Tendencias
Iniciativas
para rescatar el uso correcto de la ortografía
María del Pilar Cobo / acorte.ec@gmail.com
DIRECTORA EJECUTIVA DE LA ASOCIACIÓN DE CORRECTORES DE TEXTOS DE ECUADOR (ACORTE)
E
n general, la ortografía siempre ha sido un tema de preocupación. Asociamos la capacidad de escribir sin errores con la educación, pues pensamos que alguien que escribe con faltas de ortografía no es una persona educada. Pero muchas veces no es así. La ortografía no necesariamente tiene que ver con el grado de educación de quien escribe, sino más bien es una cuestión de cuidado y de preocupación por un idioma que es de todos. Se ha criticado mucho a las redes sociales y a la tecnología por ser las culpables de que proliferen errores. Se culpa a la inmediatez por el acortamiento de ciertas palabras o la sustitución de expresiones completas por emoticonos. Se culpa a la escuela por no enseñar bien a los estudiantes. Se culpa a los medios porque su labor también debería ser pedagógica y no se deberían publicar barbaridades. Siempre se busca a los culpables. Asistimos, aterrados, al desprestigio de la palabra y a la ignorancia al usar los símbolos de los que esta se vale. Sin embargo, no hacemos mucho más que criticar y seguir de largo, como si la responsabilidad fuera de otros.
Es verdad que ahora más que nunca las vallas publicitarias, los mensajes de todo tipo, los medios, las comunicaciones, todo está lleno de errores, pero nada ganamos con condenarlos y quemar brujas. Si bien la preocupación por escribir correctamente debería salir, sobre todo, de quienes trabajan con la palabra, de las aulas y de las familias, es importante rescatar aquellas iniciativas pequeñas pero fundamentales que hace que la gente recupere el interés por escribir correctamente y se fije en los errores que la rodean, y también en los que comete. Existen campañas personales en las redes sociales, que, en forma de “memes” o consejos cortos, buscan que la gente caiga en cuenta de errores que se cometen a diario, sobre todo en el uso de las palabras o de la puntuación. Basta hacer una búsqueda en las redes sociales con la palabra “Ortografía”, para que aparezcan cientos de páginas relacionadas con el tema. Casi todas tienen los mismos consejos, del tipo: “No diga esto sino diga esto otro”, definiciones de palabras o frases como: “El mal aliento es equivalente a la mala ortografía”. Son iniciativas interesantes, sí, pero muchas de ellas no pasan de la anécdota o de botón de compartir.
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