El impulso de la juventud
E
l debate está en la calle, ¿Existe un número excesivo de figuras bíblicas en nuestra Semana Santa?, evidentemente desde mi modesta opinión, y coincidiendo con muchísimas personas así es. Nuestra Semana Santa se sigue desarrollando, en cuando a desfiles procesionales se refiere, por los mismos lugares de antaño, con algunas pequeñas modificaciones, pero así es como nos gusta. El espacio físico donde se desarrollan es muy limitado y por consiguiente si continúan proliferando el número de Corporaciones, con sus correspondientes figuras bíblicas, llegará el momento, si es que no ha llegado ya, que se produzca un colapso en determinados momentos de los desfiles, cierto descontrol en los momentos de incorporarse a la procesión e incluso desconocimiento por parte de las Corporaciones del ritmo a seguir una vez dentro del desfile, provocando en ocasiones unos tremendos vacíos causados por la imposibilidad de llevar una referencia cuando ningún Paso precede a estas figuras. Con estas afirmaciones se puede llegar a pensar que se intenta cortar la ilusiones de todos esos grupos de jóvenes que aspiran, como todos hemos aspirado, a poseer unas figuras y de este modo tener una participación más activa en la Semana Santa; nada más lejos mi intención. La mayoría de nosotros hemos vivido esta situación, y quizás sean momentos y años que con más añoranza recordamos. En mi memoria está que cuando nosotros nos encontrábamos en esa disyuntiva nos resultó imposible sacar unas figuras por más que lo intentamos, puesto que el cupo estaba cerrado. En aquellos momentos esto lo consideraba una injusticia, pero la madurez te hace ver las cosas con más cautela y de un modo más sensato. Hoy nos alegramos porque aquellas figuras las encontramos por otra vía, y con una fusión de dos grupos de muchachos se consiguió lo que tan ansiadamente perseguíamos, y evitar de alguna manera la posibilidad de que las figuras de EL PEZ no se pudieran procesionar. Pero lo más importante de todo aquello es el aspecto humano, el conocer a nuevos hermanos y entre todos llevar adelante un proyecto y un sueño. Todo lo anterior sólo pretendo exponerlo como botón de muestra de las distintas posibilidades que existen para que la juventud participe activamente en la puesta en escena que nuestro pueblo hace de la Historia Bíblica, y eludir ese sentimiento de marginados que en este aspecto puedan tener. Intentemos por todos los medios, y con un consenso general, que los nuevos valores del “mananterismo” se vayan integrando, en lo posible, a Cofradías y Corporaciones ya establecidas desde algunos años, y de esta manera reforzarlas y darle la vitalidad necesaria; que las puertas de ambas están abiertas e incluso sus hermanos y cofrades deseosos de acogerlos. A. Ortiz Gama LA PECERA Nº 3
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