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Contra el ninguneo: unión, tenacidad e ilusión ...........................................................pág

CONTRA EL NINGUNEO: UNIÓN, TENACIDAD E ILUSIÓN

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Cuando estaba pensando de que les escribiría a Vds. sobre la historia y avatares ferroviarios en la Hoya de Buñol y la Plana de Utiel-Requena, han habido dos noticias que les afectan negativamente: la primera la exclusión de las dos líneas de ancho ibérico, por Cuenca y por Albacete, entre la capital valenciana y Madrid, del Plan de Ramales entre los Corredores Mediterráneo y Atlántico, que ha motivado la reclamación lógica y contundente del gobierno valenciano, apoyado por los empresarios, a Bruselas, para que corrijan el desacierto del anterior gobierno español y al actual exigirle que se implique en ello, y la segunda, a nivel provincial pero no por ello menos importante, la negativa del Congreso a la prolongación de algunos servicios de cercanías hasta Camporrobles, por los votos en contra de los dos principales partidos políticos de la oposición. Me enteré el pasado 23 de junio en una visita a ese municipio con miembros y simpatizantes de la Asociación Valenciana de Amigos del Ferrocarril, que desde muchos años atrás está apoyando las peticiones de las poblaciones de la línea a Utiel y Cuenca, para que las entidades dependientes del Ministerio de Fomento modernicen instalaciones y servicios que potencien su utilización, y al unísono evitar el desmantelamiento de útiles e instalaciones para llevárselos a los museos ferroviarios de Madrid Delicias o de Vilanova i la Geltrú en Cataluña.

En un artículo publicado en abril de 2013 en la revista mensual española Hobbytren, Francesc Sabaté relató pormenorizadamente los avatares de la línea férrea que hay entre Seattle y Carlisle, en Gran

Bretaña, con similitudes en cuanto a la de Valencia-Utiel-Cuenca sobre poca población, dificultades orográficas y propiciado abandono de mantenimiento y supresiones de servicios para intentar cerrarla dos veces, en los años sesenta primero y en los ochenta después, ambos del siglo veinte, hasta que finalmente tuvo adecuada solución gracias a la tenacidad de los habitantes de los municipios afectados por el ferrocarril dirigidos por una asociación creada en 1981. Consiguieron que regeneraran la línea férrea con el consiguiente aumento del movimiento de viajeros, que circulen trenes de mercancías cuando hay algún problema de diversa índole en la actualmente línea principal norte-sur, aquí la de Valencia a Madrid por Albacete, y que su pintoresco trazado, con 14 túneles y 19 puentes en 117 kilómetros, sea el más utilizada para trenes turísticos, la mayoría remolcados con históricas locomotoras de vapor.

A pesar de haber conseguido su objetivo, los Amigos del Settle-Carlisle siguen activos y no bajan la guardia para evitar nuevas acciones ministeriales desacertadas. El tiempo les ha dado la razón a los habitantes y ha dejado en evidencia los malos estudios que hizo la British Rail. Amigos del Ferrocarril que promocionan excursiones, trenes especiales, reparten folletos turísticos y se encargan del cuidado de las estaciones.

Por ello es importante que el Gobierno Valenciano se implique con contundencia, lo que no ha ocurrido hasta ahora, en la defensa de esta línea, teniendo en cuenta que cuando una compañía ferroviaria quiere suprimir un trazado, si se lo permiten, lo tiene fácil: poco mantenimiento, cierre de estaciones, lentitud e incomodidad en los servicios, trenes anticuados, horarios inadecuados, transbordos y precios superiores a los de la competencia.

Además, estamos en un mercado competitivo en el que no se deben desestimar ofertas, ya que donde unos empresarios no ven negocio otros pueden encontrarlo o mantener servicios públicos dentro del límite de cobertura autorizado por el Ministerio de Fomento. En más de una ocasión denegaron a empresarios valencianos la autorización para gestionar trenes de viajeros y de mercancías por la línea de Cuenca. Por ello dijeron que ni comen ni dejan comer.

A sabiendas de los ensayos, eternizadas provisionalidades, “conejillos de indias”, retrasos en la realización de obras y proyectos retenidos en esta parte de España con los que se habrá encontrado el nuevo Ministro de Fomento, el valenciano José Luis Ávalos, se espera que atienda las peticiones de los alcaldes de los municipios entre Valencia y Camporrobles y las encauce hacia su solución. Cualquier empresa comercial ofrece a los clientes, aquí es al revés los clientes piden mejoras a las entidades que deben ofrecerlas.

La ilusión es lo último que se pierde, ya que paciencia tenemos más que Job en esta parte del Mediterráneo.

Esteban Gonzalo Rogel

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