Conc ent r ac i ón pobl ac i onal y fundac i ón de c i udades de l a Amazonía Per uana 1 Desde el siglo XVI hasta mediados del siglo XIX en la zona amazónica inmediata a la sierra (selva alta) se produjo un frente colonizador-extractivo, con la creación de haciendas por parte de los españoles y de minería aurífera de pequeña escala, en forma paralela las avanzadas misioneras recorrían las selvas de nuestro país por los ríos Amazonas, Ucayali, Marañón, Madre de Dios. Se tiene así que los misioneros jesuitas navegaron por las cuencas del Amazonas, bajo Ucayali y Aguaytía en el siglo XVII; los misioneros franciscanos salieron de Santa Rosa de Ocopa, en el valle interandino del Mantaro, hacia la cuenca baja del Tambo y la del alto Ucayali y bajo Urubamba en el siglo XVIII y en el sur partían desde Cusco y Puno agrupando población en las inmediaciones de los ríos bajo Urubamba, alto Ucayali, Pilcopata, Araza, Inambari y Tambopata. Actualmente 56 ciudades2 peruanas están ubicadas en la selva amazónica. Yurimaguas, La Merced e Iquitos son algunas de las 11 ciudades que se originaron por la concentración de población a partir del establecimiento de una misión católica, como era usual en un territorio a ser incorporado a la cristiandad. Por otra parte, Jaén de los Bracamoros, Santiago de los Ocho Valles (Moyobamba), San Juan de la Frontera de Chachapoyas y Caballeros de León de Huánuco son ciudades fundadas por los conquistadores ávidos de ser los señores de nuevas posesiones. Pero también, “primero” casi tímidamente y “después” con más fuerza, las concentraciones de migrantes se establecieron en la selva considerándola una zona deshabitada por colonizar, desde la colonia tirolesa de Oxapampa en Pasco o la de migrantes de la sierra hacia Satipo en Junín; hasta la llegada más reciente de grupos religiosos evangelizadores a algunas localidades como Nuevo Jerusalén en San Martín y Caballococha e Islandia en Loreto. A pesar de que Lima y las ciudades más importantes estaban y están en la costa, los frentes pioneros económicos y de catequización en la época colonial fueron principalmente producto de decisiones de las sedes religiosas en Santa Rosa de Ocopa y Quito, pero también, aunque en menor grado en esos tiempos, de los mismos migrantes desde la sierra. La incorporación e integración de los territorios amazónicos en gran escala a la economía nacional se realizó en base a avanzadas de inversión y ocupación territorial desde la última mitad del siglo XIX por casi un siglo. Se suscitaron impactos negativos en los frágiles ecosistemas amazónicos, en las relaciones hombre-medio ambiente y en el desplazamiento de la población nativa en la selva. Esto condujo tanto a la introducción de una nueva cultura, que iba en detrimento de la cosmovisión de las comunidades y de sus valores tradicionales, como a la aparición de relaciones patrono-trabajador, distantes de la legalidad imperante en el país.
Plaza de armas de la ciudad de Requena, fundada en 1902 por la Orden franciscana como punto intermedio entre Contamana y Nauta.
Marcel a Vi l l a Luna
La acción extractiva de productos de la flora amazónica como cascarilla (Quina, cinchona sp.), castaña (Nuez de Brasil, Bertholletia excelsa) y caucho (Shiringa, Hevea brasiliensis o Castilloa ulei), así como el establecimiento de haciendas cafetaleras y cañeras apoyadas por las políticas del Estado peruano, propiciaron la ocupación territorial y su valorización económica, convirtiendo las zonas de bosques en zonas de cultivo y ejerciendo cada vez más presión sobre las comuni-
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