Agosto de 2024 Mensajero Ala Blanca

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Cristo es nuestra misión

LA PUBLICACIÓN OFICIAL DE LA IGLESIA DE DIOS DE LA PROFECÍA

La Iglesia de Dios de la Profecía: Un movimiento que exalta a Cristo

Una iglesia llena del Espíritu Santo

CREEMOS en la Santísima Trinidad, un solo Dios que existe eternamente en tres personas: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.

Creemos en un solo Dios Padre, Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible.

Creemos en un solo Señor, Jesucristo, el Hijo unigénito de Dios, eternamente engendrado por el Padre. Todo fue creado por medio de Él y para Él. Él es Dios verdadero y hombre verdadero. Fue concebido por el poder del Espíritu Santo, y nació de la virgen María. Padeció, murió y fue sepultado, y al tercer día resucitó de entre los muertos. Ascendió a la diestra del Padre, y volverá para juzgar a los vivos y a los muertos. Su reino no tendrá fin.

Creemos en el Espíritu Santo, el Señor y Dador de la vida, quien procede eternamente del Padre. Él es Maestro, Consolador, Ayudador y Dador de los dones espirituales. Por medio de Él se aplica la obra salvífica y santificadora de Jesucristo a la vida del creyente. Él es la empoderadora presencia de Dios en la vida del cristiano y de la Iglesia. El Padre ha enviado a Su Hijo a bautizar con el Espíritu Santo. Hablar en lenguas y llevar el fruto del Espíritu son las señales neotestamentarias del ser llenos del Espíritu Santo.

Creemos que la salvación es por gracia por medio de la fe en la muerte expiatoria de Jesucristo en la cruz. Él murió en lugar nuestro. Los pecados del creyente son perdonados por el derramamiento de la sangre de Jesucristo. Creemos que hay sanidad para la mente, el cuerpo, el alma y el espíritu del creyente por medio de la sangre de Jesucristo y el poder del Espíritu Santo.

Creemos que la gracia de Dios trae perdón y reconciliación a los que se arrepienten, además de la santificación, la cual los capacita para vivir a la manera de Cristo. La santificación es tanto una obra definitiva de la gracia como un proceso de transformación constante en el creyente efectuada por la sangre de Jesucristo, la Palabra de Dios y el poder del Espíritu Santo. Creemos en una Iglesia santa y universal, que se compone de todos los verdaderos creyentes en Jesucristo, la cual ofrece confraternidad y llamamiento al servicio para los hombres y las mujeres de todas las razas, naciones, culturas y lenguas. Creemos en la unidad espiritual y visible de la Iglesia.

Creemos que la Biblia —que consiste del Antiguo y el Nuevo Testamento— es la Palabra inspirada de Dios. Él nos ha hablado por medio de hombres a quienes escogió, los cuales fueron “inspirados por el Espíritu Santo. La Biblia revela el carácter y la voluntad de Dios para la humanidad; y es suficiente para instruir en la salvación y la vida cristiana diaria. La Biblia es la regla de fe y conducta del cristiano.

Creemos que Dios reconciliará, en Cristo, todas las cosas en el cielo y en la tierra. Por lo tanto, esperamos un cielo nuevo y una tierra nueva donde mora la justicia.

PERSONAL EDITORIAL

Editor y publicador: Tim Coalter Editora administrativa: Marsha Robinson

Editora asistente: Hillary Ojeda

Traducción y revisión: Departamento Mundial de Lenguajes Diseño gráfico: Sixto Ramírez

Sobre la Iglesia de Dios de la Profecía

La Iglesia de Dios de la Profecía es un vibrante cuerpo mundial de creyentes, unidos en adoración, trabajando mano a mano para compartir el amor de Dios y un mensaje de esperanza a los quebrantados de corazón. Esta organización cuenta con más de un millón de miembros y más de 10,000 ministros, que se reúnen para adorar en más de 10,000 iglesias o misiones en 135 naciones del mundo.

Los Valores Centrales de la Iglesia de Dios de la Profecía

• Oración

• La cosecha

• Desarrollo del liderazgo

• Mayordomía bíblica

• Servicio

Declaración de visión

Reconciliar al mundo con Cristo a través del poder del Espíritu Santo.

Declaración de misión

La Iglesia de Dios de la Profecía será un movimiento mundial que exalte a Cristo, procure la santidad, esté lleno del Espíritu, esté abierto a todas las naciones, sea hacedor de discípulos, sea establecedor de iglesias, y sienta gran pasión por la unión cristiana.

Presbiterio general:

Tim Coalter: Obispo principal

Clayton Endecott: Eurasia y el Oriente

Medio

Benjamín Feliz: México, Centroamérica y el Caribe de habla hispana

James Kolawole: África

Clayton Martin: Islas del Caribe y del Océano Atlántico

Tim McCaleb: Asia, Australia y Oceanía

Brian Sutton: Norteamérica

Gabriel E. Vidal: Sudamérica

ARTÍCULOS

5 Cristo es nuestra misión

Marsha Robinson

6 La Iglesia de Dios de la Profecía: Un movimiento que exalta a Cristo

Tim Coalter

8 Santidad

Tim McCaleb

10 Una iglesia llena del Espíritu Santo

Clayton Endecott

14 Todas las naciones

Clayton Martin

16 Haciendo discípulos: Evangelización efectiva en tiempos modernos

Gabriel E. Vidal

17 Plantación de iglesias en México, Centroamérica y el Caribe de Habla Hispana

Benjamín Feliz

18 Una pasión por la unión cristiana

Sam Clements

20 El programa de la Asamblea Internacional

22 Unidos con Dios en la misión

Brian Sutton

24 Alineando la misión de la iglesia local con la misión de la Iglesia de Dios de la Profecía

Nonito Que

26 La misión de la iglesia

Katherine Osborn

28 En la misión: Una aplicación práctica

Tim Coalter

EDITORIALES

4 Avanzando hacia el futuro

Clayton Endecott

30 Pensamientos

Marsha Robinson

Visítenos en línea—mensajeroalablanca.net

El Mensajero Ala Blanca es miembro del Evangelical Press Association

LA PUBLICACIÓN OFICIAL DE LA IGLESIA DE DIOS DE LA PROFECÍA

FUTURO AVANZANDO HACIA EL

UNA VISIÓN DE LA IGLESIA

Hay un entendimiento común cuando todos estamos en Cristo y Cristo está en nosotros. Uno no afina 20 pianos armonizando unos con otros. Estos están afinados con un diapasón, y cuando cada uno está afinado con el tono correcto, entonces están afinados entre sí. Solo cuando estamos completamente en sintonía con Cristo podemos estar en sintonía unos con otros. En vista de los tiempos, y viendo lo que está sucediendo en todo el mundo, ahora es el momento en que los cristianos (personas que conocen a Cristo) deben unirse sin importar qué nombres estén sobre la puerta de las iglesias y darse cuenta de que todos estamos luchando por la misma causa, todos tenemos el mismo enemigo, todos nos dirigimos al mismo destino, y tenemos mucha más fuerza juntos que separados. Cuando nos unimos en Cristo, no tenemos que preocuparnos de quién se lleva el crédito porque la competencia ha terminado y la gloria se da a Jesucristo, la verdadera y única cabeza de Su iglesia.

De la misma manera, la Declaración de la Misión de la Iglesia de Dios de la Profecía guía a nuestra Iglesia, nutre nuestra autocomprensión y nos ayuda a entender el llamado y propósito que tiene Dios para nuestras vidas. Nuestra declaración de la misión es esta: “La Iglesia de Dios de la Profecía será un movimiento mundial que exalte a Cristo, procure la santidad, esté lleno del Espíritu, esté abierto a todas las naciones, sea hacedor de discípulos, sea establecedor de iglesias, y sienta gran pasión por la unión cristiana”. El obispo Sam Clements, otrora supervisor general de la Iglesia de Dios de la Profecía, junto con los presbíteros generales, buscan desglosar nuestra declaración de misión en esta edición, acercando nuestros corazones y mentes a estas siete características clave que describen a la Iglesia de Dios de la Profecía.

En un momento de desesperación y necesidad, Dios le dio una visión al profeta Habacuc mientras oraba: “Escribe la visión y declarara. . . para que corra el que leyere en ella” (2:2). Los eruditos que estudian el hebreo del Antiguo Testamento sugieren una variedad de formas para poder visualizar esta frase. Las inferencias del lenguaje original son un poco más amplias de lo que uno podría imaginar.

Primero, está el entendimiento común y literal. Si la visión es clara y puede ser captada por el corazón y la pasión, entonces correremos con ella. Otra forma de ver esta frase en su idioma original es que debía estar escrita de una manera tan compacta que pudiera llevarse, si no en los brazos del corredor, en su mente y corazón. Finalmente, la amplitud de esta declaración permite imaginar un anuncio enorme con la visión escrita en él; una gran señal, tal vez en la ladera de una montaña; para algunos, un cartel como el famoso letrero de Hollywood en las colinas de Los Ángeles, o para otros, como la montaña de los Diez Mandamientos en el parque temático “Los Campos del Bosque”.

Siete cosas describen la naturaleza de la Iglesia de Dios de la Profecía como Dios nos ha llamado: Creemos firmemente que estamos llamados a ser un pueblo que exalta a Cristo, un pueblo de justicia y bondad, lleno del Espíritu, multicultural y multinacional, hacedores de discípulos, plantadores de iglesias, que buscan la unidad entre todos los creyentes. Estas son cosas hermosas, inspiradoras, visionarias, amorosas y con propósito que Dios ha puesto en el corazón de este movimiento global.

Mientras oro, desempaco, comprendo y llevo en mi corazón estas características descriptivas, me parece que cada una éstas está entrelazada la una con la otra, y que cada una proviene de la otra. Cuando la gente me pregunta sobre mi iglesia, siempre les digo estas características descriptivas, explicándoles claramente quiénes somos. ¡Doy gracias a Dios por la visión de esta Iglesia! La esperanza de mi corazón, el trabajo de mis manos, los años de servicio que me quedan para Dios, los quiero invertir en ser esta clase de Iglesia, para la gloria de Dios.

CRISTO ES NUESTRA MISIÓN

La declaración de misión de la Iglesia de Dios de la Profecía lee, “La Iglesia de Dios de la Profecía será un movimiento mundial que exalte a Cristo, procure la santidad, esté lleno del Espíritu, esté abierto a todas las naciones, sea hacedor de discípulos, sea establecedor de iglesias, y sienta gran pasión por la unión cristiana”.

Nuestra declaración de visión es “Reconciliar al mundo con Cristo por medio del poder del Espíritu Santo”. Nuestra declaración de misión está tan inseparablemente vinculada a la declaración de visión que es importantísimo entender una para comprender la otra.

Nuestros líderes conciben un pueblo que entiende que ha sido llamado al ministerio de la reconciliación, y que esta misión solo se puede cumplir por medio del poder del Espíritu Santo. [Por consiguiente], un encuentro con la fuerza creadora del universo del Espíritu convierte nuestras palabras en acciones que estratégica y eficazmente llevan a Cristo al mundo y lo reconcilian con Él. La visión, en lo natural y en el Espíritu, es un don de Dios. Dios diseñó a los seres humanos con la capacidad de ver lo que hay detrás de ellos, para que, con un simple giro de la cabeza, puedan ver lo que hay delante. Aquí es donde nuestra visión y misión se conectan: la declaración de misión define más claramente nuestra visión. Cada palabra refleja a Cristo y nuestro lugar en Él. Por lo tanto, debemos trabajar pensando en dónde hemos estado y hacia dónde vamos para mostrar quién ha sido Dios para con nosotros y hacia dónde vamos con Él.

Exalte a Cristo

“Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre”. (Filipenses 2:9-11) La Iglesia de Dios de la Profecía siempre ha estado en “la misión” de predicar a Cristo. Nuestro objetivo es exaltar a Cristo de manera tan efectiva y apasionada, para que Él sea revelado más claramente, más plenamente y más perfectamente a través de este cuerpo de creyentes.

Santidad

El llamado a la santidad está profundamente arraigado en nuestras raíces y sigue siendo nuestro propósito. Nos aferramos a ella para caminar por este mundo reflejando a Cristo más que nunca.

Lleno del Espíritu

La promesa profética de Dios “…derramaré mi Espíritu sobre toda carne…” (Joel 2:28; Hechos 2:17), está estampada en el ADN de esta familia global. Así que, nos apoyamos en

nuestra dependencia del Espíritu Santo y oramos por un nuevo encuentro con Él —que cada uno reciba una recarga del poder que prometió y derramó en Pentecostés— para cumplir la tarea que nos fue encomendada.

Hacedor de discípulos

Por más de un siglo de ministerio, esta red familiar ha estado comprometida con el llamado bíblico de hacer discípulos en obediencia a la gran comisión de Cristo. No podemos dejar de hacer discípulos. Estamos comprometidos a formar y discipular a aquellos que el Señor añada a Su iglesia.

Establecedor de iglesias

La plantación de iglesias lleva la obra reconciliadora de Cristo a las naciones. A lo largo de nuestra existencia, la Iglesia de Dios de la Profecía ha enviado hombres y mujeres ungidos para llevar la semilla del evangelio y plantar comunidades cristianas. Nuestra visión es reconciliar al mundo —cada aldea, ciudad, pueblo, villa (stadt, lub zos y shahar)— con Cristo. Hemos alcanzado grandes avances y cosechado grandes ganancias espirituales con la plantación de iglesias y, continuamos desarrollando estrategias para poder entrar en cada lugar donde encontremos una oportunidad.

Abierto a todas las naciones

Por designio divino, este ministerio internacional ha trabajado intencionadamente para que la iglesia de Dios esté compuesta de todo “linaje y lengua y pueblo y nación’’ (Apocalipsis 5:9). Continuamos celebrando y cultivando de manera intencionada la diversidad multicultural en todos los niveles de liderazgo en este cuerpo internacional. Es nuestra rica herencia y es nuestro futuro.

Pasión por la unión cristiana

De nuestra historia surge un anhelo impulsor por el vínculo de la unidad —la unidad por la cual Jesús rogó que tuviéramos—, un solo cuerpo perfectamente unido que dé gloria a Dios y conduzca a la gente hacia Él. Esa pasión sigue ardiendo en nuestros corazones mientras gozosamente buscamos colaborar y servir con cada grupo y persona que siga a Cristo.

Miramos hacia atrás y miramos hacia delante. Nuestra visión orienta e impulsa nuestra misión. ¡Adelante, Iglesia de Dios de la Profecía! Dios nos ayudará.

LA IGLESIA DE DIOS DE LA PROFECÍA:

UN MOVIMIENTO QUE EXALTA A CRISTO

La Iglesia de Dios de la Profecía será un movimiento mundial que exalte a Cristo, procure la santidad, esté lleno del Espíritu, esté abierto a todas las naciones, sea hacedor de discípulos, sea establecedor de iglesias y sienta gran pasión por la unión cristiana. La Biblia nos habla mucho de Cristo. Según las Escrituras, Él debe ser exaltado en la tierra y sobre toda la tierra, entre las naciones, sobre los cielos y muy por encima de todos los dioses. A Él le pertenecen la grandeza, el poder, la gloria, la victoria y la majestad. Los cielos declaran Su gloria, y la voz de muchos ángeles incluso ahora están diciendo a gran voz: “Digno es el Cordero que fue inmolado para recibir el poder, las riquezas, la sabiduría, la fuerza, el honor, la gloria y la bendición. Él es exaltado por ser la cabeza de todas las cosas, por los siglos de los siglos” (Salmo 46:10; 97:9; 1 Crónicas 29:11; Salmo 19:1; Apocalipsis 5:11, 12; Apocalipsis 11:15).

El Espíritu da testimonio de Cristo y lo glorifica. El Padre declara que Él es Su Hijo amado en quien tiene complacencia y dirige nuestra atención a Cristo con la declaración: “¡A Él oíd!”. Dios Lo exaltó hasta lo sumo y le dio un nombre que está sobre todo nombre. Para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre (Juan 15:26; 16:14; Mateo 17:5; Filipenses 2:9–11)

Uno puede sentir el crescendo de exaltación cuando el salmista declara: “Engrandeced a Jehová conmigo y exaltemos a una Su nombre” (Salmo 34:3).

Entre mis preciados recuerdos está esta foto de mi nieta. Ella se olvidó de todo lo que sucedía a su alrededor y estaba perdida en la adoración (en la foto de arriba). Con las manos levantadas, magnificaba al Señor y exaltaba Su nombre.

Tal vez usted también se haya enriquecido espiritualmente al encontrarse con la presencia del Señor mientras lo exaltaba en adoración. ¡Es maravilloso! ¡Es glorioso! ¡Es indescriptible! Sin

embargo, esto no lo es todo. Ser parte de un movimiento que exalta a Cristo y simplemente participa en experiencias de adoración como éstas no es suficiente. Como iglesia que exalta a Cristo, Jesús debe ser nuestro modelo, nuestro mensaje y nuestra misión.

Jesús, nuestro modelo

Hace varios años, asistí a una conferencia en la que el pastor D. James Kennedy de la Iglesia Presbiteriana de Coral Ridge fue uno de los oradores principales. Durante su presentación, él compartió una historia poderosa de Alejandro Magno, quien fue un hombre reconocido por su valentía.

Un día, Alejandro Magno organizó una “corte criminal” en el gran palacio de Nabucodonosor en Babilonia. Él se sentó en el gran trono dorado, pronunciando sentencias por los crímenes imputados a sus soldados. El sargento de armas traía a los soldados culpables y leía sus crímenes. Nadie podía librarlos de los severos juicios de Alejandro.

Finalmente, el sargento de armas trajo a un joven soldado y leyó su crimen: huir frente al enemigo. Alejandro no podía tolerar esta cobardía. Mientras miraba a este joven soldado, el semblante de Alejandro cambió de severo a suave. Él le dijo al muchacho: “Hijo, ¿cómo te llamas?” El joven dijo en voz baja: “Alejandro”. La sonrisa abandonó el rostro del rey. Le dijo: “¿Qué dijiste?” El joven se puso firme —“Alejandro, señor”. El rey gritó: “¿¡CUÁL ES TU NOMBRE!?” El joven tartamudeó y dijo: “Al ... Alej ... Alejandro, señor”. El rey agarró al joven por la túnica, lo miró fijamente a la cara, lo arrojó al suelo y le dijo: “¡Soldado, cambie su conducta o cambie su nombre!”

¿Qué significa ese nombre para nosotros? ¡Cristiano! ¡Seguidores de Cristo! Una iglesia que exalta a Cristo caminará como Él caminó (1 Juan 2:6). Seremos imitadores de Dios (Efesios 5:1) para que seamos conforme a la imagen de Su Hijo (Romanos 8:29) y para que nuestra conducta sea digna del evangelio de

Cristo (Filipenses 1:27). Jesús nos dejó un ejemplo para que sigamos sus pasos (1 Pedro 2:21). La letra del viejo himno en inglés “Ser como Jesús” captura esta idea:

Él levantó al hombre caído; Él le dio al mundo una mano amiga.

Su corazón se conmovía cada vez que veía un alma en necesidad.

Mostrando bondad en todas partes; misericordia y amor

Suyos eran para compartir, Y como este Hombre de Galilea, yo quiero ser.

Su mirada de amor iba por todas partes, y vidas cambiaban cuando Él llegaba.

Ojos hambrientos y almas hambrientas sintieron Su abrazo. Él se inclinó para sanar a cada niño lisiado; Su toque sanador era fuerte pero suave, Y como este Hombre de Galilea, yo quiero ser.

Ser como Jesús, ser como Jesús, Lo único que pido es ser como Él.

Durante todo el viaje de mi vida, desde la tierra hasta la gloria, Lo único que pido es ser como Él.

(Estribillo: tradicional; 1er verso: Henry Slaughter; 2do verso: Gloria Gaither)

Una iglesia que exalta a Cristo lo modelará a Él.

Jesús, nuestro mensaje

Con el poder del Espíritu Santo, Cristo se convirtió en el mensaje de la iglesia primitiva. Según Hechos 2, Pedro predicó a Cristo, y se convirtieron unas 3,000 personas. En Hechos 3, Pedro y Juan encontraron a un hombre que era cojo desde nacimiento y lo sanaron en el nombre de Jesucristo. Entonces Pedro les predicó a aquellos que estaban intrigados por este milagro, guiándolos directamente a Jesús. En Hechos 4, Pedro y Juan fueron arrestados por predicar sobre la resurrección de Jesús. Pedro, lleno del Espíritu Santo, predicó nuevamente a Jesús, diciendo: “De hecho, en ningún otro hay salvación, porque no hay bajo el cielo otro nombre dado a los hombres mediante el cual podamos ser salvos” (Hechos 4:12, NVI). Cuando vieron la valentía de Pedro y Juan, se maravillaron de estos hombres incultos, dándose cuenta de que ellos habían estado con Jesús (Hechos 4:13).

Jesús será el mensaje de una iglesia que exalta a Cristo. Sin embargo, esta declaración debe ser ganada. En muchos púlpitos alrededor del mundo, se predica a Jesús como si fuera un terapeuta personal, un amigo que nos acepta tal y como somos, incluso si llevamos un estilo de vida pecaminoso. También se predica a Jesús como una inyección de adrenalina emocional, un genio de una lámpara, un orador motivacional o simplemente nuestro boleto de entrada al cielo.

Pablo tenía un mensaje muy diferente acerca de Cristo. En su carta a los corintios, dijo: “No nos predicamos a nosotros mismos, sino a Jesucristo como Señor” (2 Corintios 4:5, NVI). Sólo cuando confesemos con nuestra boca que Jesús es el Señor y creamos en nuestro corazón que Dios le levantó de los muertos, seremos salvos (Romanos 10:9). Nadie puede decir que Jesús es Señor sino por el Espíritu Santo (1 Corintios 12:3). Mientras Pedro predicaba en la casa de Cornelio el mensaje de que Jesús es el Señor de todos, el Espíritu Santo cayó sobre todos los que escuchaban la palabra (Hechos 10:44). En el nombre de Jesús, toda rodilla se doblará y toda lengua confesará que Jesucristo es el Señor (Filipenses 2:10, 11).

Una iglesia que exalta a Cristo proclamará el Señorío de Jesucristo. Si Él no es Señor de todo, entonces Él no es Señor en lo absoluto.

Jesús,

nuestra misión

La declaración de la misión de una iglesia nos muestra sus valores y objetivos; en otras palabras, la razón de su existir. La iglesia no existe para construir el reino personal de una persona, levantar nuevas celebridades, exaltar personalidades o idolatrar talentos. No existe para levantar edificios como monumentos o acumular riquezas. La iglesia tampoco existe para satisfacer las preferencias personales de la gente o para obtener su poder o control deseado.

La misión de la iglesia es alinearse con la misión de Cristo, quien vino a buscar y salvar lo que se había perdido (Lucas 19:10), reconciliando así al mundo con Dios (2 Corintios 5:19). Él vino a deshacer las obras del diablo (1 Juan 3:8). Jesús dijo que Él no vino a hacer nada por Sí mismo, sino lo que Él vio hacer al Padre (Juan 5:19). Él no buscó Su propia voluntad sino la voluntad del Padre que Lo envió (Juan 5:19). De hecho, cuando los discípulos animaron a Jesús a comer, Él respondió diciendo: “Mi alimento es hacer la voluntad del que me envió y terminar Su obra” (Juan 4:34, NVI).

Esta fue la misión de Cristo: llevar la salvación a un mundo perdido, destruir las obras del diablo, hacer lo que el Padre estaba haciendo, obedecer Su voluntad y terminar Su obra. Durante los días posteriores a la resurrección y previos a su ascensión al cielo, Jesús pasó esta misma misión a Su iglesia con estas palabras: “Como el Padre me envió a mí, así yo los envío a ustedes” (Juan 20:21, NVI).

John Piper dijo: “Engrandecer a Cristo no es una acción que se compare a otras. Es el objetivo de todo lo que hacemos”. Cristo es el Modelo, Mensaje y Misión de la iglesia.

La Iglesia de Dios de la Profecía —Un movimiento que exalta a Cristo.

TIM COALTER

OBISPO PRINCIPAL

El obispo principal Tim Coalter es ministro de tercera generación de la Iglesia de Dios de la Profecía. Luego de pastorear por 28 años, fue supervisor estatal de Carolina del Sur, antes de ser seleccionado como presbítero general de Norteamérica. Además de estas posiciones, el obispo Coalter ha servido en numerosos comités de la Asamblea. Tiene una maestría en Ministerio Eclesial con una concentración en liderazgo del Seminario Teológico Pentecostal en Cleveland, Tenesí. En 1979 se casó con Kelly, y Dios los bendijo con tres hijos y muchos nietos.

SANTIDAD

Desde su fundación, la Iglesia de Dios de la Profecía, se ha identificado como una iglesia apasionada por la santidad. La palabra santidad en su término bíblico original significaba “cortar” lo inmundo o lo impuro, lo cual resultaba en una separación del pecado. Así, la santidad personal a través de la santificación se entendía como la circuncisión del corazón en la que la naturaleza pecaminosa heredada de Adán era cortada y removida del corazón por el Espíritu Santo. Pablo usó el término “viejo hombre” para referirse a la naturaleza pecaminosa que reside en el corazón de cada persona desde su nacimiento. Para Pablo, dar muerte al viejo hombre por la gracia santificadora de Cristo era un tema importante. Él escribió lo siguiente:

Sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado. (Romanos 6:6)

En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos. (Efesios 4:22)

No mintáis los unos a los otros, habiéndoos despojado del viejo hombre con sus hechos. (Colosenses 3:9)

La audiencia de Pablo, en estos pasajes de las Escrituras, no eran los incrédulos o los que no se habían convertido, sino los cristianos. Por lo tanto, aunque creer y confiar en Cristo imparte nueva vida espiritual, no quita el poder y la influencia de este “viejo hombre”. La salvación es el resultado del perdón de los pecados. La santificación, por otro lado, trata con esta naturaleza innata y depravada que nos lleva a pecar. En otras palabras, cuando una persona nace de nuevo, dos naturalezas moran y luchan entre sí en el mismo corazón. Estas dos naturalezas se identifican como el hombre espiritual de Cristo y el hombre carnal de Adán. Estas naturalezas pelean entre sí y compiten por el control de la persona. Pablo habla de esta guerra interior cuando escribe en Romanos capítulo 7:

Y yo sé que en mí, esto es, en mi carne, no mora el bien; porque el querer el bien está en mí, pero no el hacerlo. Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago. Y si hago lo

que no quiero, ya no lo hago yo, sino el pecado que mora en mí. (Romanos 7:18-20).

Por lo tanto, Pablo anima al creyente que ha aceptado a Cristo a dar el siguiente paso al “despojarse” o crucificar al viejo hombre que lleva dentro. Una vez más, debe entenderse que Pablo se refiere a algo más que viejos hábitos, adicciones o acciones pecaminosas. Él se está refiriendo a algo parecido a un cáncer agresivo que se incrustó en el corazón de cada persona a causa de la desobediencia de Adán. Esta naturaleza pecaminosa se transmitió a todos los descendientes de Adán y, en consecuencia, ninguna persona que naciera podría vivir una vida sin pecado. Debido a la desobediencia de Adán, esta naturaleza depravada se transmite de padres a hijos. Recuerde, Eva fue engañada, pero Adán deliberadamente desobedeció (1 Timoteo 2:14). Por eso, Jesús nació sin pecado y sin esta naturaleza pecaminosa o sin este “viejo hombre”, porque Él no tenía un padre terrenal, aunque si tenía una madre terrenal.

La naturaleza adámica es una fuerza poderosa y controladora que reside en el corazón de todos los seres humanos y debe ser tratada radicalmente por el poder de Cristo a través del Espíritu Santo. Ser santificado requiere fe en Cristo, y muchas veces implica una gran batalla, porque el viejo hombre no muere fácilmente. A.J. Tomlinson describe su experiencia de santificación como un gran conflicto. Vale la pena citar extensamente su experiencia de santificación.

Caí en un tremendo conflicto con el “viejo hombre” quien me dio una violenta contienda. Luché contra él y luché con él día y noche durante varios meses. Cómo vencerlo, yo no lo sabía. Nadie podía decirme o darme mucho aliento. . .

Yo estaba recogiendo una cosecha de maíz, y supongo oraba en casi todos los surcos, y en casi todo el campo. Aunque trabajaba duro todos los días, frecuentemente comía una sola comida al día. . . De vez en cuando salía de la casa por la noche, y permanecía fuera y oraba por horas. Busqué en mi Biblia y oré muchas noches desde la media noche y hasta las dos en punto, y después en el trabajo de nuevo a la mañana siguiente a la salida del sol. Fue una pelea difícil, pero yo estaba determinado a que el “viejo hombre” muriera. Ya me había dado muchos problemas y sabía que seguiría haciéndolo si no lo mataba…Al fin llegó la lucha final. Fue una lucha cuerpo a cuerpo, y los demonios del infierno parecían reunir sus fuerzas,

y sus apariencias espantosas y gritos furiosos sin duda había sido mucho para mí si el Señor del cielo no hubiera enviado una multitud de ángeles para ayudarme en esa terrible hora de peligro…y logré, por alguna destreza peculiar, meterle la espada hasta la empuñadura … lo sentí comenzar a debilitarse y temblar … Esa afilada “espada” de dos filos estaba haciendo su trabajo. No le tuvo compasión. No le tuve misericordia. Allí estábamos en esa posición cuando de repente vino de arriba, como un rayo del cielo, un poder sensacional que terminó el conflicto, y allí estaba el ‘viejo hombre’ muerto a mis pies, y yo estaba libre de su control … ¡fue santificado completamente! (El último gran conflicto, pp. 225, 226).

Muchos cristianos pueden hablar de batallas similares con el “viejo hombre”. Como joven cristiano, tuve una tremenda lucha con el alcohol y el tabaco. Mis pecados habían sido perdonados, pero como dijo Pablo, “Hice cosas que no quería hacer” por el poder del “viejo hombre” en mí. Yo me sentía tremendamente culpable cuando volvía a caer en esos viejos hábitos. La verdad es que parecía que yo no tenía el poder para abandonarlos por completo. Yo me arrepentía de mis pecados, pero al poco tiempo volvía a fallar. Sin embargo, una noche fui al altar con una gran carga, llorando y buscando del Señor. De repente, el poder de Dios descendió y comenzó a enviar sacudidas de alegría en mis brazos como si estuviera recibiendo descargas eléctricas. Yo estaba riendo y llorando al mismo tiempo, y luego me di cuenta de que había sido santificado. Mi lucha con el alcohol y el tabaco terminó inmediata e instantáneamente.

La santificación es una experiencia real que debe buscarse diligentemente después de haber recibido la salvación. Vivir una vida santa significa estar completamente consagrado a Dios en el corazón, el alma, la mente y el cuerpo. Para aquellos que desean caminar en santidad, no hay lugar para la voluntad propia o el autogobierno, porque es imperativo ser guiado por el Espíritu en todas las cosas.

Ser santificado no significa que uno nunca pueda ser tentado o que esté libre del fracaso. La Biblia dice que el hombre justo puede caer siete veces, pero aun así continúa levantándose. Ser santificado y caminar en santidad significa que la naturaleza de la persona ha sido cambiada y el deseo innato de pecar ha sido erradicado. Por lo tanto, la Iglesia de Dios de la Profecía debe continuar siendo una iglesia que proclama, busca y respalda la santidad bíblica.

El obispo Tim McCaleb, presbítero general para Asia, Australia y Oceanía, obtuvo su licencia ministerial en la IDP en 1980. Ocupó cargos pastorales en Tennessee e Illinois antes de ser nombrado supervisor estatal de Oregón, Idaho, Utah y Texas. Durante ese tiempo, también participó en comités de Asamblea, como el comité de Doctrina Bíblica y Gobierno, y fue Director de Compañeros en el Servicio de las Oficinas Internacionales. Posee una maestría en Estudios Teológicos por la Universidad de Vanderbilt y un doctorado en Ministerio de la Houston Graduate School of Theology. Está casado con Sheena y tienen cuatro hijos y muchos nietos.

UNA IGLESIA LLENA DEL ESPÍRITU SANTO

“Reconciliar al mundo con Cristo por medio del poder del Espíritu Santo” es la declaración de la visión adoptada de nuestro movimiento global. Creemos claramente que Cristo mismo nos ha llamado a unirnos a Él y a todas las demás iglesias cristianas en Su misión de reconciliar al mundo con Dios. Creemos que la única forma en que podemos llevar a cabo este gran llamado como parte de la gran iglesia mundial es siendo llenos con el Espíritu Santo, que Jesús, nuestro Espíritu bautizador, nos envió tanto corporativa como individualmente. De nuestra declaración de visión fluye nuestra declaración de la misión, que se compone de siete descripciones concisas de quiénes somos: “La

Iglesia de Dios de la Profecía será un movimiento mundial que exalte a Cristo, procure la santidad, esté lleno del Espíritu, esté abierto a todas las naciones, sea hacedor de discípulos, sea establecedor de iglesias, y sienta gran pasión por la unión cristiana”

En el centro de estas siete declaraciones está nuestro compromiso eclesial y nuestra comprensión de la tercera persona de la Trinidad, el Espíritu Santo. Algunos se han referido teológicamente al Espíritu Santo como el miembro tímido de la Deidad, ya que a lo largo de la historia del cristianismo, la discusión sobre el Espíritu Santo a menudo

¿Qué significa ser una iglesia llena del Espíritu? El apóstol Pablo nos recuerda en Romanos 5:5 que “Dios ha derramado su amor [tanto por la iglesia como por el mundo perdido] en nuestro corazón por el Espíritu Santo que nos ha dado” (NVI). La historia pentecostal y el altar de Pentecostés están en el centro de nuestra experiencia con el Dios en tres Personas, donde el Espíritu Santo se derrama sobre toda carne.1 Llegamos a comprender el derramamiento de la gracia y la misericordia de Dios en Cristo Jesús por la convicción del Espíritu Santo (Juan 16:8). Esta imagen o metáfora de derramamiento se encuentra a lo largo de las Escrituras y está profundamente arraigada en la teología del altar, tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento.

Cuando Pablo le recuerda a la iglesia primitiva en Filipenses 2:6-11 que Jesús se despojó o se derramó (“se rebajó” en la versión NVI), él intencionalmente usa el término griego metafórico de la palabra derramar (kenosis) como se ve en las historias bíblicas del altar. Entonces, si el don de Dios es este derramamiento de la plenitud de Dios por medio de Cristo, y Jesús es nuestro Espíritu bautizador (“Él es el que bautiza con el Espíritu Santo”, Juan 1:33), entonces también podemos hablar del derramamiento pentecostal, un derramamiento del Espíritu de Dios en nosotros, el cumplimiento de las palabras de Joel dichas por Pedro en el día de Pentecostés en Hechos 2:17 “Después de esto, derramaré mi Espíritu sobre todo el género humano. Los hijos y las hijas de ustedes profetizarán, tendrán sueños los ancianos y visiones los jóvenes” (Joel 2:28, NVI). 2

En otras palabras, Dios se ha derramado en el Hijo a través del Espíritu, de igual forma que el aceite es derramado sobre un sacrificio en el altar. El bautismo del Espíritu es un derramamiento de la plenitud de Dios, una entrega completa de Su plenitud sobre la iglesia, la cual se convierte en una Shekinah de la gloria de Dios y en una presencia física de Dios en la iglesia para hacer resonar la gloria de Dios en el mundo. Por el Espíritu que mora en nosotros, la iglesia se convierte en la gloria de Dios en la tierra la cual se manifiesta físicamente. Sólo como iglesia corporativa podemos ser esta Shekinah de Dios para que el mundo pruebe y vea la presencia y la plenitud de Yavé. 3

Gordon Fee, renombrado erudito pentecostal del Nuevo Testamento, nos recuerda que nuestra fe ha dado un giro paradigmático en los siglos pasados.4 En los primeros siglos, la comprensión de las Escrituras estaba enfocada

en la iglesia como un todo, a diferencia con los desarrollos más recientes —en donde el enfoque de la obra de Dios está sobre el individuo. Este giro desafiante se entiende mejor en la enigmática expresión moderna: Tengo buenas noticias y malas noticias. Las buenas noticias son que ahora vemos nuevamente la obra de Dios en el poder personal e individual. Hubo un tiempo en que el individuo no estaba en el centro de la fe. Mientras mi nombre estuviera en los libros de la iglesia, yo era cristiano. En cuanto a si realmente creía o conocía a Dios personalmente, esa es otra historia. Ahora, el enfoque cristiano no está en la membresía de una iglesia o la herencia doctrinal o eclesial, sino en la experiencia personal con un Dios todopoderoso. Esto es en su mayor parte, buenas noticias. El aspecto desafortunado o de malas noticias de esto es que muchos ya no tienen una comprensión corporativa de la obra de Dios en nosotros como un todo o como el cuerpo de Cristo.

Este enfoque endémico moderno hacia el individualismo ha impregnado casi todas las culturas modernas y tardías y la vida. Incluso ahora, generalmente nuestra fe se trata de uno mismo. Por ejemplo, en mi juventud hubo un llamado muy necesario por la justicia y los derechos civiles con respecto a la igualdad racial. Honestamente, este llamado a la justicia sistémica civil debería escucharse aún más en la actualidad. Debemos comprender cuidadosamente que todos los grupos étnicos del mundo, todos los grupos de personas fueron creados a la imagen de Dios, y debemos buscar colectivamente la justicia para todos. Desafortunadamente, lo que se inició como una forma de abordar los prejuicios sistémicos contra grupos de personas específicos en los movimientos de derechos civiles se ha convertido para muchos en derechos personales o individuales, en otras palabras “mis derechos”. El aspecto civil o corporativo queda sepultado por el deseo individual. Otra demostración de este giro hacia el individualismo se puede ver fácilmente al mirar los títulos de los libros cristianos. Muchos libros cristianos tratan sobre mi vida personal, mi desarrollo, mi fe, mi actualización, mi felicidad, mi salud, mi riqueza, mi vida, mis dones, mi unción, mi ministerio, mi visión. ¿Es esta la intención de Dios? ¿O es nuestra interpretación basada en nuestras necesidades, la que a veces no reflejan Su llamado o voluntad?

De niño en la IDP, hablábamos mucho de la Iglesia. A menudo, nuestra interpretación era que muchas promesas de las Escrituras eran específicas para nuestro movimiento. En las últimas décadas, nos hemos arrepentido correctamente de este enfoque interno y nos hemos deshecho de nuestro lenguaje y mentalidad de exclusividad y hemos adoptado una comprensión más inclusiva de nuestra fe. Este fue un tiempo necesario de arrepentimiento traído por el Espíritu para nosotros. Sin embargo, a partir de esto se se minimiza. Para los pentecostales, Jesús es el centro de nuestra fe, y lo es gracias a la presencia y el poder del Espíritu Santo a quien Jesús envió para morar plenamente en nosotros, enseñándonos diariamente acerca de Cristo mismo. Los pentecostales estamos centrados en Cristo porque estamos llenos del Espíritu.

ha perdido un sentido de identidad corporativa o de iglesia. Parece que ya no predicamos de la iglesia, el cuerpo de Cristo, Su novia. Pero algunos aspectos de la “iglesia” o ecclesia, deben mantenerse claramente. No deseamos volver a emplear este sentido corporativo de la iglesia para excluir a otros. En cambio, queremos ver intencionalmente a la iglesia universal de todos los que creen en Cristo como un solo cuerpo, no sólo

como un grupo de individuos muy diversos (y a veces divisivos) que han decidido congregarse en una reunión o en organizaciones, sino como el trabajo de Cristo, el cual es nacido del Espíritu y empoderado por Él mismo para ser el cuerpo de Cristo, Sus manos, Sus pies, Su corazón y Su voz aquí en la tierra.

La iglesia no es un conglomerado de creyentes que deciden reunirse en el nombre de Cristo. La iglesia fue comprada por Cristo, y nos está formando en el poder del Espíritu. Desde el principio, fue la intención de Dios tener un pueblo llamado por Su nombre: “Mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado” (2 Crónicas 7:14). Dios no ha cambiado de opinión. No debemos ser sacerdotes individualistas específicos y especiales, sino que estamos llamados a ser un real sacerdocio (1 Pedro 2:9).

El erudito pentecostal Roger Stronstad sugiere, desde una perspectiva de la llenura del Espíritu, que somos ungidos para ser parte de una “profecía” de todos los creyentes. 5

No es un llamado a ser el apóstol, el profeta, el evangelista, el gran pastor-maestro. No se trata de individuos, sino que nosotros, como pueblo de Dios, llamados por Su nombre, debemos ser llenos de Su Espíritu para levantar múltiples personas en el ministerio que trabajen unidos para la edificación (“capacitación” en la NVI) del cuerpo de Cristo, los santos, para hacer la obra corporativa del ministerio a fin de que todos seamos uno (Efesios 4:12). 6

Jesús está formando o edificando Su iglesia a través del Espíritu Santo, y el Espíritu nos está colocando en el cuerpo de Cristo para cumplir Sus propósitos y para que podamos ser usados por Él para hacer Su obra. En 1 Corintios 12:18 dice: “Mas ahora Dios ha colocado los miembros cada uno de ellos en el cuerpo, como él quiso”. Debemos vernos a nosotros mismos no solo como un conglomerado de individuos llenos del Espíritu, sino como un cuerpo formado por Cristo a través del Espíritu para Su propósito. Sí, nosotros deseamos volver a abrazar nuestra historia de avivamiento y el ADN donde cada individuo estaba lleno del Espíritu Santo, y queremos igualmente abrazar la llenura y formación corporativa de nuestra iglesia por el Espíritu como un solo cuerpo. ¿Qué pasaría si Dios trabajara entre nosotros, no solo individualmente sino también corporativamente, llenando a toda Su iglesia con Su presencia, justicia, amor, paz y poder en un poderoso movimiento de renovación en estos días? ¡Quiero ser parte de ese avivamiento! Creo que Dios está haciendo una obra del Espíritu ahora. ¿Hasta qué punto estamos personal y colectivamente preparados

para esto? Piense en lo que sucederá cuando oremos y creamos: “Espíritu Santo, ven, llénanos, moldéanos para Tu gloria”.

Necesitamos experimentar un nuevo Pentecostés en nuestra iglesia corporativa. Lo que a veces olvidamos en nuestra mentalidad de avivamiento individual es que el Espíritu Santo y la iglesia están integralmente relacionados, es decir, el uno siempre debe ser parte del otro. La naturaleza del Espíritu Santo es corporativa, llamándonos como pueblo de Dios, formándonos como la iglesia de Cristo para servir al mundo. 7 Frank Macchia, ministro ordenado de las Asambleas de Dios y renombrado teólogo sistemático pentecostal, sugiere que hay tres movimientos o desarrollos que ocurren en una iglesia llena del Espíritu. Primeramente, hay un derramamiento de la plenitud de la gracia de Dios en Su pueblo, Su iglesia. Este primer derramamiento pentecostal es del Padre, a través del Hijo, para la iglesia como luz, vida y amor.

El segundo mover del Espíritu en la iglesia es la impartición. Cuando recibimos la plenitud del Espíritu en la iglesia, recibimos el don de la vida, y entramos y participamos de este soplo de vida para el mundo. A través del Espíritu que mora en nosotros como Su pueblo, somos llevados a la comunión divina. Él se imparte a nosotros en una relación de amor, justicia y poder.

En tercer lugar está el llamamiento o ministerio. Estamos tan llenos del Espíritu, tan unidos con Dios en amor, justicia y poder, que nos unimos a Él en el derramamiento de este amor, justicia y poder al mundo. 8

Mi oración es esta: “Señor Jesús, bautiza nuevamente a Tu iglesia con el Espíritu Santo. Tráenos tiempos de avivamiento corporativo donde nos reunamos en el altar pentecostal, ese lugar asombroso donde hemos recibido continuamente Tu gloria Shekinah”.

Seamos llamados nuevamente al altar pentecostal, el cual nos llama primero a reunirnos en Su presencia para recibir Su llenura y también para la dedicación, llamado y empoderamiento. Este es el altar que nos envía al mundo para servir. El altar pentecostal debe ser un

lugar que se vuelva a visitar con frecuencia, donde Él nos llena una y otra vez y nos envía una y otra vez, al mundo. Que seamos verdaderamente una iglesia llena del Espíritu.

1. Wolfgang Vondey.

2. Ver Die Kenosis des Geistes, (La kenosis del espíritu), Lyle Dabney, pp. 54-80, Neu Kirchner Verlag, Düsseldorf, 1997. Este trabajo académico es el resultado de la disertación de Dabney en la Universidad de Tubingen. Es un trabajo denso, incluso para lectores alemanes nativos, pero ofrece un excelente desarrollo en el campo de la pneumatología que demuestra una sólida comprensión de la obra trina de Dios en el pensamiento pentecostal. Se le conoce más como un académico wesleyano.

3 Pentecostal Ecclesiology, Simon Chan (Deo Publishing, Dorchester, Reino Unido, 2011), pág. 62.

4. Véase Paul, the Spirit, and the People of God, Gordon D. Fee (Baker Academic, Grand Rapids MI, 1996), págs. 63-73.

5. Journal of Pentecostal Theology, Serie Suplementaria, 16 (Sheffield Academic Press, 1999), p. 136.

6. Estas son mis consideraciones de Paul, the Spirit, and the People of God Fee, capítulo 6. También se encuentra un gran estudio sobre esto en Serving the People of God’s Presence: A Theology of Ministry, Terry L. Cross (Baker Academic, Grand Rapids, MI, 2022). El profesor Terry Cross (Universidad Lee) busca diligentemente en esta monografía establecer un sentido de ministerio corporativo práctico lleno del Espíritu a un mundo perdido. Su propuesta explícita de una eclesiología pneumatológica que por naturaleza existe para hacer el ministerio, hace un excelente estudio para cualquier pastor/erudito.

7. Simon Chan, Pentecostal Ecclesiology, p. 64.

8. Véase The Spirit Baptized Church: A Dogmatic Inquiry, Frank Macchia (T&T Clark Bloomsbury Publishing, Londres, 2020), pág. 4. He incorporado parte del lenguaje de uno de mis mentores teológicos a través de la literatura, Jack Steven Land. En su increíble monografía, Pentecostal Spirituality: A Passion for the Kingdom, CPT Press, Cleveland TN 2010 (publicado por primera vez por Shefield Press en 1993). Land a menudo emplea esta tríada de amor, justicia y poder como una expresión del patetismo resultante de la Iglesia llena del Espíritu que tiene su corazón y está apasionada con el reino de Dios uniéndose a Él en preparación para el eschaton, la eternidad con Dios

El obispo Clayton Endecott y su esposa, Wanda, respondieron a al llamado la ministerio en 1983 para trasladarse a Frankfurt, Alemania, plantando allí la primera iglesia de habla alemana. Esta iglesia floreció en tres vibrantes iglesias internacionales, así como en nuevas plantaciones de iglesias y misiones. Ha impartido cursos universitarios a tiempo parcial para Community Colleges de Chicago en Europa, ha participado en los Diálogos Oficiales Pentecostales/Católicos y en varios comités alemanes e internacionales para la promoción de iglesias pentecostales, carismáticas y evangélicas. Es miembro del Seminario Teológico Europeo de Kniebis, Alemania, que forma parte de la Universidad Lee. Clayton y Wanda tienen cuatro hijos que sirven en iglesias de Alemania.

TODAS LAS NACIONES

La Iglesia de Dios de la Profecía es una organización cristiana dinámica que opera en más de 135 países del mundo y toma en serio la comisión dada por nuestro Señor Jesucristo. Desde el humilde comienzo en 1903, la Iglesia se ha extendido a muchas naciones del mundo, pero debe continuar su avance para llegar a todos los grupos de personas. Jesús, en su ministerio terrenal, dijo que el evangelio del Reino será predicado en todo el mundo para testimonio a todas las naciones, y entonces vendrá el fin (Mateo 24:14). Las naciones del mundo pueden

considerarse religiosamente pluralistas en las que la religión dominante en general es el cristianismo. La iglesia actualmente comunica el evangelio de Jesús en variadas presentaciones de grupos cristianos a través de servicios religiosos, conferencias, seminarios, cruzadas, reuniones en la calle y, desde la pandemia, a través de diversas plataformas electrónicas, todas las cuales están cuidadosamente diseñadas para impactar las diversas culturas, que fue la intención de nuestro Señor en la comisión dada a la iglesia de ir a "todo el mundo" y "enseñar a

todas las naciones". “Id, pues, y enseñad a todas las naciones” (Mateo 28:19).

En el versículo mencionado anteriormente, Jesús claramente dio la directiva para que los creyentes atraviesen el globo para “enseñar a todas las naciones” como está estipulado en Mateo 28:19: “Id, pues, y haced discípulos a todas las naciones”. La palabra “naciones” es la palabra griega ethnos . Es de donde obtenemos la palabra étnico. En griego, esta palabra siempre describe naciones gentiles. Sin embargo, no solo se refiere a naciones que están ubicadas geográficamente lejos de nosotros; también expresa la idea de diferentes costumbres, culturas y civilizaciones. Esto sin duda significa que el Evangelio debe ser llevado a personas de todas las culturas, costumbres, civilizaciones, razas, colores o etnias del mundo.

“Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura” (Marcos 16:15). Según este versículo, el mensaje salvador de Jesucristo debe ser llevado “a todo el mundo”. La palabra “mundo” en este versículo proviene de la palabra griega kosmos. Esto es muy significativo, porque la palabra kosmos describe todo lo que está ordenado. En griego, a menudo se usa para denotar un sistema político particular; un sistema que se encuentra en cualquier parte de la sociedad, como un círculo de amigos; o cualquier esfera donde vives y tienes influencia.

Además, como se afirma claramente en el libro de Efesios, Dios invita a la iglesia a caminar en unidad, santidad, luz, amor y en el Espíritu Santo. Dios quiere que Sus hijos caminen junto a É l, en Él, con S u pueblo y más allá, y que caminen en buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas (Efesios 2:10).1 Dios, fuente de todo poder , ha dado al cuerpo de Cristo la “autoridad para dar testimonio, reflejar y encarnar la autoridad y el poder de Cristo para transformar a las personas”.²

El evangelio es para todas las personas que necesitan experimentar a Dios y ser transformadas. Los que tienen la responsabilidad de ir deben ser humildes, dóciles y deben hacer saber que no son perfectos, pero experimentan luchas, tienen problemas y dependen de la ayuda de Dios.

A la iglesia se le ha dado el mensaje y el ministerio de la reconciliación. Los que se hacen creyentes

necesitan ser nutridos hasta que alcancen la madurez.

Es el evangelio de Jesucristo que la iglesia proclama que sigue siendo fundamental en toda verdadera proclamación; es el "centro de nuestro kergma (proclamar acción) y el corazón de nuestra didache (enseñanza)".³ "El objetivo de la proclamación es la fe más que la comprensión. Jesús no trae una enseñanza sino un mensaje. Personas de todas las culturas resisten pero gracias a Dios por los que lo han aceptado, experimentando así la transformación a medida que la relación con Jesús crece cada día. El anuncio es importante porque a través de él surge la fe. La verdadera escucha trae la fe que es también obediencia, ésta se ve afectada por la palabra (Romanos 10:8) Como la fe viene por la proclamación, las dos tienen el mismo contenido (1 Corintios 15:14).”4

La expansión del ministerio de Jesucristo a través del trabajo realizado por los esfuerzos de los ministros y miembros de la Iglesia de Dios de la Profecía en todas las naciones solo puede mejorar a medida que “rogamos al Señor” de la cosecha por más trabajadores fieles. Con más de doce mil puntos de predicación cada semana, se debe encomiar a los muchos pastores y trabajadores fieles que persisten en la obra del Señor frente a los tremendos desafíos que enfrentan cada día. Es mi oración que a medida que continuamos presionando en todas las naciones con el evangelio de Jesucristo, que la oración por la unidad que nuestro Señor hizo por nosotros en Juan 17 sea evidente en este ministerio de reconciliación a medida que avanzamos.

Con nuestra determinación de llevar las buenas nuevas a todas las naciones, debemos descansar en el consuelo de la Palabra de Dios que se encuentra en 1 Corintios 15:58 (NVI), que dice: “Por lo tanto, mis queridos hermanos y hermanas, manténganse firmes. Que nada te mueva. Entregaos siempre de lleno a la obra del Señor, porque sabéis que vuestro trabajo en el Señor no es en vano”.

1. EM 502 Educational Ministry of the Church, Diapositiva 40, mayo de 2014.

2. Ibid., 121.

3. Parrett and Kang, TFFF, 99.

4. EMC Proclaim, Diapositiva 6, mayo de 2014

CLAYTON MARTIN PRESBÍTERO GENERAL DE LAS ISLAS DEL CARIBE Y DE OCÉANO ATLÁNTICO

El obispo Clayton Martin comenzó su ministerio a tiempo completo en 1987 como pastor y supervisor de distrito en las Islas Caimán. Más tarde fue miembro del Comité de Doctrina Bíblica y Gobierno de la Iglesia de Dios de la Profecía y supervisor nacional para Jamaica y las Islas Caimán antes de ser seleccionado como presbítero general para las Islas del Caribe y del Océano Atlántico. Obtuvo una licenciatura en Educación Religiosa en el Christian Bible College y una maestría en Religión del Seminario Teológico Gordon-Conwell. Él y su esposa, Sonia, tienen una hija.

Haciendo discípulos:

Mientras oro, desempaco, comprendo y llevo en mi corazón estas características descriptivas, me parece que cada una de éstas está entrelazada la una con la otra, y que cada una proviene de la otra. Cuando la gente me pregunta sobre mi iglesia, siempre les digo estas características descriptivas, explicándoles claramente quienes somos. ¡Doy gracias a Dios por la visión de esta Iglesia! La esperanza de mi corazón, el trabajo de mis manos, los años de servicio que me quedan para Dios, los quiero invertir en ser esta clase de Iglesia, para la gloria de Dios.

Desde mi perspectiva, esto significa que la forma más efectiva de compartir el evangelio de nuestro Señor Jesucristo a las nuevas generaciones es a través del discipulado. Christian Andreas Schwarz es un autor, profesor e investigador alemán. Él es el fundador y presidente de Natural Church Development International (Desarrollo Natural de la Iglesia Internacional). Sus libros sobre la teoría y la práctica del crecimiento de la iglesia se han publicado en más de 34 países. De 1994 a 1996, él dirigió el proyecto de investigación más completo sobre las causas del crecimiento de la iglesia cristiana. Más de 1,000 iglesias en los cinco continentes participaron en este estudio. Schwarz y su equipo encontraron que las iglesias en crecimiento practicaban ocho principios comunes.

Un principio fue el desarrollo de un sistema de grupos pequeños donde los cristianos pueden encontrar un compañerismo íntimo, ayuda práctica y una profunda interacción espiritual. Todos estos elementos cobran importancia considerando una visión holística (y bíblica) del ser humano. En estos grupos, las personas no sólo hablan sobre textos bíblicos o escuchan explicaciones interesantes de expertos, sino que también aplican enfoques bíblicos a los asuntos cotidianos de los participantes. Esto se llama discipulado integral. Este es el tipo de discipulado que usó Jesús, tratando no sólo con la parte

EVANGELIZACIÓN EFECTIVA EN TIEMPOS MODERNOS

espiritual de uno mismo, sino con todo el ser. Jesús compartió con Sus discípulos la forma de vivir según el reino de Dios en la tierra, utilizando principios bíblicos que se manifestaron en la práctica diaria de Su propia vida. No tengo duda de que es por eso que, después de pasar tres años con Su pequeño grupo de discípulos, Jesús les enseñó que la manera de ganar el mundo era “ir por todo el mundo y hacer discípulos”

Tanto el ejemplo de Jesús como los resultados de las investigaciones de Schwarz nos muestran la importancia del discipulado integral. Sin embargo, esta forma de evangelismo no se practica universalmente en la Iglesia de Dios de la Profecía. A pesar de esto, no puedo dejar de mencionar que hay un pequeño puñado de naciones e iglesias que utilizan el discipulado como estrategia de crecimiento. Además, aquellas iglesias que lo utilizan adecuadamente han tenido excelentes resultados.

Esta forma, aunque aparentemente preferida por Jesús, no se practica en la mayoría de nuestras iglesias. Creo que es hora de hacerlo. Aunque nuestra iglesia ha experimentado un crecimiento considerable en el mundo en los últimos 25 años, este crecimiento existe gracias al esfuerzo de un pequeño grupo de naciones y no de todas. Estoy convencido de que si cada pastor dentro de nuestra iglesia, junto con su grupo de liderazgo, decide discipular a su comunidad cristiana de manera integral, experimentaremos un crecimiento mayor al que hemos obtenido hasta ahora. Les aseguro que serán mejores iglesias.

Si iniciamos y utilizamos un buen sistema de discipulado integral/holístico, perderemos menos miembros, nuestras iglesias crecerán de forma natural y tendremos iglesias más sanas y enfocadas en el Shalom de nuestras comunidades. Después de todo, esta es la voluntad de Jesús.

GABRIEL ELÍAS VIDAL

PRESBÍTERO GENERAL DE SUDAMÉRICA

El obispo Gabriel Vidal fue salvo a los cinco años de edad y ha estado envuelto en el trabajo eclesiástico toda su vida. En 1984, se mudó a Nueva York después de terminar estos años intensivos en una escuela de negocios en Santo Domingo, República Dominicana y luego vivió en Rhode Island de 1985 a 2000. Fue coplantador de una iglesia en Providence y más tarde se convirtió en líder regional de jóvenes tanto para el sur de Nueva Inglaterra como para las regiones hispanas del noreste. También fue asistente administrativo del ministerio de la Voz de Salvación en español y director del Departamento Mundial de Lenguajes antes de su nombramiento como presbítero general de Sudamérica. Él y su esposa, Hanny, tienen dos hijos.

Plantación de iglesias

Hace más de diez años, cuando comenzamos a trabajar en la Visión 2020, identificamos rápidamente la Cosecha como un valor central. También nos dimos cuenta que plantar iglesias era quizás la forma más eficaz y eficiente de darle la bienvenida a la cosecha a la familia de la Iglesia de Dios de la Profecía.

En México, Centroamérica y el Caribe de habla hispana, nos asociamos con la Red de Multiplicación para capacitar a cientos de plantadores de iglesias. Esta asociación estratégica ha traído materiales de capacitación a la Iglesia de Dios de la Profecía en el área, así como miles de dólares para ayudar con los gastos relacionados con la plantación de iglesias.

En su libro Planting Healthy Church (Sembremos Iglesias Saludables), Gary Teja y John Wagenveld nos dan varias razones bíblicas y prácticas para plantar iglesias. Entre las razones bíblicas incluyen:

• Las nuevas iglesias son más efectivas para hacer discípulos.

• Las nuevas iglesias contribuyen a dar testimonio del reino de Dios.

• Las nuevas iglesias contribuyen a la expansión del pueblo de Dios.

• Las nuevas iglesias proclaman un mensaje relevante.1

Teja y Wagenveld también sugieren las siguientes razones prácticas para plantar nuevas iglesias:

• La población está creciendo rápidamente.

• Las iglesias nuevas atraen a más personas que las iglesias establecidas.

• Las iglesias establecidas tienden a estancarse.

• Las iglesias nuevas pueden inspirar a las iglesias establecidas.

• Se necesitan iglesias en los lugares donde viven los inconversos.

• Las iglesias nuevas son más flexibles.

• Las iglesias nuevas desarrollan líderes rápidamente.

• La proximidad geográfica ayuda al discipulado.2

EN MÉXICO, CENTROAMÉRICA Y EL CARIBE DE HABLA HISPANA

Pero no todos aceptan la plantación de iglesias. Hay muchas objeciones que enfrentar incluso en las áreas más receptivas. Los conceptos erróneos más comunes que escucho también han sido considerados por Teja y Wagenveld:

• Comenzar nuevas iglesias debilita las iglesias establecidas.

• Comenzar nuevas iglesias requiere grandes cantidades de recursos.

• Perderemos mucha gente.

• Ya tenemos muchas necesidades.

• No debemos forzar la plantación de iglesias.

• Comenzar nuevas iglesias no me ayudará en mi carrera ministerial.3

Durante la última década (2010–2020), la Iglesia de Dios de la Profecía en México, Centroamérica y el Caribe de habla hispana tuvo un crecimiento neto en membresía de 56,620 miembros nuevos (45 por ciento) y 1,074 iglesias nuevas, un aumento del 47 por ciento en el número de iglesias organizadas. Recientemente, cuando nos reunimos para analizar el efecto de COVID 19 en el área, nos sorprendió gratamente descubrir que se organizaron 231 nuevas iglesias durante la pandemia en nuestra área y que se establecieron cientos de comunidades digitales. Esto es aún más milagroso si tenemos en cuenta que la zona fue afectada por dos grandes huracanes durante la pandemia.

Mientras reflexionamos sobre nuestra jornada, le damos gloria a Dios por lo que ha hecho mientras reconocemos los sacrificios hechos por cada plantador de iglesias en nuestra área. También celebramos nuestra alianza estratégica con la Red de Multiplicación y la inversión que ha realizado en nuestra área.

1. Gary Teja y John Wagenveld: Planting Healthy Churches (Sauk Village, IL: Multiplication Network Ministries, 2015), 10–12.

2. Teja y Wagenveld, 12–15.

3. Teja y Wagenveld, 15–19.

BENJAMÍN FELIZ

PRESBÍTERO GENERAL DE MÉXICO, CENTROAMÉRICA Y EL CARIBE DE HABLA HISPANA

El obispo Benjamín Feliz nació en Santo Domingo, República Dominicana. Tras muchos años de ministerio en Chile, Nicaragua, Massachussetts, Nueva Jersey, Delaware y el sureste de Estados Unidos, fue nombrado director de Finanzas y Publicaciones de las Oficinas Internacionales de la Iglesia de Dios de la Profecía. Luego fue seleccionado como presbítero general para México, Centroamérica y el Caribe de habla hispana. Obtuvo una licenciatura en Administración de Empresas en el Eastern College de St. Davis, Pensilvania, una licenciatura en Teología en el Florida Seminary de Orlando, Florida, así como una maestría en Administración de Empresas en el Bryan College de Dayton, Tennessee. Él y su esposa, Damaris, tienen dos hijos.

Una pasión por la unión cristiana

JUAN 17:20-26

Es obvio por la vida y el ministerio de Cristo que Él vino a establecer la justicia y traer paz y unidad entre los creyentes. Durante demasiado tiempo, las organizaciones eclesiásticas, e incluso las iglesias estatales y locales de nuestra propia organización, han practicado la competencia en lugar de la cooperación. Hemos predicado la unidad y practicado la división. Esto ha debilitado la influencia y retrasado el final de la gran comisión.

El tema de la unidad no es algo que deba escribirse en un libro y colocarse en el estante trasero de una biblioteca en algún lugar. Este es un tema que requiere nuestra máxima atención. La división es el gran pecado en el Nuevo Testamento. La división es algo malo tanto fuera de la iglesia como dentro de la iglesia. La división no es un problema nuevo. Hace muchos años, A. J. Tomlinson declaró: “Estos son días de división, discordia, separación y desacuerdo. El espíritu de discordia y divorcio parece estar por todo el mundo y está realizando su obra mortal en todos los rincones de este planeta. Se sube a los salones legislativos de las naciones y se posa en los asientos más altos de los hogares de las personas. Prospera en los círculos políticos y cabalga triunfante en hogares destrozados y tribunales de divorcio. Y tiene la audacia de hacerse prominente en los círculos religiosos. A menudo irrumpe donde menos se espera y provoca disputas y disturbios infernales. Si fuera un químico, yo lo llamaría algún tipo de narcótico o nitroglicerina; si fuera un lugar, yo lo llamaría el infierno”.

Sólo puedo decir que los tiempos han empeorado mucho más desde los escritos de A. J. Tomlinson, y la división actual entre los cristianos desacredita el Evangelio y nos impide ser un testimonio contundente de Jesucristo, lo cual debería caracterizar esta época. Es hipocresía hablar de la unidad mientras se practica la división.

El mundo no se puede ganar hasta que la iglesia sea una sola. Jesús oró al Padre: “Que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste” (Juan 17:21). Quizás si pudiéramos entender más acerca de la unidad, podríamos hacer más para obtenerla. La unidad está en una persona, y esa persona es Cristo.

La unidad es una relación personal, creciente y viva con Jesucristo. Nosotros nos amamos porque ambos lo amamos a Él. El amor es la clave de la unidad. Hay personas que se apresuran a defender la doctrina pero que se niegan a amar, pero si no podemos ganar con una actitud cristiana, entonces perdemos. Puede usted estar doctrinalmente en lo correcto y tener una actitud equivocada y aun así perder.

La unidad no se logra mediante la uniformidad forzada. La centralidad de la unidad es Cristo. Él es mío; yo soy Suyo. Cuando amamos a Jesús más que a cualquier otra cosa, incluyéndonos a nosotros mismos, permaneceremos unidos. El amor de Cristo es lo suficientemente grande, lo suficientemente puro y lo suficientemente fuerte para trascender todas las pequeñas diferencias que tenemos. La unidad no es el comienzo de un proceso, sino su final. Es el producto natural, maduro. No podemos mandarlo; es un regalo de Dios. ¡Debemos mantenerlo!

Pablo escribió a los Efesios en el capítulo 4: “Yo pues, preso en el Señor, os ruego que andéis como es digno de la vocación con que fuisteis llamados, con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor, solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz” (vv. 1-3).

Es interesante notar que la palabra “unidad” aparece sólo tres veces en toda la Biblia. Hay una referencia en el Antiguo Testamento donde David cantó: “¡Mirad cuán bueno y cuán delicioso es habitar los hermanos juntos en armonía” (Salmo 133:1). Pablo, en su carta a la iglesia de Éfeso, pide la “unidad de la fe” (4:13) y la “unidad del Espíritu” (4:3). Uno de estos pertenece a la doctrina, el otro a las relaciones.

En cuanto a la cuestión de la doctrina, es imperativo que luchemos por la fe que una vez fue entregada a los santos. Tenemos un solo mensaje que predicar, y ese es el mensaje del evangelio de Jesucristo. Pablo advirtió a los gálatas que algunos pervertirían el evangelio de Cristo, pero dijo: “Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema” (Gálatas 1:8).

En cuanto a la unidad del Espíritu, ésta depende de la medida en que Cristo mismo habite en nuestros corazones. La unidad no es unanimidad; la unanimidad significa concordancia absoluta de opinión dentro de un grupo determinado de personas. Seamos realistas; dos personas, y mucho menos un grupo de personas, nunca estarán 100 por ciento de acuerdo en algo. Tenemos conciencias individuales; estamos en diferentes niveles de madurez, pero la unidad implica más que eso.

Hay un entendimiento común cuando todos estamos en Cristo y Cristo está en nosotros. Uno no afina 20 pianos armonizando unos con otros. Estos están afinados con un diapasón, y cuando cada uno está afinado con el tono correcto, entonces están afinados entre sí. Solo cuando estamos completamente en sintonía con Cristo podemos estar en sintonía unos con otros.

En vista de los tiempos, y viendo lo que está sucediendo en todo el mundo, ahora es el momento en que los cristianos (personas que conocen a Cristo) deben unirse sin importar qué nombres estén sobre la puerta de las iglesias y darse cuenta de que todos estamos luchando por la misma causa, todos tenemos el mismo enemigo, todos nos dirigimos al mismo destino, y tenemos mucha más fuerza juntos que separados. Cuando nos unimos en Cristo, no tenemos que preocuparnos de quién se lleva el crédito porque la competencia ha terminado y la gloria se da a Jesucristo, la verdadera y única cabeza de Su iglesia.

Para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste.

JUAN 17:21

A los 12 años, Sam Clements aceptó a Jesucristo como Salvador y Señor. Se unió a la Iglesia de Dios de la Profecía en 1955. Siete años después, aceptó el llamado de Dios al servicio cristiano. Sus 28 años de servicio pastoral incluyeron Michie, Tennessee (donde comenzó), Tulsa (Verndale), Oklahoma, y un año en Michigan antes de regresar a Tennessee donde otros pastorados incluyeron el Tabernáculo de Robert y la Iglesia de Dios de la Profecía de Peerless Road en Cleveland. El obispo Clements sirvió como supervisor estatal/regional en Arkansas (1993), más tarde en Oklahoma y, en 1998, en Carolina del Norte. Sirvió allí hasta finales de 2000, cuando fue recomendado y seleccionado por el presbiterio internacional como presbítero general de Norteamérica con la supervisión de Canadá y los Estados Unidos. El 30 de julio de 2014, la 98ª Asamblea Internacional de la Iglesia seleccionó al obispo Clements para servir como supervisor general de la Iglesia de Dios de la Profecía, cargo que ocupó hasta agosto de 2022. El obispo Clements vive en Cleveland, Tennessee, con su esposa de 53 años, Linda Clements. Le gusta pasar tiempo con su familia, escuchar música gospel y, de vez en cuando, jugar golf.

MIÉRCOLES, 31 DE JULIO DE 2024

Miércoles por la mañana

Moderador: Obispo principal Tim Coalter

Aquellos que desean participar de las sesiones de negocios deben sentarse en el área designado. Tenemos copias de los informes de los comités de Asamblea en la parte trasera del salón.

9:00 AM Himno de apertura por el grupo de adoración de la Asamblea

Apertura oficial de la 102a Asamblea Internacional

Bienvenida por el obispo anfitrión

Ebli De La Rosa de la región sureste hispana

Adoración por el grupo de adoración de la Asamblea

Desafío de apertura por el obispo Brian Sutton

Oración por las sesiones de negocios y los comités de la Asamblea

10:30 AM Informes de negocios

• Director de Finanzas

• Junta Corporativa

• Comité de Finanzas y Mayordomía

• Comité de Doctrina Bíblica y Gobierno

Miércoles por la tarde

Moderador: Obispo principal Tim Coalter

Aquellos que desean participar de las sesiones de negocios deben sentarse en el área designado. Tenemos copias de los informes de los comités de Asamblea en la parte trasera del salón.

2:00PM Continúan las sesiones de negocios

Miércoles por la noche

Moderador: Obispo Clayton Endecott

Las puertas abrirán a las 6:00 p.m.

6:30 PM Concierto musical por la Bahama Brass Band

7:00 PM Celebración de apertura con el Desfile de las naciones

Ofrenda para los gastos de la Asamblea por el obispo

Llewellyn Graham

Oración y bienvenida por el obispo anfitrión de Florida

Scott Gillum

Música especial de la Florida Sunshine Band

Presentación del predicador

Adoración por el grupo de adoración de la Asamblea

La misión de Dios, mensaje por el obispo Gabriel Vidal

Interpretación por el obispo Ernesto Velasco

JUEVES, 1 DE AGOSTO DE 2024

Jueves por la mañana

Moderador: Obispo principal Tim Coalter

Se solicita a los candidatos para la ordenación y a sus esposas que se reúnan con sus respectivos obispos en el Green Room a las 8:30 a.m.

Aquellos que desean participar de las sesiones de negocios deben sentarse en el área designado. Tenemos copias de los informes de los comités de Asamblea en la parte trasera del salón.

9:00AM Oración matutina dirigida por el obispo Tim McCaleb

Adoración por el grupo de adoración de la Asamblea

9:30AM Continúan las sesiones de negocios

10:45AM Honor a los ministros fallecidos

Servicio de ordenación de obispos

Desafío para los obispos recién ordenados dirigido por el obispo Clayton Martin

Jueves por la tarde

2:00PM Primera sesión de talleres

3:30PM Segunda sesión de talleres

Jueves por la noche

Moderador: Obispo Brian Sutton

Las puertas abrirán a las 6:00 p.m

6:30PM Concierto musical por la Bahama Brass Band

7:00PM Himno de apertura por el grupo de adoración de la Asamblea

Bienvenida y presentación de los invitados fraternales

Ofrenda para los gastos de la Asamblea por el Revdo. Michael Luithle

Coro nacional de niños de las Bahamas

Presentación del predicador

Adoración por el grupo de adoración de la Asamblea

Pasión por la misión, mensaje por el pastor Jentezen

Franklin

VIERNES, 2 DE AGOSTO DE 2024

Viernes por la mañana

Moderador: Obispo Benjamín Feliz

9:00AM Oración matutina dirigida por el obispo Clayton Endecott

Adoración por el grupo de adoración de la Asamblea

9:45AM Ministerio de Desarrollo del Liderazgo y Discipulado

Palabra inspiradora, mensaje por el obispo Gary Smith

Presentación del predicador

Adoración por el grupo de adoración de la Asamblea

En la misión a través del poder del Espíritu Santo, presentación por el Dr. John Wagenveld

Viernes por la tarde

12:00PM Encuentro Misionero, Panzacola Ballroom, Exhibit Hall

Viernes por la noche

Moderador: Obispo Tim McCaleb

Las puertas abrirán a las 6:00 p.m.

6:30PM Concierto musical por la Bahama Brass Band

7:00PM Himno de apertura por el grupo de adoración de la Asamblea

Celebrando 100 años del Mensajero Ala Blanca

Ofrenda para los gastos de la Asamblea por el obispo

Franklin M. Ferguson

Coro de la Asamblea

Presentación de la predicadora

Adoración por el grupo de adoración de la Asamblea

En la misión para servir, mensaje por la Revda. Gia Roberts

SÁBADO, 3 DE AGOSTO DE 2024

Sábado por la mañana

Nota: El desayuno misionero de la Asamblea comenzará a las 7:00 a.m. en el Sebastián I y J

Nota: El área de exhibiciones (Exibit Hall) y la librería abrirán al mediodía.

9:00AM Oración matutina dirigida por el obispo Clayton Martin

Adoración por el grupo de adoración de la Asamblea

9:45AM Coro del Reino Unido

Adoración por el grupo de adoración de la Asamblea

Mensaje bienal del obispo principal Tim Coalter

Sábado por la tarde

Nota: La celebración hispana comenzará a las 2:00 p.m en el Sebastián K Ballroom.

2:00PM Servicio internacional destacando el Caribe

Los caribeños podemos hacer una diferencia en reconciliar al mundo con Cristo

Bienvenida por el obispo principal Tim Coalter

Adoración por el grupo de las Islas de Sotavento

“La Palabra de Dios” en poesía coral, Islas Turcas y Caicos

La IDP desde Jamaica hasta Costa Rica

Presentación, Jamaica

Alabando a Dios con tambor metálico, Trinidad y Tobago

Presentación de danza celebratoria

Música llena del Espíritu por la Bahama Brass Band

Poesía, “Reconciliación”

“Bajo la sangre”, Islas Caimán

Mensaje por el obispo Timothy Johnson

Voces de las Islas de Barlovento

Oración por Haití por el obispo Jean Claude Dorlean

Guyana y Surinam

Desfile de los nuevos convertidos

Oración

Clausura

Sábado por la noche

Moderador: Obispo James Kolawole

Las puertas abrirán a las 6:00 p.m.

6:30PM Concierto musical por la Bahama Brass Band

7:00PM Himno de apertura con el grupo de adoración de la Asamblea

Ofrenda para los gastos de la Asamblea por el obispo Rupert Neblett

Coro del Reino Unido

Presentación de la predicadora

Adoración por el grupo de adoración de la Asamblea

Testimonios de sanidad, dirigido por el obispo

Bill y Donna Vines

En la misión para sanar, mensaje por la Dra. Cathy Payne

DOMINGO, 4 DE AGOSTO DE 2024

9:00AM Oración matutina dirigida por el obispo James Kolawole

Adoración por el grupo de adoración de la Asamblea

9:45AM Premios y reconocimientos a las iglesias misioneras Ofrenda para los gastos de la Asamblea por el obispo Nathaniel G. Beneby, hijo

Coro de la Asamblea Internacional

Adoración por el grupo de adoración de la Asamblea

Desafío final por el obispo principal Tim Coalter

Momentos de homenaje

Reconocimientos especiales

Nombramientos

Consagración y comisión

UNIDOS CON DIOS

EN LA MISIÓN

¿Quiénes a su alrededor están quebrantados, perdidos, heridos, desamparados y necesitados del amor y la reconciliación de Cristo? ¿A quiénes le está enviando Dios para que conozcan Su amor plenamente? La misión de reconciliación de Dios nace de Su naturaleza amorosa. Dios creó a la humanidad para que fueran receptores de Su amor y disfrutaran de una profunda relación con Él. Dios derramó Su amor sobre toda Su creación. Sin embargo, el pecado separó a la humanidad de la comunión y relación con Dios (Isaías 59). Para reconciliar a la humanidad nuevamente en una relación amorosa con Él, nuestro Dios misional envió a Jesús con la misión de entregar Su vida por nosotros. Este fue y es el mayor acto de amor jamás realizado.

La visión de un Dios misionero que envía a menudo aparece en los Evangelios. Jesús ilustró claramente la naturaleza misional de nuestro Padre en las parábolas del pastor que dejó a las 99 ovejas para ir tras la que se había perdido, la mujer que perdió su moneda y la buscó diligentemente hasta encontrarla, y el padre que corrió al encuentro de su hijo pródigo para restaurarlo (Lucas 15:1-32). Jesús vino a buscar y a salvar lo que se había perdido (Lucas 19:10). Cuando abrazamos la misión para alcanzar a los “más pequeños” entre nosotros (Mateo 25:45), imitamos a Jesús, quien fue enviado a salvar a los perdidos.

Sin duda, todos conocemos la increíble oración de Jesús en Juan 17. En Su clamor, Jesús añadió una oración que resume poderosamente el corazón misionero de Dios y la invitación disponible para la iglesia: "Como tú me enviaste al mundo, yo también los he enviado al mundo" (Juan 17:18). Jesús nos envió a participar en la misión de Dios. Es la misión de rescate de Dios, no la nuestra. Jesucristo es el Salvador, y nosotros somos enviados a la cosecha como obreros en Su mies.

La oración de Cristo: "Como tú me enviaste al mundo, yo también los he enviado al mundo", es importante cuando comprendemos quién es Jesús y el llamado a la iglesia a unirse a Él. Después de Su resurrección, Jesús reafirmó aún más el aspecto misional de la iglesia. Desafió a la iglesia con una declaración similar a la oración de Juan 17:18: ". . . Como el Padre me envió, así también yo os envío a vosotros" (Juan 20:21). Él nos envió. Nos envió al mundo, más allá de las paredes de nuestros lugares de culto. Nos envió a los barrios pobres, donde la miseria y el dolor abundan, para llevar promesa y esperanza en Jesús, quien puede ayudarlos en su dolor. Nos envió a los indigentes y afligidos para ofrecerles un hogar en Jesús, un hogar en la gloria, un hogar lleno de amor. Nos envió a los más vulnerables y quebrantados para ofrecerles la promesa de restauración y reconciliación que solo se encuentra en Jesús.

La idea de ser "enviado" a algún lugar podría malinterpretarse fácilmente si entendemos ser enviado por Dios como ser enviado por una persona. A menudo empleamos la palabra "IR" porque la tomamos de la gran comisión: "Por tanto, id y haced discípulos de todas las naciones..." (Mateo 28:19). Sin embargo, cuando vamos por alguien o somos enviados por alguien, implica que debemos dejarlo. Pero no es lo mismo cuando somos enviados por Jesús. No podemos ir POR Dios; solo podemos ir CON Él. Dondequiera que Él nos llame a ir, Él ya está allí. A quienquiera que Él nos llame a ministrar, Él ya está allí con ellos, ministrándoles.

¿Quiénes a su alrededor están quebrantados, perdidos, heridos, desamparados y necesitados del amor y la reconciliación de Cristo? ¿A quiénes le está enviando Dios para que conozcan Su amor plenamente? Hemos sido invitados a participar en la misión del Dios misionero que envía. Si la misión de reconciliación de Dios nace de Su naturaleza amorosa, así también debe ser nuestra respuesta a Su invitación de unirnos a Él. Su amor habita en nosotros, porque ha sido "derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos ha sido dado" (Romanos 5:5). Su amor ahora "nos impulsa" (2 Corintios 5:14) a responder a Su llamado. Podemos responder. Debemos responder. Somos enviados por Aquel que fue enviado, no para ir por Él, sino para ir con Él.

"Jesús nos ha enviado y nos está enviando a participar en la misión de rescate de Dios, no la nuestra".

Brian Sutton sirve como presbítero general de Norteamérica para la Iglesia de Dios de la Profecía. Después de servir como pastor principal por 25 años, sirvió en las oficinas internacionales como director ejecutivo de Desarrollo del Liderazgo y Discipulado y editor del Mensajero Ala Blanca. Obtuvo un título de postgrado del Seminario Teológico Pentecostal y un doctorado en Ministerio en Pentecostalismo Global del Seminario Teológico Gordon-Conwell.

Alineando la misión de la iglesia local con la misión de la Iglesia de Dios de la Profecía

¿Por qué parece difícil, si no imposible, que cada uno de los jugadores alcance su objetivo? Sí, cada uno de ellos está tirando en diferentes direcciones hacia un objetivo diferente. Como resultado, no hay progreso. Para que cada jugador alcance las metas deseadas, deben trabajar juntos, yendo en la misma dirección con el mismo propósito en mente.

Pablo escribe a los filipenses: “completad mi gozo, sintiendo lo mismo, teniendo el mismo amor, unánimes, sintiendo una misma cosa” (Filipenses 2:2). Él hizo un llamamiento a los creyentes a la unidad, citando experiencias cristianas genuinas: “si sienten algún estímulo en su unión con Cristo, algún consuelo en su amor, algún compañerismo en el Espíritu, algún afecto entrañable” (v. 1). Él usó palabras precisas y contundentes: “un mismo parecer, un mismo amor, unidos en alma y pensamiento” (v. 2). El llamado de Pablo deja en claro que ser “intencionales a propósito” permite que el cuerpo de Cristo crezca y se edifique, brinda buenos resultados y evita la división que distrae del cumplimiento de la misión.

La misión del cuerpo de Cristo, que consta de muchos miembros, es una sola misión, y debe estar alineada con la misión de Dios mismo para la humanidad. La misión de la iglesia (missio ecclesiae) debe estar alineada con la misión de Dios (missio Dei). Una visión clara de la misión de Dios se puede ver en Lucas 19:10: “Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido”. La comisión dada por Cristo es “id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura” (Marcos 16:15) y “haced” discípulos a todas las naciones enseñándoles todo lo que Jesús les enseñó” (Mateo 28:19, 20).

La Declaración de la Misión de la Iglesia de Dios de la Profecía global es la siguiente: “La Iglesia

de Dios de la Profecía será un movimiento que exalta a Cristo, que promueve la santidad, lleno del Espíritu, para todas las naciones, que hace discípulos, que planta iglesias, con una pasión por la unidad cristiana”. Esta declaración descriptiva enfatiza los aspectos más importantes del por qué existimos: exaltar a Cristo, ejemplificar la santidad y la vida llena del Espíritu, cumplir la comisión de Cristo de evangelizar y discipular a todas las naciones mediante la plantación de iglesias locales, y buscar apasionadamente la unión cristiana dentro de nuestra organización y con todos los creyentes.

La misión de la Iglesia de Dios de la Profecía internacional está alineada directamente con la misión de Dios y la comisión dada a los discípulos por Cristo. Para lograr la unidad que conduce al cumplimiento de la misión tanto a nivel global como local, la misión de cada iglesia local también reflejará estos mandatos bíblicos.

Alinear la misión de la iglesia local con la misión de la Iglesia de Dios de la Profecía internacional es simplemente una cuestión de identificar la razón por la cual existe la iglesia local. Esta pregunta puede responderse considerando la misión superpuesta y complementaria de Dios, la gran comisión y la Declaración de Misión de la Iglesia de Dios de la Profecía. A lo largo de éstos vemos un propósito común: evangelizar y discipular. Esto lo expresa la Iglesia de Dios de la Profecía en el contexto de nuestra herencia pentecostal: santidad, llenura del Espíritu, todas las naciones, plantar iglesias y una pasión por la unidad cristiana. Como iglesia local, alineamos nuestra misión con la misión de la Iglesia internacional cuando nuestro propósito refleja estas verdades.

Es de suma importancia que el liderazgo y los miembros de la iglesia local tengan un sentido profundo de la misión: por qué existe la iglesia local y cómo encaja en el “panorama general” del propósito de Dios para Su iglesia. A menudo, el liderazgo de una iglesia local desarrolla una declaración de misión y luego comienza el proceso de desarrollar un sentido de misión dentro de la congregación. Pero una declaración de misión debe reflejar ese sentido de misión. Una declaración de misión en realidad debe nacer de la pasión de la iglesia local por cumplir su papel único en la misión de Dios.

La declaración de misión ayuda a aclarar y solidificar la pasión de la iglesia local en torno a su

propósito divino. La declaración de misión debe ser breve y memorable, algo que la congregación pueda recordar y expresar fácilmente tanto para sí mismos como para los demás. Ésta debería responder a una pregunta: ¿Por qué existimos?

El desarrollo de ministerios, programas y eventos, tanto a nivel local como global, debe fluir del sentido apasionado de la misión. Cuando se desarrolla un ministerio, se inicia un programa o se planifica un evento, se hace solamente para cumplir la misión. Si bien es posible que los programas y eventos no siempre tengan una conexión directa con la misión bíblica (es decir, la evangelización y el discipulado en el contexto pentecostal), se debe identificar cómo éstos contribuyen al cumplimiento de la misión. Las actividades que sean iniciadas por la misión involucrarán a los congregantes por las razones correctas: lograr la razón de ser de la iglesia local y mundial.

Para alinearnos con la misión de la iglesia global, debemos alinear nuestras iglesias locales con lo siguiente:

• Buscar y salvar a los perdidos (evangelismo)

• Hacer discípulos (discipulado)

• Ministrar en el contexto del pentecostalismo (santidad, llenura del Espíritu, todas las naciones, plantar iglesias y una pasión por la unidad cristiana)

El liderazgo internacional de la Iglesia de Dios de la Profecía ha determinado en oración la misión de nuestra organización. La misión está fundada bíblicamente y refleja nuestra herencia pentecostal única. Aporta propósito, inspiración y dirección a miembros individuales, congregaciones locales, así como al liderazgo regional y nacional. La declaración de la misión no pretende restringir sino unir, fortalecer y motivar. A medida que alineamos intencionalmente nuestros ministerios con este fundamento bíblico, entonces experimentaremos la unidad que nos impulsa a seguir adelante, cumpliendo nuestro propósito (misión) y avanzando hacia nuestro destino (visión).

NONITO QUE OBISPO NACIONAL DE LAS

El obispo Nonito Que vive en Pago Pago, Samoa Americana, con su esposa, Elaine. Sirve a la Iglesia de Dios de la Profecía como obispo nacional de Samoa.

La Iglesia de Dios de la Profecía será un movimiento mundial que exalte a Cristo, procure la santidad, esté lleno del Espíritu, esté abierto a todas las naciones, sea hacedor de discípulos, sea establecedor de iglesias y sienta gran pasión por la unión cristiana. Estas palabras expresan la declaración de la misión de la Iglesia de Dios de la Profecía y describen el tipo de movimiento de iglesia que nos esforzamos por ser. Pero, ¿cómo se alinea esto con la visión bíblica de la iglesia?

Podemos ver en la iglesia del Antiguo Testamento, cuando Dios da a luz a la nación de Israel de la simiente de Abraham. Él aparta a Israel para que sea Su pueblo elegido, Su “especial tesoro” (Éxodo 19:5; Deuteronomio 7:6; 26:18).

Él los refina a través de los fuegos de la esclavitud egipcia y moldea su carácter a través de su caminar por el desierto. Sin embargo, ellos son un pueblo rebelde, no muy diferente a la gente de hoy.

En el Nuevo Testamento, Cristo es encarnado y viene a esta tierra a inaugurar el nuevo pacto, uno escrito en el corazón y no en las piedras, y lo sella con Su propia sangre. En el proceso, Jesús inaugura el reino de Dios y capacita a Su iglesia para cumplir Su misión de hacer discípulos en todas las naciones. Esto suena muy familiar, pero ¿qué significa para usted y para mí? ¿Cómo hacemos para cumplir la misión de Dios de proclamar las buenas nuevas de Su reino en el contexto actual de este mundo?

Primero debemos entender algo acerca del reino de Dios. A menudo escuchamos que el reino de Dios es el gobierno y reinado de Cristo, algo que ahora se experimenta sólo en parte, pero que se experimentará plenamente en la segunda venida de Cristo. Nuevamente, ¿qué significa esto realmente?

Para el cristiano, si Cristo es el Rey de nuestras vidas, entonces experimentamos algo de este “reino de Dios” en nuestros propios corazones y vidas, aunque imperfectamente debido a nuestra humanidad.

Nosotros experimentamos el consuelo y la dirección del Espíritu en nuestro caminar diario. También tenemos paz en medio de un mundo de caos. Pero el reino de Dios es más grande que eso. [El libro de] concordancia Strong afirma que Jesús usó esta frase para “indicar el perfecto orden de cosas que Él estaba a punto de establecer, en el cual todas las personas de toda nación que creyeran en Él serían reunidas en una sola sociedad, dedicada e íntimamente unida a Dios, y también serán hechos partícipes de la salvación eterna”. 1 Aunque esto habla mayormente de nuestras futuras bendiciones, el fundamento ya ha sido puesto por Cristo. Tenemos un nuevo rey en el trono ahora, y tenemos una esperanza futura de la liberación de los gobernantes tiránicos de este mundo. Curiosamente, la explicación de Strong se alinea con gran parte de la misión de la Iglesia de Dios de la Profecía, especialmente en cuanto a ser un movimiento de santidad y exaltación a Cristo (“dedicado e íntimamente unido a Dios”), uno que abarque a todas las naciones con una pasión por la unión cristiana (para que “todos los de cada nación que crean en Él” sean reunidos en uno).

¿Cómo se vive esto en nuestra vida cotidiana o qué significa para la praxis de la iglesia? Vivimos en un mundo de opiniones polarizadas que dividen cualquier sentido de comunidad que tengamos como naciones, estados y comunidades locales. La iglesia no está excluida de esto. Nosotros juzgamos a las

KATHERINE OSBORN

personas por el color de su piel, su país de origen, su estilo de vida, sus puntos de vista políticos y más. Esto me hizo pensar en el encuentro de Cristo con la mujer samaritana registrado en Juan 4. Aquí se destacan varios detalles. El versículo 4 declara que “era necesario” que Jesús pasara por Samaria.

La mayoría de los judíos habrían evitado esta ruta, pero para Jesús era necesario o adecuado que la atravesara. Aquí podemos ver que había una cita divina pendiente. Jesús se encuentra con una mujer samaritana y le pide agua para beber (v. 7). Las Escrituras aclaran que Su conversación con la mujer era fuera de lo común, especialmente porque era una mujer samaritana. En el versículo 9, la mujer samaritana le pregunta a Jesús sobre esto. Según el pasaje, esto tiene lugar como “a la hora sexta” o al mediodía (v. 6).

Este no es el momento habitual para sacar agua, y la mujer ha venido sola, lo que puede indicar que ella misma es una marginada. Esto podría deberse a que se había casado cinco veces (vv. 16-18). Aunque el énfasis de este pasaje a menudo está en el agua viva de la salvación, lo que me llama la atención es el hecho de que Jesús cruzó múltiples barreras para ministrar a las necesidades de una persona, una que fue considerada como una marginada insignificante porque era 1) mujer, 2) samaritana y, 3) vivía una vida pecaminosa.

Si vamos a ser un movimiento misional, uno que busca exaltar a Cristo a medida que ganamos a los perdidos para Él, entonces debemos seguir el ejemplo de Cristo y cruzar las barreras que la sociedad ha construido, y también debemos derribar nuestras propias barreras. Debemos reconocer que la misión de Cristo según Lucas 4:18, 19 fue predicar el evangelio a los pobres, sanar a los quebrantados de corazón, predicar liberación a los cautivos y dar vista a los ciegos, y poner en libertad a los oprimidos. En ninguna parte se menciona la raza, el estatus, los estilos de vida, etc. Cristo fue motivado por el amor —el amor por toda la humanidad. Este debe ser nuestro motivo también. El amor mira más allá de las barreras. Cristo nos ha puesto en Su cuerpo con el propósito de que continuemos la obra que Él comenzó. Hagamos el trabajo con una pasión por los perdidos. Seamos una parte vibrante de esta iglesia que “exalta a Cristo, que promueve la santidad, lleno del Espíritu, para todas las naciones, que hace discípulos, que planta iglesias, con una pasión por la unidad cristiana”.

1. “G392—basileia—Strong’s Greek Lexicon (KJV),” Blue Letter Bible, accedido el 7 de febrero de 2022. https://www.blueletterbible.org/ lexicon/g932/kjv/tr/0-1/.

CORRECTORA DEL MENSAJERO ALA BLANCA

Recientemente, Katherine pasó de formar parte del Departamento de Desarrollo Ministerial Acreditado para asumir la posición de correctora y editora en el Departamento Editorial. Nacida en Dakota del Sur, Katherine se graduó del Colegio Universitario Tomlinson y obtuvo una licenciatura en Educación Secundaria del Western Oregon State College. Más tarde obtuvo su maestría en Religión del Seminario Teológico Gordon-Conwell, y en el 2022, finalizó el programa doctoral del Western Theological Seminary. Katherine y su esposo, Glen, tienen dos hijos, una hermosa nuera y dos preciosas nietas Xoi y Alytheia.

EN LA MISIÓN: UNA APLICACIÓN PRÁCTICA

¿Conoce usted la palabra logaritmo? Lo escuché por primera vez en una clase de matemáticas de escuela intermedia (secundaria). Un logaritmo es un término matemático que se emplea para saber cuántas veces debe elevarse una cantidad positiva (base) para que resulte un número determinado. Ha pasado tiempo desde que tomé esa clase, pero recuerdo que el profesor decía que debíamos utilizar una tabla al final del libro para calcular ciertos logaritmos. Mientras oía esas palabras me preguntaba, ¿cómo voy a utilizar eso en la vida real?

Espero que usted esté familiarizado con la frase “En la misión: Reconciliando al mundo con Cristo por medio del poder del Espíritu Santo”. Este fue nuestro tema de la Asamblea Internacional de 2024. Esta frase en particular ha resultado en la predicación de múltiples sermones y la redacción de numerosos artículos. También ha sido utilizada como tema de convenciones y conferencias en todo el mundo. Suena interesante, pero ¿cómo utilizar esta idea en la vida real? ¿Cuál es su aplicación práctica?

No acostumbro a reclamar atención sobre mi esposa en artículos como este; sin embargo, ella me ha dado una enseñanza magistral sobre la aplicación práctica de esta idea de estar en la misión. Kelly ha hecho misión suya reconciliar a nuestra comunidad con Cristo. Les comparto algunos pasos prácticos que he observado en su vida:

1. Se esfuerza por conocer a casi todos los vecinos por nombre, incluidos sus hijos y también sus mascotas. Un programa de televisión de antaño comenzaba con la lírica de una canción que decía: «Donde todo el mundo sabe tu nombre». Al parecer, es cierto, porque cuando Kelly sale por el vecindario, uno tras otro se le acerca simplemente porque ella conoce sus nombres.

2. Toma tiempo para escuchar. Posiblemente usted haya escuchado decir que a la gente no le importa cuánto sabe, sino hasta que saben cuánto le importan. Ninguna cosa expresa más interés que prestarle oído atento a otra persona. Realmente es una verdadera experiencia oír

lo que otra persona tiene que decir cuando hacemos el esfuerzo de escuchar. Oímos palabras de alegría y tristeza, retos y preocupaciones, éxitos y fracasos, enfermedades y recuperaciones. Cuando abrimos nuestros oídos, otros abren sus corazones.

3. Ella busca comprometerse. Una madre de tres niños pequeños en nuestra comunidad perdió a su esposo por suicidio. Cuando Kelly se enteró acudió a ayudarla económicamente, les buscó ropa a sus hijos, les brindó una sonrisa amable y siempre tiene comunicación con ella. En otra ocasión, un anciano tuvo complicaciones tras una intervención quirúrgica. Los paramédicos llegaron para llevárselo al hospital y Kelly corrió a consolar a la esposa que lloraba angustiadamente. Cuando él oyó la voz de Kelly desde la otra habitación, quería verla para que orara por él. Igualmente, alentó a un anciano gruñón de la comunidad que se recuperaba de una operación a corazón abierto y le dijo que lo acompañaría en sus caminatas recomendadas. Este hombre dejó de ser gruñón, ¡al menos con ella! A menudo también cuida las mascotas de los vecinos cuando no están en casa. Celebra a los graduados de preparatoria (bachillerato) y premia sus logros. Le da la bienvenida a las nuevas familias que se mudan a la comunidad y les lleva regalos especiales. La lista continúa. Ella reparte amor, satura a la comunidad de risas alegres, es amable con las mascotas, juega con los niños y, a menudo, ora por los que tienen necesidad.

¿Qué está haciendo Kelly? Ella está en la misión; ella está reconciliando a la comunidad con Cristo por medio del poder del Espíritu Santo. Para ella esto es más que un tema de la Asamblea, es más que un sermón, y más que una perspectiva teológica elevada. Es algo que se practica. Y, ¿qué de usted y su comunidad? ¿Los conoce por nombre? ¿Toma tiempo para escucharlos atentamente? ¿Cómo se compromete con ellos? Esto no puede ser más práctico. Hoy es el día. Vaya a reconciliar a su comunidad con Cristo por medio del poder del Espíritu Santo.

El obispo principal Tim Coalter es ministro de tercera generación de la Iglesia de Dios de la Profecía. Luego de pastorear por 28 años, fue supervisor estatal de Carolina del Sur, antes de ser seleccionado como presbítero general de Norteamérica. Además de estas posiciones, el obispo Coalter ha servido en numerosos comités de la Asamblea. Tiene una maestría en Ministerio Eclesial con una concentración en liderazgo del Seminario Teológico Pentecostal en Cleveland, Tenesí. En 1979 se casó con Kelly, y Dios los bendijo con tres hijos y muchos nietos.

¡PLANIFIQUE SU VISITA A NUESTRO PARQUE HISTÓRICO!

Fue en esta área que A.J. Tomlinson buscaría al Señor para encontrar la iglesia del Dios viviente. De un grupo de creyentes unidos en la oración, surgió un movimiento que continúa escudriñando la Palabra de Dios por la verdad, busca conocer Su voluntad y procura compartir el evangelio con el mundo.

Este parque ofrece paz para todos los que vienen a visitarlo. Mientras camina por sus laderas, la Palabra de Dios cobra vida frente a sus ojos. La gran cruz rodeada de banderas declara cómo el evangelio se ha esparcido a todo el mundo desde estas colinas.

Les invitamos a visitarlo.

¡Conviértase en un compañero!

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Su contribución va directamente a la revitalización de los monumentos y la infraestructura del parque. Los Campos del Bosque se mantiene gracias a las donaciones de personas como usted. Haga su donación hoy, utilizando el código QR a continuación.

PENSAMIENTOS

Orad por la declaración de misión

La Iglesia de Dios de la Profecía no fue edificada sobre ruinas, tampoco sobre filosofías carnales e ideas grandiosas. No fue fundada como un santuario para superestrellas espirituales o para exhibir personalidades carismáticas. Esta iglesia viva originó en el corazón de personas humildes, creyentes en la Biblia, llenas del Espíritu Santo para saturar el mundo con las buenas nuevas de que Jesús había venido para reconciliar al mundo Consigo mismo.

Desde el principio, el Espíritu Santo impulsó a aquellos pioneros a plantar iglesias como la forma más eficiente de propagar el evangelio en el mundo. Levantó predicadores y maestros de la iglesia a declarar el señorío de Jesús, el camino de la santidad, y que el bautismo en el Espíritu Santo estaba siendo derramado como una señal de los últimos días. Durante décadas, Dios ha llamado a personas procedentes de 135 naciones a unir fuerzas para ser la iglesia hacedora de discípulos y de todas las naciones que anhelamos ser. Y en estos días, el Espíritu Santo está reavivando nuestra pasión por la unidad.

A lo largo de nuestra historia, hemos tenido encuentros kairos con el Espíritu Santo ꟷtemporadas en las que Él escogió el momento exacto para hablarle abiertamente a la Iglesia de Dios de la Profecía; tiempos en los cuales nos impartió visión, instrucción y dirección sobre dónde quería que fuéramos y qué deberíamos hacer. Con frecuencia, esa voz se revelaba en una Asamblea Internacional (General). Este año, del 31 de julio al 4 de agosto de 2024, nos reunimos como pueblo para adorar y escuchar al Espíritu de Dios, quizá una vez más antes de verlo cara a cara. Unamos fuerzas para orar por cada distintivo de esta gloriosa Iglesia. Oremos como un solo cuerpo, una sola familia global. . .

Para que Cristo sea exaltado,

Para que el Espíritu Santo sea nuestro sello distintivo, Para que el Espíritu de Dios sea derramado en nuestras iglesias y asambleas,

Para que toda nación, linaje, pueblo y lengua sean uno en el vínculo del amor,

Para que los discípulos formen discípulos en cada iglesia,

Para que se planten nuevas iglesias en nuevos lugares, Para que la unidad sea nuestro grito de guerra.

Efesios 6:10-18 dice:

Finally, be strong in the Lord and in his mighty power. Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza. Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo. Porque no tenemos lucha contra ssangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes. Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes. Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad, y vestidos con la coraza de justicia, y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz. Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno. Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios; orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos.

El Señor le dijo a Habacuc que escribiera la visión y la declarara, para que los que la oyeren corrieren con ella (2:2).

Otros pasajes dicen:

Apocalipsis 1:19: “Escribe las cosas que has visto, y las que son, y las que han de ser después de estas”.

Romanos 15:4: “Porque las cosas que se escribieron antes, para nuestra enseñanza se escribieron, a fin de que por la paciencia y la consolación de las Escrituras, tengamos esperanza”.

Jeremías 30:2: “Así habló Jehová Dios de Israel, diciendo: Escríbete en un libro todas las palabras que te he hablado”.

2 Corintios 3:12: “Así que, teniendo tal esperanza, usamos de mucha franqueza”.

LOS

OFRENDA PARA LA ASAMBLEA INTERNACIONAL

A lo largo de la historia, Dios ha llamado a personas para hacer cosas grandes. Grupos pequeños han logrado grandes objetivos porque Dios ha estado con ellos. Ore y responda al llamado de Dios para ser parte de “Los 1500”, una iniciativa inspirada por el Espíritu Santo.

¡Imagínese formar parte de un ejército de ofrendadores que envían una sola ofrenda de $200 o cuatro en incrementos de $50 —una por cada noche de la Asamblea! Confiamos que la ofrenda llena de fe abrirá los cielos de bendición sobre nuestra Asamblea.

Comité Directivo de Gastos para la Asamblea Internacional

¡TAMBIÉN RECIBIRÁ UN PRENDEDOR CONMEMORATIVO Y SU NOMBRE SERÁ PUBLICADO EN LA LISTA DE LOS 1500!

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