Lu i s C a m p o s B a c a
La Amazonía, una huer t a nat i va
En un contexto en que la comunidad internacional reconoce al río Amazonas como el más largo y caudaloso del mundo, los procesos globales de intercambio comercial, integración regional y cambio climático, han generado nuevos retos para los países de la cuenca amazónica continental, en su esfuerzo por crear y renovar iniciativas orientadas a superar la pobreza, conservar y proteger los recursos naturales, mantener la salud y el sustento de la población y conservar la biodiversidad y el agua dulce1. Se calcula que hasta un 20% del oxígeno del planeta es producido por los bosques amazónicos2. Los bosques amazónicos almacenan más de 10 000 millones de toneladas de carbono3. La Amazonía es un área con extraordinaria concentración de biodiversidad, tanto de especies y ecosistemas como en variación genética. En su conjunto, es una región de un gran potencial económico para el hombre. Evitar la reducción de esta biodiversidad por pérdidas o transformación de hábitats y ecosistemas, extinción de especies, reducción de diversidad genética, e introducción de especies exóticas, entre otras causas, es uno de los mayores retos que enfrentan los países con territorio en esta región4. La Amazonía es un espacio en el que los contrastes son comunes, un sitio donde son y han sido frecuentes las contradicciones. Una selva inmensa, rica pero pobre; un sitio donde los conceptos de abundancia y escasez, como parte de los extremos de un espectro que define la realidad, tienen que ser continuamente redefinidos. Un espacio que plantea un desafío constante5.
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