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MOTOR
El primer viaje de la historia Bertha Benz abre la era del automóvil con el pasador del sombrero, liga y 3 CV. El 5 de agosto de 1888, fue una mujer la que anunció la era del automóvil. Esta es sin duda nuestra protagonista Bertha Benz. Marcó un antes y un después en la historia de la movilidad automovilistica. Emprendió el primer viaje largo con un vehículo de motor demostrando a su esposo y al resto del mundo que su invento funcionaba para el uso diario y tenía el potencial de cambiarlo todo.
Trayecto que hizo Bertha
admite en sus memorias: “Solo una persona esperaba a mi lado en el pequeño barco de la vida en estos días, cuando estaba a punto de hundirse. Esa era mi esposa. Valiente y Cäcilie Bertha Ringer nace el 3 de mayo de 1849 en Pfor- valientemente, izaron nuevas velas de esperanza”. zheim, Alemania. Bertha provenía de una familia adinerada, estudió todo lo que se permitía estudiar a una mujer en El 2 de noviembre de 1886, Carl había recibido una patente aquellos tiempos y aprendió mecánica junto a su padre en de la Oficina Imperial de Patentes, el precursor de la DPMA, el taller familiar. Con el dinero de su dote y desoyendo los para su “ vehículo con funcionamiento de motor de gas “ consejos de su familia, financió el proyecto de su esposo Carl retroactivamente al 29 de enero de 1886, el primer autoBenz se convirtió en socia de su empresa con efectos no ofi- móvil. Por cierto, la especificación de patente “Nº 37435” ciales, ya que en esa época una mujer no tenía derecho a es ahora parte del Registro de la Memoria del Mundo de la UNESCO. dirigir un negocio. Unos comienzos difíciles. Tuvieron cuatro hijos y vivieron en una situación precaria, ya que Carl tuvo mala suerte como empresario. Bertha dirigía la casa con mucha austeridad, cada centavo se invirtió en el trabajo de Benz. Sin ellos, se habría perdido como más tarde
El 3 de julio de 1886, Carl había realizado una primera prueba de manejo en público, llevando consigo a un sequito de mecanicos. Aunque la prensa local informó sobre la invención, la respuesta esperada no es la deseada, el interés en el “carruaje sin caballos” era bajo, ya que no se consideraba factible. Se necesitó el coraje de su mujer para demostrar
Museo de Ciencias en Londres
