A libro abierto
Las industrias culturales
Estado, mercado y
Fausto Segovia Baus / fsegovia@elcomercio.com
EX MINISTRO DE EDUCACIÓN Y CULTURA DEL ECUADOR Uno de los temas más apasionantes de los últimos tiempos se refiere a las industrias culturales, es decir, a aquellos bienes y servicios nacidos de la lógica del mercado o de la racionalidad instrumental en el ámbito de la cultura. Algunos puntos de vista sobre este complejo asunto, y la responsabilidad del Estado para promover las industrias culturales.
C
uando sobrevino la industrialización de la cultura, en esencia estamos hablando de la estandarización y homogenización de la cultura. Este proceso equivalió, en otros términos, al triunfo del estereotipo, de la producción en serie, en aras de un consumo de dudosa factura y de un reduccionismo, en función del entretenimiento y en ocasiones la manipulación de subjetividades.
Modos de pensar y sentir Creadas por T.W. Adorno y M. Horkheimer (1947). Las industrias de la cultura, en rigor, no solo llegaron a concebir la producción de bienes culturales, sino a algo más sensitivo: a la formación de un modo de pensar y sentir de personas e instituciones, en relación de un modelo económico que, en esencia, implicaba la transferencia del arte a la esfera del consumo. Pero con el paso del tiempo, el tema se ha ido configurando desde las concepciones iniciales de las industrias culturales mencionadas, hasta el vínculo tecnológico mediado, que es precisamente el tiempo en que nos encontramos.
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