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Padua, las tumbas de San Lucas Evangelista ...........................................................pág

PADUA, LA TUMBA DE SAN LUCAS EVANGELISTA

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Este noviembre pasado de 2017 visité Padua. Está fuera de los conocidos circuitos turísticos que recorren Italia, pero vale la pena una escapada para conocer esta ciudad. Desde el aeropuerto de Valencia el destino italiano con más frecuencia de vuelos todo el año es Bolonia, y desde allí se puede ir en tren a Padua.

Es probable que haya quien relacione Padua con el popular Santo casamentero y abogado de objetos perdidos: San Antonio de Padua. Puede que a los más jóvenes les suene su nombre en italiano, Padova, como posible destino para una beca Erasmus; su universidad, fundada en 1222, es de las más antiguas. A quienes les gusta el arte, su nombre les trae a la mente la Capilla Scrovegni, obra maestra de Giotto, enclavada en el complejo museístico de los Ermitaños, dentro del cual es la joya. Para los amantes de la botánica, cuenta con el más antiguo jardín botánico del mundo. Y con orgullo, los habitantes de Padua, además de del popular San Antonio, presumen de la plaza más grande de Italia: El Prado del Valle/Prato della Valle. La ciudad, de un tamaño manejable, cuenta con hermosas plazas como la de los Señores/dei Signori o la de la Hierba/ delle Erbe; hermosos palacios, como el Comunale; calles porticadas; su catedral/Duomo, con su preciosas pinturas en el baptisterio; numerosas iglesias, cuya joya principal es la basílica de San Antonio de Padua. Los restos del santo portugués descansan en ella. Su bella basílica, con sus características torres y cúpulas, es la meta de muchos de sus devotos que confluyen en Padua para visitar su tumba.

Padua tiene otra basílica eclipsada por la fama de San Antonio de Padua. La basílica de la mártir Justina de Padua, complejo monástico fundado en el siglo V en honor a esta santa. Al visitar la ciudad puede pasar desapercibida, no por ser pequeña, pero está un poco lejos de los circuitos de visita, salvo que quieras visitar la mayor plaza de Italia. Para mí, este era mi destino, junto a la ilusión por visitar la ciudad de Padua, la basílica de Santa Justina y dentro de ella, el sepulcro de nuestro patrón San Lucas.

No es muy conocido que San Lucas descansa en Padua, ni que su cabeza está en la Catedral de Praga. La tumba de San Lucas se encuentra en el brazo izquierdo del crucero de la basílica de Santa Justina. Es una capilla muy sencilla, que preside un icono de la Virgen de Constantinopla portada por dos ángeles. Elevado sobre un altar esta el arca sarcófago que contiene el cuerpo de San Lucas. El frontal del arca aparece dividido en tres cuerpos: en el central, un ángel con el incensario; a la derecha, el símbolo de San Lucas, el toro; y a la izquierda, un ángel con dos cirios. En el frontal izquierdo del arca está el evangelista con el libro. La capilla siempre tiene flores frescas y cirios encendidos. En la parte más antigua de la basílica,

también está la caja metálica que contuvo la caja de plomo con las reliquias de San Lucas.

La tumba original de San Lucas estaba en Grecia, en Tebas. En tiempos del emperador romano Juliano el Apostata (361-363), el cuerpo se traslada a Constantinopla junto a las reliquias de San Matías. Otras fuentes datan en siglo VIIl, en la época de destrucción de iconos y reliquias (iconoclastia), el traslado de los restos a la ciudad de Padua. Durante la invasión del norte de Italia por parte de los húngaros, se esconden las reliquias de los santos, en el año 899. Posteriormente, durante los siglos XI y XII, en el área del cementerio del antiguo monasterio de Santa Justina, hubo numerosos hallazgos de reliquias de varios santos. Manuscritos de los siglos XIV y XV, basados en textos hagiográficos muy antiguos, narran un último descubrimiento en el año 1177: reliquias de los Santos Inocentes, San Matías, y del evangelista Lucas. Los restos de Lucas estaban custodiados en una caja de plomo que llevaba el símbolo de tres terneros y una placa con la inscripción S.L.E.

Por iniciativa del abad Gualpertino Mussato fue construida, en la basílica de Santa Justina, una capilla en honor de San Lucas y un arca de mármol alrededor del año 1316, que custodiaba la caja de plomo. En 1354, visita la basílica de Santa Justina Carlos IV de Luxemburgo, rey de Bohemia, que pidió y obtuvo como regalo el cráneo de San Lucas, para venerarlo en la catedral de San Vito en Praga. En 1562, en una solemne procesión se trasladó el cuerpo de San Lucas a la actual capilla donde aún se venera.

En 1992, peregrina a Padua el metropolitano Hieronymus, arzobispo ortodoxo de Tebas, donde se encuentra el primer sepulcro de nuestro patrón. Poco después de la visita, solicita en una carta al obispo de Padua un fragmento significativo de la reliquia del evangelista, para venerarla donde estaba su sepulcro. Esta petición se convirtió en un gesto ecuménico y después de las consultas pertinentes se creó una comisión científica para el estudio de los restos de San Lucas.

El 17 de septiembre de 1998 se abre el arca de mármol y la caja de plomo. La comisión compuesta por expertos de antropología, medicina, odontología, paleontología, química, minerología, botánica, zoología, historia, arqueología, palinología etcétera, estudian los restos más de doscientas horas, siendo documentados sus trabajos por un notario. Como resultado de estos estudios y de la apertura del arca, por una parte se ve cumplida la petición del arzobispo ortodoxo de Tebas; el 17 de septiembre de 2000, una delegación de Padua entrega una reliquia al arzobispo de Tebas: una costilla a la altura del corazón.

Por otro lado del 16 al 21 de octubre de 2000 se celebra en Padua el Congreso Internacional “San Lucas evangelista, testimonio de la Fe que nos une”, promovido por la Diócesis de Padua, la Basílica de Santa Justina y la Universidad de Padua. Con jornadas temáticas se van estudiando distintos aspectos: científicos, bíblicos, ecuménicos, histórico-litúrgicos, arte pictórico y medicina dedicada a la iconografía lucana y a la espiritualidad. Los resultados del Congreso quedan resumidos en tres volúmenes. Así mismo son expuestos a veneración de los fieles la reliquia de San Lucas.

Del estudio científico se desprenden 5 puntos que intentaré resumir en este espacio:

1. En la caja de plomo hay un esqueleto casi completo, cuyo cráneo está en la Catedral de

Praga, comprobando que la vértebra que une el esqueleto con la reliquia de Praga se corresponde. 2. Del estudio antropométrico del esqueleto se desprende que pertenecía a un hombre muerto en edad tardía, entre 70 y 85 años, y de una estatura de 1’63 m. 3. Del estudio paleontológico se revela que padecía osteoporosis leve, una grave artrosis de la columna vertebral y un enfisema pulmonar. Síntomas típicos de hombres de edad avanzada. 4. La cuidada conservación de los huesos después de tantos siglos hace pensar que, ya en el pasado, éstas fueran consideradas reliquias de un personaje importante, dignas de todo el cuidado para su conservación futura. 5. Los restos materiales en la caja de plomo (conchas, hueso de serpiente, restos vegetales, tejidos, etc.) indican la antigüedad de los restos, y que provienen algunos de ellos de oriente. Los datos científicos no cuestionan la tradicional atribución a san Lucas de las reliquias. Más bien, son datos precisos, complementarios a las fuentes escritas, en torno a la indagación histórica y la búsqueda arqueológica en la que se podrán mover de forma más segura, para verificar cómo, cuándo y por qué se realizó la traslación del cuerpo de Constantinopla a Padua.

Sean auténticas o no las reliquias, queda intacta la figura histórica de San Lucas. La veneración de sus reliquias ha sido siempre intensa en la iglesia de Oriente y Occidente, a su persona y a su mensaje.

Para mí fue muy emocionante, como chestano, visitar la tumba de nuestro Patrón, depositar unas rosas en la tumba y poder rezar ante ella. Ante la tumba pedí por todo el pueblo de Cheste, por sus enfermos, por los que ya nos dejaron y le di las gracias por su patrocinio.

Bibliografía.-

“L’Evangelista Luca a Padova” de Lino Concina, Guido Cremonini e Giovanni Leonardi.

Cheste, 24 de junio de 2018.

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