184 reforma ciones representativas y la ciudadanía. Por último, la tercera sección argumenta que dichos mecanismos funcionan mejor que otras alternativas democráticas señaladas por los estudiosos (descentralización, deliberación o democracia electrónica) para tratar el malestar democrático antes descrito.
Efecto de los mecanismos de democracia directa por iniciativa ciudadana en el juego político La mera presencia de referéndums iniciados por los ciudadanos altera el juego democrático. Muchos de los detractores de la democracia directa basan sus quejas en el hecho de que premian de forma desproporcionada las políticas extremistas, ya que los que se e ncuentran en los extremos del espectro político son los actores que más utilizan estas instituciones. Aunque estos temas se trataron con más detalle en los dos capítulos anteriores, aquí expando las razones por las que los detractores de la democracia directa están ampliamente equivocados. A pesar de que dichos mecanismos son instituciones mayoritarias por excelencia, de forma paradójica también generan justo lo que buscan sus detractores: incentivos para la negociación y el consenso amplio. Además, amplían las alternativas de debate público, ofrecen oportunidades a los perdedores de la política legislativa y abren perspectivas para la inclusión institucional de aquellos que, debido al sistema electoral (o a cualquier otra razón), suelen estar excluidos o subrepresentados en el juego representativo típico. Considerados induvidualmente, los referéndums iniciados mediante recolección de firmas pueden ser excluyentes y rígidos de la misma manera que las elecciones ordinarias, pero, como grupo de instituciones, estos mecanismos suelen contener más que excluir, y a comprometerse más que a imponerse.
Creación de consenso Una vez que un grupo interesado (organización no gubernamental, partido político, etc.) organiza un referéndum –ya sea para revocar