POR LA BUENA SENDA
CERTIFIED SUSTAINABLE SEAFOOD
El vínculo de la pesca argentina con el Marine Stewardship Council (MSC) es de larga data, al punto que entre las vieiras del mundo, la que se pesca en el Atlántico Sur fue la primera en obtener el sello azul de sostenibilidad. Lo consiguieron Glaciar Pesquera y Wanchese Argentina en diciembre de 2006, y desde entonces, las armadoras controladas por las canadienses Clearwater y Cooke vienen renovando con éxito el título de la Zygochlamys patagónica. Cinco años más tarde se sumó la anchoíta bonaerense (Engraulis anchoita), que en junio próximo tiene proceso de validación para 25 barcos costeros y las empresas Catesur, Delicias, Disemar, Mar Picado, Marbetan, Marbella y Pranas. Cronológicamente, la tercera pesquería que pasó el examen fue la del hoki (Macroronus magellanicus), que por gestión de Estremar, San Arawa y Pesantar superó la prueba en 2012. Y la cuarta certificación es flamante. Se anunció en marzo pasado para la faena de centolla (Lithodes santolla) entre los paralelos de 43º30´y 48ºS, con trampas, y a cargo de cinco barcos congeladores de las armadoras Bentónicos de Argentina, Centomar y Crustáceos del Sur. Este inventario de pesquerías certificadas impone destacar el soporte científico del INIDEP (Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero) y el acierto en las medidas de manejo; al respecto, es auspiciosa la revisión de la res.92 del instituto, dictada al amparo de ley 23.877 de innovación tecnológica. El objetivo apunta a mejo-
rar su articulación interna con los servicios al sector privado, una necesidad creciente porque aún adeudan su certificación las pesquerías más significativas. El langostino, tanto en faena de altura como costera, transita el ordenamiento previo a través de un PROME (programa de mejora), en inglés conocido como FIP (fishery improvement project), que apunta a preparar el terreno para postularse al MSC. Por ese camino transita la pesquería de merluza negra, en Boston se anunció un PROME para el calamar (ver página 70), y abril arrancó con proyectos similares para la merluza hubbsi, tanto para la faena de la flota congeladora como de los fresqueros. En el primer caso involucra 14 freezer trawlers de las armadoras Iberconsa, Moscuzza, Solimeno y Estrella Patagónica, y en el segundo a 35 con hielo en bodega, todos asociados a la Cámara Argentina de Armadores de Buques Pesqueros de Altura (CAAPBPA). La coordinación técnica de ambos proyectos será tarea de CeDePesca, también responsable de los PROME que transita la pesquería de langostinos.
FUENTES
La secuencia se abre con un Qr que lleva a sendos seminarios virtuales del Marine Stewardship Council (MSC). Ambos tratan sobre las reformas introducidas al estándar, hoy en consulta pública y a definir en junio próximo. Con el segundo código se accede a la actualidad del MSC según Jack Chenney, miembro del equipo de Ray Hillborn en la Universidad de Washington. La tercera fuente es, nuevamente, MSC, con ejemplos del impacto socioeconómico que ha tenido la certificación de sostenibilidad. En el cuarto Qr la protagonista es FAO, con un webinar que dimen-
siona la magnitud de la seafood certificada y el papel de la GSSI en la validación de estándares. Escaneando el quinto aparece el directorio de PROMEs o FIPs, como se los conoce en inglés, y buscando Argentina se puede monitorear la marcha de las tres pesquerías que transitan Proyectos de Mejora. Finalmente, otro seminario virtual analiza el crecimiento de la oferta MSC, alertando sobre su despegue en los países del sur europeo. Lo firma CBI, agencia estatal de Paises Bajos dedicada a promover las importaciones desde países en desarrollo.
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