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El personaje en posición extendida
Los estudios arqueológicos realizados en el Templo de la Piedra Sagrada de Túcume, han Fig. 155 Fig. 156 demostrado la estrecha relación entre el ritual que se hace a una deidad de piedra, con sacrificios humanos y de animales, además de numerosas conchas, fragmentos de cerámica, semillas, objetos en miniatura tanto textiles como de metal. Pues bien, en estos contextos se han encontrado claras evidencias de cercenamiento de cabezas, para lo cual el sacerdote degollador, realizaba su sangrienta tarea utilizando un cuchillo ceremonial en la forma de una medialuna (Narváez 1986, 2011). Estos sacrificios debieron tomar lugar en determinados días del calendario religioso, pero también en circunstancias de crisis, en las que es necesario ofrecer a los dioses lo más preciado de este mundo: una vida humana. Es lógico suponer que los sacerdotes y sus ayudantes, realizaban sacrificios dirigidos a deidades específicas. En este caso, deben ser parte del mismo contexto la deidad de los cuchillos del vaso A de Denver (Fig. 153) y el dios decapitador del mural de Huaca Las Ventanas (Fig. 157), que es posible sean el mismo personaje en diferentes actitudes. Sin embargo, su atributo principal son los cuchillos que hacen posibles las cabezas trofeo. Si observamos al decapitador de Huaca las Ventanas, con la deidad con armas de la tumba de Huaca el Oro (Shimada, 1995, fig. 54) que Shimada denomina “Señor Sicán”, veremos una notable coincidencia con el tocado: un primer nivel semicircular con círculos en su interior y luego un penacho bipolar con plumas bastante largas. Estas coincidencias nos llevan hacia el mural mochehuari de Huaca Pintada de Túcume (Fig. 159, tomado de Bonavía, 1985), en donde un personaje alado, que lleva una porra al hombro y está rodeado de dardos, tiene también el mismo tocado semicircular con círculos y luego el emplumado largo. En este caso, el personaje además tiene atributos de ave: alas y una nariz puntiaguda como un pico. No podemos dejar de mencionar el hecho de que diversos vasos de oro que muestran a personajes con armas: porras o lanzas, tienen siempre el tocado semicircular, pero además, lucen el penacho de grandes plumas (Ver en Kauffmann, 1989: 209)
Fig. 157
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Fig. 158

Fig. 159 En casos excepcionales hemos encontrado al personaje con un tocado semilunar bastante grande, pero con las mismas armas, siempre dentro de un campo celeste, lleno de “piel de ganzo”. De este modo, podríamos afirmar que en el campo mítico tenemos personajes involucrados dentro del campo masculino y otros en el campo femenino, asumiendo la misma tarea funcional, tal como consideramos se expresan los personajes de los vasos estudiados por Carcedo (2013) que ayudarían a discutir la naturaleza del personaje de la tumba de Huaca Loro excavada el 2008 (Shimada, 2014).
El personaje en posición extendida
En los relieves de Huaca Las Balsas, se registró parte de un personaje que pudo ser reconstruido por simetría -de acuerdo con los cánones estilísticos Lambayeque- que corresponde a los relieves de la fase 3. Este personaje (Fig. 160) se caracteriza por lo siguiente: Se encuentra en posición horizontal, tiene una túnica con cinturón, porta vasos en las manos, tiene un gran tocado semilunar y cabezas de serpientes dragón a la altura de las orejas. Debajo de él y a todo lo largo, se observa una banda sencilla de forma horizontal.
Hemos observado que uno de los personajes en la pintura mural de

Fig. 160
Dioses de Lambayeque Chornancap (Donnan, 1989), tiene los mismos atributos. En este caso, está formando parte de un conjunto complejo de personajes ricamente ataviados, algunos de los cuales portan dardos y cabezas trofeo. En este caso, no se aprecia el personaje completo, pero tiene las características básicas: cuerpo en posición horizontal con las piernas estiradas hacia atrás. Debajo de él se ha representado una banda sencilla, igual que el personaje de Huaca Las Balsas.
Considerando la poca conservación de la pintura de Chornancap (Fig. 161), es muy complicado establecer una comparación adecuada con los relieves de Huaca Las Balsas, considerando además que estos relieves son parciales, puesto que una parte ha sido destruida por los huaqueros y otra parte está cubierta por un muro de la fase 4 también decorado con relieves. Sin embargo, a pesar de los elementos parciales de Chornancap, podemos considerar los demás contextos iconográficos lambayeque a fin de encontrar elementos comunes.
De este modo, podemos decir que un elemento reiterado en la pintura de Chornancap son las cabezas trofeo, que también forman parte del contexto del escenario inferior del vaso B de Denver, asociado a procesiones o escenas de sacrificio de animales y personajes con escudos, dardos y cabezas trofeo. Los relieves de Huaca Las Balsas, muestran escenas rituales y cabezas trofeo. Es interesante anotar el motivo fitomorfo que se observa en la pintura de Chornancap, coincide con los árboles y plantas que se observan en el entorno de las procesiones con cabezas trofeo del vaso B de Denver. Asimismo, en uno de los extremos, la escena muestra una banda decorada con símbolos escalonados, que podría hacer referencia a las representaciones arquitectónicas que se observan no solamente en los relieves de Huaca Las Balsas, sino también en el vaso B de Denver.
De esta forma, la pintura de Chornancap podría estar relacionada con escenas de un discurso mítico, dentro del cual una deidad en posición horizontal tiene un rol central. La gran incógnita será siempre si es que está en posición de vuelo o sobre una tarima o soporte sobre el piso. Personajes en esta actitud, decúbito ventral, sobre una base rectangular, tienen la cabeza levantada con un gran tocado semicircular, aparecen de manera recurrente en la cerámica lambayeque. Estos personajes han sido interpretados como si estuvieran en un medio marino, flotando. Sin embargo, la deidad extendida no tiene elementos iconográficos que hagan referencia específica al medio marino. Debemos indicar que también se han representado animales en esta posición, entre los que predominan las aves (King 2000, 45, Fig. 15 d), formando parte de escenas complejas.

Fig. 161

Fig. 162