edactandoRevista Chitagá




Universidad de Pamplona Comunicación Social Redacción Periodística II



Grupos A y B


“Un tesoro escondido”
Universidad de Pamplona Comunicación Social Redacción Periodística II
Grupos A y B
“Un tesoro escondido”
Lola Viviana Esguerra Villamizar
Ingrid Alejandra Montealegre Barrera
Carlos Alberto Moreno Chaparro
Faiber Andrés Rangel Aguiar
Enny Natalia Uribe Mendoza
Adriana Arias
Alejandra Montealegre
Andrea Betancourt
César Rodríguez
César Silva
Eimy Vides
Elen Suárez
Faiber Rangel
Jessica Pulido
Rafael Santos
Yaira Sánchez
Carlos Moreno
Fernanda Benítez
Jisel Cano
Kevin Hincapié
Maria Pisciotty
Natalia Uribe
Santiago Barrera
Sergio Rojas
Sofía Barrera
Tania Estupiñán
Por: Lola Viviana Esguerra Villamizar Docente del Departamento de Comunicación Social UnipamplonaUbicada a casi dos horas de Pamplona, más allá de Cácota, la población de Chitagá un lunes lluvioso nos recibe, con llovizna, frío de páramo, día de receso para la alcaldía municipal, visita a la emisora “La Voz de la Confianza”, expendio de quesos, sembrados de papa y fábrica de ponqués.
Fue una fecha para la reportería de jóvenes aprendices de periodismo, futuros comunicadores sociales, coordinados por la profesora quien esto escribe; esparcidos por el parque, entre la iglesia y las calles empinadas de una tierra productora de duraznos, papa, leche y demás productos que la hacen merecedora al calificativo de “despensa” de la Ciudad Mitrada.
Algunos estudiantes prefirieron viajar hasta el “Páramo del Almorzadero” o lugar ecológico, en estas páginas también encontrarán sus escritos. Todos los textos son de alumnos de la asignatura “Redacción Periodística II”, que se esmeraron por experimentar y aquí, entre estas páginas, está su producto de laboratorio. Esperamos que el lector que lo tiene entre sus manos, lo disfrute.
En esta décimoprimera edición de Redactando, dedicada a Chitagá, hay de todo como en botica: desde un perfil dedicado al producto estrella de la papa, hasta un crónica sobre las empresas queseras chitaguenses, pasando por un perfil del famoso páramo del Almorzadero. Complementan la publicación textos sobre Mitos y leyendas, música y festividades de campesinos que viven entre la religiosidad, la parranda y el agradecimiento a la tierra fecunda que les permite ser felices.
Con esta edición sobre Chitagá, Redactando llega a su décimaprimera entrega, después de cinco ediciones impresas referentes a los municipios de Bochalema, Chinácota, Pamplonita, Mutiscua y Cácota. Otras cinco ediciones, producidas virtualmente durante los dos años de pandemia (2020 – 2022) contaron sobre los lugares donde estaban los alumnos confinados: Costa Atlántica, Boyacá, Llanos Orientales, Valledupar y La Guajira, entre otros sitios de la geografía nacional.
Finalmente es de resaltar que ni el cese de clases, que duró un mes en la Unipamplona en este primer semestre de 2023, mermó la responsabilidad, empeño y alegría de los estudiantes que sacaron adelante esta edición. Para todos ellos, redactores, jefes de redacción y diseñadores ¡felicitaciones! y el deseo porque esta publicación se convierta en su primer gran peldaño hacia la buena redacción y la profunda investigación en el mundo del periodismo universitario y su devenir profesional como futuros comunicadores sociales.
Resta agregar una recomendación a los turistas que lleguen a Chitagá: vayan bien abrigados, no dejen de conocer las hermosas lagunas lugareñas, los páramos con sus frailejones, los museos de don Trino y Experimental, tampoco dejen de probar el exquisito queso y el sabroso ponqué que esta tierra produce y comercializa.
Chitagá, entre el páramo, los quesos y la papa
Pág Pág
1 3 5 7 9
Páramo “del Almorzadero”, santuario de vida.
Perfil
Descubriendo el verdadero sabor del queso Chitagá.
Crónica Chitagá, municipio papero. Perfil Museo de Antropología, un un paseo por la historia.
Perfil Un refugio histórico en medio de la belleza rural.
Perfil
Galería
12 14
¿El buen liderazgo desapareció?
Crónica
La belleza oculta.
Crónica
16 18 20
Baldomero: la magia que lo llevó a la soledad .
Crónica
Las emociones que se viven en las fiestas.
Reportaje
Conoce a Chitagá y sus lugares típicos. Perfil
22
Adentrándonos en las notas musicales chitaguenses. Perfil
Foto de portada. Cinco fotos: Cóndor Andino del páramo “del Almorzadero”, cúpula Iglesia principal de Chitagá, radios antiguos vistos en la Hacienda Carrillo, al fondo laguna El Salado y cultivos de duraznos en la Hacienda Carrillo. (Fotos de: Eimy Vides, Faiber Rangel, Santiago Cardozo, Faiber Rangel, Jisel Cano).Anclado en las formidables montañas de la cordillera oriental, entre los departamentos de Norte de Santander y Santander a una distancia de 38.7 km. del municipio de Chitagá, podemos encontrar una riqueza natural que fascina a esos que se atreven a descubrirlo: el páramo “del Almorzadero”. Este hábitat de alturas, arraigado entre los 2.800 y 4.530 metros sobre el nivel del mar, es reconocido como un santuario de vida por la esplendorosa diversidad de flora y fauna. Según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística “DANE”, el páramo “del Almorzadero” cuenta con 5.882 habitantes; para ellos más que fotos es fundamental que cada ser humano se lleve algo en el corazón y en la mente, cumpliendo su tarea con la “Pachamama”.
En Chitagá podemos encontrar aproximadamente el 35% de este majestuoso lugar, el nombre páramo “del Almorzadero” se dio gracias a una de las rutas libertadoras que pasaba por allí, conocida como una ruta real, por lo que pasaban muchos viajeros y hacían sus paradas para poder almorzar y de allí su peculiar nombre. Este sublime lugar recibe a sus visitantes cotidianamente con una temperatura aproximada de 2 a 5 °C en sus días más grises y 15 a 20 °C en verano, sus épocas más calurosas.
El páramo “del Almorzadero” se despliega grandiosamente a lo largo y ancho de 157.704,90 hectáreas, garantizando un resguardo seguro para una amplia gama de flora y fauna silvestre, numerosas de ellas son locales y están en peligro de extinción.
En este terreno abrupto y gracias al particular clima de esta región, se ven allí animales como el cóndor andino, el venado de cola blanca y lochoz, guartinajos, puma, armadillos y gran diversidad de aves habiten cómodamente como si de un paraíso se tratara. En su flora podemos encontrar cualquier tipo de plantas, los ancestros dicen que el páramo es la bendición más grande por la variedad en su vegetación, que sirven para sanar enfermedades; Las más comunes son el hitamos real, anamú, anica, lunaria, frailejon, pira pira. Hay plantas curativas y otras altamente agresivas para la salud.
Sumado a su huella ecológica, este santuario es un punto de interés para los turistas dando paso a esos que anhelan tener una conexión más profunda con la “Pachamama”. Los visitantes pueden maravillarse con senderismos curvilíneos que brindan una vista panorámica extraordinaria de los valles cercanos y las grandiosas cumbres de montañas; mientras sus guías trabajan la constante lucha de concientización ya que la idea es que no solo que quienes visiten el lugar se tomen fotos, lo más significativo es cambiar hábitos para crear un mejor espacio. Su neblina enigmática que abraza al páramo le da un encanto especial a la experiencia.
El páramo es un escenario de gran importancia para los campesinos, ya que ellos están orgullosos de contar a sus visitantes las increíbles historias de sus antepasados, el cómo caminaban descalzos largas horas hasta llegar a recoger a sus animales. También en sus creencias se resalta la gran importancia que le dan a las asombrosas lagunas que allí se encuentran, esto por los diferentes relatos que cuentan sobre los tesoros que alberga este santuario de vida y estos lugares merecen un respeto ya que son sagrados y son un resguardo seguro.
Las principales actividades económicas de este majestuoso páramo “del Almorzadero” son la ganadería y agricultura. Es reconocido por sus cultivos de durazno que, según el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Sostenible, representan el 9.2%, sumado al cultivo de papa que es alrededor del 3,3% de la región. A pesar de la gran calidad que estos productos ofrecen y el importante papel que han tenido en el desarrollo económico de este bello lugar, esto también ha causado daños irreparables en el páramo debido al uso excesivo de los pesticidas, dando como resultado el daño a las fuentes hídricas y los suelos.
No obstante los daños ambientales generados en estas zonas, a través del tiempo, según el Ministerio de Ambiente se ha evidenciado una disminución del 5,2% en la deforestación en áreas de este territorio. En los últimos años la relación de los campesinos con la “Pachamama” ha cambiado positivamente, por lo que se ha visto una mayor concientización de estas lindas áreas sagradas.
Las personas que en este fascinante lugar habitan, han logrado una mayor conexión con este sitio, no solo porque les permite desarrollar diversas actividades económicas, sino sobre todo por la energía que en este lugar se puede encontrar.
“Los turistas no son los únicos felices de disfrutar las maravillas ambientales de este páramo, sus habitantes también disfrutan de este santuario” dijo Luz Marina, habitante de este lugar. Muchas personas, las cuales no son oriundos de Chitagá, han decidido quedarse porque es un lugar que les transmite paz. Ellos cuidan hasta el más mínimo detalle para su buena preservación, ya que mas que un lugar turístico, es un lugar sagrado, el cual con el pasar del tiempo se ha convertido en su hogar. Permitiéndoles reconectar con el ambiente, y así encontrar esa tranquilidad que solo en este bello municipio se puede hallar.
El queso de Chitagá ha ganado reconocimiento a lo largo de los años debido a su sabor único y su excelente calidad. Descubriremos sus secretos, sus tradiciones y acogedora comunidad chitaguense.
Este queso es el resultado de una tradición familiar que viene desde el año 1982 en la familia Carvajal, propietaria de la empresa Chitalac, pioneros de la creación de este producto y promotores de las industrias chitaguenses para ampliar su producción en el extenso mercado y llegar a ser de los mejores.
El proyecto se ha desarrollado en más de cuatro décadas y varias generaciones, gracias a la leche recolectada en las veredas aledañas al municipio, existen las industrias para la producción del queso tipo pera, que es el de mayor utilidad y el más pedido en todo el municipio de Chitagá.
Los chitaguenses se enorgullecen de su habilidad para transformar la leche fresca en productos de calidad, en especial el queso pera, reconociendo la pasión y el conocimiento transmitidos de generación en generación, en cada etapa del proceso de elaboración, desde la selección cuidadosa de la excelente materia prima hasta la comercialización y divulgación de este extraordinario producto.
Una de las características más interesantes del queso Chitagá es la variedad de presentaciones: queso pera, queso crema, queso de hoja, queso de especias y un queso único y especial elaborado con trozos de durazno, cultivado allí mismo propiamente por las manos de campesinos chitaguenses.
Cada tipo de queso tiene su propio sabor, convirtiéndose en un alimento habitual de la zona, en todas las panaderías y restaurantes, quioscos, negocios de comida rápida, entre otros; además de venderse en diferentes tiendas de su alrededor.
El producto más reconocido y comercializado de Chitagá, va más allá de una tradiciónTexto y foto por: Natalia Uribe y Sofía Barrera Empresa de lácteos Chitalac.
Lácteos Chitagá, Lácteos el Roble y Chitalac son las empresas representantes en la producción de queso, de este municipio. Las tres se enorgullecen de sacar un queso de calidad con un proceso fresco por la cercanía que tienen con los insumos, ya que la leche es traída directamente del “Páramo del Almorzadero”, donde las vacas productoras de leche son muy bien cuidadas y la tierra donde son criadas tienen muchos nutrientes por ser un área conservada y totalmente natural.
Por otra parte, industrias como Lácteos Chitagá se dedica exclusivamente a la producción de queso pera y queso crema, esta empresa lleva trabajando desde el año 1992, fundada y administrada por Hermes Basto quien ha llevado su queso a ciudades como Bucaramanga, Cúcuta y Pamplona; al igual que Lácteos el Roble comparten la producción y distribución de estos quesos, sin embargo, Lácteos el Roble también elaboran yogurt con sabor a una fruta representativa del municipio, el durazno.
Para el proceso de la elaboración de los quesos, estas industrias constituidas requieren a la semana más de 500 litros de leche para su producción; además de estas fábricas existen personas como la señora Miriam Villamizar quien fabrica queso de hoja de una manera independiente y lo comercializa entre los tenderos y panaderías, con una producción semanal de aproximadamente 150 quesos.
El queso de Chitagá aparte de ser fundamental por su gastronomía también lo es para su economía local ya que la producción de queso ha sido una actividad económica tradicional que ha ido generando empleo y contribuyendo al desarrollo de la comunidad; charcuterías, panaderías y tiendas ofertan el queso propio de Chitagá con precios por libra en $17.000 y la media de queso en $8.500.
El queso Chitagá también tiene un impacto en el turismo de la región, esto debido a que los amantes de la gastronomía y los viajeros curiosos se sienten atraídos por la oportunidad de probar y aprender sobre este tesoro gastronómico. Un llamativo turístico es el queso de durazno, Diana Carvajal gerente de Chitalac comentó: “El queso de durazno nació con la necesidad de mezclar productos natos de Chitagá, se implementó el cultivo de durazno y ha sido gracias a Dios un buen producto, nació la idea de hacer una mezcla del queso con durazno que es muy representativo del municipio y se hizo el proyecto”, este hace que el turista viva la experiencia de conocer y de degustar el queso, debido a que su comercialización solo es distribuida en la propia fábrica de Chitalac para impulsar más al turista a acercarse a este hermoso municipio.
Las empresas de Chitagá comercializan el queso en departamentos como Cundinamarca, Boyacá, Santander y Norte de Santander, sin embargo, la exclusividad del producto ha ido disminuyendo ya que, con nombre de Chitagá están produciendo quesos en otros municipios santandereanos y norte santandereanos tales como: Málaga, El Cerrito, Cachira entre otros. Por esto mismo los habitantes, las industrias y los tenderos invitan a apreciar los productos locales del municipio donde aparte de queso se oferta, yogurt, mantecadas y dulces de durazno. Para concluir, el queso de Chitagá es mucho más que un alimento, es una tradición, una experiencia y el resultado de los productores y campesinos por elaborar mercancía de calidad y frescura con trayectorias de más de 40 años de arduo trabajo.
“Las marcas más poderosas y duraderas son las que permanecen en los corazones de las personas.”
Según la UPRA (Unidad de Planificación Rural Agropecuaria) existen de 73.000 hectáreas disponibles para la siembra del cultivo de papa durante el año, en el departamento de Norte de Santander, aproximadamente 24.000 hectáreas se encuentran en el municipio de Chitagá, que tiene una producción aproximada de 11.200 bultos de papa en una cosecha.
La fuente de ingresos de los chitaguenses depende de tres aspectos fundamentales: la ganadería, la agricultura y la minería. Este territorio es reconocido como una despensa agrícola para todo el departamento de Norte de Santander y varias partes del país, su potencial agronómico se encuentra en los cultivos de papa.
La temperatura de este municipio cuenta con tres pisos térmicos (páramo, frío y templado), clima favorable para llevar a cabo cultivos de diversas frutas, verduras y legumbres. En las zonas de los páramos de Burgua, Lircha, Potreritos y Presidente, se cultivan las diferentes variedades de la papa. Hay dos cosechas comprendidas en los meses de abril a octubre y de diciembre a julio. En tiempos de invierno se presentan dificultades debido a las fuertes lluvias, puesto que la carga hídrica genera daños en la raíz de la planta de papa.
Durante el proceso de siembra, el terreno donde se va a llevar a cabo el cultivo debe estar arado, se realiza un hueco de profundidad media en la tierra y se introduce la semilla, esta es cubierta con escardilla y al transcurso de 15 días se inicia a fumigar con líquidos de desinfección, herbicidas y plaguicidas, para evitar la gota (Phytophthora infestans), que se presenta con regularidad en las
hojas y tallos, luego se expande hasta llegar a los tubérculos, los cuales presentan una decoloración en las cáscaras y grados de profundidad que usualmente, son invadidos por bacterias o microorganismos que lo pudren.
La polilla guatemalteca (Tecia solanivora Povolny), es una mariposa pequeña de color café oscuro, que pone huevos sobre los tubérculos de la papa, ocasionando el deterioro del mismo. Pasado el tiempo de los 15 días, se inicia con las labores de aporque (técnica en la que se acumula la tierra al tallo de la planta), durante este transcurso, además de regar con diferentes abonos químicos también se les aplica gallinaza (excremento de gallinas que se utiliza como abono), se continua con las labores de fumigación, para luego efectuar el último aporque en el cual se utilizan diferentes fertilizantes y se realizan tres fumigaciones a los cultivos, para terminar se recoge la producción.
Martin Vera, agricultor de Chitagá, manifestó: “La papa que se produce en Chitagá se caracteriza por ser una papa de excelente calidad ya que el clima de los páramos permite que los cultivos se lleven a cabo de manera favorable, actualmente se cosechan cuatro variedades de este tubérculo: la única, la superior, la suprema y la papa negra”.
Dentro de las características morfológicas de la planta de la papa única, esta presenta un follaje de color verde oscuro, tiene una floración media y poca formación de frutos. En características de calidad es materia seca en un 21%, la apariencia de los tubérculos es redonda, la cáscara es crema con evidencia de puntos de color morado superficiales, su pulpa es de color amarillo claro. Este tipo de papa es moderadamente resistente a la polilla guatemalteca.
La papa superior o también llamada punto blanco, es una variedad perteneciente a la especie tuberosa, derivación de la papa pastusa, se caracteriza por ser un tubérculo ovalado, con cáscara de color piel, de mayor tamaño que las otras variedades, su pulpa es de color amarillo claro, y pueden llegar a pesar 300g en una buena cosecha.
La papa suprema es una variedad de papa con una planta vigorosa de un tamaño medio, cuenta tres tallos de color verde intenso, sus hojas tienen el mismo color y flores blancas poco abundantes. Dentro de las características del tubérculo se encuentra que tiene una forma ovalada, cáscara de color marrón claro rosa, con ojos en su superficie, contiene una pulpa cremosa y blanca. Por último, la papa negra, este tubérculo se caracteriza por su forma redonda, cáscara de color negro, textura lisa, con un diámetro promedio entre 6,65 cm a 6,73 cm, su pulpa presenta un color más blanco que el de las otras variedades y con un sabor más neutro debido a su alto contenido de almidón.
“La papa de Chitagá es de excelente calidad”Agricultores arrancando sus cultivos de papa, (foto tomada de Canal una mirada al campo).
Texto y fotos por: Jessica Pulido y Adriana Arias. El museo de Antropología “don Trino” está ubicado en Chitagá y nació hace 22 años, cuenta con una gran variedad de objetos conocidos que usaban para cazar o para los quehaceres de la cocina, piedras fósiles, artefactos e instrumentos que antiguamente eran utilizados por el campesino chitaguense. Allí se encuentra una colección de máquinas de escribir y de teléfonos antiguos que están en este lugar después de ser olvidados por muchos años.
El museo fue fundado en el año 2001, el lugar donde se encuentra ubicado es una herencia paterna y compra a todos los herederos (los hermanos de don Trino Hernández) hace unos años era conocido como museo “Rincón de la Abuela”; pero el señor Trino decidió cambiarle el nombre porque hay un lugar de artesanías reconocido con el mismo.
El propietario del museo es don Trino Hernández Vega, quien nació en el año 1950 en Chitagá, Norte de Santander, actualmente tiene 73 años y vive en el municipio de Pamplona desde hace 36 años. Fue profesor de escuela en el campo durante casi cuatro décadas y se desempeñó en el área de ciencias sociales, aunque era licenciado en administración educativa nunca ejerció con esta profesión porque no era de su preferencia; culminó su labor en una escuelita ubicada en el barrio Santa Marta del mismo municipio de residencia.
“Trino” el hombre que decidió hacer un museo gracias a su amor por las ciencias sociales.
Don Trino enfatiza: “Mi idea de crear el museo nació desde niño porque me gustan las ciencias sociales y quería que este lugar tuviera varias cosas relacionadas con eso”.
La mayoría de los objetos que están en el museo fueron conseguidos por don Trino y coleccionados en cada uno de los viajes que ha hecho con su esposa, la señora Irma. Todos los fines de semana viaja hasta Chitagá a ordenar y llevar más cosas para el museo; la entrada a este lugar es totalmente gratis y es abierto únicamente los sábados cuando él se encuentra allí.
“El turista se sentirá como si estuviese encontrando el mismísimo Dorado”
“Todos los gastos del museo los pago yo, ya queexpresó don Trino – lograr ayudas o subsidios del gobierno es muy complicado y solicitan muchos trámites”.
“don Trino”es un lugar acogedor, que fue escogido para ser de colección; pero, no solo de instrumentos que hacen parte de Norte de Santander, sino de todos los rincones de Colombia.
Museo de Antropología porque son instrumentos que caracterizan a la comunidad humana y las huellas que deja el hombre. Por eso, en este lugar se encuentran diferentes inodoros, ollas, tazas, mesas y sillas como si fuese un salón de clases, mapas y cuadernos de estudio. Diferentes periódicos, colección de billetes, máquinas que se utilizaban en las labores del campo, ropa que representa la mujer campesina. Sus paredes contienen poemas dedicados al municipio de Chitagá.
El museo contiene una colección de piezas y de objetos de la provincia de Pamplona siendo epicentro y que luego comprende a: Càcota, Chitagá, Chucarima, Bábega, Silos, Mutiscua, Cucutilla, Labateca, Toledo, Chinácota, Que son municipios que también tienen de ellos un poquito en este lugar tan conocido en Chitagà.
Personas ilustres de Boyacá, Nariño, Santander, Santa Fe de Antioquia y muchos rincones más de Colombia han sido testigos de la creación y de lo que contiene este lugar tan apreciado por don Trino.
¿Qué lo impulsó a crear el museo? fue una de las tantas preguntas que le hicimos a don Trino… “Yo pensaba restaurar esa casa para tenerla de recuerdo y resulta que estaba de profesor todavía, trabajaba en la mañana y puse unos obreros para sacar una cantidad de piedras y árboles, tenía cuatro
muchachos y había que hacer una zanja para el alcantarillado y abriendo esa zanja encontraron una piedra gigante y la guardaron hasta que yo volviera para ver qué me podía inventar ahí. Me quedé mirando esa piedra y dije aquí voy a crear un museo”, respondió el propietario del museo de Antropología “don Trino”.
La entrada del museo está decorada con la piedra gigante que fue la idea para la creación de este sitio; sus paredes muestran poemas dedicados al municipio de Chitagá, los gatos vecinos son quienes más visitan sus patios y el cantar de los pájaros endulzan el oído de quienes recorren el camino en medio de una zona verde que embellece este lugar, conduciéndolos a la realidad de unos años atrás.
La Hacienda Carrillo don Alonso está ubicada en el municipio de Chitagá, en el hermoso departamento de Norte de Santander, a solo 7,7 kilómetros de distancia y a 15 minutos de Chitagá. Esta encantadora hacienda se presenta como un auténtico refugio de serenidad y belleza natural, un entorno pintoresco donde se descubre un lugar que transporta a un oasis de tranquilidad en medio de la naturaleza exuberante.
En la Hacienda Carrillo se ofrece una experiencia inolvidable, donde se disfruta de una noche de alojamiento por tan solo $65.000, que incluye un delicioso desayuno viajero con huevos, arepa, café o chocolate. También se cuenta con servicio de alimentación adicional, con opciones que van desde $15.000 hasta $30.000, dependiendo de la proteína que se elija. Además, se puede aprovechar del plan pasadía, en el cual se brinda un refrigerio y se podrá explorar la ruta del durazno, visitar una laguna cercana y descubrir el encanto del municipio de Chitagá.
Con una larga historia y una amplia variedad de actividades para disfrutar, esta hacienda se ha convertido en un destino de alojamiento y deleite para aquellos que buscan escapar del bullicio de la ciudad y sumergirse en un ambiente campestre lleno de encanto. Además de su sereno entorno, se destaca por sus cultivos de durazno, y sus productos agrícolas que produce la región y que añaden un toque de color y sabor a la experiencia de sus visitantes.
La Hacienda Carrillo tiene raíces que se remontan a varios siglos atrás, cuando fue construida por una familia de agricultores y líderes locales. “Es una casa de más de 200 años, fue heredada por mi bisabuela Fidelia Vera y ella se la heredó a mi abuela Mercedes Albarracín, quien a su vez se la heredó a sus hijos. Ella tenía cinco hijos, incluido mi papá, Alonso Leon Villamizar Albarracín”, expresó la actual dueña de la hacienda, Nohora Liliana Villamizar Villamizar.
A lo largo de los años, la hacienda ha conservado su espíritu y tradición por varias generaciones. En sus inicios, se enfoca principalmente en la producción agrícola, cultivando diversos productos para el consumo local y regional, tales como: Ciruela, frijol, manzana, cilantro, remolacha, arveja, maíz, cebolla, zanahoria, espinaca, coliflor, brócoli, níspero japonés y calabacín verde.
“En cada mordisco jugoso de un durazno de Chitagá, están los sueños y las esperanzas de aquellos que cultivaron con amor”.
Durante el periodo colonial, la Hacienda Carrillo fue un importante punto de encuentro para comerciantes y colonizadores, ya que se encontraba en una posición estratégica en la ruta comercial, que conectaba los Andes colombianos con Venezuela. Esto contribuyó al crecimiento económico de la hacienda y atrajo a numerosos colonos que se establecieron en la zona.
En el siglo XX, la hacienda fue modernizada y se introdujeron técnicas de producción más avanzadas. Se implementaron sistemas de riego y se adquirieron maquinarias agrícolas para aumentar la productividad de los cultivos. Además, se construyeron infraestructuras adicionales, para la mejora de un sitio turístico.
Sin embargo, a medida que el turismo rural comenzó a ganar popularidad en la región, la Hacienda Carrillo decidió diversificar su oferta y abrir sus puertas a los visitantes en el año 2019. Con el tiempo, se ha convertido en un lugar privilegiado para aquellos que buscan experimentar la vida en una hacienda tradicional, combinando la comodidad del alojamiento con la oportunidad de participar en las labores diarias del campo, esperando a un promedio de 90 huéspedes por mes dependiendo de la época en que se encuentre, sin embargo, se espera poder atender a más de 180 visitantes con las estrategias turísticas.
La ex trabajadora de la finca Laura Viviana Vera Villamizar afirmó: “El proceso de la hacienda es muy llamativo, muy turístico, para las personas que vienen de la ciudad podrán conocer la siembra, la mata del durazno, hacer caminatas. En lo personal a mí me gusta porque es muy acogedora, es un ambiente muy amañador”.
Uno de los aspectos más destacados de la Hacienda Carrillo Don Alonso son sus cultivos de durazno. Los amplios campos adornados con los coloridos árboles frutales crean un paisaje espectacular que atrae a fotógrafos y amantes de la naturaleza por igual.
Durante la temporada de cosecha, los visitantes tienen la oportunidad de recoger sus propios duraznos frescos y disfrutar de su sabor dulce y jugoso. También ofrece una amplia gama de opciones de alojamiento para satisfacer las necesidades de los turistas, todas las instalaciones están diseñadas para brindar comodidad y privacidad, mientras se integran perfectamente en el entorno natural circundante.
Además del alojamiento, la hacienda ofrece una serie de servicios y actividades para que los huéspedes disfruten durante su estadía. Paseos por los campos de durazno, caminatas guiadas por senderos naturales, visita a los lugares más emblemáticos de la zona, degustaciones de productos locales, son solo algunas de las experiencias que se pueden realizar. También se organizan eventos especiales, como bodas y celebraciones, aprovechando la belleza escénica del lugar.
Además de su importancia histórica, la Hacienda Carrillo también ha logrado mantenerse relevante en la actualidad. A través de la diversificación de sus actividades, se ha convertido en un centro turístico que atrae a visitantes tanto nacionales como internacionales. Los turistas pueden explorar los espacios abiertos, disfrutar de la belleza natural de la región y sumergirse en la historia y la cultura que envuelve el lugar.
La Hacienda Carrillo es un ejemplo destacado de cómo la preservación del patrimonio cultural puede impulsar el desarrollo económico de una región. Además de generar empleo local, promueve la inversión turística y fortalece la identidad y el sentido de pertenencia de la comunidad.
“Los invito a que conozcan el turismo rural que se está haciendo en Chitagá, que tenemos mucho por ofrecer, la calidad humana, las buenas costumbres, una riqueza agroecológica y turística- reiteró Nohora Liliana Villamizar Villamizar- mejor dicho, que nos envidiaría cualquier país del mundo. Entonces, siempre invito a que pasen por Norte de Santander, especialmente por el municipio de Chitagá”.
En definitiva, esta hacienda en el municipio de Chitagá, es mucho más que una simple propiedad. Es un legado histórico y cultural que ha logrado adaptarse y mantenerse relevante a lo largo del tiempo. Con su arquitectura colonial, sus extensos campos y su atractivo turístico, la Hacienda Carrillo Don Alonso se caracteriza como un símbolo de la identidad y la tradición de la región, atrayendo a aquellos que buscan conectarse con la historia y la belleza natural del oriente de Colombia
“Los duraznos en Chitagá son mucho más que siemple frutas; son un vínculo entre el trabajo incansable del agricultor y el paladar de aquellos que degustan su dulzura”.
Foto: Tania Estupiñan
Foto: Faiber Rangel
Foto: Jisel Cano
Foto: Santiago Cardozo
Foto: Tania Estupiñan
Foto: Fernanda Benitez
Foto: Jisel Cano
Foto: Adriana Arias
Foto: Natalia Uribe
En el año de 1909, el departamento de Santander se dividió para dar paso a Norte de Santander, esta división vino de la mano del quien fuese presidente de Colombia en ese año, hablamos de Ramón González Valencia, oriundo de Chitagá y de sus tierras campesinas, un hombre con raíces humildes y una mente brillante para las estrategias militares, quien llevó a cabo importantes acciones durante su periodo de presidencia que duró del 3 de agosto de 1909 al 7 de agosto de 1910.
Entre las acciones más importantes realizadas, por quien fuese el único presidente norte santandereano hasta el momento, se destacaron la abolición de la pena de muerte y el cambio del mandato presidencial de 6 a 4 años. Solo duró un año debido a la renuncia de su predecesor Rafael Reyes de quien el mismo Ramón Gonzales fue vicepresidente, pero renunció en los primeros meses del gobierno Reyes (1904 – 1909) por desacuerdos que tenía con el presidente y por guardar respeto a su partido dada la postura conservadora de González Valencia, mientras que Rafael Reyes era del lado liberal.
Ramón González Valencia nació el 24 de mayo de 1851 en Chitagá, en su infancia cursó la primaria en su municipio natal y posteriormente estudió la secundaria en el Colegio de Pamplona, luego se dirigió a Bogotá para asistir al Colegio Mayor del
Rosario y al culminar sus estudios regresó a Chitagá para contribuir en las labores del campo junto a su familia.
La esperanza de un nuevo líder prometedor
El gran liderazgo y las virtudes de González Valencia marcaron a Colombia e incluso en honor a sus atributos históricos, se fundó un municipio llamado Ragonvalia en Norte de Santander.
Chitagá, las esperanzas depositadas en un líder prometedor,terminaron en decepciónRetrato de José Rafael Ramón Eufrasio de Jesús Gonzales Valencia. (Foto de “Cdn Colombia).
Luego de Ramón González Valencia, Chitagá no ha tenido un líder que le de la misma fuerza de progreso al pueblo como lo hizo él, sin embargo, para el año 2020 la población volvió a ver un pequeño rayo de esperanza que se depositaba en Jorge Andrés Rojas Pacheco, quien para entonces era párroco de la comunidad y quien por pedido del pueblo lanzó su candidatura a la alcaldía del municipio y resultó triunfador en las elecciones.
Rojas Pacheco durante su labor como sacerdote, se distinguió por la entrega que tenía hacia la comunidad campesina y sus ansias de ayudar a progresar las tierras de Chitagá con su mayor fortaleza que es el sector agrícola, las esperanzas eran altas y muchas personas lo consideraban apto para hacer crecer al municipio en todos los sentidos; Jorge Andrés era entonces el nuevo destello de liderazgo para el pueblo que recordaba esa fuerza y deseo de llevar progreso a la región que tenía Ramón González Valencia un siglo atrás.
Ya llegados al año 2023 podemos ver que la realidad es otra. “En la mañana de este viernes, se conoció que el gobernador de Norte de Santander, Silvano Serrano, aceptó la renuncia irrevocable que le presentó el alcalde de Chitagá, Jorge Andrés Rojas Pacheco” (La Opinión, 10 de febrero de 2023).
Un alcalde prometedor con raíces de fe había dejado al pueblo desilusionado, y es algo que se refleja en los habitantes de Chitagá, “El plan de gobierno de Rojas Pacheco era el mejor en Norte de Santander, pero no sabemos por qué no lo cumplió” dijo José Daniel, un joven encargado de una veterinaria y quien también manifestó el descontento de la población con Rojas Pacheco, “Cuando él era cura pues ayudaba mucho a la gente del campo y así, pero mientras estuvo de alcalde poco lo veía uno y poco se veía que hiciera algo por el pueblo”.
Así mismo diferentes campesinos ofrecían una versión similar a la de Daniel, sumando la problemática del mal estado en las vías de acceso rural, un campesino dueño de una tienda quien pidió no se mencionara su nombre dijo, “Lo poco que se veía que hacía el alcalde era como reunir gente para que arreglaran ahí un poquito las vías, pero esos arreglos no duraban mucho”.
Jeison Vera, ex personero de Chitagá y candidato a la alcaldía del municipio para las próximas elecciones, tomó la voz y decidió empezar a reunir firmas para convocar a un cabildo abierto, José Daniel que es amigo de Vera, “Jeison empezó a hablar con la gente y así convocó el cabildo abierto para que Pacheco salga y diga por qué renunció y para que le rinda cuentas al pueblo”.
Andrés Pacheco dijo en su carta de renuncia que temía por su seguridad y su integridad física, pero más allá de eso la gente desconoce el motivo, además de que tampoco ven acciones positivas en el actual encargado de la alcaldía Renso Carrero, quien tomó el puesto desde la renuncia de Rojas Pachecho en febrero, “Nosotros no vemos que hagan mayor cosa en la alcaldía, las cosas siguen igual desde la renuncia del alcalde” dijo un habitante de Chitagá.
Es así como el destello de esperanza y liderazgo que vieron en Rojas Pacheco y que recordaba el progreso que trajo Ramón González Valencia alguna vez, se vieron apagados sin una explicación para el pueblo desilusionado.
Texto y fotos por: Carlos Moreno y Kevin Hincapié
A 23 kilómetros del municipio de Chitagá se encuentra una maravilla de la naturaleza: la laguna de Comagüeta, la cual en el dialecto de los indígenas Chitareros (tribu local) significa, “belleza oculta”, y no es para menos ya que al encontrar la laguna, oculta entre una cerca natural de árboles con musgo y frailejones, añadiendo la fría brisa y la neblina devorando la punta de las montañas, el turista se sentirá como si estuviese encontrando el mismísimo Dorado, un tesoro escondido que lleva existiendo por más de 500 años.
La llegada al sitio es toda una odisea, al no estar tan señalizado, se requiere de gran atención a cuanta señal aparezca por el camino, hasta que finalmente, tras pasar por el corregimiento de Presidente, atravesando diversas canteras de piedras y minas de carbón, surge a los 40 minutos del casco urbano, entre las curvas de la vía Chitagá a Bogotá, un bello chalet, el ícono de la finca ecoturística de “El rincón de Comagüeta”, esta alberga no solamente la laguna, sino también una bella cascada entre las rocosas montañas, la cual parece sacada del planeta ficticio de Pandora, el que aparece en la película “Avatar”.
Al acercarse más y más a la laguna, los visitantes se encuentran con un rudimentario puente, hecho por las personas que administran la finca, varios turistas afirman que en este punto sufren de una visión quijotesca, lo que aparenta ser un oso o una bestia de páramo que se abalanza hacia la gente, resulta ser un cariñoso perro que acompaña a los caminantes en la laguna. Gracioso es que el canino tiene el mismo pelaje que un oso de anteojos.
Las culturas nativas del Páramo “del Almorzadero”, consideran la aparición de un animal como un buen augurio, señal que la Pachamama (así le denominaban los aborígenes a la madre tierra aproximadamente desde el 1000 a.C) les da la bienvenida a los caminantes, puede ser visto también como un guardián o guía de la naturaleza; con el canino mencionado no es la excepción, éste, desde los cinco años que lleva viviendo en la finca, acompaña a dar la vuelta a la laguna, juguetea con los patos que nadan en ella, revolotea entre los frailejones y manantiales, los cuales también usa para hidratarse.
Luz Marina, solo menciona su nombre, es la encargada de El rincón de Comagüeta, una amable señora que aparenta rondar los 50 años, pero su vitalidad y elocuencia a la hora de hablar de páramo la hacen parecer una persona de apenas 30 años. “Tristemente, mucha gente viene a visitar la laguna” expresa Luz Marina y curioso es para el visitante notar tristeza en un sitio comparable con el mismísimo Dorado, pero es necesario saber las dos caras de la moneda, pues aún en estos días, cuando ya la problemática del páramo se conoce a nivel nacional, muchos viajeros tienden a dejar basuras en los senderos y mostrar poco interés por el cuidado de estos biomas, dándonos a entender que el turismo irresponsable afecta negativamente a éste ecosistema. 14
La finca ecoturística eventualmente ofrece hospedaje: el chalet, una cabaña y un par de habitaciones en la casa principal dan cabida a 30 personas que deseen pasar una noche en la laguna. Añadido a esto, los alimentos que allí se cocinan desde la agua de panela hasta la trucha, son preparados de la manera más artesanal posible, cocinados con leña, haciendo uso de los animales que por el sitio pasean, tales como las gallinas, y así ha sido por los 14 años que lleva en funcionamiento el rincón de Comagüeta.
Entre otras cosas la laguna goza de una biodiversidad, principalmente en la fauna ya que se pueden presenciar avistamientos de animales como los patos paramunos, águilas, búhos, el venado de páramo, el colibrí, el oso de anteojos, el guartinajo, el cual es una especie de roedor similar a la zarigüeya, la chucha de agua que es otro roedor con un parecido a la marmota, y el pájaro carpintero. Todas estas especies allí residen desde hace más 2.000 años (información proporcionada por un artículo en el diario La Opinión publicado el 10/08/2021).
El rincón de Comagüeta, ubicado a 3440 metros sobre el nivel del mar, con una temperatura entre los 5° y -12° grados centígrados, asemejándose a lo que para los nórdicos era el paraíso, el Valhalla, es el sitio perfecto para que los turistas tengan una introspección respecto a nuestro pensar con el medio ambiente. Al ser alejado de las concurridas ciudades y los ruidosos pueblos, permite desconectarse totalmente de la rutina para dar cabida a la reconexión con la naturaleza para así darnos cuenta que el verdadero oro del páramo, es
A manera de reflexión, es deber no solamente de las personas que administran estos sitios ecoturísticos, sino de cada individuo que visita o no estos lugares el velar por la preservación de la naturaleza, ya que el cuidado ambiental funciona como los engranajes de un reloj, empieza a girar uno y los demás también; desde nuestras casas con el cuidado del agua, el buen manejo de los residuos, apoyando campañas que incentivan el cuidado del medio ambiente, jornadas de siembra de árboles y diversas actividades funcionan. De nada sirve ir a visitar estos sitios, ser el ambientalista en la laguna, pero al llegar a casa despilfarramos los recursos naturales; estamos a tiempo para salvar nuestro hogar. Tal y como dice una frase anónima que aparece en el rincón de Comagüeta: “La naturaleza no es muda, la humanidad es sorda”.
“En Chitagá, el turista se sentirá como si estuviese encontrando el mismísimo Dorado”
Entre montañas y páramos, sobre las laderas se extiende el último municipio del Norte de Santander hacia el sur, limitando con Santander y Boyacá, está ubicado Chitagá, lugar donde habitaron antes del arribo conquistador, los aborígenes Chitaguenses.
En esta tierra, fundada el 12 de diciembre de 1804 se cuentan historias que hasta el día de hoy siguen retumbando en las calles del pueblo como: el cáliz, el duende, la bola de fuego, el indio y el tambor, las abejas asesinas, el cabro sin cabeza, las ánimas, los entierros, la barbacoa y leyendas de la laguna del Salado y el Tambor; estas han sido transmitidas de generación en generación como patrimonio cultural del municipio pero, Baldomero, se convirtió en la leyenda de mayor relevancia entre los habitantes de Chitagá.
Los abuelos chitaguenses cuentan que: “En el año 1930, vivió Baldomero Ortiz, un joven pintoresco, vivaz, nervioso, inofensivo, enigmático y solitario de rápido andar”. Además, la gente del casco urbano de Chitagá lo describen como una persona de corta estatura, de figura menuda y de un triste rostro que dibujaba los estragos dejados por los duros golpes de la vida y la pobreza, siempre dispuesto a servir a la comunidad con oficios varios.
“Baldomero quedó mudo, convirtiéndose en un ente que deambulaba por las calles del pueblo de Chitagá”
También relatan que, para esa época, llegó a Chitagá un médico homeópata, el doctor Quiroga, pregonando ser conocedor de ciencias ocultas como la magia blanca, negra y roja. Esto, llegó a oído de Baldomero, que intrigado por la magia acudió al consultorio solicitando al galeno, que le enseñara todo acerca de dicho poder, a lo cual, el doctor aceptó con la condición de que tenía que comprar unos libros algo costosos que solo él vendía.
El joven Baldomero como pudo consiguió el dinero requerido y encargó los libros; el supuesto médico viajó a Bogotá y al cabo de 15 días regresó con un libro de magia blanca, roja, y negra, comenzando así con las lecciones. Al poco tiempo el joven astuto llegó a poseer poderes demoníacos, como el polimorfismo, se decía, que con frecuencia se transformaba en un venado, pavo, árbol o una roca, al igual que tenía la habilidad de estar en dos sitios a la vez, se menciona que lo veían pasar volando con una ruana y que convertía objetos en animales.
A la mañana siguiente, sus amigos encontraron a Baldomero mal herido y lo llevaron al centro de salud. La noticia corrió por el pueblo hasta que llegó a oídos del párroco, el padre Gutiérrez, quien manifestó no estar de acuerdo con esas cosas, en su mayoría diabólicas, y convocó al pueblo para que le ayudaran a cruzar (exorcizar) al pobre Baldomero.
Desde entonces, Baldomero quedó mudo, convirtiéndose en un ente que deambulaba por las calles del pueblo de Chitagá, vestía siempre ruana oscura, sombrero negro y pantalón bota ancha, una más larga que la otra, alimentándose solamente con panela negra que le regalaban. Vivió la mayor parte de su vida en una cueva en Samaria o dormía en las calles y praderas en donde murió en soledad en el año de 1986, aproximadamente a la edad de 50 años, por causas naturales.
“Los abuelos chitaguenses cuentan que: “En el año 1930, vivió Baldomero Ortiz, un joven pintoresco, vivaz, nervioso, inofensivo, enigmático y solitario de rápido andar”.
Esta leyenda, hace parte de la tradición oral de Chitagá, no hay poblador de este bello municipio que no haya escuchado hablar de Baldomero, es parte de su patrimonio y así seguirá siendo en las futuras generaciones. sus lugareños guardan respeto por aquel que algún día fue un joven vivaz y que por cuestiones de la vida tuvo un desenlace solitario y en penumbra.
Una ciudad, un municipio o un pueblo es indefinible con calificativos, si bien palabras que definan un sitio pueden ser: ubicación, nombre, temperatura, números de habitantes, gastronomía, turismo y se escapan pocas más; palabras que diría cualquier turista que visita alguna ciudad o pueblo preferiblemente colombiano. Pero se sabe que hay un “algo” en cada lugar, aparte de las características nombradas. Este algo hace que las personas lugareñas se sientan cómodas al vivir allí.
No se define fácilmente ese “algo”, lo saben quiénes se sienten representados por el nombre del municipio, pero este, nos recuerda a nuestras raíces, a aquel lugar que siempre tenemos presente en nuestra mente, puede ser donde vive nuestra familia, ese pueblito que queremos porque sí, o porque nos trae buenos recuerdos. El lugar donde crecimos. Frente a este lugar ya poco nos interesa su temperatura, su comida… porque lo aceptamos tal y como es, ya que es parte nuestra.
Al llegar a Chitagá las personas parecen estar muy bien, con su frío que hace tiritar (señalan los viajeros que visitan el municipio), con un silencio que hace amigable el ambiente, con sus calles y paredes pintadas por algún artista local; siente amigable el pueblo. Las montañas verdes complementan la visión. Las personas permanecen en sus casas y lugares de trabajo dejando casi un solitario parque principal, que está muy bien preservado.
En Chitagá una cosa que resaltan sus habitantes son las conmemoraciones y definitivamente lo que “prende” un lugar son las fiestas; dicen los que saben que no hay mejores que las que se desarrollan en los pueblos. Al ser un lugar pequeño se forma un calor humano acogedor que es la competencia del frío y la niebla. Chitagá y sus fiestas brindan esta experiencia.
“Ganadería, agricultura, pscicultura, el durazno, la papa y el agua son representativos en el municipio”.
Para conocer más un lugar es de importancia hablar con alguien que sepa de las raíces del pueblo. Jorge Eliécer Villamizar, o quien pide que lo llamen Jorge, es un habitante de Chitagá muy conocido en el municipio, su casa está mayormente adornada con arte que él mismo recreó y así mismo sirve como un museo. Al conocer y al vivir allí toda su vida nos comenta que hubo un cambio significativo en torno al desarrollo de las fiestas cuando ocurrió la pandemia del COVID- 19.
Él recuerda unas épocas muy buenas y dice: “cerraban las cuatro esquinas del parque, y armaban las corridas de toros, buena música, voladores, trago, las personas eran efusivas y participativas. Los visitantes que llegaban a Chitagá desde diversos lugares del país a vivir las fiestas, eso era cosa buena”. Según El diario La Opinión antes la propagación del virus, 700 turistas visitaban Chitagá cada fin de semana. Ahora después de la pandemia y acontecimientos políticos no han dejado un desarrollo próspero de celebración. No obstante, este 2023 se espera que se retome los turistas.
En conmemoraciones y fiestas se encuentra, en la parte religiosa el 16 de julio con las fiestas de la Virgen de Carmen, el 14 de septiembre la del señor de la Divina Confianza, y las fiestas patronales en conmemoración al campesino y a la Virgen del Perpetuo Socorro se desarrollan el 15 de agosto. Los transportadores, la alcaldía y la comunidad son los que se encargan de programar las actividades, así como más patrocinadores.
La parranda se la gozan los campesinos, visitantes y chitaguenses; se emborrachan, bailan y gozan, “para eso se hicieron las fiestas, aunque no es solo tomar porque si no en Chitagá seria fiesta cada día”- sonriendo dice Aura Mendivelso, que habla acerca de su experiencia en las fiestas y desde su local donde vende cerveza.
Aura nos cuenta que en su local la visita mucha gente a adquirir sus productos, ella ve gente nueva y se siente la vibra de fiesta. Dice que le encanta salir a bailar, tomar y disfrutar. Lo usual es que las fiestas duren unos cinco días o más; eventos, concursos, carrozas, orquestas, pólvora, tarima;” hasta las cuatro amaneciendo los borrachitos en las esquinas”, finaliza diciendo con la risotada contagiosa.
Los peregrinos disfrutan de los eventos culturales, deportivos, artísticos y religiosos que se desarrollan. Carmen, quien trabaja en un estadero, dice que le encanta el desfile de los caballitos de madera que hacen los niños, nos explica que: “los niños hacen sus caballos con palos de madera, salen y desfilan, son bonitos”.
Hipólito Daza, un ganadero, nos habla acerca de cómo él participaba en las fiestas cuando había toros. Él era de uno de los principales organizadores de las corralejas y la carne, pero ahora que ya no se suelen hacer estos espectáculos solo disfruta viendo lo que saca la gente a vender. Le gusta ver cómo se arman las casetas y todo lo que se vende en ellas: sombreros, dulces y de no faltar carne a la llanera, todo se desarrolla en el parque. “Bebimos, bailamos y gozamos”, finaliza diciendo entre una risa recordando su buena época.
Ganadería, agricultura, piscicultura, el durazno, la papa y el agua son representativos en el municipio, así mismo sirven como eje sostenible para los departamentos cercanos y como sustento diario de los habitantes de este hermoso lugar norte santandereano.
El municipio de Chitagá se encuentra situado en la Cordillera Oriental, específicamente en el departamento de Norte de Santander, Colombia. Posee un terreno quebrado y un clima de naturaleza templada. La cabecera municipal está rodeada de cumbres majestuosas. Hacia el sur y en época de verano cuando está despejado, en la distancia se levanta la loma desafiante del Páramo del Almorzadero el cual permanece envuelto en tinieblas y cuya pendiente se caracteriza por su similitud metafórica a los hilos de plata, los cuales resbalan agua dándole una vistosidad especial.
El territorio cuenta también con los Páramo del Buitre, el Morro y Las Lajas hasta encontrar la Cordillera de Hoya Grande, la cual atraviesa el municipio de Suroeste a Noroeste.
El municipio de Chitagá se destaca porque en sus terrenos es fácil el crecimiento y cultivo del durazno y la papa por su imponente clima frío. La ganadería, la agricultura y la minería son sus principales fuentes de su economía, sumándole a lo anterior la hospitalidad de sus habitantes que siempre están dispuestos a recibir al viajero con los brazos abiertos, haciendo sin duda que sea un destino que se debe visitar.
De igual manera, Chitagá sigue aprovechando todo su potencial turístico en beneficio de sus habitantes, apostando al ecoturismo en donde se forja el conocimiento de la historia del territorio en las rutas para visitar los páramo, lagunas, cascadas y demas sitios de interés.
Jorge Eliécer Villamizar, chitaguense propietario de un museo con su mismo nombre afirma: "Mi museo lo han visitado magistrados, gobernadores, embajadores, rectores, alumnos de universidades de Pamplona, Bucaramanga y Bogotá". Un historiador que se ha encargado con su conocimiento e historias, de resaltar diariamente este recondito pueblo.
Esta atracción turística y natural se encuentra en el corregimiento de Presidente y para disfrutarla se emprende un camino de 45 minutos de Chitagá a Presidente y continuando con el recorrido de 1 hora hasta llegar a la laguna. También se puede llegar en vehículo en un promedio de 30 minutos. Es fundamental llevar un atuendo adecuado para las
El recorrido comienza en el municipio de Chitagá, disfrutando abiertamente de su cultura, bellos y coloridos paisajes montañosos, paseando por sus cultivos de duraznos y sitios de interés. Posteriormente el visitante se dirige a la vía central hacia el corregimiento de Presidente dando inicio a la travesía, entrando en el complejo lagunar del Páramo El Almorzadero. Como primer destino se pasa por la laguna el Salado que está a 3.476 m.s.n.m. exactamente a 2.7 km de Presidente por un carreteable en buen estado, caminando un lapso de 45 minutos. Durante el recorrido se observan diversos paisajes característicos de la zona de páramo; los arrayanes y los frailejones hacen parte de éste magnífico recorrido.
Al iniciar el ascenso por el bosque nativo, al pie del cerro se aprecia la cantidad de roca que lo compone, convirtiéndose en una de sus características principales. El ascenso en este punto exige demasiado debido a sus pendientes de hasta 90°. Pasando las cascadas la referencia es un punto donde se divisa todo el entorno y se continúa el recorrido hasta encontrar la Laguna del Tambor donde se pueden apreciar las cascadas esculpiendo el relieve que alimentan las quebradas con vegetación característica del páramo. Este lugar posee gran significado como ecosistema estratégico de conservación para las fuentes hídricas.
Este puente construido en madera, es reconocido debido a que en sus alrededores se libró una batalla entre liberales y conservadores en la Guerra de los Mil Días, en la cual resultaron victoriosos los liberales. Además de esto, cerca del puente se encuentra la casa donde nació el ex presidente de Colombia Ramón González Valencia, un sitio de interés importante para los amantes de la historia.
Esta iglesia fue erigida el 9 de junio de 1808 y se encuentra ubicada en la parte superior del parque principal de Chitagá, con una increíble infraestructura, la cual, sin duda, es un lugar que llama la atención de propios y visitantes, por las características de su arquitectura y la historia que refleja su construcción.
La Casa de Bolívar.
Esta casa data del mismo año (1804) de la fundación del municipio y está ubicada en la Calle 5 N° 5– 48. Su primer dueño fue el sacerdote José María de la Parra. Funcionó como casa cural en los años comprendidos entre 1804 y 1829. Hoy día es propiedad de la señora Carmen Helena Villamizar, fue usada por el Libertador Bolívar como casa de descanso en sus viajes a Santafé de Bogotá.
A mediados del siglo pasado el doctor Martín Carvajal lideró la postura de una placa de mármol que hoy reposa en su fachada. El estado actual en que se encuentra es regular, debido a que no se le han realizado mejoras de acuerdo a su arquitectura colonial.
Gracias a la investigación y de acuerdo al trabajo de campo realizado, se pudo evidenciar el gran interés de los habitantes del municipio de Chitagá por salvaguardar su historia, cultura, costumbres y tradiciones. El municipio se caracteriza por la gran riqueza de patrimonio cultural intangible que se expresa en tradición oral, danza, música y festividades que fortalecen su idiosincrasia.
La música es utilizada como una potente herramienta de cambio y desarrollo tanto en las zonas rurales como urbanas del municipio de Chitagá, ubicado en el departamento de Norte de Santander. Los niños y jóvenes tienen una oportunidad especial de desarrollar su talento, recibir formación artística y promover la cultura en su barrio a través de la Banda Escuela Musical.
La Banda Escolar de Música Chitagá es el resultado de una iniciativa de la comunidad y el gobierno local con el objetivo de avanzar en la educación musical como sustituto del desarrollo integral de niños y jóvenes. El objetivo principal es brindarles una base sólida en música enseñándoles a tocar instrumentos de viento y percusión, lo que fomentará su creatividad, concentración y capacidad para trabajar en grupo.
La Banda Escuela Musical ha logrado llegar a las comunidades más remotas de la región rural de Chitagá, donde las oportunidades educativas son más limitadas, llevando la música y la instrucción a niños y jóvenes que de otra manera no tendrían acceso a ella. Los estudiantes aprenden a leer música, dominar sus instrumentos y participar en conjuntos musicales con la ayuda de maestros calificados y la dedicación de la comunidad. Esto aumenta la autoestima de los estudiantes y les brinda un pasatiempo estimulante para su tiempo libre.
La Banda Escuela Musical es una reconocida institución cultural y artística en el casco urbano de Chitagá. Los jóvenes músicos de la banda se han presentado en numerosos eventos locales y regionales, cautivando a la audiencia con su talento y destreza. Su exposición a la música les ha dado nuevas perspectivas de la vida y, en muchos casos, les ha abierto las puertas para una carrera en la música. La banda también ha ayudado a los lugareños a sentir orgullo y pertenencia, estableciéndose como un representante de la zona.
Niños y jóvenes de la Banda Escolar de Música tienen la oportunidad de aprender a fabricar a mano instrumentos de viento en Chitagá, Norte de Santander. A partir de esta práctica pueden aprender sobre la construcción de instrumentos, lo que también fortalece su conexión con la música y fomenta la creatividad. A continuación, algunos de los instrumentos de viento que pueden crear los niños de Chitagá. 22
Flautas de bambú: Las flautas de bambú son instrumentos de viento sencillos pero elegantes. Los niños de Chitagá pueden aprender los métodos correctos para elegir y cortar el bambú, así como para moldear y perforar los agujeros necesarios para crear varios tonos. Los niños pueden practicar música en cualquier momento y en cualquier lugar con flautas de bambú porque son livianas y portátiles.
Quenas: Los niños de Chitagá también pueden crear el instrumento de viento andino conocido como quena. Ellos aprenden cómo moldear y tallar correctamente estas flautas tradicionales en tubos de caña o bambú. Un instrumento común en la música folclórica local, la quena es famosa por su hermoso sonido.
Los alumnos avanzados de la Banda de la Escuela Musical de Chitagá pueden aprender a construir clarinetes de tubo, un instrumento de viento más difícil. La carpintería, el tallado y el montaje de los componentes del clarinete son pasos del proceso de fabricación. Muchos géneros y estilos musicales diferentes utilizan el clarinete de tubo.
Trompetas de cartón: los jóvenes entusiastas de los metales también pueden aprender a hacer trompetas de cartón. Al construir una trompeta funcional con tubos de cartón y otros artículos, los niños pueden experimentar con una variedad de materiales y métodos de construcción para este proyecto. Aunque no producirá un sonido tan fuerte como el de una trompeta tradicional, es una forma divertida de introducir a los niños al mundo de los instrumentos de metal.
La música tiene un impacto significativo en la vida comunitaria de Chitagá, Norte de Santander. Hay algunos géneros y estilos musicales que son populares en la zona, a pesar de que las preferencias musicales pueden variar de persona a persona. Los siguientes son algunos de los subgéneros musicales que son populares en Chitagá.
Música tradicional colombiana: La gente de Chitagá tiene un lugar especial en sus corazones para la música folclórica y tradicional colombiana. La cumbia, el bambuco, el pasillo y el vallenato son géneros muy populares. Estos géneros se distinguen por sus alegres melodías y letras que capturan la identidad y las tradiciones culturales de la nación.
Música Andina: Debido a que Chitagá es una zona montañosa, la música andina tiene una larga historia allí. Las celebraciones y eventos locales se llenan con los sonidos resonantes de instrumentos como quenas, sikus y guitarras andinas. La música andina se utiliza para honrar las tradiciones de los ancestros y transmitir la riqueza y esencia de las montañas.
Música Popular Colombiana: Chitagá es también el hogar de algo de música popular colombiana. Desde baladas románticas hasta música tropical, este género presenta una amplia variedad de géneros musicales. Músicos populares de autores como Carlos Vives, Diomedes Díaz y Jorge Celedón son muy escuchados y sus canciones inspiran celebraciones y reuniones sociales en la zona.
“Niños y jóvenes de la Banda Escolar de Música tienen la oportunidad de aprender a fabricar a mano instrumentos de viento en Chitagá,”