nivel de desempeño, que encamine al compromiso de mejorar para alcanzar la meta propuesta (Ramírez y Lozano, 2019).
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