Cultural
La Hoguera de Es posible que asociemos el tenor de la nota con una novela de autor americano, así llamada, que tuvo amplia difusión a fines de los años 80 del siglo XX. También existe filmografía que, inspirada en aquella obra literaria, fue tentada para utilizar el mismo título seductor. Sin embargo, su origen se remonta a los fines de la edad media y comienzos del renacimiento. Corría el año 1497 en la ciudad de Florencia. El martes de carnaval se había armado una hoguera de grandes dimensiones, donde los florentinos, imbuidos de los flamígeros y apocalípticos discursos de un fraile, arrojaron a las llamas los libros de Bocaccio, Petrarca, obras de arte invaluables, como las de Boticelli, vestidos lujosos, maquillajes, adornos, joyas, raros perfumes espejos y todo cuanto parecía pecaminoso. Semejante desatino se cometió en nombre de la pureza de la fe cristiana. Fray Jerónimo Savonarola Fue un dominico que predicaba el fin del mundo, por lo que instaba a la feligresía a arrepentirse de sus pecados, en especial de la lujuria, la codicia y el desenfreno. La creación humana por excelencia, que encarnaba tales abominaciones, era el arte. Despotricaba abiertamente contra la corrupción de la sociedad y de la clase dirigente, pero además, pretendía enmendar tales extravíos asumiendo la dirección de los asuntos públicos. Lorenzo de Médicis Si algo conocemos de “el magnífico” fue su condición de mecenas. Apoyó sin cortapisa a una
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