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Agricultura, agricultores y agenda 2030 ......................................................................pág

AGRICULTURA, AGRICULTORES Y AGENDA 2030

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“LA AGENDA 2030 aspira a erradicar la pobreza Es una agenda centrada en las personas. El cuidado del planeta marca los límites del desarrollo y la prosperidad económica está al servicio de la mejora del bienestar” (COIAL, 5-7-2018)

“Hace cien años un grupo de 104 agricultores….” Así comienza la historia de la agricultura reciente de Cheste, así nace la Bodega cooperativa Cheste Vinícola.

El pasado 29 de junio de 2018 se les rindió homenaje a esas 104 personas, agricultores de profesión, con una gran visión de futuro, amor al riesgo e importante sentido de la responsabilidad decidieron hacer realidad los principios básicos de la agricultura: el cultivo de las

tierras para la producción de alimentos y la rentabilidad de dicha

producción, abaratando costes y eliminando en la medida de lo posible intermediarios, creando mejores canales de distribución mediante agencias propias de venta en Valencia para tener prosperidad económica pero para ello necesitaban financiación, en ese momento era difícil una financiación no abusiva por lo que su tercer objetivo y no menos importante fue la lucha

contra la usura.

El acto de celebración del centenario, organizado a la altura de la importancia del evento y que contó con la presencia de la máxima autoridad del gobierno valenciano el MOLT HONORABLE PRESIDENT DE LA COMUNITAT VALENCIANA D. XIMO PUIG, estuvo centrado en las personas, como bien indicó la presentadora del acto al inicio de su intervención. Escuchamos a todos los participantes, elogiar la gran capacidad de trabajo de los agricultores chestanos, que fieles a las tradiciones y valores inherentes a la tierra han desplegado todos sus esfuerzos, en estos 100, en mantener y mejorar en Cheste ese espíritu cooperativo que ha permitido mantener una profesión que vin-

cula al hombre con su propiedad, permitiendo producir alimentos

para salir de la pobreza y para adquirir el mayor grado de bienestar propio, familiar y local.

En aquellos días de 1918 no había Agendas que cumplir cada 15 años, los objetivos, los valores, las prioridades, los principios, ... se transmitían por la convivencia en el campo, aprendíamos a “trabajar” a ser “responsables” … y eran los cronistas, los historiadores los encargados de mantener vivos esos principios. Pero a mediados del S. XX, tras dos guerras mundiales y algunas hambrunas1 “Los padres fundadores de nuevo orden internacional del siglo XX asumieron la necesidad de la cooperación política para efectuar un esfuerzo colectivo global y cambiar ese fatal destino que marcan el hambre y la desnutrición…” Esta frase cierra el capítulo que le dedica el autor a las Hambrunas Históricas. Las Hambrunas tienen como principal causa los fenómenos meteorológicos y las plagas, pero también y sobre todo a partir del S.XVIII a la mano

del hombre, por una mala gestión agrícola en los distintos países en pos de la industria de cualquier tipo, a nivel de país sobretodo armamentística. Conscientes de ello, tras la segunda guerra mundial “los padres del nuevo Orden Mundial” quisieron enmendar su error, constituyendo, hace más de 10 años las AGENDAS para el DESARROLLO SOSTENIBLE. En 2015 aprobaron la Agenda 2030.

Si prestamos atención los objeti-

vos de la agenda para 2030 son los mismos que llevaron a nuestros 104 agricultores hace 100

años a formar una estructura

económica y social sólida para mantener la agricultura, el medio ambiente y progreso personal y

social de una manera sostenible. Entonces… ¿Por qué una Agenda? ¿Por qué unos objetivos plasmados en miles y miles de documentos impuestos a los ciudadanos? Sin entrar en consideraciones históricas la respuesta me parece sencilla y ya esbozada en estas páginas en otras ocasiones: Los ciudadanos que

debemos cumplir esos objetivos los cumplimos por obligación y con sanciones por incumplimiento. Los chestanos trabajamos la tierra, mantenemos el medio ambiente, trabajamos para mejorar nuestro bienestar de una manera sostenible y erradicamos la pobreza por convencimiento, por

la educación recibida, nuestros padres despertaron en nosotros lo que un chestano y compañero de la “Comisión del Centenario” denominó como “espíritu romántico por la agricultura”. Él mantenía que el futuro de la agricultura pasa por olvidar ese espíritu romántico transmitido generación tras generación, y, aunque me cueste, he de darle la razón, ya que desde hace años esos valores vinculados a la tierra a pie de campo son imposibles de trasmitir, pues las leyes prohíben a los hijos y a los nietos acompañar a sus padres y abuelos en la recolección de la cosecha, en una inadecuada interpretación de la Carta de los Derechos de los Niños y protección de la Infancia.

En la Agenda 2030 no se habla de agricultura sino de erradicar la pobreza, evidentemente cultivando, pero ¿qué tierras? , las que establezcan desde organismos internacionales, por ello, desde hace tiempo a occidente le han adjudicado el medio ambiente, los campos deben prepararse para ser rentables, la pregunta es ¿agrícola o turísticamente?

Con esta pregunta rindo mi sincero homenaje a esos hombres y mujeres vinculados a la tierra que han hecho de Cheste un pueblo próspero, adaptándose a cada momento histórico son sabiduría y buen hacer y que preparan a las nuevas generaciones para un futuro, no menos incierto que el que ellos tuvieron que afrontar.

Isabel Rodrigo Monzón

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