
2 minute read
El ritual de enterramiento de los templos o huacas sagradas
polícroma, que mantienen estrecha relación con la cerámica de la Fase Morerilla de 1 300 a.C., registrada por Ruth Shady y el plato de piedra con el felino y el caimán de la colección Jáuregui, demuestran que la ocupación arqueológica de Las Juntas, correspondería al periodo Formativo Temprano (1 800 a.C.).
Las pinturas murales polícromas descubier tas en Las Juntas, resultan únicas en la Amazonía peruana, no era posible imaginar la existencia de arquitectura monumental en tierra, ni mucho menos que hubiera la posibilidad de murales que hayan logrado conservarse en un medio tan húmedo. Existe una cierta semejanza con las pinturas murales polícromas descubier tas en el Parque Nacional de Tierradentro en Colombia. Las investigaciones arqueológicas en Las Juntas, son aún bastante preliminares como para intentar aproximarnos a conocer su signifi cado. Estudios complementarios de etnoarqueologia en las comunidades nativas Aguarunas, podrían apor tar información que permita conocer e interpretar las representaciones iconográfi cas expresadas en lo que constituyen los primeros murales amazónicos descubier tos en América.
Advertisement
El r i t ual de ent er r am i ent o de l os t em pl os o huac as sagr adas
No podría ser una simple coincidencia que los templos de Montegrande, San Isidro, Casual y las Juntas, estuvieran cuidadosamente sepultados, bajo una aparente forma de montículos naturales. En los cuatro montículos la capa superfi cial donde está la última fase constructiva del templo aparece tapada con arcilla y canto rodado, para los rellenos utilizaron tierra suelta, ceniza y material orgánico.
En San Isidro, depositaron diversos entierros de niños, aves y fragmentos de cerámica de diferentes formas y estilos, aparentemente destinados a sacralizar el evento. En Las Juntas, los restos óseos humanos están mezclados con la arcilla y sobre la cabecera de los muros, colocaron mandíbulas de camélidos, como muestra que el ritual de enterramiento de los templos o huacas sagradas debió signifi car el despliegue de abundante mano de obra colectiva, especialistas y líderes religiosos que tenían a su cargo la dirección de esta magnífi ca obra, que ha permitido conservar de manera intacta la arquitectura y las pinturas murales, en un medio donde llueve más que en ningún otro lugar de la selva (hasta 5 000 mm anuales) y donde las condiciones geográfi cas, climatológicas y humanas, son extremadamente difíciles.
¿Por qué tuvieron que sepultar sus templos?; ¿cuál sería su forma de pensar?; acaso estarían pensando en una nueva vida después de la muerte, o simplemente, fue un acto ritual que reafi rma el carácter y signifi cado religioso de los templos y el fi nal de una etapa para iniciar una nueva. ¿A dónde se fueron?; acaso podían predecir el advenimiento de una catástrofe natural y dedicaron todos sus esfuerzos para conservar sus templos como los recintos más preciados de sus vidas. No lo sabemos aún. Lo único que si queda claramente establecido es la enorme capacidad y los signos de alta cultura que lograron desarrollar estas sociedades complejas de la Amazonía peruana. Su economía excedentaria basada en la agricultura intensiva, contribuyó a la generación de excedentes de producción, división de clases sociales con mano de obra para el trabajo colectivo, especialistas y líderes religiosos con capacidad para organizar y dirigir el trabajo, dedicado a la edifi cación de centros urbanos y edifi cios públicos destinados al culto religioso.
