Hoy, quiero hablar de Eva. No de aquella de la manzana, compañera de Adán, madre primigenia. En esta noche tan especial, quiero hablar de ti, de nuestra Eva….de mi Eva. Puede que tú no lo sepas, pero viniste a este mundo a despertar nuestras ilusiones dormidas. Desde el cielo nos enviaron un rayo de luz para iluminar nuestras almas aletargadas y recordarles lo bonita que es la vida, lo importante que es vivirla. ¡Eras tan pequeña! con aquella carita de porcelana, aquella sonrisa angelical y aquella mirada inocente que invitaba a soñar. Te he visto crecer… ¡Cómo pasa el tiempo!!! Aquella niña pequeña que jugaba despreocupada bajo la atenta mirada de su prima y su hermana, es ya una mujer.
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POESÍA A LA REINA
DE LA VENDIMIA
Eva, te veo ahora, en tu trono rodeada de tus amigos, emocionada y alegre luciendo como nadie ese traje que tanto significado tiene, portando esa corona y esa banda que te convierten en bastión de la mujer chestana… Y no lo puedo evitar… me siento orgullosa de ti, por tu juventud, por tu belleza, por tus inmensas ganas de vivir. ¡Es tan grande tu alegría! ¡Es tan real tu pasión! Se acercan días luminosos, de risas, música y emoción. Días de representar a tu pueblo y su tradición. Desfilarás acompañada por tu Corte de Honor y estoy deseando verte disfrutar con esa cara de porcelana, esa sonrisa angelical y esa mirada tan viva que nos invita a soñar. Consuelo Vidal Ruz
XLV FIESTA DE LA VENDIMIA
