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En la misión: una aplicación práctica

¿Conoce usted la palabra logaritmo? Lo escuché por primera vez en una clase de matemáticas de escuela intermedia (secundaria). Un logaritmo es un término matemático que se emplea para saber cuántas veces debe elevarse una cantidad positiva (base) para que resulte un número determinado. Ha pasado tiempo desde que tomé esa clase, pero recuerdo que el profesor decía que debíamos utilizar una tabla al final del libro para calcular ciertos logaritmos. Mientras oía esas palabras me preguntaba, ¿cómo voy a utilizar eso en la vida real?

Espero que usted esté familiarizado con la frase “En la misión: Reconciliando al mundo con Cristo por medio del poder del Espíritu Santo”. Este fue nuestro tema de la Asamblea Internacional de 2024. Esta frase en particular ha resultado en la predicación de múltiples sermones y la redacción de numerosos artículos. También ha sido utilizada como tema de convenciones y conferencias en todo el mundo. Suena interesante, pero ¿cómo utilizar esta idea en la vida real? ¿Cuál es su aplicación práctica?

No acostumbro a reclamar atención sobre mi esposa en artículos como este; sin embargo, ella me ha dado una enseñanza magistral sobre la aplicación práctica de esta idea de estar en la misión. Kelly ha hecho misión suya reconciliar a nuestra comunidad con Cristo. Les comparto algunos pasos prácticos que he observado en su vida:

1. Se esfuerza por conocer a casi todos los vecinos por nombre, incluidos sus hijos y también sus mascotas. Un programa de televisión de antaño comenzaba con la lírica de una canción que decía: «Donde todo el mundo sabe tu nombre». Al parecer, es cierto, porque cuando Kelly sale por el vecindario, uno tras otro se le acerca simplemente porque ella conoce sus nombres.

2. Toma tiempo para escuchar. Posiblemente usted haya escuchado decir que a la gente no le importa cuánto sabe, sino hasta que saben cuánto le importan. Ninguna cosa expresa más interés que prestarle oído atento a otra persona. Realmente es una verdadera experiencia oír lo que otra persona tiene que decir cuando hacemos el esfuerzo de escuchar. Oímos palabras de alegría y tristeza, retos y preocupaciones, éxitos y fracasos, enfermedades y recuperaciones. Cuando abrimos nuestros oídos, otros abren sus corazones.

3. Ella busca comprometerse. Una madre de tres niños pequeños en nuestra comunidad perdió a su esposo por suicidio. Cuando Kelly se enteró acudió a ayudarla económicamente, les buscó ropa a sus hijos, les brindó una sonrisa amable y siempre tiene comunicación con ella. En otra ocasión, un anciano tuvo complicaciones tras una intervención quirúrgica. Los paramédicos llegaron para llevárselo al hospital y Kelly corrió a consolar a la esposa que lloraba angustiadamente. Cuando él oyó la voz de Kelly desde la otra habitación, quería verla para que orara por él. Igualmente, alentó a un anciano gruñón de la comunidad que se recuperaba de una operación a corazón abierto y le dijo que lo acompañaría en sus caminatas recomendadas. Este hombre dejó de ser gruñón, ¡al menos con ella! A menudo también cuida las mascotas de los vecinos cuando no están en casa. Celebra a los graduados de preparatoria (bachillerato) y premia sus logros. Le da la bienvenida a las nuevas familias que se mudan a la comunidad y les lleva regalos especiales. La lista continúa. Ella reparte amor, satura a la comunidad de risas alegres, es amable con las mascotas, juega con los niños y, a menudo, ora por los que tienen necesidad.

¿Qué está haciendo Kelly? Ella está en la misión; ella está reconciliando a la comunidad con Cristo por medio del poder del Espíritu Santo. Para ella esto es más que un tema de la Asamblea, es más que un sermón, y más que una perspectiva teológica elevada. Es algo que se practica. Y, ¿qué de usted y su comunidad? ¿Los conoce por nombre? ¿Toma tiempo para escucharlos atentamente? ¿Cómo se compromete con ellos? Esto no puede ser más práctico. Hoy es el día. Vaya a reconciliar a su comunidad con Cristo por medio del poder del Espíritu Santo.

TIM COALTER | OBISPO PRINCIPAL
El obispo principal Tim Coalter es ministro de tercera generación de la Iglesia de Dios de la Profecía. Luego de pastorear por 28 años, fue supervisor estatal de Carolina del Sur, antes de ser seleccionado como presbítero general de Norteamérica. Además de estas posiciones, el obispo Coalter ha servido en numerosos comités de la Asamblea. Tiene una maestría en Ministerio Eclesial con una concentración en liderazgo del Seminario Teológico Pentecostal en Cleveland, Tenesí. En 1979 se casó con Kelly, y Dios los bendijo con tres hijos y muchos nietos.
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