Dioses de Lambayeque
Durante la realización de nuestro estudio, nos llamó la atención la forma serpenteante como fue representada la planta del maíz, aspecto que no es parte de su forma natural (Fig. 142). El tallo del maíz es recto, derecho, Fig. 139 solamente de modo excepcional se puede observar en la chacra un tallo ligeramente serpentino o zigzagueante. Nos pareció por ello que se trata más bien de una representación esencialmente simbólica y no estrictamente naturalista. Hasta el momento hemos podido observar el modo como diversos objetos largos, de madera, metal o cerámica, adquieren con facilidad la expresión final de una serpiente, evidentemente mítica, pues tiene los rasgos de la serpiente dragón. El maíz no escapa a esta lógica y se expresa de forma parecida (Fig. 140, tomado de King, 2000).En un objeto de metal de estilo moche, un personaje “agricultor” con gran tocado, tiene a sus lados plantas de maíz bastante sinuosas, con los frutos alternos a ambos lados. El personaje sostiene además una estaca o bastónde forma vertical en una de las manos (Carcedo 2008, Fig. 65-66, pág. 520), artefacto que notoriamente tiene un extremo con cabeza de serpiente (Fig. 141). Otro aspecto que es interesante hacer notar es la forma de distribución alterna de los frutos del maíz, ubicados alrededor del eje del tallo en forma ascendente. Ambos rasgos se integran en la inequívoca imagen de la serpiente, pues esta especial distribución de frutos alternos es la que caracteriza a los apéndices que emanan de su cuerpo, tanto de la serpiente mayor como la menor dentro de ella, tal como fue descrito en el vaso B de Denver. Esta observación nos lleva a proponer como hipótesis, una cercana relación simbólica entre ambos elementos, reforzando la teoría que establece el estrecho vínculo entre el mundo marino y la agricultura. Así, se establece una relación entre el maíz, cuya fertilidad se expresa en la gran cantidad de granos semilla que generan sus frutos, con una deidad serpiente cuyo rasgo más importante también es el de la fertilidad en el tiempo mítico. Como parte de la estructura de este mito, el agua es parte indesligable. Por ello, los ritos de agradecimiento relacionados con la cosecha de maíz, en la cultura andina y diversas sociedades americanas en general, incluyen a la deidad del agua, la deidad de la tierra y la deidad del maíz como elementos complementarios en un mismo propósito, tal como sucede con los hopi en el suroeste de Estados Unidos, cuyas relaciones de parentesco con los aztecas mejicanos es conocida, o comunidades quechuas del Cusco. Es interesante además comprobar que en el primer caso, la danza asociada con la cosecha hace referencia explícita a las serpientes (Torres Cisneros, 2008, 440-441).
Fig. 142
Fig. 141
La deidad de los grandes vasos Una de las deidades más interesantes es la que aparece en el vaso A de Denver cuyo gesto principal es el de sostener un vaso en cada mano (Fig. 143). Este personaje está ataviado con los mismos ornamentos, el mismo tocado, las mismas orejeras y vestido como los dioses de la 145 Fig. 143