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Las embarcaciones de los dioses
Dioses de Lambayeque Representaciones del “Huaco Rey” con asa trenzada que remata en dos cabezas de serpiente por detrás de la cabeza del personaje central (Colección Museo Nacional Cultura Sicán N° Catálogo: INC/66919), no hace sino refrendar la relación simbólica de las sogas con la deidad serpiente.
En resumen, existen suficientes indicios como para postular la hipótesis que vincula la existencia de una soga en el imaginario prehispánico, con cabezas de serpientes en sus extremos, instrumento por excelencia de deidades que tienen como expresión o gesto principal el asociarse con diferentes formas de vida, tanto en el mundo marino, como en el mundo de las plantas, las aves o los animales en general. Si este razonamiento es correcto, sogas que sujetan tinajas con chicha o agua, prisioneros o danzantes que usan sogas, no son sino formas que expresan la unión de los opuestos, de vida y muerte, de creación, fertilidad, reproducción y renovación.
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Las embarcaciones de los dioses
Una de los temas menos considerados en el análisis iconográfico de la tradición lambayeque, ha sido el de las embarcaciones. Tema –como hemos visto- tan íntimamente vinculado a la iconografía en general, pero de modo especial, al conjunto mítico registrado en los relieves de Huaca Las Balsas. Estas imágenes son un hilo conductor importante respecto de un corpus iconográfico mínimo sobre este tema, pero sobre todo, por su estrecha relación con el ancestro mochica en donde estas imágenes son profusas. Finalmente, el aspecto etnográfico podría aportar algunos elementos valiosos.
Creemos que se trata de un tema fascinante que solamente ha sido estudiado desde el punto de vista técnico, a partir de comparaciones de tipo etnográfico, ya que en varios pueblos tradicionales de la costa norte del Perú, aun se utilizan diariamente para las faenas de pesca. En este aspecto debemos de mencionar los estudios de Thor Heyerdahl, un apasionado de los temas marítimos en las civilizaciones del Perú antiguo, que demostró la probabilidad de contactos entre las civilizaciones costeras del continente sudamericano, con las lejanas civilizaciones del archipiélago polinésico. La expedición de la Kon Tiki, fue inspirada además en referencias y registros de fuentes etnohistóricas de mucho valor documental.
Las embarcaciones de Huaca Las Balsas son de dos tipos, el más representado es el que tiene forma de los actuales “caballitos de totora”. Es decir, una proa curvada hacia arriba adornada con flecos, con una variante de suma importancia, que es la que remata en una cabeza del hombreave-ola curvada hacia abajo, de cuyo tocado se proyecta hacia arriba un penacho que remata en flecos, que puede ser emplumado. Ambos pueden tener dos tipos de popas: recta o escalonada; en este último caso, puede tener variantes en la iconografía en general: escalonado doble o simple.
Estas embarcaciones de totora, tienen además un atributo adicional: del borde inferior de su cuerpo se proyectan hacia abajo formas redondas y lisas que se suspenden mediante un soporte vertical, corto y delgado.
En otras representaciones, especialmente en objetos de metal repujado, podemos observar detalles que los relieves de Huaca Las Balsas no muestran: el cuerpo de la embarcación tiene líneas que expresan su estructura con haces de totora, incluyendo, líneas verticales que forman parte de las amarras necesarias para darle solidez. Esta estructura ha sido descrita con acuciosidad por diversos autores. Las referencias etnohistóricas pueden ser revisadas también en trabajos conocidos (Rostworowski, 1977).
Las representaciones moche a las que hemos aludido, expresan diversas formas de este tipo de embarcaciones, sin embargo, tienen una diferencia notable: ninguna muestra una proa con la representación de una cabeza humana. En todos los casos, las popas y/o proas rematan en cabezas de animales, cuya forma puede considerada dentro del ámbito de las serpientes, los lobos de mar o los peces. Sin embargo, nos interesan sobremanera las representaciones de embarcaciones como representaciones de serpientes.
Fig. 272
2 Una de estas clásicas representaciones moche, que usaremos como ejemplo, adoptan además, una peculiar forma en “U” debido a que tanto proa como popa se doblan hacia arriba o a veces pueden forman un ángulo casi recto respecto del cuerpo horizontal de la embarcación (Fig. 272, tomado de Donnan, 1978). Dentro de esta forma en U, sobre una plataforma con diseño de red, aparece el navegante, el que además está identificado con serpientes que emanan de su cuerpo en forma de cinturón o forman parte de su tocado.
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Dentro del medio marino, la embarcación-serpiente, presenta además el atributo humano masculino, al estar representada con las extremidades inferiores en una posición típica de carrera (Fig. 273). De cada una de las embarcaciones se suspenden también dos grandes bolsas redondas de redes, de un soporte recto y delgado. Una de la proa y otra de la popa. La primera es simple y la segunda compuesta, con la representación de dos cabezas de serpiente. Si uno observa con detalle, podrá notar que en la parte genital, también se suspende un objeto circular que pende de un soporte delgado y más largo. El fondo del diseño de la vasija tiene representaciones de olas y entre ambas una gran cantidad de representaciones pequeñas y delgadas en la forma de una “S”, todas en posición vertical, rellenando el espacio. Delante de cada una de las embarcaciones, se aprecian la representación estilizada de un pez raya en posición vertical.
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Estas imágenes tienen especial importancia para nuestro análisis, considerando que los relieves de Huaca Las Balsas, si bien no tienen el remate explícito de una serpiente, tienen el atributo de los objetos redondos suspendidos, que pueden ser 6 ó 9 (Fig. 276). Una representación de embarcación-serpiente se ha registrado en un fragmento significativo procedente de las excavaciones de San José de Moro, en el que además, sobre la embarcación-serpiente, el navegante es un pescador que tiene una caña, con cordel y anzuelo (Fig. 274). Sobre la embarcación, las representaciones son solamente aves marinas y en la parte inferior, solamente peces. Inmediatamente por debajo de la embarcación, las olas marinas han sido representadas de forma ondulante, pero además, la cresta de la ola se convierte en una gran cabeza humana, que no hace sino corroborar la representación del mar como una divinidad con personalidad propia. Se resume entonces la escena en un pescador sobre una embarcación-serpiente, que navega sobre el mar antropomórfico, expresado así como una deidad. Esta escena es tan clara que nos sugiere observar de otro modo algunas de las formas lambayecanas de los caballitos de totora, que en algunos casos adquieren una forma particularmente sinuosa, serpenteante.
En realidad, como vimos, las serpientes nunca han sido ajenas al medio marino, los mitos americanos las ubican indistintamente, tanto en el medio celeste, como en el medio marino. En el
Fig. 273

Fig. 274

Dioses de Lambayeque primer caso, pueden volar y ser emplumadas, cuando están en el medio marino, tienen escamas, tal como sucede como el mítico Quetzalcoatl. Caragabí, en la mítica colombiana era una divinidad helíaca cuya sabiduría le permitía subsistir dentro de un medio marino o acuático, asumiendo la forma de una serpiente. En otros casos, el medio lacustre es el escenario de Liko Monogaló (Palavecino, 1969/1970) una inmensa serpiente cuya respiración genera la dinámica de las mareas en el Chaco argentino. Es decir, no es extraña la presencia de una deidad serpiente como protagonista en un medio marino. Tampoco resulta extraño que personajes identificados con serpientes que lucen en tocados o brotan del cuerpo de modo radiante y colman el entorno de un personaje que usa una embarcación-serpiente, sean un elemento protagónico en la mítica relacionada al mar.
Resulta mucho más inquietante – 2 en este marco hipotético- la posibilidad de entender las características bolsas de redes que brotan del cuerpo de las embarcaciones-serpiente, como las de Huaca Las Balsas. Uno de los atributos más importantes de la deidad serpiente del vaso B de Denver son las “burbujas” que brotan de su enorme cuerpo, dentro de un discurso mítico de creación, que hemos explicado de manera extensa. Si las embarcaciones de totora personifican a una serpiente, las bolsas de redes que se suspenden de su cuerpo pueden hacer referencia metafórica a las burbujas o esferas de creación propias de la deidad serpiente (Fig. 275). En este aspecto, consideramos además que las redes son parte de un discurso complejo que va más allá de una explicación en el marco estrictamente funcional relacionado con la pesca. Las redes
Fig. 275
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Fig. 276